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Capítulo 5. Paz y Furia.

Ignoro la respuesta de Gale y avanzo más adentro de la habitación llena de  pantallas, mesas, controles y sillas alrededor de una mesa igual a la de Sala de Juntas. Haymitch nos empieza a indicar nuestros lugares para tomar asiento y nos indica.
–Todos saquen su agenda e ingresen al menú. –Saco mi agenda del bolsillo de atrás de mis pantalones, ingreso al menú de los 76º Juegos del Hambre y espero a que den más instrucciones.
–Primera inducción de Vigilantes, comando de autorización de Plutarch Heavensbee. –Haymitch se sienta junto a mí y comienza a presionar botones en el tablero de la mesa que compartimos y exclama.
–Todas las agendas sincronizadas.
–De acuerdo Effie y Fulvia vayan a Producción, el resto póngame atención.

Effie y Fulvia se despiden y salen, veo a Gale junto a Beetee en otra mesa y Enobaria está sola en otra. Plutarch está en medio frente a la mesa.
Perfecto, comencemos. Cada uno de ustedes tiene su tablero frente a ustedes en la mesa, cada quien tendrá una función en específico dentro de la Arena. Aunque se dividirán en grupos. El Grupo A, son Haymitch y Katniss, ellos se encargarán de las Trampas y Distracciones, para cuando las cosas se pongan aburridas. El Grupo B son Gale y Enobaria, ustedes se encargarán de la creación y nacimiento de los mutos. Y el Grupo C se conforma por Beetee y Fulvia encargados de comunicaciones, los Tributos Muertos y los Banquetes, Todas las actividades deben ser autorizadas por mí antes de ejecutarlas. Todos deben saber realizar todas las actividades, aunque tengan grupos específicos deben dominar todas las funciones, Hoy empezaremos con lo básico.

Se gira hacia la mesa detrás de él y comienza a presionar botones, surge el holograma de una Arena, es un desierto, no hay mucho en ella, hay arena, algunas dunas, algunos cactus y animales como serpientes y armadillos y a la orilla de la Arena hay un pequeño lago con agua cristalina, Plutarch empieza a hablar de nuevo.
–Esta es nuestra arma de trabajo, como ven ahora nuestra caprichosa y voluble Arena es un inhóspito desierto, con escases de vegetación y ningún lugar donde esconderse, nuestro trabajo será crear refugios y fuentes de alimentación, si no será muy aburrido y rápido, porque si no hay refugios ¿qué pasa?
–No se pueden esconder y todos quedan expuestos para un baño de sangre hasta que solo quede uno. –Respondo en automático a la pregunta del hombre rubio.
–Exactamente bien contestado Katniss. –Y empieza a aplaudir y continúa. –Así que como ya explico Katniss, sería un baño de sangre hasta que solo quede uno y eso sería muy atractivo a la vista, pero no duraría mucho, así que ¿qué hacemos o qué ponemos en la Arena?
–Podemos hacer cuevas con algunas dunas, poner más vegetación, pero lejos del oasis para que puedan exponerse al ir por el agua, –Responde Gale cuando Plutarch termina de plantear su pregunta, yo pensé lo mismo.
–Buena idea, ¿alguna otra?
–Refugios subterráneos, algunas cavernas debajo de la tierra, los hogares de algunos animales ponzoñosos, frescos para que sean atractivos y tal vez con algún manto acuífero pero con mutos viviendo ahí para obligarlos a salir. –Comenta Enobaria, suena bien su idea.
–Buena opción también. Ahora en su comando pueden crear cosas así, así que su primera actividad será crear refugios y lo idóneo para una Arena así. Si no pueden con el teclado pueden usar el comando de voz, los micrófonos están dentro del cajón de su escritorio. Tienen media hora a partir de ahora.

Presiono un botón para activar mi comando, tengo un modelo de la Arena frente a mí, solo que a una escala más pequeña, con el teclado soy muy inútil. Tomo el micrófono del cajón como indicó el organizador, el cual se me acerca.
–Tienes que decir: “Comando de voz de Katniss Everdeen” para que se active. –Así que hago lo que me dijo.
–Comando de voz de Katniss Everdeen. –Escucho un pitido en los audífonos y comienzo a dar instrucciones.
–En la esquina suroeste crear una duna de tamaño pequeño. –Enseguida aparece en mi holograma la duna que indiqué, aunque la quiero más pequeña. –Más pequeña, hacer una abertura donde quepa arrastrándose una persona. –La duna se hace más pequeña y surge un agujero pequeño en su frente. –Extiende un túnel hacia abajo por cinco metros y crea una caverna de un metro y medio de ancho por dos de alto y un túnel más delgado que vaya cinco metros más abajo y una madriguera de medio metro por un metro. –Todo se empieza a crear en mi holograma, veo como estaría el túnel hacia abajo. –Que el túnel sea diagonal y en la segunda madriguera mete a dos serpientes venenosas que midan tres metro cada una. –Aparecen enroscadas en su nido, listas para atacar al subir por su estrecho túnel hacia la superficie. –Poner arañas muy pequeñas en la primera caverna, arañas que produzcan ampollas con el roce de sus patas, que sean cincuenta. –Y enseguida se coloca un nido de arañas en la caverna. Y escucho a Plutarch.
–¡Suficiente! Veremos que hicieron. –Y se dirige primero a Enobaria y le pide que enseñe qué hizo. –Enobaria veamos qué hiciste. Proyecto autorizado.

Y todos vemos en el holograma de la mesa transformarse, surgen algunos árboles secos y entre las raíces de uno se puede observar un agujero, dentro del agujero hay un túnel subterráneo y en el fondo hay un charco de agua sucia lleno de insectos.
–Bien, son mosquiercos ¿verdad? –Pregunta nuestro Vigilante en Jefe.
–Si. –Responde Enobaria un poco dudosa.
–Para los que no sepan los mosquiercos son una mutación de las moscas con una bacteria surgida de un puerco, con solo posarse en tu mano contraerás el virus que te enferma con altas temperaturas, vomito y alusiones, se cura con medicina cara del Capitolio. Muy bien, buena idea Enobaria, ahora sigue Haymitch. Deshacer última aprobación. –Y desaparecen las modificaciones de Enobaria, quedando como era originalmente. –Haymitch, amigo mío déjame ver qué hiciste. Proyecto autorizado. –Dice el gordo rubio detrás de nosotros poniendo una mano sobre mi hombro y otra sobre el hombro de mi mentor.

El holograma cambia dejándonos ver un volcán a punto de hacer erupción justo al lado opuesto del oasis, toda la Arena está rodeada por dunas y hay pequeñas cuevas de rocas entre las dunas, dentro hay diversos tipos de animales, entre los que destacan unas ratas del tamaño de castores, lo que me recuerda a nuestro viaje por las alcantarillas del Capitolio durante la guerra, lo cual me altera y quiero salir porque vienen a mí los recuerdos de Finnick, Boggs, Mesalla, Castor y el resto del escuadrón. No sé qué hago, no sé qué hacer.

Siento miedo, pánico, mis pesadillas y recuerdos llegan a mí. Noto que todo da vueltas a mí alrededor, escucho la voz de alguien, pero no entiendo lo que me dice, de repente todo se nubla y después se oscurece. Creo que me desmaye.

Después de lo que yo sentí fue mucho tiempo, reaccioné. –¿Qué paso? ¿Qué estoy haciendo sobre una mesa? –Pregunto confundida y un poco mareada, Haymitch me ayuda a sentarme y me pregunta.
–¿Te sientes bien? Te desmayaste.
–¿Has estado comiendo bien Katniss? –Me pregunta preocupado Gale, yo sigo un poco mareada, así que decido ser honesta con mi mentor.
–Haymitch, me siento algo mareada. Si, si he comido bien Gale, mejor que en los últimos años. –Respondo a Gale ¿molesta? No sé porque pero le estoy respondiendo a Gale molesta.
–Será mejor llevarla al hospital. –Manda Plutarch y Gale es el primero en ofrecerse a llevarme, afortunadamente Haymitch no lo deja.
–Yo puedo llevarla, no te preocupes Gale, tú continúa con tu inducción, ella y yo ya conocemos esto, tú aun no.

Gale se queda parado con cara de molestia mientras mi padre ficticio me lleva en brazos al hospital. Y yo le digo a mí mentor. –No puedo creer que esté de regreso.
–Yo tampoco, nunca creí que él fuera a ser el remplazo de Johanna. –Me dice molesto Haymitch, a lo que yo respondo.
–Yo no hablo de Gale, yo hablo de que no puedo creer que esté de regreso yo en el hospital. –Mi mentor suelta una gran carcajada, y sigue caminando hacia el hospital conmigo en brazos.


Haymitch y yo llegamos al hospital, al vernos una enfermera acerca rápidamente una silla de ruedas para que Haymitch me siente en ella. La enfermera empieza a preguntar.
–¿Qué le ocurrió?
–Estaba bien, y de repente se desmayo, estuvo inconsciente por cinco minutos aproximadamente, cuando despertó dijo que se sentía mareada, por eso la traje.
–Tranquilo, no se preocupe, la pasaremos a revisión con un médico para ver lo que está mal. –La enfermera empieza a empujar mi silla y Haymitch va detrás de ella, vamos por un pasillo ancho donde hay muchas puertas, la enfermera se detiene frente a una y toca en la puerta, de donde sale un hombre alto, delgado, rubio con ojos color verde mar que me recuerdan a los de Finnick, lo que ocasiona que lagrimas broten de mis ojos y comience a sollozar.
–¡Katniss! ¡¿Qué te duele?! ¡¿Qué tienes?! –Me pregunta exaltado y preocupado mi padre ficticio.

El doctor indica que me ingresen al consultorio y yo sigo llorando como hace mucho no lo hacía.
–Bien, dejemos que llore, lo que tenga que llorar y cuando ella pueda decirnos qué está mal la revisamos. –Anuncia el doctor, yo por fin estoy llorando las muertes que me perseguirán el resto de mi vida, muertes que yo ocasione al sacar las bayas en mis primeros juegos y después al volar la Arena en el Vasallaje, yo vine y los metí a la boca del lobo. Aunque si no hubiera hecho eso, todos los Distritos seguirían enviando niños a la Cosecha, seguirían pasando hambre, morirían personas ejecutadas por los Agentes de la Paz, seguiríamos viviendo bajo la opresión del Capitolio y principalmente del Presidente Snow, yo sigo llorando, lloro por Prim, por Finnick, por Castor, Mesalla, Jackson, Legg 1 y 2, Chaff, Seeder, los adictos del 6, Mags, Wirres, Rue, Tresh, Cato, Clove, Glimmer, Marvel y por todas las personas que murieron durante la Guerra, personas que solo fueron victimas colaterales de un tiranía.

Por fin las lágrimas dejan de salir de mis ojos y empiezo a tranquilizarme, el doctor se me acerca y me pregunta muy tiernamente.
–¿Ya podemos saber qué está mal?
–Perdón, es que los recuerdos y pesadillas me abrumaron y no pude soportarlo.
–Oh ya veo, aparte del dolor en el alma y el corazón, ¿te duele algo más? ¿Algún otro malestar? –Como aún continuo con los mareos y me duele horrible la cabeza, le digo la verdad al doctor.
–Me duele terriblemente la cabeza y estoy muy mareada.
–De acuerdo, ¿te golpeaste recientemente la cabeza? –Y el doctor comienza a revisar mi cabeza, haciendo presión alrededor de mi cráneo.
–No, no me he golpeado la cabeza desde la contusión en la Arena del Vasallaje cuando Johanna me golpeó. –Respondo yo, pero Haymitch interviene y le dice al doctor.
–De hecho hace un rato que se desmayo, nadie pudo sostenerla y cayó al suelo golpeándose, justo en el lugar de la contusión. –Yo lo miro molesta, cómo es que no pudo sostenerme si estaba a lado de mí. Y el doctor exclama aliviado.
–Oh, vaya, eso lo explica todo, se reavivo la contusión, será mejor que te quedes en el hospital bajo supervisión por algunos días, veremos como evolucionas. Señorita enfermera, prepare a la paciente para ingresarla a hospitalización, yo llevaré el control de su contusión.
–¿En qué piso la ingreso doctor? –Pregunta la enfermera haciendo anotaciones en un portapapeles.
–Disculpe doctor, tengo otro paciente en el cuarto piso, podría ser posible que la asignen a una habitación continua.
–¿Qué habitación tiene su paciente? –Pregunta el doctor, ingresando datos en su computadora, Haymitch responde.
–Habitación 474.
–A ver, vamos a checar si alguna antes o una después está disponible. ¡Vaya! Tenemos suerte, después de todo si podrá ser vecina del señor Mellark, señorita Everdeen. Enfermera ingrésela en la habitación 475. –Dice sonriente el doctor a la enfermera, quien anota en su portapapeles y empieza a empujar mi silla de ruedas fuera del consultorio, el doctor se despide de mí con movimientos de su mano y me dice. –La veré mas tarde señorita Everdeen.

La enfermera nos lleva a los ascensores y subimos al cuarto piso, caminamos en dirección a la habitación de Peeta, pasamos la puerta de su habitación y llegamos a mi habitación, la enfermera empieza a dar instrucciones.
–Señor Abernathy, espere aquí por favor, ingresaré a la señorita y la canalizaré, yo le aviso cuando pueda pasar. ¿De acuerdo?
–Si, está bien, adelante señorita. –Contesta Haymitch, se sienta en uno de los sillones mientras la enfermera empuja mi silla dentro de la habitación, me ayuda a quitarme la ropa y colocarme una bata blanca con una abertura en la espalda y después me ayuda a recostarme en la cama, me pide que duerma.
–Señorita Everdeen debería tratar de dormir, eso ayuda mucho, trate de dormir en lo que yo coloco la intravenosa para sus medicamentos.
–De acuerdo, lo intentaré. –Respondo yo, y cierro los ojos, en verdad sigo mareada y de repente me entró mucho sueño, así que rápidamente me quedo dormida.

Despierto después de algunas horas y lo primero que escucho son gritos, son voces de hombres y una mujer, reconocería esas voces donde sea, son Effie, Peeta, Haymitch y Gale, trato de escuchar lo que gritan.
–No de ninguna manera puedes entrar. –Esa es la voz de Peeta.
–¿Y tú con qué derecho me dices que no puedo entrar? –Y ese definitivamente es Gale.
–Con el derecho que le doy yo, que soy el tutor y encargado de Katniss, mientras su madre no se encuentre. –Ese es Haymitch y se escucha muy molesto.
–Gale, será mejor que te vayas, no queremos que Katniss despierte y se altere con esta situación. –Effie siempre tan preocupaba y protectora.
–Tu no tienes que decirme que hacer ¿Quién te crees? Solo eres una maldita perra faldera del Capitolio. –Eso que Gale dijo me molesta mucho, no tiene porque decirle eso a Effie.
–¡No le digas así! Y mejor vete, antes de que haga algo de lo que me puedo arrepentir. –Amenaza Haymitch, y escucho como Effie se ha soltado a llorar.
–Vete Gale, nunca debiste haber venido. –Le dice Peeta, y escucho los sollozos de Effie. Me levanto de la cama y lentamente empiezo a caminar hacia la puerta, esto debe de parar, llevo mi suero en la mano derecha y con la izquierda voy sujetándome de los muebles para no caer.
–¡Pues no me voy hasta que la vea y ella me diga que no quiere verme! –Con que eso es lo que quiere Gale, bien pues vamos a complacerlo, llego a la puerta y ésta se abre automáticamente, todos miran a la puerta y yo comienzo los reclamos.
–¡Gale! ¡¿Qué te sucede?! –la cara de todos es de sorpresa de verme ahí de pie. –¿Por qué le hablas así a mi familia?
–¿Qué? ¿Tu familia? ¿Qué han hecho ellos por ti, además de llevarte al matadero? –Haymitch se ve al punto de soltrle un golpe a Gale en cualquier momento. –Soy tu mejor amigo. –Y pone una cara de perro triste.
–Ellos no me llevaron a ningún matadero, y ellos me han mantenido viva aún a costa de su propia vida. Así que si vas a seguir con esa actitud, lo mejor será que te marche. –El se da la vuelta y se va sin decir más, mis piernas empiezan a temblar y empiezo a caerme lentamente. Los brazos de Peeta me sostienen antes de caer al suelo y me carga llevándome a la cama; el ya no tiene su ropa de hospital puesta, en lugar de su bata blanca lleva unos jeans azules con una playera verde ajustada a sus músculos. Me recuesto en la cama Y veo a Haymitch que está abrazando a Effie, que aun está llorando pero ahora en silencio.
–Oh Effie, no llores, no sabes como lamento lo que Gale te dijo. –Le digo yo, estirando mis brazos para darle un abrazo, ella se acerca a mi y deja que la abrace.
–Lo siento, no quería que te despertáramos, y menos que escucharas nuestra discusión. –Me dice Effie entre gimoteos y sollozos.
–Tranquila, no pasa nada. Me siento mejor y era lo que él necesitaba. –Le respondo yo con una sonrisa, ella me devuelve la sonrisa.
–¿De verdad te sientes mejor Katniss? –Me pregunta Peeta preocupado. Yo le sonrío y tomo una de sus manos entre las mías.
–Si, me siento mejor, solo algo débil, y un poco mareada, pero el dolor de cabeza ya no lo tengo. ¿Y tu qué haces fuera de la cama? –Le pregunto sonriente y besando el dorso de su mano.
–Me dieron de alta del hospital, así que ya me asignaron una habitación en la mansión o puedo quedarme aquí a cuidarte. –Me dice mi amado chico rubio sonriendo y besando mi frente.
–Bien, ya es tarde, te dejaremos descansar, llevaré a Effie a su casa y después iré a descansar, mañana los veo chicos. –Nos anuncia nuestro mentor y padre ficticio. Effie se acerca a nosotros y nos besa de despedida y se va con Haymitch.

Peeta se sienta en una silla junto a mi cama y no hablamos, solo nos hacemos caricias tiernas y besamos nuestras manos, me siento tan bien a su lado. Aún no puedo creer como con Peeta me siento tan tranquila y en paz, mientras que con Gale todo siempre es arriesgado y hasta cierto punto peligroso; son tan diferentes, pero los dos me aman, y aún no sé por qué motivo lo hacen. De lo que estoy segura es que yo necesito la paz y seguridad que Peeta me da.
Comienza a darme mucho sueño, supongo que son los medicamentos y Peeta se da cuenta.
–Descansa, yo voy a estar aquí cuando despiertes. –Y besa mi frente y me arropa.
–Te amo Peeta. –Le digo yo mirándolo a esos ojos azules tan hermosos.
–Y yo a ti Katniss. –Me dice dándome un tierno beso en los labios. Cierro los ojos y me vuelvo a quedar dormida.

Karly 💙

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