Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2. Cara a cara

Haymitch nos dirige a Johanna y a mí adentro del hospital, llegamos a un mostrador donde está una enfermera y Haymitch habla con ella.
-Venimos a visitar a Peeta Mellark
-¿Todos a la vez? –Pregunta la enfermera mirándonos a los tres.
-Claro que no, por separado. –Responde Johanna rodando sus ojos, como sí la enfermera fuera la persona más tonta de Panem, yo le doy un ligero codazo en las costilla para que se comporte, ella niega con la cabeza y pone los ojos en blanco.
-Me temo que por la hora sólo podrán pasar uno o dos de ustedes. –nos dice la mujer mirando varios papeles que tiene en su mostrador. Haymitch voltea a vernos y dice que entonces lo mejor será que pase yo primero. Asiento con la cabeza y la enfermera me pide que la siga, cuando comienzo a caminar mi mentor me habla.

-Toma las cosas con calma Katniss, trátalo bien. –yo lo miro ofendida. El me devuelve la mirada de advertencia. –Solo no seas tan tú.
-De acuerdo. –le digo sarcástica. –Entonces seré como Effie o mejor aún, como tú. –él me da una mirada de reproche y yo me enojo de hombros.
Pero seguimos caminando detrás de la enfermera hasta llegar al final del pasillo y damos vuelta a la derecha, entramos en otro pasillo y de nuevo hasta el final del pasillo y otra vez a la derecha y llegamos a una pequeña sala de espera con algunos sillones blancos y una pantalla en la pared, hay un pequeño pasillo en el cual entramos, la enfermera se detiene en la cuarta puerta.
-Está es la habitación del Sr. Mellark, yo estaré en la sala de espera por sí necesitan algo.

Me siento nerviosa y más porque estaremos solos y no sé qué haré si me ataca de nuevo pero es mejor así, sin nadie mirando, le asiento con la cabeza a la enfermera y se va, tomo unas respiraciones y toco la puerta, escucho la voz de Peeta desde el otro lado.
-Adelante.

Tomo el pomo de la puerta lo giro y empujo la puerta suavemente, hasta abrirla lo suficiente para que pueda entrar.
-Hola Peeta. –Le digo tímidamente y me quedo ahí de pie junto a la puerta.
-Hola Katniss. –No veo que se sorprenda, así que me imagino que le avisaron que vendría a verlo.
-¿Puedo pasar? –le pregunto ya que creo que me veo estúpida ahí parada en la puerta.
-Claro, pasa Katniss. –Entro en su no tan pequeña habitación, es más como un pequeño departamento, tiene una pequeña cocina el fondo del lado derecho, un par de sillones cerca de la puerta, una mesa con dos sillas cerca de la cocina y al fondo del lado izquierdo veo un par de puertas blancas, supongo que una da al baño y la otra a su habitación, es lindo, me gusta más que mi habitación en la mansión.

-Me gusta tú habitación. –le digo mientras me siento en uno de los sofás.
-Es más como una casa para mi, a mí también me gusta, me hace olvidar que estoy en un hospital ¿Y a que debo tú visita Katniss? –me dice tomando asiento en el otro sofá.
-Bueno quería verte y platicar contigo. –le digo y busco cualquier lugar para mirar menos a él.
-Eso es una sorpresa. –me decido a mirarlo porque puedo notar algo extraño en cómo me habla, me recuerda un poco a la primera vez que hablé con él después de que fue rescatado e intentó matarme, así que recuerdo el consejo de Haymitch y no presionarlo demasiado.
-¿Por qué sorpresa? –le contestó tratando de sonar curiosa y no incriminante.
-Pues Johanna me dijo que no querías salir de tú habitación, por eso no creí que vinieras a visitarme. –me relajo un poco después de esa respuesta.
-Sí eso hacia pero ya entendí que no puedo estar encerrada toda la vida, tengo que continuar porque se lo debo a Prim y a ti. –y allá vamos con la sinceridad, decidí cambiar y aquí empieza el cambio.
-¿A mí? –me dice sorprendido y confundido, se remueve en el sofá con algo de incomodidad. Pero tras pensarlo un poco me indica el espacio en el sillón junto a él para que me siente, me acomodó y sigo hablando con el chico de ojos azules que ya está más cerca de mí, nos miramos con apenas unos centímetros separandonos.
-Sí también te lo debo a ti, gracias a ti en primer lugar es que esté viva, no sólo por el hecho de los panes de hace años, sino también a salvarme en la arena y porque te quiero demasiado como para no valorar lo que has hecho por mí.

Esa declaración lo hace que abra más los ojos y me mire directamente a los ojos como si intentara descubrir sí le estoy mintiendo o en verdad lo dije en serio, así que decido confirmárselo.
-En verdad Peeta, te quiero demasiado como para desaprovechar las oportunidades que me has dado para seguir viviendo.
-Lo que realmente me sorprende es que aceptes que me quieres. –Noto que un rubor cubre mis mejillas porque siento la cara arder y desvío la mirada hacia mis manos que descansan en mi regazo.
-Sí bueno, creo que la terapia ha funcionado. –Sonrío abiertamente y lo miro a la cara.
-Pues que le aumenten el sueldo a ese doctor entonces. –Me responde Peeta con una sonrisa medio torcida y creo que un poco irónica, no se sí lo dice como broma o con mala intención, así que me pongo sería, yo quiero platicar bien con él, pero pareciera que en realidad se está burlando de mi.
-Lo digo en broma Katniss, no te ofrendas. –Vaya el que me lo aclare cambia la situación y le sonrío y él me devuelve la sonrisa.
-¿Y tú qué tal vas?
-Pues me cambiaron a esta habitación para que comience a llevar una vida normal y cotidiana, dicen que sí funciona en un par de semanas podré ser dado de alta del hospital.
-¡Esa es una gran noticia!
-Sí a mí también me agrada la idea.
-También quería hablar contigo sobre otra cosa.
-¿Dime?

Cambio mi expresión de alegría por una más sería y vuelvo a dirigir mi mirada a mis manos, no quiero verlo a la cara hasta que termine de hablarle y más porque noto que ha cambiado la manera en la que me habla, se siente cálido y sincero de nuevo y no quiero que cambie esa actitud.

-Pues quería preguntarte ¿qué piensas sobre los Juegos que se realizarán pronto? Pues Plutarch me ha invitado a trabajar en ellos con él y otros vencedores. –se toma un momento antes de responder, cuando lo hace lo hace muy tranquilo.
-Pues tú puedes aceptar el trabajo sí así lo quieres, yo no quiero que se realicen ni mucho menos trabajar en ellos, porque no quiero causarle pesadillas a alguien más. No quiero dañar a nadie como lo hicieron con nosotros, por más tiempo que pase nunca podremos borrar esos malos recuerdos de nuestras vidas, que fueron causados por alguien, yo simplemente no podría vivir con eso. –medito un poco su respuesta, ciertamente dejaré de ser la víctima y me volveré el verdugo, pero eso es parte del por qué quiero hacerlo.
-No lo había visto de ese modo, aunque también quiero hacerlo por todo el daño que nos causaron durante tantos años, y que ahora ellos sean nuestra diversión, en lugar de que nosotros seamos su distracción anual. Creo que ambos puntos de vista son válidos, pero quería saber sí no ocasionaría algún problema entre nosotros sí yo decido tomar el empleo, quiero estar bien contigo, recuerda que prometimos ser amigos, por el momento no puedo ofrecerte más. Necesito entenderme primero para poder ofrecerte más y espero que no te moleste mi sinceridad. –le digo y siento mi cara arder de nuevo, así que vuelvo a desviar la mirada.
-Todo lo contrario, me gusta que seas así de sincera y claro que podemos ser amigos, yo también lo deseo de esa manera, necesitamos tiempo y que mejor que empleándolo como amigos. Y no, no afectaría nuestra amistad si trabajas con Plutarch. Al final es sólo un trabajo, yo también necesitaré uno.
-¡Gracias Peeta! Me alegra tenerte de vuelta. Y estoy segura que podremos encontrarte algún trabajo cuando seas dado de alta. –En ese momento tocan la puerta y Peeta responde que pasen.
-Adelante, está abierto.

No sé porque no abre él la puerta pero es bueno que tenga la confianza de dejar entrar a las personas y no negarles el pasó, se abre la puerta y es la enfermera de la recepción preguntando.
-¿Está todo bien?
-¡Claro! –Respondemos Peeta y yo al mismo tiempo, eso nos hace reír a ambos y la enfermera vuelve a hablar.
-Le informó señorita que el tiempo de visita termina en 10 minutos.
-Claro, ya casi me voy.

La enfermera sale y cierra la puerta para que me pueda despedir del chico de ojos azules.

-No quisiera pero ya oíste, me tengo que ir, vendré todos los días a verte, si quieres.
-Gracias, me gustara mucho eso.

Me levanto del sillón y él también se levanta del suyo y yo sin pensarlo lo abrazo muy fuerte y le digo.
-Te he extrañado mucho. –El me devuelve el abrazo y besa mi cabeza y me responde.
-Yo también.

Terminamos el abrazo y me dirijo a la puerta, cuando estoy por salir volteo a mirarlo y está detrás de mí, ni siquiera noté que estuviera detrás de mí y es lo más cerca que hemos estado desde que entre en su habitación-departamento y es cuando más detenidamente veo sus ojos y su rostro y repentinamente lo beso en los labios, no sé porque lo hice, el no se retira pero todo su cuerpo se pone rígido, no sé qué es lo que acabó de hacer, dejó de besarlo.
-Lo siento.

Fue lo único que pude decir y salí corriendo hacia la sala de espera donde están Haymitch, Johanna y la enfermera, como llego corriendo Haymitch se levanta rápido de su lugar y me pregunta.
-¿Estás bien? ¿Te atacó de nuevo? –y me toma por los hombros mientras empieza a evaluarme.
-No claro que no, es que pensé que ya habían pasado los 10 minutos que dijo la enfermera y por eso vine corriendo. -le digo mientras él deja de revisarme.
-De acuerdo, está bien.

Haymitch me cree mi mentira pero parece que Johanna no, pues se me queda mirando, la enfermera dice.
-Se terminaron las visitas, acompáñenme a la salida por favor.

Oh por Dios me acabe todo el tiempo de visita, los tres seguimos a la enfermera hasta la recepción, ella se queda en el escritorio junto a otra enfermera y nosotros salimos del hospital.

-Bueno chicas yo me tengo que ir, seguramente Plutarch se ha de estar preguntando dónde estoy. Así que Katniss ¿ya nos tienes una respuesta? –mira el reloj en su muñeca y después me mira.
-Sí, acepto el empleo. –le co testo y el trata de sonreír.
-Estupendo, Plutarch estará feliz, bueno pues pronto comenzáramos a trabajar, así que vayan planeando sus ideas.
-De acuerdo.
-Bueno nos vemos chicas. –nos dice y empieza a alejarse de nosotras.
-Adiós Hay. –A Haymitch le da risa el cómo lo llamó Johanna, nos dice adiós con la mano y se aleja más rápido.
-¿Así que ya te quieres ir a tu habitación o qué quieres hacer descerebrado? –me dice Johanna volteando hacia a mi.
-Vamos a otro lugar a un jardín ¿quizás?
-Creo que sé lo que quieres, vamos, que tengo mucho que preguntarte.

Oh, sabía que a ella no la había engañado, supongo que me hará bien platicar con ella. Nos vamos caminando y comienza a golpearme con su puño en los brazos y yo comienzo a regresárselos y así continuamos caminando, golpeándonos y riendo.


Johanna me guía a través de varios pasillos dentro y fuera de la mansión, parece que ya conoce muy bien el lugar, después de caminar por varios pasillos y de subir y bajar escalones y rampas, una de las cuales hizo que me cayera, provocándole un ataque de risa a Johanna al verme en el suelo, después de un buen rato su risa ceso y me ayudó a ponerme de pie y continuamos caminando hasta que por fin llegamos a un enorme jardín tapizado por un hermoso pasto verde rodeado de arbustos de diferentes flores, como margaritas y dalias, y algunas otras que no reconozco, pero afortunadamente ninguna rosa, Johanna se dirigió hacia un enorme árbol al fondo y se sentó en las raíces y me miro hasta que me senté en el suave pasto frente a ella a la sombra del árbol, pronto empezara a caer el sol y me gustaría venir algún día a ver el atardecer con Peeta tirados en el pasto. Estoy sumida en ese pensamiento cuando Johanna me regresa a la realidad.

-Entonces descerebrada ¿Qué hiciste con Peeta?
-¿A qué te refieres? Sólo estuvimos platicando sobre cómo hemos estado y como va su recuperación y sobre trabajar con Plutarch.
-A mi no me engañas, tú saliste de su habitación corriendo y no fue porque tú tiempo se acabó, yo no te creo ese cuento. Así que dime ¿qué le hiciste?
-Yo no le hice nada, no tendría porque hacerle algo, somos amigos.
-Mira Katniss, mejor dime la verdad, porque de cualquier modo le preguntare a él y me platicara, y sí me dice que lo lastimaste me conocerás realmente enojada.

Eso que dijo me ha dejado desconcertada, ¿por qué le importa tanto y por qué me amenaza?

-¿Por qué te preocupas tanto por él? Y no me amenaces.
-No te estoy amenazando, sólo te estoy pidiendo de buena manera que me digas que pasó.
-No te diré nada hasta que me digas ¿por qué tanto interés? - Empiezo a enojarme, la miro atenta y en espera de una respuesta, lista para abalanzarme contra ella de ser necesario.

Johanna se queda muda y mira a un punto lejos de mí, sumida en sus pensamientos, supongo que pensando sí decirme o no algo. Después de un par de minutos, me mira y me pregunta.
-¿Todavía amas a Peeta?

Vaya no me esperaba esa pregunta, es incómoda y complicada para mí, pero decido decirle la verdad, pues creo que ya considero a la chica que le teme al agua mi amiga.
-En realidad no lo sé, estoy confundida, siento muchas cosas por Peeta pero no sé sí podamos estar juntos, porque el ataque que tuvo contra mi cuando fue rescatado y el del Capitolio siempre estarán presentes entre nosotros, lo que me hace temerle un poco, pero hoy al estar cerca de él en ningún momento tuve miedo y por el contrario me sentí a gusto y segura y cuando me despedía de él, hice algo que jamás imaginé hacer, ni siquiera lo tenía pensado pero sucedió, repentinamente lo bese en los labios y por eso salí corriendo, sentí vergüenza y no pude mirarlo a los ojos y salí antes de que pudiera decir algo. Eso fue lo que pasó.

Johanna no dice nada, sólo se queda mirando lejos de mí, yo me recuesto en el césped y miro las verdes hojas del árbol y acaricio el uniforme césped con las yemas de mis dedos, Johanna sigue pérdida en sus pensamientos, comienzo a sentirme cansada y parece que en cualquier momento podría quedarme dormida aquí, mis parpados están por cerrarse cuando Johanna decide hablarme.
-¿Recuerdas cuando te dije que el amor era extraño?
-Sí estábamos en la arena y los charlajos nos acababan de atacar a Finnick y a mí. –empiezo a arrancar el césped de la tierra.
-También te dije que a mí no podían lastimarme porque no me quedaba nadie, Snow acabó con mi familia, trato de venderme como lo hizo con Finnick y Cashmere, pero como no me dejé mató a mi familia, a mis padres les fue bien, los mataron de un limpio y certero balazo en la cabeza, mientras que a mi hermano pequeño lo torturaron durante varios días y ya no pude hacer nada para evitarlo y lo mataron después de veinte días de tortura, diario me enviaba vídeos Snow de las atrocidades que le hacía a mi pequeño hermano de tan sólo 12 años, cuando por fin lo mataron fue el mejor día de mi vida, porque por fin dejaría de sufrir. Pero cuando estuvimos secuestrados Peeta, Annie y yo me di cuenta que los charlajos ahora sí podían dañarme, pues Annie era como mi pequeño hermano, tan indefensa y vulnerable, y Peeta como me dolía escucharlo gritar y no poder hacer nada, fue cuando me di cuenta lo que sentía por él, algo que nunca antes había sentido y lamento decírtelo pero me enamoré de Peeta.

La macabra historia de Johanna sobre su familia quedó olvidada después de su nada esperada confesión, fue como si me hubiera caído del árbol y todo el aire hubiera abandonado mi cuerpo, me tuve que recordar como respirar, inhala-exhala, me he quedado helada, que se supone que tengo que decir o hacer, creía que Johanna ya era mi amiga y ahora me sale con esto, no sé cómo lidiar con esto, como si no ya tuviera suficiente con lo que lidiar. Johanna ni siquiera me está viendo, sigue mirando a lo lejos, hacia donde el sol comienza ponerse y yo miro hacia el atardecer también, para tratar de absorber un poco de su calor en mí repentinamente helado cuerpo. Y decido afrontar a la chica cerca de mí.
-¿Peeta lo sabe?
-No, no he podido hablarle de esto a él, siempre hablamos de otras personas o de ti. –Lo dice con un tono de molestia y forma una arruga entre sus cejas, la típica expresión que hace cuando algo no le parece o le molesta. Yo no me siento molesta sólo un poco traicionada.
-Bueno pues deberías decírselo y sobre lo que te diga tomaremos una decisión, sí él cree que siente lo mismo por ti, pues yo no intentaré ser más que su amiga, pero sí dice que no, entonces tú sólo serás su amiga ¿De acuerdo? –lo que le digo me duele decirlo y no sé bien de dónde salió esa respuesta una parte de mi me dice que me calle y no diga más y otra me dice que es lo justo.
-Me parece bien, dejar que él decida. –ella da una palmada y yo me sobresalto un poco.
-Bien, me siento cansada así que será mejor que me vaya a mi habitación. –le digo para poner distancia entre ella y yo.
-¿Sabes regresar o te llevo? –me dice y parece genuinamente preocupada porque me pueda perder.
-Quiero regresar sola, sí no te molesta, quiero conocer más en el camino.
-De acuerdo, te veo mañana.

Me levanto y comienzo a caminar, tratando de recordar el camino por el que me trajo la chica del Distrito 7, camino por varios pasillos y recorro diversas escaleras y rampas hasta que llegó a un pasillo que reconozco, mi habitación está cerca. Por fin llego a mi habitación y entró, huele bien, alguien vino a limpiar mientras no estuve, sobre el tocador encuentro un sobre con mi nombre, lo abro y es una carta de mi mamá.


Vaya me había olvidado de llamarla o escribirle, ahora que lo pienso, tal vez me haga bien platicar con ella, a lo mejor me aconseja sobre la situación con Peeta y Johanna, tener con mi mamá la relación madre-hija que nunca antes habíamos tenido, busco la nota donde me dejo el número de la casa y me dirijo al teléfono para llamarla, marco el número y lo escucho sonar, hasta que me contesta.
-Diga
-¡Mamá soy Katniss!
-¡Katniss! Hija que gusto escucharte ¿cómo has estado? ¿Qué has estado haciendo? ¿Has tomado tú terapia?
-Tranquila mamá, estoy bien, sí he tenido mis terapias, he aceptado un trabajo con Plutarch y Haymitch y estoy saliendo a pasear.
-Hija me da tanto gusto escuchar eso.
-Sí estoy bien, tratando de iniciar de nuevo.
-Que bueno hija.
-Oye mamá quiero pedirte un consejo, es sobre cosa de chicos.
-¿Cosa de chicos? ¿Sobre qué cosa de chicos?
-Bueno te contaré la versión corta, hoy visité a Peeta en el hospital y estuvimos platicando hasta que nos despedimos y entonces lo bese en la boca y salí corriendo sin darle oportunidad de decirme algo y después estaba yo con Johanna platicando y me dice que está enamorada de Peeta y yo le dije que dejáramos que Peeta decidiera pero no sé sí está bien mi decisión o sí me equivoqué al decirle eso.
Mi mamá tarda en responderme, la escucho suspirar y después suelta  una risita y comienza a hablarme.
-Hija haz lo que tú corazón te diga, si de verdad quieres a Peeta demuéstraselo, se cariñosa con él, ayúdalo a salir de las sombras del hijacking y sí el decide estar con Johanna apóyalos y también trata de arreglar las cosas con Gale, recuperen su amistad, Hazelle me ha dicho que se siente mal y sólo, intenta recuperarlo, fue un gran amigo para ti, no lo olvides.
-Gracias mamá, me has ayudado mucho. Espero verte pronto, ¿cómo va el hospital?
-Vamos muy bien, estará abierto en pocos meses, estará listo para cuando Annie dé a luz.
Vaya es algo que no sabía, no sabía que Annie estuviera embarazada.
-Esa es una buena noticia, supongo que Annie querrá que nazca en su Distrito.
-Sí, Annie vendrá a vivir de nuevo aquí en tres semanas, sería bueno que vinieras con ella y me visitaras y que estés algunos días aquí, te gustara, todo es muy bonito y las personas son muy buenas.
-Lo consideraré, también depende sí todavía no comienzo a trabajar, todavía no me dan una fecha exacta.
-Bueno espero que puedas venir, ya es tarde, deberías descansar.
-Claro, te llamaré pronto.
-Eso espero, cuídate y te amo.
-También te amo. Adiós.
-Adiós.
Cuelgo el teléfono y decido darme un baño antes de dormir, busco un pijama y ropa interior, me doy una ducha rápida, me pongo el pijama y me acuesto a dormir, pues me siento muy cansada.

Karly 💙

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro