Capítulo 39. La Sorpresa de Panem.
Somos despertados por unos golpes en la puerta, James se levanta a abrir y yo me acurruco más en las cobijas, escucho la puerta y siento a James sentarse sobre la cama.
–Nos esperan para desayunar. –me avisa y yo bufo. –mi tía dará un desayuno para los alcaldes de los distritos y sus allegados, requiere de sus Vigilantes en dicho desayuno.
Yo gruño a modo de protesta y él se ríe de mi infantil rabieta por tener que levantarme, nuestro programa especial está programado para la hora de la comida. Así que no esperaba tener que lidiar con sus reuniones hasta más tarde. Sin embargo, aquí está una orden de Alma Coin.
–Vamos, pues. –refunfuño yo y me levanto de la cama para meterme al baño.
Hago mis necesidades y me doy una ducha rápida, me pongo mi albornoz de algodón rosa y salgo del baño, James pasa junto a mí y entra al baño. Voy al armario que alguien reorganizo ayer después de descargar mi furia contra Haymitch, como los jeans me empiezan a quedar pequeños los descarto, además de que dudo que sea aprobado ese vestuario para un desayuno-reunión presidencial. Así que, aunque los odie opto por un vestido suelto de tirantes gruesos de color azul cielo, que me recuerda a los ojos de alguien, me calzo unas sandalias de cuero café de tiras sin tacón y James sale del baño, con una toalla alrededor de la cintura y con otra toalla secando su cabello húmedo, él se reúsa tajantemente a secarse con la ayuda de las maquinas del Capitolio. Se acerca al closet donde estoy de pie y besa mi cabeza, yo salgo del armario y me dirijo al tocador para darle privacidad a mi compañero. Estoy cepillando mi cabello cuando llaman a la puerta.
–Yo voy. –le digo a James que estaba ya saliendo del vestidor, me dirijo a la puerta y abro, me encuentro a mi madre que me sonríe. –Buenos días mamá.
–Hola hija, buenos días. –me da un beso en la mejilla y entra en mi habitación, Johnson sale del vestidor ya completamente vestido y saluda a mi mamá. –¿Te ayudo con tu cabello hija?
Yo asiento y vamos al tocador donde me hace un par de trenzas pequeñas alrededor de la cabeza. Cuando termina besa mi cabeza.
–Estaré lista para cuando regresen para irnos. –nos dice y nosotros asentimos. –Suerte.
Vuelve a besar mi cabeza, le da una palmada a Johnson en el brazo y sale de nuestra habitación.
–Vamos, ya deben estar esperándonos. –me dice el chico de los ojos verdes estirando su mano en mi dirección, la tomo y caminamos fuera de esta habitación que espero no volver a ver nunca más.
Caminamos por los pasillos hasta el salón en el que le indicaron a James, entramos y están casi todos los vencedores, solo faltan Johana y Enobaria. Coin nos hace una seña para sentarnos junto a ella.
–Les quiero presentar a mi sobrino, el comandante James Johnson. –dice Coin a señoras y señores que están del lado izquierdo de la mesa. –James, Katniss ellos son los alcaldes de los trece distritos: El señor Tanner del Distrito 1, La comandante Traisac del Distrito 2, el ingeniero Brown del distrito tres. —Uno a uno nos dan una reverencia con la cabeza mientras son presentados. –La comandante Paylor del distrito 8. –Saludo a Paylor y ella me devuelve el saludo. Finalmente, Coin termina de presentar a los alcaldes.
Todos los alcaldes llevan a un par de personas, supongo que los de más confianza, los cuales están sentados uno a cada lado de su alcalde, nuevamente llama mi atención su acompañante de Paylor, me parece ligeramente familiar, pero no logro recordar de dónde. James parece también interesado en el acompañante de Paylor, pero no dice nada, la plática de política es interrumpida cuando llegan Enobaria y Johanna como siempre discutiendo y con Gale detrás de ellas, toman asiento en las sillas vacías del lado derecho de la mesa. Y entran varios avox con bandejas de comida que empiezan a dejar sobre la mesa. Nos servimos y empezamos a desayunar, mientras hay una que otra platica sobre los distritos. Coin parece conforme con lo que le dicen sus alcaldes, nosotros sonreímos cuando es requerido y contestamos cortésmente.
Cuando ya todos estamos satisfechos, son traídas bebidas para hacer lo que llaman los capitolinos, sobremesa. Donde se habla de política y seguridad y sobre una supuesta paz. Además de la producción de los productos de cada distrito, es cuando me entero que el doce ahora se dedicará a la fabricación de medicamentos. Es un buen cambio, así me entero que ya hay una cantidad importante de gente viviendo en mi distrito. Me alegra, aunque yo dudo mucho poder volver, sin duda hay demasiados recuerdos desagradables ahí. Noto la mirada del acompañante de Paylor caer sobre mí y mirarme fijamente varias veces, lo que empieza a hacerme sentir incomoda. Johnson lo nota también y toma mi mano y la acaricia para tranquilizarme, también me da un beso en los nudillos que me hace sonreír. Algunos alcaldes notan la complicidad entre nosotros y Coin se adelanta a sus preguntas.
–Mi sobrino y Katniss están saliendo, ya desde hace algún tiempo. –les dice y la alcaldesa del distrito siete es quien se atreve a preguntar más sobre el tema.
–¿Entonces eran ciertos los rumores que él fue el motivo de separación entre Peeta y Katniss? –¡Carajo! ¡Qué cotilla! Pero no digo eso. Ahora todos los de la mesa nos miran fijamente.
–Por supuesto que no. –se apresura a contestar la presidenta y ella nos mira para que demos más explicaciones.
–No, por supuesto que no. Peeta y yo ya estábamos separados. –me apresuro a decir, lo cual es cierto, Peeta ya me había abandonado.
–De hecho, ellos nos van a dar un par de noticias muy importantes hoy, ¿Cierto chicos? –nos dice Coin y James y yo sonreímos y asentimos.
–¿A sí? ¿Y cuáles son? –pregunta Paylor, lo cual me sorprende porque no creí que fuera cotilla.
–¡Oh, vamos! ¡No quieres arruinar la sorpresa comandante Paylor! –le responde Alma y todos en la mesa reímos.
–¡Vamos, chicos, cuéntenos! ¡Estamos en confianza! ¿No Alma? –nos dice el alcalde Tanner del 1.
Nosotros nos miramos y después miramos a la mujer del cabello gris, que parece meditar un poco la situación, después mira al Vigilante en Jefe que está en el extremo contrario de la mesa, quien solo se encoje de hombros.
–No hará gran diferencia, que lo sepan ustedes antes de dar la sorpresa a todo Panem. –dice la mujer gris y nos mira para que digamos la exclusiva noticia.
Yo miro a James, porque yo no puedo con eso. El suspira y mira a toda la mesa.
–¡Vamos a casarnos! –trata de darle el entusiasmo que requiere la noticia y yo sonrió para darle el impacto necesario.
Vemos varias caras en shock, entre ellas la de Haymitch, Gale y Paylor. Otros tantos empiezan a felicitarnos y darnos la enhorabuena.
–Y eso no es todo. Dice Coin orgullosa. Bueno, aunque presente a James como mi sobrino es más como un hijo para mí. Mi hermana murió durante la epidemia en el distrito, al igual que mi esposo y mi hija, así que nos quedamos juntos. ¿Verdad, Jami? –Johnson parece un poco incómodo con la información, pero asiente. –Así que estos chicos traviesos me van a hacer abuela.
Yo me atraganto con el trago de agua que estaba tomando y se hace un silencio sepulcral en la mesa. James me ayuda dándome palmaditas en la espalda y lo miro en busca de alguna respuesta al por qué Coin ha revelado mi secreto, el niega sutilmente y la mesa parece cobrar vida de nuevo cuando empezamos a recibir felicitación de nuevo, Haymitch apura su copa de vino y Plutarch tiene la cara cubierta con una de sus manos, yo siento mi cara arder y mis ojos picar. Johnson pasa su brazo por mis hombros y me recargo en él. ¡Traición! Es la única palabra que está en mi mente. Coin sonríe muy orgullosa a todos en la mesa y en este momento es cuando más la odio. Miro a James en espera de ayuda para escapar de aquí.
–Disculpen, tenemos que irnos. Debemos ir a grabar la sorpresa, que ya no es sorpresa para ustedes. –dice James y todos se ríen. Plutarch parece compadecerse de mi bochorno también así que se levanta también.
–O sí, vamos ya es hora. –nos apoya el Vigilante en Jefe y salimos los tres del salón, pero no puedo evitar sentir las miradas de todos en mi espalda.
Ya en la seguridad del pasillo, dejo salir mi frustración llorando.
–Lo siento, Katniss. No sé por qué lo dijo la presidenta. Habíamos quedado en que sólo harían el anuncio de la boda. –nos dice Plutarch mientras James vuelve a abrazarme.
–Con eso básicamente nos obliga a decirlo a todo Panem. –le contesto y el asiente.
Escuchamos unos pasos provenir de otro pasillo y Haymitch aparece por el pasillo por donde veníamos, casi al mismo tiempo en el que vemos a mi madre dar vuelta por el pasillo delante de nosotros hacia nosotros.
–¡Katniss! ¡Plutarch! –nos grita mi viejo mentor. Mi madre se apresura a llegar hasta donde estoy y me cubre con su cuerpo del iracundo Haymitch. –Quieren explicarme, ¡¿Qué es eso de la boda?!
–Pues eso Haymitch, que Katniss y James van a casarse. Y te voy a pedir que te tranquilices y midas tus palabras, eres mi amigo, pero también soy tu jefe. –le advierte Plutarch y el aludido pasa varias veces sus manos por su cabello en busca de calmarse.
–¡Bien! Ya estoy tranquilo, ¿puedo hablar a solas contigo Katniss? –interroga y yo no lo pienso ni un segundo, limpio bruscamente las lágrimas de mi cara y le respondo desafiante.
–No. –el vuelve a pasarse las manos por el cabello y la cara. Da un par de respiraciones.
–Por favor Katniss, por los viejos tiempos. –me vuelve a pedir y yo vuelvo a darle la misma respuesta.
–No. No tenemos nada de qué hablar a solas. –le respondo y puedo ver el esfuerzo que está haciendo por contenerse.
–Preciosa, te lo pido de verdad. –insiste, puedo ver algo en su expresión facial que no había notado antes, algo que solo puedo escuchar yo. Lo medito un poco, nos miramos y ahora estoy segura de que es necesario que hable en privado con él.
–Bien, tú ganas. Por los viejos tiempos. –le digo y el me indica una puerta a su izquierda. –Estaré bien, no me tardaré. –les digo a James, Plutarch y mi madre que parecen recelosos por la reunión a solas con un iracundo Haymitch.
Los dejo de pie en el pasillo y sigo a Haymitch dentro de la habitación, cierro la puerta con pestillo y me cruzo de brazos en espera de la conversación de Haymitch.
–Sé dónde está Peeta. –directo al grano.
–Bien por ti. ¿Eso a mí qué? –le contesto indiferente.
–Katniss, las cosas no están tan bien como Alma Coin lo hace ver.
–Eso ya lo sé, sé que nos está vendiendo humo.
–Entonces dime una cosa, ¿esto de su boda es una pantalla para Coin?
–No sé de qué pantalla hablas, James y yo vamos a casarnos y punto, no hay nada de Coin en medio –miento descaradamente, él parece no creerme del todo.
–Katniss, si no te conociera, no te estaría preguntando esto, pero me cuesta trabajo entender que alguien tan renuente a casarse durante toda su vida, ahora se abra completamente a la posibilidad con alguien que apenas conoce.
–Bueno, las circunstancias ahora son diferentes, ya no hay juegos del hambre, o bueno al menos para nosotros y tengo un bebé creciendo dentro de mí, así que es necesario darle una familia. –le contesto con toda la confianza que soy posible de aparentar.
–No, de verdad. No concibo la sarta de tonterías que estás haciendo. – se cubre la cara y se frota con las manos. –Peeta te necesitará pronto, no, corrijo, todos te necesitaremos pronto. –lo miro extrañada. –Necesito que te ganes la confianza de Sydney Flickerman cuando visite el distrito donde sea que estés. Las necesitaremos pronto. –lo miro extrañada. –Lo sabrás a su debido tiempo, solo por una vez en tu vida has lo que te pido.
–De acuerdo, confiaré en ti. –le digo y el parece creerme, porque asiente y me indica la puerta, lo que me dice que ya puedo irme.
Quito el pestillo de la puerta y salgo al pasillo donde veo a mi madre platicando con James y Plutarch se encuentra detrás de ellos mirando hacia la pared, sumido en sus pensamientos.
–Podemos irnos. –les digo y ellos me miran y me sonríen. Tomo la mano de Johnson y seguimos a Plutarch.
Nos lleva a un estudio de grabación dentro de la mansión donde nos encontramos con Cressida y Póllux. Los cuales me saludan y yo le doy mis respetos a Cressida por la pérdida de su sobrina, ella me entiende y me dice que su familia está mejor ahora que ya han acabado los juegos, me indica que tenemos que irnos a arreglar para grabar el programa. De nuevo mi equipo de preparación me espera para maquillarme y peinarme, mi madre entra cuando están terminando conmigo y lleva un vestido diferente al que ya habían dejado en mi camerino.
–Hubo un cambio de vestido, después de lo ocurrido en la mañana. –me dice mi madre y no necesito saber más. El vestido que en un inicio usaría era un vestido suelto, el de ahora es un vestido completamente entallado que hará resaltar mi pequeño abultado vientre. –mi madre corre a mi equipo de preparación y me ayuda a meterme en el ajustado vestido, que, aunque es extremadamente estrecho no me aprieta, ni me molesta. Me pongo las sandalias de cuero que traía y estoy lista para ser comida por las cámaras de nuevo.
Salgo del camerino acompañada por mi madre y nos encontramos con James en el estudio, el lleva puesto un pantalón de vestir gris, una camisa blanca con el botón de hasta arriba abierto y un saco de un tono de gris más oscuro que el pantalón.
–¿Estás lista? –me pregunta mirándome de arriba abajo. No puede evitar poner una mano sobre mi pequeño vientre que apenas asoma. –Creo que es una indicación directa, por si no lo habíamos notado, ¿cierto?
–Así es. –le respondo y me encojo de hombros. Besa mi frente.
–Todo saldrá bien. Estaremos bien.
Effie se nos acerca y nos mira sin ninguna expresión en el rostro.
–Vamos, pongámonos cómodos. –nos dice y la seguimos hasta un par de sofás que están rodeados de lirios azules.
James y yo nos sentamos en el sofá de dos plazas y ella en uno individual.
–Bien, la idea de Plutarch es que empiecen con la petición y después hagamos una corta entrevista sobre sus vidas privadas, nada demasiado íntimo y al final dejaremos la pregunta de un futuro bebé y darán la noticia. ¿De acuerdo?
–Pues no tenemos más opción, así que sí. –contesto yo de malos modos y Effie me da una de sus miradas de reproche. –Sí ya sé. Mis modales. –ella asiente y yo me tranquilizo. –Muy bien, empecemos a grabar.
Effie le hace una señal a Cressida, la cual asiente y empieza a dar instrucciones a sus camarógrafos y grita ¡acción!.
–Buenas tardes, gente de Panem; hoy me encuentro en esta bella tarde con Katniss Everdeen y el comandante James Johnson. –nosotros agitamos las manos a modo de saludo. –Bienvenidos chicos.
–Un gusto estar aquí Effie. –respondo y James toma una de mis manos.
–Bueno chicos, sé que están aquí para darnos una noticia muy importante, cuéntennos, de qué se trata.
–Bueno en realidad, es algo que quiero pedirle a Katniss. –responde James y Effie asiente.
–Adelante comándate, el espacio es todo suyo.
James se pone de pie y se arrodilla.
–Katniss, aunque sé que no llevamos mucho tiempo juntos, siento que el amor que te tengo es tan grande que no podría vivir sin ti, por lo que quiero pedirte. ¿Quieres ser mi esposa y vivir por el resto de nuestras vidas juntos? –saca una pequeña caja negra del bolsillo interior de su saco y la abre, dentro hay un enorme anillo con diamantes. Yo boqueo un par de veces.
–Sí, sí quiero casarme contigo. –le respondo y él pone el anillo en mi dedo y me lanzo sobre él para besarlo, unas lágrimas rebeldes escapan de mis ojos, no sé qué tanto es fingido y qué es real. Pero continuo con el momento. Effie se pone de pie y empieza a aplaudirnos, se limpia unas ficticias lágrimas y nos invita a sentarnos de nuevo.
Continuamos con una entrevista vaga y superficial de nuestra relación que respondemos lo más sinceramente posible hasta que llegamos al segundo momento más importante de la noche.
–Y ya entrados en confianza ¿Piensan tener bebé pronto? –nos pregunta la mujer y yo no puedo evitar ruborizarme.
–De hecho, Effie, ya que lo preguntas, nos complace anunciarte, que un nuevo miembro ya viene en camino. –dice James y me ayuda a ponerme en pie. –Les presento al futuro miembro de la familia Johnson Everdeen. –y pone una mano sobre mi pequeño vientre y después se arrodilla de nuevo y besa mi abdomen. Yo no puedo evitar enternecerme y de nuevo lágrimas escapan de mis ojos ¡Estúpidas hormonas!
–¡Oh, dios mío! ¡Qué noticia! ¡Muchas felicidades a ambos! –nos dice Effie y los dos lo agradecemos. –Bueno, se nos ha acabado el tiempo, pero esperamos tenerlos pronto de nuevo con nosotros. –nosotros asentimos y Effie se despide de la audiencia. Y Cressida grita ¡Corte! –Muy bien, todo se vio demasiado real. –nos dice Effie y se va lejos de nosotros.
–¿Qué fue eso? –pregunta James.
–No lo sé, supongo que me odia por lo que acabo de hacer. –le contesto y mi madre y Plutarch se acerca a nosotros.
–El tren está listo y esperándolos para llevarlos de regreso a casa. –nos dice Plutarch y yo lo agradezco infinitamente.
–Gracias, pero de camino a la estación podemos pasar a un centro comercial, necesito llevar obsequios a casa. –le digo y él asiente.
Yo voy de regreso al camerino acompañada por mi mamá para cambiarme el vestido por el que me puse para el desayuno y salgo para encontrarme con James. Los tres nos dirigimos al estacionamiento, donde está el chófer esperándonos, salimos de la mansión y nos lleva a un centro comercial enorme donde hago muchas compras para la familia de Lambie y también para Dandelion y su esposo. Mi madre también hace algunas compras y James y el chófer cargan con nuestras bolsas de compras. Cuando me doy por satisfecha regresamos al estacionamiento y nos llevan a la estación de trenes donde está el tren de extra lujo esperándonos. Durante nuestro viaje de regreso al 10, es trasmitido el programa con La Sorpresa para Panem.
A decir verdad, son unas grandiosas tomas y tiene razón Effie, todo parece muy real, lo que me hace pensar de nuevo en ¿Qué tanto fue falso, y qué tanto fue real?
Quiero un James en mi vida, ¿ustedes no?
Karly 🖤
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