Me despierto feliz por la mañana, tuve un lindo sueño en el que Peeta y yo estamos en la pradera en un día de campo, fue tan lindo. Miro el reloj y son las nueve y treinta, que bien dormí, sin pesadillas, me levanto y ordeno el desayuno pues tengo muchísima hambre, anoche no cene y el hambre esta matándome, llega todo y comienzo a comer, cuando termino busco algo de ropa en el armario, tomo unos jeans ajustados negros, una blusa blanca de manga larga y con cuello en V y mi ropa interior, uso sólo manga larga porque no me gusta ver mi nueva piel todo el tiempo. Entro al baño para darme un largo y relajante baño, mientras estoy en la regadera trato de analizar el comportamiento de Johanna y encontrarle lógica a lo que dijo ¿por qué mentirme? ¿No somos amigas? Supongo que dejamos de serlo el día que me dijo que está enamorada de Peeta. Pero ¿para qué mentirme? No le encuentro ningún sentido a su mentira, término de bañarme, me seco en la alfombra y salgo en bata a mi habitación, estoy cambiándome cuando mi nariz detecta el olor a flores, subo mis pantalones y acomodo mi blusa, me acerco a la mesa porque encima de ella hay un enorme arreglo de flores y también hay una tarjeta sobre él, tomo la tarjeta y la leo.
¿Cómo que me ve mañana? ¿Viene a verme a mí o por el trabajo? ¿Y por qué me envió flores? ¿Qué le pasa a todo mundo? Dejo la tarjeta donde estaba y busco unos zapatos, me decido por unas botas negras, tomo unos calcetines de colores me los pongo y me calzo las botas, voy al tocador y trenzo mi cabello como lo hacía en el Distrito, tomo el mismo brillo labial de ayer y lo aplicó en los labios. Doy un último vistazo a mi reflejo en el espejo, estoy lista, voy hacia la puerta para ir al hospital cuando mi agenda empieza a sonar, ya me había olvidado de ella, supongo que ahora no puedo soltarla nunca, la agarro y veo que dice: "Actualizaciones descargando"
Dejó que haga lo que sea que esté haciendo y la meto en el bolsillo trasero de mis jeans y salgo con rumbo al hospital, llego considerablemente rápido, está la misma enfermera que ayer.
–Buenos días señorita Sasha. –Digo yo alegremente, la enfermera me dedica una tierna sonrisa.
-¿Misma visita de ayer señorita Everdeen?
-Sí, misma visita. –le digo emocionada, solo me falta ponerme a dar saltos aquí.
-¿Quiere que la acompañe o puede ir sola?
-No quiero interrumpir lo que este asiendo, puedo ir yo sola ¿no tiene visitas verdad? –ella niega con la cabeza y me regala una nueva sonrisa cálida.
-No, usted es la primera, sólo una cosa, a la una de la tarde el señor Mellark tiene terapia, por lo que tendrá que retirarse antes.
-De acuerdo, gracias.
-Pase.
Voy caminando por los pasillos ya familiares y llego a su habitación, llamo a la puerta pero no responde, comienzo a preocuparme, vuelvo a tocar, un poco más fuerte por si todavía está dormido, y sigo sin obtener respuesta, decido tocar de nuevo más fuerte y sigue sin responder, así que intento abrir la puerta y está abierta, asomo con precaución la cabeza y no veo nada fuera de lo normal, seguramente sigue dormido o tal vez está bañándose, me acerco a la puerta del baño para escuchar sí está bañándose, pero no se escucha ningún ruido, entonces toco en la puerta de su habitación estoy poniéndome muy nerviosa y si le pasó algo o está enfermo, tampoco obtengo respuesta, ya estoy demasiado angustiada, así que decido entrar a la habitación de mi novio, abro muy despacio la puerta empujándola muy suave, dentro está muy oscuro y mis ojos empiezan a adaptarse a la oscuridad, miro hacia la cama en el fondo y me sorprendo al ver dos siluetas sobre la cama, siento que mi corazón se hace pequeño y veo a una silueta sentarse, yo cierro la puerta, mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, estoy dirigiéndome a la salida cuando escucho su voz llamándome.
–Katniss, ¿qué haces aquí? ¿Qué hora es? –Seco mis ojos con la manga de mi blusa disimuladamente y le contesto lo más tranquila que puedo.
–Venía a visitar a Peeta, pero en la recepción no me dijeron que tuviera visita, Johanna. –Johanna sonríe, sólo lleva una playera de Peeta puesta, siento ganas de borrarle esa sonrisa de la cara, pero decido devolverle la sonrisa.
–Bueno es que nadie sabe que estoy aquí, anoche me metí a escondidas mientras la enfermera se quedó dormida, y Peeta está muy dormido, término muy cansado anoche.
–Oh vaya, creo que no necesito escuchar detalles y será mejor que lo despiertes pronto, porque más tarde tiene terapia, así que yo mejor me voy y los dejó solos.
–¡Espera! Necesito que me ayudes a salir sin ser vista.–Yo ruedo los ojos, no puedo creer que encima quiere que le ayude a salir, está loca.
–Ammm lo siento, tú entraste sola, sola sales.
Salgo hecha una furia de la habitación y azoto la puerta. Salgo casi corriendo y llegó a recepción, la enfermera Sasha me ve y se me acerca.
–¿Señorita Everdeen se siente bien? ¿Le puedo ayudar en algo? –no sé cuál sea mi cara pero me siento al borde de empezar a llorar como una tonta.
–No gracias estoy bien. –le digo con la voz un poco entrecortada.
–Lamento contradecirla pero no se ve bien ¿pasó algo con el señor Mellark?
–Bueno creo que tiene una visita no autorizada. –Y diciendo eso salgo corriendo del hospital. Acabo de delatarlos, no puedo creer que me hicieran esto, en eso empieza a sonar algo, me doy cuenta que es mi agenda, la saco del bolsillo y veo una foto de Effie y debajo dice llamando, presiono la foto y cambia a una imagen en vivo de Effie.
–Hola chiquita. –Me dice alegre y cambia su cara por una expresión seria.
–Katniss ¿qué tienes? –y siendo Effie una de las pocas personas en las que puedo confiar ahora, le digo.
–Ay Effie me siento tan mal. –y las lágrimas se escapan de mi control y empiezan a caer por mis mejillas.
–Tranquila, ¿dónde estás?
–Voy a mi habitación.
–Bien, te veo allí.
Y su imagen desaparece, corro hacia mi habitación y me suelto a llorar con sollozos y mocos incluidos una vez dentro. Nunca me había sentido tan traicionada, estoy por acostarme en mi cama cuando tocan la puerta y entra Effie corriendo en sus altos tacones, le pido cerrar la puerta.
–Effie cierra con seguro por favor no quiero ver a nadie más.
Effie hace lo que le pido y se sienta junto a mí en la cama y me rodea los hombros con su delgado brazo y lloro con más intensidad todavía, ella me deja llorar en silencio, hasta que me siento un poco más tranquila es que comienzo a hablar.
–Effie ¿alguna vez te han roto el corazón? –Effie suelta mis hombros y se sienta de manera que quedamos frente a frente y toma mis manos.
–No Katniss, no sé cómo se siente un corazón roto, pero sí sé cómo se siente un amor no correspondido. –ella me alcanza un pañuelo de tela para limpiarme la cara.
–Supongo que no hay gran diferencia. –le digo mientras limpio mis asquerosos mocos de la nariz.
–Bueno yo supongo mismo. ¿Me quieres platicar qué pasó? Puedo ser buena escuchando y guardando tus secretos. –Eso me hace sonreír un poco por lo que decido confiarle todo a Effie.
–Bueno es que ayer estuve con Peeta, fui a visitarlo y comimos juntos y al final de la comida nos hicimos novios, pero Johanna me dijo hace un par de días que está enamorada de Peeta y dijimos que Peeta decidiría y Peeta aparentemente me escogió a mí.
–Bueno eso es obvio, el te ama. –me dice ella dando unas palmaditas en mi cabeza.
–Yo pensaba lo mismo pero fui a verlo hace un rato y entre porque nadie respondía y en su habitación estaba acostado con Johanna.
–¡Oh por el amor a los zapatos. Eso es imposible Katniss!
–Es cierto Effie yo los vi y Johanna todavía me dijo que había quedado muy cansado en la noche.
–¡Por Dios Katniss no me des más detalles! –ella se abanica con su mano el rostro.
–Effie no sé más detalles, sólo que Johanna traía puesta una playera de Peeta sin pantalones.
–¡Katniss! ¡Qué horror! Pero es imposible eso, Peeta no puede tener visitas tan tarde ni tan temprano.
–Johanna me dijo que se metió a escondidas mientras la enfermera de en la noche se quedó dormida.
–¡Por el amor a mis zapatos! ¡Johanna y Peeta se meterán en muchos problemas si alguien más se entera!
–Olvidé mencionar que le dije a la enfermera que Peeta tenía una visita no autorizada.
-¡Katniss los delataste! –y mi ex escolta se pone de pie y toma su bolsa mientras busca algo dentro.
-¡Sí! –respondo enojada, me molesta que ella reqcfione así, cuando la culpa es de ellos, no mía.
En eso comienza a sonar la agenda de Effie quién parece que ya la estaba buscando y la saca de su bolso.
–Es un video llamado de Haymitch. –me anuncia.
Yo me encino de hombros y mientras sigo limpiando mi desastre de lágrimas –Pues contesta.
Effie contesta y escucha la voz de un Haymitch desesperado.
–Effie necesito que vengas al hospital de inmediato, unos jovencitos se acaban de meter en muchos problemas. –ella me da una mirada de soslayo.
–De acuerdo, cálmate Haymitch, voy para allá.
–Effie una cosa más, asegúrate de que Katniss no venga al hospital hoy. –ella vuelve a darme una mirada de soslayo.
–Ok yo veré que le invento.
–Gracias.
Yo miro a Effie y le pregunto.
–¿Por qué les avisan a ti y a Haymitch los problemas con Peeta y la Mason?
–Porque ellos no tienen familia y nosotros somos algo así como sus tutores. –yo asiento, porque ciertamente a veces somos como sus hijos. –Y por lo que veo no saben que tú los delataste, así que ese será nuestro secreto y ya sabes nada de ir al hospital. –me dice y yo niego.
–Créeme Effie eso es lo que menos quiero.
–Bien yo vuelvo más tarde a verte.
–Gracias Effie. –ella se acerca a mí y me da una maternal caricia en la mejilla.
–De nada ¿por qué no tratas de dormir un poco?
–Lo intentaré.
Effie besa mi frente, seca las lágrimas de mis mejillas que aún quedan y se va. Yo me levanto y cierro la puerta con seguro para que nadie me moleste. Regreso a mi cama y me acuesto en ella y comienzo a llorar de nuevo hasta que me quedo dormida, me despierto más tarde gritando por una pesadilla, veo por la ventana que está por anochecer, me siento cansada y hambrienta, ordeno algo de comida, pero a pesar del hambre que tengo no como mucho, mi habitación se ha impregnado más del olor a flores, me miro en el espejo y me veo horrible, despeinada y con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, busco mi pijama y ropa interior limpia y me meto a dar un baño en la tina, me relaja, meto mi cabeza bajo el agua y floto sobre mi espalda, y me dejó llevar por los recuerdos de cuando era niña y mi papá me llevaba al lago. Escucho mi agenda que empieza a sonar y decido ignorarla, sigo en la enorme tina cuando la pantalla del baño se enciende, me siento para ver el anuncio de Coin. Suena el himno de Panem y aparece el sello del Capitolio rodeado de los sellos de los trece Distritos y después aparece Coin y empieza a hablar.
"–Gente de Panem, este es el anuncio del inicio de los 76° Juegos del Hambre, donde todos los niños y jóvenes de entre 11 y 17 años que tengan la nacionalidad del Capitolio tendrán que presentarse a la Cosecha dentro de tres domingos a las afueras de la mansión presidencial, niño o joven que no se presente será ejecutado junto con la gente que lo encubra. Felices Juegos del Hambre y que la Suerte este Siempre de su Lado”
Aparece el sello del Capitolio y los Distritos y se apaga la pantalla quedando negra de nuevo, me vuelvo a sumergir en la tina cuando vuelve a sonar mi agenda, ya no puedo ignorarla, salgo de la tina y me pongo mi bata, salgo y tomo la agenda y dice Effie llamando, presionó la imagen y sale Effie despeinada y agitada gritándole.
–¡Katniss por nada del mundo abras la puerta de tú habitación!
–¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!
–Haymitch y yo vamos para allá, Johanna está completamente fuera de sí y dice que quiere matarte.
En eso se oye un golpe en la puerta, muy fuerte y comienzan a oírse más golpes y gritos.
–¡Abre la maldita puerta Everdeen! ¡Zorra maldita abre está maldita puerta! ¡Sé que estas ahí dentro desgraciada, abre de una vez la maldita puerta!
Todos estarán aquí pronto, por lo que no me preocupo y regreso al baño a cambiarme porque no quiero que nadie me vea desnuda, me seco con la toalla y me pongo la pijama y una bata de dormir encima, unas zapatillas de felpa y mientras Johanna sigue golpeando mi puerta y gritando insultos, por fin escucho más voces en el pasillo y dejó de oír los golpes, pero escucho gritos.
-¡Quítenme las manos de encima! ¡Suéltenme malditos gatos!
Y después ya no escucho nada, yo estoy cepillando mi cabello húmedo cuando tocan suavemente la puerta y escucho a Effie.
–Katniss, cariño ya puedes abrir. –Voy a la puerta y quito el seguro y abro la puerta justo para ver como se llevan cargando a Johanna inconsciente, me doy la vuelta y regreso al tocador mientras Effie, Haymitch y el Dr. Aurelius entran en mi habitación.
–¿Y esas flores? –Pregunta Haymitch.
–Gale me las envió. –Respondo yo.
–¿Por qué? –Vuelve a preguntar mi mentor y yo respondo molesta.
–¡¿Qué te importa?! –El bufa y me da una de sus miradas de reproche.
–Bueno creo que estas molesta con la persona equivocada, cielito. –Me responde de igual manera molesto.
–¡Haymitch déjala en paz, después de lo que ha tenido que pasar hoy! –Effie entra en mi defensa.
–Gracias Effie. –Le digo yo tiernamente.
–Bien, como sea, a lo que venimos. Doctor quiere empezar por favor. –Haymitch mandando al doctor. El doctor Aurelius empieza a hablar.
–A partir de mañana empezará a vivir sola señorita Everdeen, comenzaremos la terapia ya platicada con usted anteriormente.
–¿De verdad? –le digo emocionada, por fin una buena noticia hoy.
–Sí, mañana la señorita Trinket la llevara a su nueva casa temprano.
–Esto es genial.
–Bien es todo por mi parte, me retiró para hacer los trámites de ingreso de la señorita Mason, con su permiso. –Y sale el doctor de mi habitación cerrando la puerta.
–¿Y bien me van a decir porque Johanna quería matarme? –Pregunto yo mirando a Haymitch fijamente.
–Bien, dice el doctor que la situación de sentirse rechazada la desequilibro y la llevó a hacer cosas desagradables. –Me dice Effie con calma.
–Peeta está hospitalizado, Johanna lo drogo, pero le dio una dosis muy fuerte y lo dejó en una especie de coma, no sabemos cuándo despertará. –Me dice Haymitch preocupado.
Y yo siento como si me hubieran quitado una enorme carga de encima y me hubieran echado agua con hielos encima, lo último que recuerdo es que todo se me nublo y después todo era oscuridad e inconsciencia. Pues me desmaye.
Cuando estoy consciente de nuevo Haymitch, Effie y una enfermera están a mí alrededor mirándome, Effie es la primera en hablar.
–Katniss, ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
–Tranquila Effie, estoy bien. –Respondo yo, sentándome en mi cama, la enfermera se me acerca y comienza a revisar mis signos vitales.
Haymitch y Effie están preocupados, lo noto en sus rostros, y sé que no solo es por mí, sino por Peeta y Johanna también, ellos tan solteros y con tres adolescentes que lidiar, ojalá terminaran juntos, así seriamos como una familia en lugar de un equipo, mamá Effie y papá Haymitch, rio por mi pensamiento y me miran extrañados y confundidos. La enfermera termina de revisar mis signos vitales.
–La señorita Everdeen, está bien, sus signos vitales son normales, de todos modos estaré al pendiente de ella, no creo que sea necesaria una visita del doctor ¿o desea que la revise un doctor señorita Everdeen? –Me pregunta la enfermera, por supuesto que no, no quiero darles más preocupaciones a mis padres ficticios.
–No, señorita, de verdad estoy bien, gracias.
–Bien, cualquier cosa llámenme, solo presionen el botón 2 en el teléfono y serán comunicados conmigo.
–Gracias señorita. –responde Haymitch y la enfermera hace una leve reverencia y se va, ¿por qué todo el personal aquí hace eso de las reverencias? Effie se sienta en la cama junto a mí y Haymitch se mantiene parado en los pies de la cama, me miran como esperando a que haga algo.
–¿Cómo está Peeta? –Pregunto y Haymitch es quien me contesta.
–Igual, no ha despertado.
–¿Y Johanna?
–Bueno ella fue ingresada al hospital, estará bajo tratamiento psiquiátrico.
–O sea que no podrá trabajar con nosotros en los Juegos.
–Bueno Plutarch no está muy feliz con la noticia pero dice que ya buscará quien la remplace.
–Bueno, espero que se recupere pronto.
–Si, bueno, todos esperamos eso.
–¿Puedo ir a ver a Peeta al hospital?
–Hoy no, tal vez mañana, lo mejor será que descanses, ya es muy tarde y te desmayaste hace un rato, mejor tomate un respiro. –me dice Haymitch serio, Effie da un ligero apretón en mi tobillo.
–De acuerdo, como digas, además me siento cansada.
Effie se acerca a mí y acaricia mi mejilla, es un gesto muy maternal y me conforta. Mi mentor anuncia que se va.
–Bueno, yo me retiro, tengo que descansar un rato y después a lidiar con Plutarch, Katniss descansa y mañana nos vemos. –Yo afirmo con la cabeza y él se va. Effie sigue sentada junto a mí y me pregunta.
–¿Quieres que me quede a dormir aquí para cuidarte?
–Eso sería lindo. Gracias Effie.
–No hay problema chiquita, llamaré al servicio para que traigan otra cama para mí.
–Hay suficiente espacio en mi cama.
Ella empieza a negar con su cabeza y se pone de pie. –Oh, no, tú duermes terriblemente mal. –Dice riéndose y me hace reír.
–Bueno, manda a pedir la cama porque me tienes que platicar muchas cosas.
–De acuerdo, de acuerdo.
Effie toma el teléfono de la habitación y llama para solicitar la cama extra en mi habitación. Cuando cuelga yo comienzo con el interrogatorio.
–¿Qué pasó cuando llegaste al hospital Effie?, dime la verdad. –Effie se acomoda en mi cama para verme a la cara y comienza a platicar me.
-Bueno yo llegué corriendo al hospital y no encontré a nadie en recepción así que me dirigí a la habitación de Peeta, cuando llegué a la Sala de Espera estaba llena de guardias y entonces entre al pasillo y había más guardias en la entrada, entre a la habitación y había muchas enfermeras y médicos, y junto a la puerta estaba Haymitch, yo... –Somos interrumpidas por que llaman a la puerta y Effie se levanta a abrir, son los sirvientes o avox, no creí que siguieran trabajando como sirvientes ahora que Coin gobierna, creí que los podría haber liberado, eso me sorprende, tal vez ahora los traten mejor. Ellos llevan cargando una cama individual entre cuatro hombres y detrás viene una mujer cargando la ropa de cama, los avox ponen la cama junto a la mía y se van mientras que la joven tiende la cama para Effie, cuando termina se retira y cierra la puerta.
–Bueno creo que tomaré un pijama tuyo para dormir. –Me dice Effie.
—Adelante, toma lo que necesites Effie.
–Gracias querida. –Effie va al armario y busca un pijama para ella, escoge un camisón de seda amarilla y entra al baño. Cuando sale con el camisón puesto, descalza y sin maquillar yo estoy comiendo un sándwich de ensalada de pollo y un vaso de leche fría que pedí porque tenía hambre, Effie me ve y se ríe y se sienta en su cama mirándome, hasta que le pido que continué.
–¿Y qué pasó luego?
–Aaaa sí claro, bueno Haymitch estaba junto a la puerta de la recámara alado del doctor Phillips, quién es el psicólogo de Johanna quién hablaba a través de la puerta con ella, porque estaba muy aterrada y encerrada en la habitación con Peeta, yo me acerque a Haymitch y me dijo que todos estaban preocupados porque no había respuestas de Peeta, la única que hablaba y golpeaba e insultaba era Johanna. Y pensaban que lo tenía secuestrado o que lo había herido.
—Y no estaban equivocados.
–No, de hecho no tan equivocados, entonces como el doctor no logró que abriera la puerta, los guardias tiraron la puerta e intentaron agarrarla pero se les escapó de la habitación, todos tratábamos de hablar con ella o agarrarla, pero ella se comportaba como una salvaje, y gritaba cosas como que tú lo tenías todo y ella no tenía nada y que te mataría para tener tú vida. Y luego me abrazo muy fuerte y me preguntó que si yo la quería como a ti y no pude responder y me intentó golpear, pero Haymitch me ayudó.
En eso Effie empieza a llorar y yo dejo mi plato y mi vaso en la mesita de noche y me acerco y la abrazo y ella me corresponde con un abrazo cálido y seguro.
–Tranquila Effie, si no quieres continuar platicándome no hay problema. Yo lo entiendo, se que todo esto te afecta y si no quieres continuar no te obligaré.
–Oh Katniss, te has vuelto tan considerada y tan linda con las personas.
–¿Yo? ¿linda con las personas? Effie me estas confundiendo con Peeta. –le digo riendo.
Ella me da un ligero manotazo en el brazo –Claro que no te estoy confundiendo con nadie, haces tanto por las personas y ni siquiera te das cuenta. Ese es el acto más noble que puedes hacer, hacer el bien sin que esperes nada a cambio.
–Ni siquiera lo había notado.
–Es por eso que eres tan pura y sincera, y por eso Peeta te ama.
–Yo también lo amo a él.
–Lo sé, por eso te sentías tan mal cuando creíste que te había engañado con Johanna. –Yo no respondo a lo que acaba de decir Effie porque es verdad que creí eso. Estoy pensando en Peeta, como ha sufrido, como lo siguen utilizando, no quiero que nadie más lo dañe y estoy decidida a cuidarlo y protegerlo, como si estuviéramos en la Arena. Estoy tan sumida en mis pensamientos que no noto que Effie me está hablando hasta que me sacude con fuerza por los brazos.
–Katniss, Katniss ¿de verdad estas bien? ¿Llamo a la enfermera?
–Tranquila, no, no llames a nadie, estaba pensando.
–Por todos mis zapatos Katniss no vuelvas a espantarme así. Te preguntaba si ¿quieres que continúe platicándote?
–Sólo sí tú quieres y puedes.
–Bien, después de que Johanna me atacó y Haymitch me rescató, me metió en la habitación de Peeta y estaba con él un doctor y una enfermera, lo estaban revisando. Y yo me acerque para preguntar sí estaba bien. Me respondieron que sí, pero que estaba inconsciente por algún motivo, fue cuando tropecé con algo de el suelo y encontramos un frasco vacío y una jeringa, la enfermera la revisó y vieron que era una droga, un somnífero y eso explicaba porque estaba inconsciente, lo importante ahora era saber cuánto le había inyectado Johanna y desde qué hora. En eso escuche muchos gritos afuera y Haymitch entró a la habitación y me dijo que te llamará y te avisará que Johanna iba para allá y fue que te llamé y el resto ya lo sabes, Peeta fue llevado a otra habitación con cuidado continuo hasta que despierte.
–Y yo pensando mal de Peeta, no lo merezco.
–Bueno todos pensamos mal de él, pero en realidad el también fue una víctima. –me dice ella como tratando de que me sienta menos mal, pero no funciona, nuevamente queda demostrado que no lo merezco, si la situación hubiese sido a la inversa, él nu ca habría desconfiado de mí.
–Sí, ahora lo sé.
–Bueno ya te platiqué, ahora a la cama, es tarde y mañana tenemos un día muy, muy, pero muy importante.
Eso me hace reír, me subo a mi cama y me acomodo debajo de la suave sabana de seda y me quedo dormida.
Tengo sueños raros, no puedo decir que son pesadillas pero me dejan inquieta cuando Effie me despierta en la mañana.
–Arriba, Katniss, que hoy es un día nuevo e importante.
Abro los ojos y ya está cambiada y maquillada, yo me siento en la cama y ella pone una bandeja con comida sobre mi regazo para que desayune, mientras ella revisa su agenda. Término de desayunar y me manda a bañarme, porque dice que tendremos un día muy largo. Busco ropa en el armario, tomo unos pantalones cafés ajustados y una blusa naranja con encaje en la espalda y con mangas tres cuartos, tomo ropa interior y entro a ducharme, me doy un baño rápido como dijo Effie y salgo cambiada y descalza, me pongo unos zapatos cafés con cintas de listón que van amarradas a mis tobillos, según me dijo Effie. Peino mi cabello en una coleta y Effie me apresura para salir de mi habitación y empieza a leerme el itinerario
–Bien, son las nueve y treinta, iremos al hospital primero a ver a Peeta, del hospital saldremos al medio día, estaremos en el centro de la ciudad a las doce y treinta para comprar las cosas necesarias para ti y tú nueva casa, ropa, zapatos, maquillaje, muebles, decoración para la casa, trastes etcétera, etcétera, será agotador, pero a las cuatro y treinta debemos estar en tú nueva casa, no podrás desempacar hoy porque a las seis debemos estar en la mansión, yo para pruebas vestuario y ensayos para las entrevistas y la cosecha y tú para tú clase para ser un Vigilante. Terminas a las ocho y puedes hacer lo que quieras desde esa hora.
–Suena agotador.
En eso entramos al hospital y en el mostrador de la recepción preguntamos por la habitación de Peeta, una enfermera nos dice donde está y Effie y yo vamos al ascensor porque está en el cuarto piso, entramos al ascensor y Effie presiona el botón con el número 4 y somos elevadas al cuarto piso, salimos y buscamos la habitación 474, la encontramos y está custodiada por un par de guardias, nos dejan entrar sin problemas y entramos en una sala de espera y al fondo hay un cristal desde el que se pude ver a Peeta dormido sobre una cama y con monitores a su alrededor y una intravenosa por la cual lo alimentan, hay un doctor y una enfermera adentro con él. Veo que es la enfermera Sasha. Ellos terminan de revisarlo y salen, Effie y yo nos acercamos para preguntar sí hay cambios.
–Doctor, ¿cómo está Peeta? –Pregunta Effie.
–Bien, pues está estable, esperamos que en el transcurso del día la droga termine de salir de su cuerpo y despierte.
–¿Puedo pasar? –Pregunto al doctor, un hombre calvo que usa lentes y tiene ojos verdes, ojos que me miran fijamente y me dice finalmente.
–Claro, adelante, platica con él, tal vez eso lo haga despertar.
El viejo doctor me sonríe y la enfermera también, entro mientras Effie se queda con el doctor haciéndole más preguntas, entro y lo miro, se ve tan joven y guapo en la cama, me siento en la cama junto a él y le tomo una mano y la pongo entre las mías y comienzo a platicar con él.
–Hola amor, espero que despiertes pronto, te extraño mucho, y tengo muchas cosas que decirte y platicarte, me haces mucha falta. Sabes he soñado que tú y yo vamos a un día de campo en la pradera en el Distrito 12, también he soñado que vamos visitar a mi mamá y a Annie al Distrito 4 ¿recuerdas que bonito se veía el mar y el sol poniéndose y toda el agua se veía naranja y las olas tocaban nuestros pies descalzos en la arena? Era tan hermoso ese paisaje, espero que pronto puedas pintar un cuadro de ese recuerdo.
Yo estoy distraída acariciando el dorso de su mano y pérdida en mis lindos recuerdos que me asusto cuando escucho una voz masculina.
–¿Por qué no me sigues contando qué más quieres que pinte?
–¡Peeta, Peeta! ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? –Y yo me lanzó a abrazarlo y lágrimas de emoción comienzan a salir de mis ojos, él las seca con sus pulgares y comienza a hablar.
–Me siento bien, un poco hambriento y confundido ¿qué pasó? ¿Por qué estoy aquí? No recuerdo nada ¿te hice daño? –Y comienza a alterarse, yo le pongo mi mano derecha en su pecho y comienzo a tranquilizarlo.
-No, tranquilízate no me hiciste daño, estas aquí porque te inyectaron demasiado somnífero y no despertabas, por eso estas aquí. Pero no pasó nada. Estás bien.
–Oh que bueno, temí lo peor.
–No, no pasó nada malo. –En eso entra Effie corriendo y comienza a gritar.
–¡Despertaste! ¡Despertaste!
–Sí Effie, estoy despierto y sino seguro que con esos gritos despierto. –Effie se pone roja de la cara y Peeta y yo reímos.
–Bueno, llamare al doctor para que venga.
–Gracias Effie, también podrías pedirle algo de comer, está hambriento. –Le digo yo con una sonrisa.
–Claro, ya vuelvo chicos.
Y sale corriendo en busca del doctor, mientras yo acaricio las manos de mi chico del pan y el besa mi frente. Hasta que levanto la cara y nuestros labios se juntan en un largo y tierno beso, que hizo que una llama se encendiera en mí, una llama que me pedía más, estábamos basándonos cuando somos abruptamente interrumpidos por el doctor, la enfermera, Effie y Haymitch. Nos separamos y yo noto que mis mejillas se ponen rojas y dejó que el doctor se acerque a él y lo revise, Haymitch sugiere que esperemos afuera mientras lo revisan. Los tres salimos a la sala de espera y comienza el interrogatorio.
–¿Katniss qué te pregunto y qué le respondiste? –Me dice Haymitch muy serio.
Y yo respondo igual de sería –Me pregunto que qué le había pasado, que por qué estaba aquí y luego se aterro porque pensó que había perdido el control y me había lastimado y yo lo tranquilice y le dije que todo estaba bien que había terminado aquí porque le habían inyectado somnífero de mas y como no despertaba lo trajeron aquí.
–¿Quién le dijiste que lo inyecto?
–Nadie, no dije ningún nombre.
–Bien, el doctor sugiere que no le digamos que fue Johanna, que ella debe ser quién le diga.
–Bien, si el doctor sugiere que así sea, así será. –En eso sale el doctor y nos dice.
–Está en perfectas condiciones, mandaré que le traigan de comer y pueden pasar a verlo. Asegúrense de que se coma todo, por un par de días puede sentirse cansado o con mucho sueño será normal.
–De acuerdo doctor, gracias. –Responde Haymitch estrechando la mano del doctor quién se va junto con la enfermera. Tomo a Effie del brazo mientras mi mentor entra con mi novio.
–Effie, no puedo seguir el itinerario, quiero estar el resto del día con Peeta ¿me entiendes verdad? –Y hago una cara de perrito triste para convencerla. Y ella hace muecas y caras de dolor hasta que suspira y exclama.
–De acuerdo, ordenare las cosas para tu casa por internet y para que las lleven allá, pero de la clase de Vigilantes, no puedo salvarte, es obligatoria y necesaria, así que tendrás que ir.
–Bueno me basta estar con él toda la tarde y en la noche después puedo volver. Gracias Effie, eres la mejor.
Le digo sonriendo y besando su mejilla. Y entro corriendo a la habitación de Peeta que está platicando con Haymitch, yo voy me siento en una silla junto a mi chico rubio; entra una enfermera con una charola de comida, hay un caldo de pollo con verduras, dos rebanadas de pan, una manzana, una pera y un vaso con una jarra de agua, coloca la bandeja sobre el regazo de Peeta y le toma la mano de la intravenosa.
–Señor Mellark, voy a quitarle la intravenosa, ya no la necesita, no se mueva y no dolerá. –Veo como la enfermera retira la intravenosa y coloca un algodón con alcohol para que no salga la sangre y lo asegura con una tela adhesiva, y deja a Peeta comenzar a comer. –Si necesitan algo, solo presionen el botón verde de arriba y una enfermera vendrá inmediatamente. Con permiso.
Dice la enfermera y se va, fue amable y no lastimo a Peeta con la intravenosa, lo animo a que coma, toma la cuchara y empieza a tomar su caldo.
Haymitch se fue a trabajar con Plutarch y Effie salió a la Sala de Espera porque dijo que tenía muchas cosas pendientes que hacer y lo haría con la ayuda de su agenda multiusos. Así que yo me quede cuidando de mi chico del pan, lo ayude a que terminara de comer, estuvimos bromeando y diciéndonos cosas lindas el resto del día.
–Peeta, de verdad que me hacías mucha falta, contigo aquí conmigo se me olvidan todas las cosas malas y preocupantes que traigo en la cabeza. Tú haces que todo sea mejor. –de acuerdo no sé de dónde salió mi lado cursi, pero creo que sólo sale con Peeta.
–Katniss yo me siento igual que tú, contigo a mi lado todo es mejor.
–Oye Peeta, ¿te sientes mejor?
–A decir verdad ahora me ha dado mucho sueño, pero no quiero dormir, quiero verte y escucharte.
–Tal vez sea conveniente que duermas un rato, de cualquier manera, tendré que irme por un par de horas, Plutarch tiene trabajo para mí y no pude zafarme de él, ya lo conoces, es muy mandón y organizado.
–Bien, lo entiendo ¿a qué hora tienes que irte?
–Poco antes de las seis. –Pero noto que su rostro cambio, ahora está triste, no quiero entristecerlo
–Peeta ¿qué está mal?
–No, nada, es solo que no quiero alejarme de ti.
–Lo sé pero sólo serán un par de horas y volveré.
–Está bien. No te preocupes yo aquí te espero. –Y los dos comenzamos a reír por su comentario.
Poco antes de las seis de la tarde reapareció Effie, solo para indicarme que ya debemos irnos. Beso a Peeta en los labios en un beso corto y después beso su cabeza.
–Descansa, yo vuelvo en un rato. Te amo.
–Y yo a ti también te amo.
Y salgo de la habitación detrás de la mujer con peluca verde, quien se despidió de mi chico del pan agitando su mano. Caminamos hasta el ascensor, salimos del hospital y regresamos a la mansión, en el camino Effie me va platicando todo lo que ha comprado para mi nueva casa y para mí. Hasta que se me ocurre preguntarle algo que hasta el momento no se me había ocurrido.
–Effie ¿con qué dinero estas comprando todo?
–Oh por Dios Katniss, pues con el tuyo.
–Pero si todavía no me pagan nada.
–Katniss, tú sigues recibiendo tus ganancias por ser una Vencedora, al igual que el resto de Vencedores, tus ganancias como Vigilante solo serán un poco más agregado a tu cuenta. –Eso me sorprende, no sé cuánto dinero tengo en esa cuenta, pues no he utilizado en nada desde que fue la Cosecha del Vasallaje. Aunque con todo lo que Effie me ha comprado, no creo que sea ya mucho.
Llegamos a la sala donde fue la junta y se encuentran en ella Enobaria, Beetee, Haymitch, Fulvia y Plutarch, el cual se acerca a saludarnos.
–Excelente, ya solo falta alguien más y conocerán cuál será nuestra Sala de Control. –Y me besa en ambas mejillas, al igual que a la mujer de peluca verde y traje azul turquesa junto a mí. Tomamos asiento en la mesa con los demás. Estoy platicando con Fulvia sobre la salud de Peeta, cuando la puerta se abre de nuevo y escucho una voz masculina.
–Disculpen la tardanza, me perdí en los pasillos. –Volteo a la puerta y veo a quien era o es mi mejor amigo en todo Panem, es Gale. Plutarch se levanta a saludarlo y lo presenta.
–Bien, el es Gale Hawthorne, para quienes no lo conozcan, y el remplazará Johanna como Vigilante. Démosle un aplauso. –Y Plutarch empieza a aplaudir efusivamente, el resto lo imitamos.
–Excelente, ahora iremos a conocer la Sala de Control y después Fulvia y Effie irán a Producción, mientras el resto aprende a ser un excelente Vigilante. Así que síganme.
El mandón hombre sale de la Sala y el resto del grupo comenzamos a caminar detrás de él. Gale se acerca a mí y pregunta.
–¿Te gustó la sorpresa?
–¿Cuál sorpresa? ¿Las flores o el que vas a trabajar con nosotros?
Plutarch nos está guiando por los pasillos hasta que se detiene frente a una puerta color púrpura, la cual resalta mucho pues todas las paredes, el techo y la alfombra son blancas. Presiona unos números en un panel junto a la puerta la cual se abre. Y al entrar no puedo creer lo que mis ojos ven y solo escucho la respuesta de Gale.
-Ambas sorpresas.
Prometí que iba estar actualizando seguido y por bloques, así que aquí vamos con los tres que siguen.
Karly 💙
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