Capítulo 24. ¿La Arena?
Después de desayunar volvimos a la Sala, todos tomamos nuestros lugares y me dispongo a ver el estado de nuestros Tributos, los gemelos están en la Cornucopia llenando sus mochilas de provisiones, Sydney y Dewey van camino a la cornucopia, Sammy esta bebiendo agua del pozo, se ha hecho de algunas provisiones, ya que encontró la mochila de Percy tirada cerca del pozo; Michi y Mily tratan de animar a Cherry quien sigue llorando, Sheena está escondida en una “casa” cerca de la Cornucopia, desde donde ve a todos los que van por provisiones, May y Wulfrid han hecho un pequeño campamento en el límite sur del pueblo y comen fruta que consiguieron de la Cornucopia y finalmente Percival y Krystal, la morena está despierta y justo en ese momento reciben un paracaídas, el cual abre desesperadamente, dentro hay dos viales con liquido verde y dos jeringas, medicina que ayudará a detener sus hemorragias y cerrar más rápido sus heridas, además de que prevendrá que les entre alguna infección, la chica introduce el liquido de un vial en una jeringa y se lo inyecta al rubio en el brazo, la otra dosis se la aplica ella misma en su pierna cerca de su herida, y después se dispone a comer una manzana que saca de su mochila.
El resto del día pasa tranquilo, Plutarch comenta que no intervendremos al día siguiente que dejaremos que se recuperen los heridos y veremos cómo reunirlos. El día dos finaliza al sonar el himno y mostrar el rostro de los 3 Tributos muertos: Dedalius, Jewel y Kim, la mayoría de los Tributos duerme, algunos hacen guardia.
Hoy me toca hacer guardia junto a Peeta y Beetee, el resto se va a descansar, pedimos cafés los tres y galletas.
–Beetee, ¿Qué tal la rehabilitación?
–Pues, verás Peeta, según el médico estoy evolucionando bien, cuando terminen los Juegos debo dejar la andadera para empezar a usar bastón.
–Que bien, eso es una gran noticia.
–Gracias Peeta, Katniss ¿Cómo está tu mamá? –Y ahora qué le digo, no puedo decirle que no le hablo y que estoy molesta con ella.
–Eeeh… No he podido hablar con ella, pero la última vez que hablamos me dijo que tenía mucho trabajo y que está bien y que Annie y el bebé van muy bien.
–Oh, qué bien.
–Ojalá podamos ir al Distrito 4, para cuando nazca el bebé.
–Eso sería un gran detalle Katniss.
Después de esa corta conversación no hablamos más, yo fui la primera en ir a descansar, pero obviamente no pude dormir ni un minuto, las imágenes de la Arena de estos juegos se mezclaban con las Arenas de mis Juegos, dándome un amplio catalogo de pesadillas. Antes de que termine mi hora regreso a la Sala junto a Peeta y Beetee, quienes están platicando, al verme entrar guardan silencio los dos, decido ignorar eso, Beetee se excusa para irse a descansar y Peeta y yo nos quedamos solos en la Sala.
–Katniss, ¿Estás bien?
–Sí, ¿Por qué no habría de estarlo?
–No lo sé, solo te preguntaba, ya que bueno, no hemos tenido mucho tiempo para hablar últimamente.
–Estoy absolutamente bien.
–Bien, ya sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa.
–Si Peeta, lo sé. ¿Qué has pensado en hacer para ralentizar un poco más los juegos? –No sé por qué reacciono a la defensiva, además Peeta no tiene la culpa de mi irritabilidad. Pero lo mejor es dejar el asunto así. No recibo respuesta a mi pregunta, y decido no insistir en ello, ni yo tengo idea de qué hacer llegados a este punto, sólo quedan 15 Tributos, la mitad en dos días. Si esto no va más lento sufriremos la ira de Alma Coin pronto. Paso la siguiente hora cambiando de cámara en cámara mirando cada una, no hay actividad alguna, todos están dormidos y entonces empiezan a caer gotas de agua, está empezando a llover y nosotros no provocamos eso. Es la Arena, seguro es parte del cambio. Empieza primero una lluvia ligera que poco a poco va en aumento, todos los Tributos están despiertos y buscando un refugio donde resguardarse de la lluvia que está por convertirse en una tormenta. La mayoría opta por meterse a alguna “casa” y hacer un tejado improvisado con las chaquetas de sus uniformes.
Beetee regresa de su hora de descanso, Peeta se rehúsa a ir a descansar. Así que nos quedamos los tres viendo cómo la lluvia sigue en aumento y noto algo más.
–Ya vieron, los árboles están cambiando. –Les digo señalando una pantalla que enfoca a unos árboles que están reenverdeciendo, miramos todas las tomas del bosque y en efecto todos están recobrando su follaje verde. Mientras la lluvia sigue cayendo a mares, después vemos como el área de la plaza donde está la Cornucopia se está inundando, además de que se está hundiendo, también la parte norte más cercana a la Cornucopia se empieza a hundir de manera que en una hora se ha modificado la ubicación de la Cornucopia y la parte norte que se sigue hundiendo, los Tributos que se encontraban en esa zona se empiezan a mover al sentir la tierra temblar, cerca de las 6:30 de la mañana la Arena ha sido modificada radicalmente.
–Deberíamos avisarles a los demás ¿no? –Pregunta Peeta, Beetee y yo solo asentimos mientras miramos la nueva Arena, la parte Norte de la Arena ya no existe, ahora todo eso es mar, la Cornucopia quedó en un peñasco muy cerca del mar y el resto de la Arena se ha vuelto un espeso bosque verde, además de que se encuentra en lo alto, es como si fuera un peñasco, para llegar a la Cornucopia tendrán que exponerse mucho y la temperatura ha empezado a bajar.
Mi agenda suena, sé que es el mensaje que Peeta ha enviado a todos, así que no me molesto en verla.
Y entonces cae el primer rayo en alguna parte al norte. Vuelve a sonar la agenda, la tomo y leo:
Dejo mi agenda y enfoco mí vista en la pantalla que muestra lo que está viendo los habitantes de Panem que están despiertos, se ve a Mily y Michi peleando por poner un techo sobre Cherry que por fin fue vencida por el cansancio y está dormida.
La primera en llegar es Enobaria.
–Vaya si que era un cambio radical. Por cierto buen día.
–Buen día. –Contestamos Beetee, Peeta y yo. Pocos minutos después entra Haymitch.
–Vaya, ¿qué hicieron? ¿Querían ahogarlos acaso?
–No fuimos nosotros Haymitch, la Arena lo hizo. –Respondo yo dirigiéndole una mirada asesina, Haymitch levanta sus manos a manera de rendición y se sienta en su lugar, Peeta se acerca a él y le dice algo al oído, veo que Haymitch hace algunos movimientos con la cabeza y no dice nada. Trato de ignorarlos, no quiero creer que algo me están escondiendo.
Pasan algunos minutos y entra Plutarch a la Sala, detrás de él Johanna con la respiración agitada, de nuevo se quedo dormida. –Vaya, no mentías al decir que era radical el cambio. –Dice Plutarch mientras mira las pantallas, Johanna está sentada en su lugar tratando de recuperar el aliento. El resto estamos atentos a las pantallas, checó la temperatura de la Arena 6°, si sigue descendiendo la temperatura dejará de llover, para empezar a nevar, lo que provocaría que muchos murieran congelados, no tienen uniformes térmicos, no soportarán más frío.
–Bien, alguien me dice la temperatura a la que están.
–6° y bajando. –Le respondo de inmediato a Plutarch, quien no despega la vista de la pantalla que muestra lo que Panem ve en estos momentos.
–Bueno necesitamos replantear estrategias, o van a morir por las condiciones climáticas. –Nos dice Plutarch mirando hacia donde estamos sentados, después enfoca su mirada en el mapa tridimensional de la Arena, donde se ven claramente las modificaciones que sufrió la Arena, además de los puntos de colores que representan la ubicación exacta de cada Tributo.
–Bien, ¿alguien tiene alguna idea?
–Creo que en cualquier momento empezarán a enviar regalos los Patrocinadores, con abrigos y comida, seguramente. –Comenta Enobaria.
–Sí, pero dudo mucho que todos tengan patrocinadores, posiblemente Sydney, Dewey, Menny, Benny, Percival y Krystal si reciban algo, pero el resto lo dudo mucho. –Responde Haymitch, lo cual es muy cierto, para Enobaria es muy fácil decirlo ella es del Distrito 2, ella y los Tributos de su Distrito siempre tuvieron patrocinadores.
–Podríamos hacer un banquete. –Propone Johanna.
–No lo creo, no podrían ir hasta la Cornucopia con este clima. –Respondo yo, Plutarch no ha comentado nada, sigue mirando el mapa de la Arena como si la Arena le fuera a dar la respuesta.
–Bueno, pues entonces ¿cuál es tu idea descerebrada? –Ese maldito apodo me está haciendo llegar a mi límite, un comentario más con ese apodo y no responderé bien.
–Creo que deberíamos modificar la Arena, bueno la Arena no, sino los refugios donde están, podríamos ponerle techos a las casas para resguardarse de la lluvia, hasta que la Arena decida dejar de llover. –Comenta Peeta, no es mala idea, pero sería muy obvio que estamos ayudándoles si mejoramos los refugios donde se encuentran.
–Es una buena idea, pero no deben darse cuenta que los estamos ayudando, podríamos mejorar refugios cerca a ellos, para que puedan cambiarse de lugar sin terminar ahogados por la tormenta. –Complemento yo la idea de Peeta. El resto a excepción de Plutarch asienten con la cabeza a la idea, mi mentor es el que hace volver a el Vigilante en jefe a la Sala.
–Plutarch, ¿qué piensas?
–Sí, es buena idea, ejecútenla, necesito ir a otro lado, Haymitch estás a cargo.
–¿Y ahora qué le pasa? –Pregunta la chica que le teme al agua después de que el Vigilante en Jefe abandona la Sala. Nadie contesta, así que nos ponemos a ver la manera de modificar las “casas” cercanas a los Tributos.
–¿Deberíamos ponerles techos de concreto? –Pregunta Enobaria, a nadie en particular.
–No creo, lo mejor sería ponerles techos de madera o asbesto. –Contesta Haymitch, así que decidimos poner techos de asbesto, cada equipo modifico una casa, Peeta y yo modificamos la cercana a los gemelos y la cercana a Sammy. Tan solo pusimos un techo de lámina de asbesto y reparamos los vidrios de las ventanas, dejamos la puerta sin arreglar pero sin duda será un buen refugio comparado a dónde se encuentran en esos momentos, la intensidad de la lluvia ha disminuido, pero ahora hay una tormenta eléctrica, temo que en cualquier momento caiga un rayo sobre algún tributo, no estoy preparada para recordar cómo se siente la intensidad de un rayo en el cuerpo. Pero el que disminuya la intensidad de la lluvia ayuda a que puedan ver los refugios arreglados, así que la mayoría ya se está moviendo. Parece que a Cherry le volvieron las ganas de sobrevivir porque se le ve mejor corriendo con Mily y Michi, arrastrándolas a su nuevo refugio. Percival y Krystal caminan lo más rápido que sus heridos y aún maltratados cuerpos se lo permiten, pronto recibirán algo de ayuda, estoy segura; Menny y Benny corren a su nuevo refugio cargando con sus enormes y pesadas mochilas y sus armas, dos espadas y dos lanzas; Sheena se ha encontrado con Sammy y deciden refugiarse juntas, ambas llevan mochilas con algo de provisiones y Sammy lleva la punta de una lanza y un cuchillo en la mochila, cosa que ignora Sheena, aún así dudo que Sammy se atreva a matar a Sheena mientras duerme; Sydney y Dewey se mueven lento tratando de atajarse lo mejor que se puede en los arboles que tienen un follaje tan espeso que casi no permiten que la lluvia legue al suelo, por fin llegan a su refugio cargando sus mochilas y sus armas; May y Wulfrid, han aprendido a moverse por los árboles así que van a través de las ramas hasta llegar a su refugio, Shan que hasta ese momento me había olvidado del pequeño se escabulle hasta su refugio y Kaitlyn se mueve sola demasiado lento, parece que le gusta mojarse porque no se molesta en cubrirse tampoco, de hecho tiene una expresión que da miedo, cómo si disfrutara lo que está pasando, creo que ya está loca.
Así ya todos los tributos están en sus respectivos refugios, el día no nos va a dejar trabajar más, con la lluvia que sigue cayendo, la tormenta eléctrica que continua haciendo tronar el cielo y la temperatura que sigue cayendo, ahora están a 2° y como supusimos, los regalos empiezan a llegar, los primeros en recibir un paracaídas muy grande son Menny y Benny, reciben un par de abrigos térmicos uno negro y uno marrón y unas tazas grandes de té caliente. Los siguientes en recibir su enorme paracaídas fueron Sydney y Dewey, igual con dos abrigos térmicos solo que el de él verde oscuro y el de ella rosa oscuro y dos tazas de chocolate caliente con galletas, Percival y Krystal solo reciben un cobertor negro y un abrigo gris oscuro, Sammy y Sheena reciben un abrigo rojo y un par de tazones con caldo de verduras caliente, y finalmente Kaitlyn recibe un abrigo purpura y un tazón con caldo de pollo.
Así transcurre todo el día sin tener noticias de Plutarch, puesto que no ha vuelto desde en la mañana que se fue. En la noche suena el himno de Panem, no hay rostros en el cielo, Beetee, Peeta y yo nos vamos a descansar a nuestras habitaciones y el resto se queda en la Sala a supervisar igual que la primera noche.
Peeta y yo vamos a nuestra habitación, no hemos hablado demasiado, solo alguna que otra cosa, estoy agotada y Peeta no se ve mejor, entramos a nuestra habitación y lo primero que veo es otra entrega de “X”, otro arreglo de prímulas.
Karly 🖤
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