Capítulo 36. El Gran Final
Después de la efusiva bienvenida de Plutarch somos dirigidos hacia un salón con techo de cristal y paredes blancas decoradas con grandes ventanales con vista hacia uno de los tantos jardines de la Mansión, en la mesa nos esperan Enobaria, Johanna, Beetee, Haymitch, Effie, Fulvia, Octavia, Venia, Flavius y Gale. James se ha quedado detrás de mi madre y de mí, parece que va hablando con Coin, yo solo lo miro en espera de que me note y se me acerque, no quiero encontrarme con Gale, sin embargo, los primeros en llegar a encontrarse conmigo son mi ex equipo de preparación.
– ¡Katniss! ¡Qué gusto verte de nuevo! ¿Dónde has estado? Se nota que has estado comiendo muy bien, estas por lo menos un par de kilos sobre la última vez que te vimos. – me dice Octavia y miro a mi madre.
–Es solo que la he estado cuidando muy bien chicos. – responde mi madre por mí y ellos asienten y ruedan los ojos como si comprendieran por fin un complicado enigma.
–¡La Chica en Llamas ha vuelto! –me dice Enobaria y aparta a Flavius de su camino para abrazarme. –las cosas han estado un poco aburridas sin ti aquí. –me murmura la chica del Distrito dos al oído. –Sino volvías pronto tendría que matar a Mason yo sola. –no puedo evitar reírme por su comentario y nos soltamos.
Ella se voltea y saluda a mi madre y se enfrascan en una conversación, Beetee me da un sencillo hola y un apretón de manos y se va caminando con la ayuda de su bastón de vuelta a la mesa, Effie, Fulvia y Haymitch permanecen en sus asientos, Johanna y Gale se acercan juntos y tomados de la mano.
– Hola descerebrada. –me dice la Mason y me sonríe.
– Hola Catnip. – me saluda Gale también sonriendo.
–Hola – les respondo dudosa. Y ellos se ríen.
– Cálmate descerebrada, resulta que en tu retiro a quien sabe dónde, muchas cosas cambiaron por aquí. Ahora Hawthorne y yo estamos juntos. ¿Verdad Gale? – y la chica que le teme al agua le da un beso en la comisura de la boca a mi viejo mejor amigo.
– Así es, ahora estamos juntos. – me confirma Gale y yo sonrió, verdaderamente sonrío.
– Realmente me alegro por ustedes. – los dos se dan la vuelta y regresan a la mesa, siento una mano sobre mi cintura y volteo para encontrarme con los ojos verde mar de James.
– ¿Todo bien? – me pregunta y yo asiento –lamento haberte dejado sola, mi tía necesitaba hablar conmigo.
– Descuida, lo entiendo. –le digo y él me sonríe y yo le respondo con una sonrisa igual.
Caminamos hasta la mesa donde los demás nos esperan sentados y tomamos asientos juntos, la presidenta se levanta de su silla.
– Sinsajo, me alegro de tenerte de vuelta, seas bienvenida y Comandante Johnson bienvenido de vuelta al Capitolio. –nos dice la mujer gris del 13, Johnson y yo asentimos. – nos esperan días largos de mucho trabajo y espero que todos pongan de su parte para que todo resulte como desde el inicio fue planeado. También señorita Mason, quiero felicitarla por el gran espectáculo que resultó la muerte de Kaitlyn Snow.
Plutarch y Gale le aplauden a Johanna, el resto nos unimos, pero no son tan efusivos.
– No tengo más anuncios por ahora, así que buen provecho a todos. – nos dice la presidenta y un grupo de avox entra con grandes charolas de plata repletas de diferentes manjares.
Los sirvientes mudos del Capitolio depositan las charolas en la mesa, cerca de mi dejan una charola que con solo oler su contenido siento mi estómago contraerse y siento como el refrigerio de hace una hora empieza a subir por mi esófago, vuelco mi silla, en el deseo de salir corriendo, salgo del comedor en busca de un baño, abro una puerta y es otro comedor, ¡¿dónde carajos están los baños aquí?! La cuarta puerta que abro resulta ser un baño con varios cubículos, entro en uno con apenas tiempo de empezar a vaciar el contenido de mi estómago en el váter, las arcadas son violentas y siento como me sacudo con cada una, siento como alguien me ayuda a sostener mi cabello por detrás y acariciar mi espalda para reconfortarme. Cuando todo mi estómago ha sido vaciado en el váter me dejo caer sentada sobre el frio piso de baldosas rosas.
– ¿Qué fue lo que te provocó las náuseas? –me pregunta mi madre poniendo un vaso de agua entre las manos. –bébelo a sorbos pequeños.
Le hago caso y bebo el agua a sorbos pequeños, hasta que siento mi estómago calmarse un poco.
– Creo que eran mariscos, no los vi, pero mi nariz los detectó primero. – le digo dando un trago al agua más largo que los anteriores.
– Bien, será mejor que alejemos los mariscos de ti en lo que estamos aquí, nadie salvo Effie, Haymitch, Plutarch y la presidenta saben de tu embarazo. – me dice mi madre y me sorprende que sin que les haya pedido que guardaran el secreto, lo guardaran.
–Sí, suena como un buen plan. –alargo mi mano y ella me ayuda a ponerme en pie.
– Vamos, James está afuera esperándonos. –lavo mis manos y enjuago mi pálido rostro en uno de los lavamanos en forma de concha de mar y después de secarme, salimos del baño.
James se acerca a mí a penas me ve.
– ¿Estás bien? –me pregunta mirando directamente a los ojos.
– Sí, solo fue que no tolero los mariscos. –le digo y sonrío para tranquilizarlo.
– De acuerdo, moveremos los mariscos de lugar. –besa mi frente y caminamos hacia el comedor de vuelta.
Todos me miran como a un bicho raro. Ignoro las miradas de todos, James antes de que me siente cambia algunas charolas, para alejar los mariscos de mí.
– ¿Y ahora qué? – interroga Johanna. Mi madre se adelanta a responder.
– Lo que sucede es que Katniss pescó una infección hace algunas semanas por consumir mariscos en mal estado y desde ese día no tolera el olor de los mariscos. –todos parecen pensar la explicación de mi madre, pero al final parecen aceptarla, porque nadie hace más preguntas.
El resto del desayuno transcurre sin problemas y en aparente calma, solo algunas conversaciones por aquí o por allá. Cuando todos hemos comido más de lo necesario, Coin se levanta y nos indica que es hora de empezar a trabajar. Mi madre me pide que me cuide y que no me altere, que ella estará en su habitación, James y yo seguimos al resto hacia el Comando, Fulvia y Effie se van al estudio de grabación mientras el resto entramos al Comando.
–Bien, hoy será el Gran Final, se ha organizado el Festín para el medio día en la Cornucopia, lo que sucederá en menos de dos horas, pero debemos tener un plan B, en caso de que decidan no ir al Festín nuestros Tributos. –nos dice Plutarch mirándonos muy atento, yo miro todas las pantallas, sintiéndome pequeña e indefensa de nuevo, James toma mi mano y la acaricia para tranquilizarme, en este mes juntos nos hemos aprendido a conocer muy bien. No tan bien como Peeta y yo, pero bastante cerca.
–Podríamos soltar algún otro muto. –comenta Johanna, Plutarch parece pensarlo, pero no se ve muy convencido.
– O podría ser con alguna trampa, algo como la pared de fuego de los juegos 74. – comenta Gale, esos fueron los juegos en los que fuimos coronados Peeta y yo, recuerdo la barrera de fuego que nos obligó a juntarnos a los Profesionales y a mí.
– Todos sabrían que es una referencia a los Juegos que empezaron la Rebelión. –comenta Haymitch.
– Tienen razón ambos, esa estrategia es una referencia perfecta de los juegos de Katniss, hagámoslo. –comenta Alma Coin.
– Bueno eso solo será nuestro plan de resguardo, solo si los Tributos no acuden al festín. –comenta Plutarch y la presidenta asiente.
– ¿Con qué armas cuentan los Tributos? –pregunto para que vean que estoy involucrada en el proyecto.
– No tienen gran cosa – comenta Beetee – Los gemelos tienen una lanza y una espada, Cherry no tiene nada más que una rama de árbol que ha utilizado a modo de garrote, Sydney y Dewey tienen un hacha entre los dos y Percival y Krystal una espada y una cerbatana sin municiones.
–¿No sería conveniente darles más armas?, si lo que queremos es que sea una lucha espectacular y llamativa debe haber mucha sangre y eso solo se consigue con más armas. –comento yo, me siento sucia solo de pensar en eso, pero debo cooperar o Coin puede romper su parte del trato de dejarme en paz apenas los Juegos terminen.
– En eso coincido con la descerebrada. –dice Johanna dando de botes sobre su asiento junto a Enobaria.
– Podríamos hacérselos llegar en paracaídas como si fueran regalos de sus Patrocinadores, para que el público no piense que fuimos nosotros. –dice Enobaria respaldando mi idea.
– Suena bien, hagámoslo. –dice Plutarch un poco distraído y se voltea hacia las pantallas para darnos la espalda.
James y yo les enviamos un paracaídas a Benny y Menny con un juego de espadas de doble filo de plata bastantes ligeras, pero letales. Creo que ellos les darán un muy buen uso. Johanna y Gale envían a Percy y Krys otra hacha de doble filo, como las que ella uso en el Vasallaje y un juego de cuchillos de hoja doble, Enobaria le envía a Cherry un juego de Sai, que según ella es una muy buena arma para atacar y defender a la vez, para mi parecen una versión grande de un tenedor con el filo de en medio más largo que los otros dos; confía en que sabrá utilizarlos bien, pero por si las dudas también le envían un mazo con púas y Haymitch y Beetee envían a Sydney y Dewey un arco parecido al mío del traje del Sinsajo y una espada como las que les enviamos a los gemelos. De manera que todo los Tributos irán al banquete armados bastante bien, ya de ellos depende el espectáculo, sino tendremos que intervenir y hacer algo “divertido” para el público.
– Es casi la hora, recuerden que deben poner una mesa con platillos muy apetecibles, sabemos que los siete han pasado por hambre y que están acostumbrados a comidas deliciosas, además de las mochilas con lo que necesitan fervientemente. –nos dice Plutarch.
Entre Beetee, James, Haymitch y yo preparamos la mesa del banquete con deliciosa comida sobre charolas de cristal, por si quieren atacarse con las charolas, incluso un candelabro de plata maciza y los cubiertos de plata, sobre un mantel blanco, en una mesa más pequeña ponemos siete mochilas negras con diferentes colores y con sus nombres bordados en color para identificar la de cada uno, en todas metemos un botiquín con medicamentos básicos, vendas, antiséptico y sutura, fruta deshidratada, en la de Cherry también metemos un abrigo impermeable, ya que es la única que no tiene uno para cubrirse.
– Es hora. – nos indica El Vigilante en Jefe, subimos la mesa de lujo con el banquete en ella y la mesa pequeña con el equipaje.
Miro la pantalla más grande que muestra lo que todo Panem ve en directo, la mesa surge del suelo en la entrada de la Cornucopia a la vista de todos, alrededor de la Cornucopia hay una gran extensión de tierra fangosa a causa de la intensa lluvia, donde termina el claro hay árboles de follaje tupido, por un par de segundos me pregunto si alguno irá al banquete cuando descubro que una figura sale de en medio del follaje corriendo, es Cherry que corre directo a la Cornucopia, va completamente empapada y con sus nuevas armas sujetas al cinturón de su desgarrado uniforme de Tributo, cuando va por la mitad del camino patina en un charco grande de lodo y es cuando dos figuras más surgen de la espesura del bosque, son Krystal y Percival enfundados en sus gruesos abrigos cortesía de sus patrocinadores y blandiendo sus armas, van directo a Cherry, cuando los veo dirigirse a Cherry, no puedo evitar cerrar los ojos, no sé si podré soportar ver lo qué le harán a Swan, doy un suspiro y abro los ojos de nuevo y es cuando veo que detrás de Krystal y Percy van Benny y Menny, también blandiendo sus armas, Cherry es ajena a todo lo que pasa detrás de ella y ya está por llegar a la mesa en la Cornucopia. Los gemelos alcanzan a los letales y se desata la pelea por la que estaban esperando Plutarch y Coin. Benny empieza a pelear con Percival y Menny con Krystal, los cuatro han aprendido a dominar sus armas, pelean como si todas sus vidas hubiesen practicado para este momento, me hacen recordar a los niños del Distrito 2 que se ofrecían como Voluntarios.
Benny tiene algunas dificultades en su batalla con Percival, el rubio ha alcanzado al gemelo con su espada en el muslo, donde se ve la sangre brotar de su piel y mezclarse con el agua de la lluvia que cae sin piedad sobre la Arena, Menny nota que su hermano está en apuros, pero Krystal no le da tregua y lo ataca con sus hachas, el gemelo hace lo posible por bloquearla, pero le está costando trabajo. Y todo ocurre en un momento, la espada de Percival bloquea un estoque de Benny y en medio del bloqueo la espada del gemelo con B sale volando de su mano, dejándolo desprotegido, el rubio no lo duda ni un momento y entierra su espada en el estómago de Benny, atravesándolo por completo, se escucha solo un seco quejido, lo suficiente para alertar a Menny y que sus ojos se encuentren una última vez, se escucha el cañón, el gemelo aún con vida emite un grito de furia y descarga esa furia contra su combatiente. El grito de Menny parece sacar de su estupor a Cherry que se encuentra en la mesa comiendo todo lo que puede con las manos, saca su maza con púas de su cinturón y se dirige hacia donde el gemelo batalla contra Krystal con todas sus fuerzas, mientras Percival intenta sacar su espada del cuerpo del gemelo muerto.
Menny pelea contra Krystal con toda su furia y dolor por ver a su gemelo muerto, tanta es su furia que logra desarmar a Chase al mismo tiempo que Percival saca la espada del cuerpo de Benny, Menny está por hacer lo mismo que el rubio le hizo a su gemelo, pero Percival está por bloquearlo cuando Cherry le entierra su maza con púas en el brazo izquierdo, lo que le da tiempo a Menny para atravesar el pecho de Krystal con su espada, Percival grita de dolor por la maza en su brazo y vuelve a gritar al ver a Krystal con la espada de Menny enterrada en su pecho, el sonido del cañón confirma que no hay nada qué hacer por ella, pero como el rubio se encuentra en desventaja se arranca la maza de su brazo y empieza a huir hacia el bosque.
– Sydney y Dewey escapan con provisiones. –escucho a Haymitch avisar. Ese par resulta que aprovecharon la pelea de los otros Tributos para colarse hasta la mesa del banquete y hacerse con sus mochilas y comida de la mesa y están huyendo sin llamar la atención de los otros.
– No los dejen escapar, Hawthorne pon una muralla de fuego alrededor del claro. – da la orden Plutarch y Gale obedece, haciendo surgir de la nada una inmensa pared de llamas rojas y naranjas. Percival se detiene al sentir el calor del muro de llamas, al igual que Dewey y Sydney se detienen. Ahora saben que de esos muros de fuego solo saldrá uno y será el Vencedor.
¡Santa Virgen de la Papaya!
Esto está por terminar... ☹️
Karly 🖤
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