Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6. Odio.

Es temprano cuando despierto en la mañana, miro a Peeta que está dormido muy incomodo en la silla junto a mi cama, pero se ve tan hermoso, sus rizos rubios, algunas cicatrices del fuego en su cara, pero hasta esas cicatrices lo hacen lucir hermoso. Me siento en la cama para observarlo, en lo que él despierta, no quiero despertarlo, así que me quedo muy silenciosa.
Después de cerca de media hora empieza a despertar, estirando los brazos y las piernas lentamente abre los ojos y se fijan inmediatamente en mí.
–Katniss, ¿Por qué no me despertaste? ¿Cuánto tiempo llevas despierta? –Yo le sonrío y me devuelve la sonrisa.
–No mucho, y no te desperté porque me gusta mirarte mientras duermes. –Ambos reímos y un ligero rubor cubre las mejillas de mi novio, y escucho a mi estomago gruñir de hambre.
–Tienes hambre, llamaré a la enfermera para pedir tu desayuno. –Se levanta y presiona un botón en la pared detrás de mí, casi inmediatamente entra una enfermera a mi habitación y pregunta.
–¿Qué se les ofrece? –Noto un poco de molestia en lo forma de hablar de la enfermera y Peeta también lo nota, así que le contesta de la manera más atenta y simpática que tiene.
–Buenos días señorita, ¿podría ordenar el desayuno para la señorita Everdeen? Si es tan amable. Por favor.
–Ya lo ordene, en un rato llega. –Y la enfermera se da la vuelta y se va muy altaneramente, y mi novio y yo nos quedamos sorprendidos por el trato y yo rompo el incomodo silencio.
–¿Cuál es su problema? ¿Ahora qué hice? –Mi chico de ojos azules ríe por mi comentario y yo también, y responde después de besar mi frente.
–No has hecho nada, tú sigue siendo así de adorable.

Los dos nos reímos de nuevo y aprovecho que está sentado junto a mi en mi cama para robarle un beso en los labios, él lo corresponde, estamos besándonos cuando somos interrumpidos por alguien que entra, miro hacia la puerta y veo que es Gale, y lleva un ramo de flores, creo que son margaritas, en la mano y nos mira con una cara de odio, y su voz también despide odio.
–¡Vaya, vaya! ¡¿Por qué no me sorprende?! –Y arroja las flores hacia mí, Peeta alcanza a desviarlas con su mano para que no choquen con mi cara y empieza a hablarle a Peeta.
–Parece que al final todo lo que yo hice por ella carece de valor, en comparación con lo que tu haz hecho, claro dejando a un lado el hecho de que quisiste matarla en más de una ocasión.
–¡Gale! ¡El no era consciente de eso, lo torturaron para eso! –Respondo yo enfurecida, por lo que Gale dijo.
–Tranquila Katniss, no te alteres, no vale la pena. Gale será mejor que te vayas, por el bien de todos. –Dice mi chico del pan abrazándome fuerte.
–Tranquilo panadero, ya lo vi, ya lo entendí, aquí el que sobra soy yo. Adiós Katniss, te veré en el trabajo. –Y nos da una sonrisa burlona y se va el chico que era mi mejor amigo.
–¿Cómo que te verá en el trabajo? –Me pregunta Peeta contrariado.
–Bueno es que Johanna tuvo una recaída, entonces por el momento no puede trabajar en los Juegos, así que Plutarch contrato a Gale para que sustituyera a la Mason.
–No me gusta la idea de que este cerca de ti, ya lo viste como reacciono ahorita, te arrojo las flores y te grito.
–Fue el shock del momento, Peeta. No te molestes, ya se le pasará.
–¿Y todavía lo defiendes? Será mejor que vaya a ver personalmente lo de tu desayuno. –El chico rubio besa mi mejilla y sale caminando de mi habitación, yo tomo una de las flores que está sobre mi cama y recuerdo al chico de la Veta que conocí en el bosque y me acuso de querer robar sus presas, el chico de ojos grises que tenía una familia de cuatro, cinco incluyéndose él por alimentar, el chico que quedo huérfano el mismo día que yo y que después se convirtió en mi mejor amigo. Y ahora se que lo he perdido para siempre.

Estoy sumida en los recuerdos de mi vida antes de mis primeros juegos que no noto que Peeta ha regresado y lleva una bandeja con mi desayuno hasta que la coloca en una mesita delante de mí.
–Kat ¿Te sientes bien? –Me pregunta preocupado mi chico, yo sacudo mi cabeza alejando los recuerdos de mi vieja vida y le sonrío.
–Si, estoy bien. Solo que con esta contusión me distraigo con mucha facilidad.
–Bien, ahora toma tu desayuno, tuve que ir por él a la recepción con las enfermeras de este piso. Come antes de que se enfríe.

Miro la bandeja con mi desayuno y es un tazón de leche con cubitos de pan en ella, varias frutas en un coctel, un vaso de lo que creo es jugo de manzana y un pan del Distrito 4, lo que hace que recuerde que no he telefoneado a mi madre.
–¡Peeta! –me siento más recta y empujó sin querer la mesa del desayuno, un poco de leche sale por el borde del tazón.
–¿Qué pasa Katniss? ¿Te sientes mal? ¿Qué? ¿Qué pasa?
–Peeta, mi madre, mi mamá no le he llamado.
–Tranquilízate, cuando termines de desayunar la llamas. No te alteres. –Me tranquilizo un poco y comienzo a comer mi desayuno, todo está delicioso, trato de invitar a Peeta de mi desayuno, pero el no acepta, no me gusta que yo este comiendo, cuando seguramente el también tiene hambre.
Estoy por terminar el desayuno cuando llegan Haymitch y Plutarch.
–Hola chicos. –Nos saluda Plutarch con su entusiasmo de siempre.
–Hola. –Respondemos Peeta y yo al unísono.
–Peeta, ¿qué tal si tomas el desayuno que te traje en la Sala de Espera? Yo cuidaré de Katniss. –Le dice el bonachón de Haymitch. Peeta, no se ve muy tranquilo, pero confía en nuestro mentor así que se acerca, besa mi frente y sale a desayunar.
–Bien, ahora que estamos solos. Ten tu agenda. –Me dice Plutarch y me entrega mi agenda.
–Dentro tiene grabado el resto de la clase que te perdiste, necesitaras estudiarla, la próxima clase será mañana. ¿Crees poder ir? –Me pregunta Plutarch, algo hostil. Haymitch sale en mi defensa.
–Creo que esa pregunta mejor se la planteamos al doctor. ¿Katniss, qué paso?
–¿Qué paso con qué? ¿O con quién? –Pregunto yo confundida por su pregunta.
–¿Por qué hay flores tiradas debajo de tu cama? –Me pregunta molesto mi mentor.
–Aaaa… eso. Bueno es que Gale vino temprano y nos vio a Peeta y a mí besándonos, entonces se enojo y nos insulto y me arrojo las flores y se fue. –Respondo yo de la manera más tranquila para evitar que Haymitch se moleste más con Gale, para mi sorpresa el que responde es Plutarch.
–¡Que Gale hizo ¿qué?!
–Que se enojo, nos insulto y arrojo las flores a mi cara. –Repito yo de manera lenta y tranquila para que Plutarch lo asimile.
–Te lo dije Plutarch, no es buena idea que él siga aquí, solo está causando más problemas. –Le responde Haymitch a Plutarch incriminatoriamente.
–Fueron órdenes de la Presidenta, dijo que Gale era el adecuado para el trabajo. De cualquier manera, ella pensaba traerlo de vuelta al Capitolio, quiere que este a cargo de su seguridad. –Responde Plutarch tratando de calmar a Haymitch, quien responde.
–Gale ha cambiado, no es el mismo Gale, algo lo ha cambiado, yo personalmente no confió en él. Es difícil de explicar pero parece que el poder y la ambición lo han transformado. –ellos se miran uno al otro, yo termino mi desayuno y es cuando una idea surge en mi cabeza.
–¿Cómo si le estuvieran haciendo hijacking? –Pregunto yo, pues de verdad Gale parece otro.
–O tal vez le están haciendo un lavado de cerebro diferente. –Responde misteriosamente Plutarch, rascando su barbilla y mirándonos alternadamente a Haymitch y a mí.

Todos estamos pensativos, parece que Plutarch trata de recordar algo y Haymitch y yo tratamos de encontrar algún sentido a lo que Plutarch ha dicho.
–Plutarch, ¿A qué te refieres con un lavado de cerebro diferente? –Pregunta por fin Haymitch, cansado de darle vueltas al asunto.
–Bueno, pues existen aparte del ya conocido hijacking algunos otros modelos para alterar o borrar los recuerdos, no necesariamente dolorosos, pero no tengo más conocimiento de ellos, sin embargo puedo investigar, indagar para saber si no ha sido puesto en marcha alguna recientemente. –Nos responde Plutarch aún pensativo y misterioso. Haymitch y yo nos miramos y Peeta, entra en la habitación.
–Listo Haymitch, terminé mi desayuno, ya puedo seguir cuidando de Katniss. –Dice contento Peeta, yo estiro mi brazo para que el tome mi mano y se acerque a mí. Pero no lo engañamos, sabe que algo pasa. –¿Qué sucede? ¿Qué está mal?
–Nada importante, Katniss nos contó lo que Gale hizo y yo le estaba diciendo a Plutarch que no es seguro que él siga aquí. –Responde Haymitch muy tranquilo como no dándole importancia al asunto de Gale.
–Pues a mí si me importa, no es seguro, se ha vuelto muy temperamental y agresivo. No estoy seguro de lo que sea capaz de hacer y no quiero arriesgar a Katniss. –Responde Peeta preocupado tomando mis manos entre las suyas. Yo no digo nada, dejo que mi chico rubio hable por los dos.
–Si, bueno trataré de hablar con la Presidenta sobre ello. Porque ella fue quien lo trajo de regreso al Capitolio. –Responde a la defensiva el organizado Plutarch.
–Bien, me voy ¿Haymitch, vienes? –Pregunta el rubio gordo a mi mentor.
–Si, adelántate, ya te alcanzo. –Responde Haymitch y Plutarch sale de mi habitación, Haymitch se dirige a nosotros y empieza a darnos instrucciones.
–Tengo un horario que cumplir, trataré de estar al pendiente de ustedes, por el momento tendrán guardias en la entrada, no dejarán que Gale entre, Effie no tarda en llegar, ella puede ver a Katniss mientras tu te duchas y cambias de ropa Peeta, pero ten cuidado de no encontrarte con Gale. Cualquier cosa, Katniss me llamas con la agenda. Bien chicos, los veo más tarde.
–Bien, nos vemos. –Le respondo yo alegremente y mi mentor solo ríe, mientras sale de mi habitación.

Peeta me besa en los labios, es un beso intenso, apasionado, yo lo correspondo, me dejo llevar por su acelerado ritmo y nuestras lenguas parecen bailar entre nuestras bocas, nunca me había besado de esta manera y solo somos separados por falta de aire. Yo sonrío como tonta y el me mira preocupado. ¿Tan mal beso? Pienso y mi sonrisa cambia por una cara triste.
–¿Qué va mal Katniss?
–No, nada.
–Y entonces ¿Por qué desapareció tu sonrisa? –Ahora el también está triste. Así que decido ser sincera.
–Es que creo que no te gusta como beso. –Peeta ríe a carcajadas antes de contestarme.
–¿Cómo puedes pensar eso? Besarte es lo más maravilloso que he experimentado. –él acaricia mi cara con apenas un roce.
–¿De verdad? ¿Y entonces porqué la cara de preocupación?
–Ay Katniss, pues por la situación de Gale. Hay algo en el que no es normal, hasta cierto punto me recuerda a mi cuando no entendía que era real y que no, bueno aún hay algunas cosas que no entiendo, pero Gale me recuerda a mi completamente confundido.

Miro a Peeta y de verdad está preocupado, teme que Gale me haga lo que él me hizo cuando estaba tan confundido por el hijacking, así que decido contarle lo que Plutarch dijo.
–Amor, de hecho Plutarch piensa lo mismo, piensa que a Gale le han hecho o le están haciendo un lavado de cerebro, dijo que trataría de investigar qué está pasando.
–¿De verdad piensa eso Plutarch?
–Si, eso dijo, lo note preocupado, yo creo que la presidenta tiene otro plan para mí.
–¿A qué te refieres? –me mira preocupado.
–Creo que le estorbo en algo.
–Por favor Katniss, no digas eso ¿qué podría tener la presidenta contigo?
–Tal vez piense que por mí puede perder el puesto, Boggs me lo confeso cuando apareciste en el campamento para sustituir a Legg. –él me mira confundido.
–¿Eso te dijo Boggs?
–Si, y si Boggs lo dijo, es porque es verdad, él conocía todos los secretos de Alma Coin.

Peeta ya no hace más preguntas, los dos nos quedamos pensativos, yo le hago espacio a Peeta en mi cama y se acuesta y me abraza. Lo que me hace recordar aquellos días en la cueva, en nuestros primeros Juegos. Ahora valoro aún más que el chico panadero rubio de ojos azules esté aquí conmigo.

–Katniss, ¿Quieres llamar a tu madre? –Me pregunta Peeta, sacándome de mis recuerdos.
–¡Oh, sí! Lo olvide de nuevo. Con la agenda Puedo. –Saco la agenda de debajo de mi almohada, donde Plutarch la puso y busco el menú que Effie me indico para hacer llamadas y video llamadas. Veo que está guardado en la Agenda el número de mi madre, así que llamo. Está sonando y escucho que responden.
–¿Diga?  –Esa no es la voz de mi madre.
–Hola, busco a Parminder Everdeen.
–¿Quién la llama? –me devuelve la voz del otro lado de la línea.
– Soy su hija Katniss.
–Aaaah, hola Katniss, me llamo Siobbah, tu madre no está, está en el hospital trabajando ¿Quieres dejarle algún recado?
–Solo dígale que llame, por favor.
–Claro, no te preocupes yo le digo.
–Gracias, un gusto.
–Igualmente, hasta luego
–Hasta luego. –Y termino la llamada. Peeta me mira.
–¿Qué paso?
–No estaba, fue a trabajar.
–Bueno, intentas más tarde, o tal vez ella te llame.
–Si, está bien. –lo miró y acarició su mejilla hasta su barbilla. –Gracias.
–Gracias ¿Por qué?
–Por cuidarme y preocuparte por mí.
–Es lo menos que puedo hacer por la chica a la que amo.
–Yo también te amo. –Nos abrazamos y nos acostamos en mi cama y nos empezamos a besar feroz y apasionadamente. –Hasta que somos interrumpidos por Effie que llega corriendo en sus altos zapatos de tacón.
–Awww, que lindo es verlos así. –nos dice solo hace que nuestras caras ardan. –Bueno Pee ta, tú tienes que ir a darte un baño y arreglarte, yo me quedo con Katniss, corre, corre se hace tarde. –mi chico de ojos azules me da un último y fugaz beso en los labios y se va dejándome con la mujer nativa del Capitolio.

Y hasta aquí por hoy. Aquí es donde empezarán los cambios más notorios, aunque nada que modifique mucho la trama.
Hasta pronto.
Karly 💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro