Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

TERAPIAS (por Bella)

Entré al despacho del director acompañada de un desasosiego que apretaba mi estómago con fuerza. Pensar que Oliver estaba o había estado en peligro, me causaba una sensación de malestar iracunda, haciendo que mis instintos de protección hacia él aumentaran. 

–Buenos días señor director, he venido tan pronto cómo me ha sido posible.

–¿Cómo está, señora Cullen? Le agradezco enormemente la rapidez y compromiso. No habría interrumpido su descanso si no fuera de importancia.

El semblante del señor Steven era sombrío, unas pronunciadas arrugas en su ceño daban a su aspecto un aire preocupado. Tomé asiento frente a él ansiosa por escuchar lo que tenía que decirme.

–¿Cómo está Oliver?– Tan pronto formulé la pregunta me di cuenta de lo ansiosa que podía haber sonado para no conocer apenas al muchacho, por lo que, modulé el tono de mi voz y continúe– ¿Se encuentra en observación?

–A rechazado su tratamiento. El psiquiatra del centro le ha diagnosticado una posible esquizofrenia paranoide. Oliver, asegura que oye voces dentro de su cabeza.

–Entonces, ¿ese fué el motivo de su intento de suicidio? ¿Las voces se lo dijeron?

–No exactamente. ¿Quiere un poco de café, señora Cullen?– interpeló mientras servía dos tazas.

Acepté el pocillo de café y fingí tomar un sorbo del mismo. Esquizofrenia... eso daría algo de sentido y quizá exculparía la forma en que asesinó a su víctima.

–Verá, Bella, ¿puedo llamarle por su nombre de pila?– asentí brevemente –Oliver nunca ha presentado problemas mentales, su crimen fue dictaminado como enajenación transitoria por shock traumático.  Nunca se ha visto envuelto en peleas ni nada por el estilo, es por eso, que esta situación me preocupa tanto.

 –¿Qué podría hacer yo por él? Si el psiquiatra no ha sido capaz de negociar, dudo mucho que me escuche a mí para ello.

–En realidad, usted es nuestra única esperanza, se niega a tomar su medicación pero ha puesto una condición para hacerlo. Señora Bella, ese chico está obsesionado con su persona, las voces que escucha en su cabeza...

–Continúe, por favor.

–Bueno, imagino que con su currículum y estudios no se sorprenderá y sabrá darle un sentido a todo esto. Oliver asegura haber visto por la ventana de su habitación, cómo usted comía vísceras de un animal muerto la misma noche en que intentó quitarse la vida.

Una oleada de pánico sacudió todos mis sentidos, pero procuré que la emoción no aflorara a mi rostro, manteniéndolo imperturbable.

–El muchacho apuntala que después de esto, el pánico le hizo tomar un montón de pastillas para dormir, y fue entonces cuando comenzó a escuchar su voz en la cabeza instándole a que no se quitara la vida. 
La obsesión con usted, Bella, es tal que afirma ver sus ojos continuamente en su mente, incluso antes de este suceso.

El sonido de la última pieza del puzzle encajando hizo que diera un leve respingo, imperceptible para el ojo humano. Cuando Edward se marchó, yo también escuchaba su voz cada vez que se me ocurría hacer alguna imprudencia temeraria.

–Entiendo– murmuré procurando que mi voz sonara lo más profesional posible–. Entonces, en la cabeza de Oliver,  yo soy una especie de deidad.

–En realidad él lo describe cómo un demonio que quiere hacerle pagar por sus pecados.

Esa frase me provocó un repentino dolor que sorprendió a mi psique, me dolía que Oliver me temiera. 

–Y a pesar de eso, ¿quiere tener terapias individuales conmigo? No alcanzo a comprenderlo...

–Imagino que en su interior es consciente de que su mente le está jugando malas pasadas, y quiere cerciorarse de que realmente está equivocado.

Suspiré aliviada, el director no creía la versión de Oliver, lo achacaban a problemas mentales y para mi familia, eso significaba seguridad.

–Esta bien– tomé un sorbo de café tragando con disimulada dificultad– podemos comenzar hoy mismo, cuánto antes ceda a tomar su medicación, antes podrá sanar.

Me cedieron un diminuto despacho para proceder a las terapias con Oliver.  Comenzarían después del almuerzo, así que aproveché los tres cuartos de hora que me quedaban para meditar sobre lo que había hablado con el director.

Parecía como si se estuviera repitiendo el mismo patrón de hacía años con Edward, pero esta vez, yo era el monstruo y no había ningún enamoramiento adolescente por el medio. Sacudí la cabeza desechando las ideas que agolpaban en mi mente, no quería prestarles atención, no quería que me revelaran algo que hacía tiempo venía sospechando.

Saqué el teléfono móvil y marqué el número de Renesmee. 

–Ey mamá, ¿cómo va todo?

Su jovial timbre de voz hizo que la angustia que oprimía mi pecho aflojara un poco de intensidad.

–Bien cariño, ¿has hablado con papá?

Escuché como alguien le llamaba a lo lejos entre un bullicio de risas.

–Sí mami,  este fin de semana iremos los tres juntos a la reserva, papá me comentó que volvías a casa para entonces.

Edward no le había confesado a Nessie nuestra discusión y mi posterior huída, no me sorprendía.

–De hecho, te llamaba para asegurarme de que lo recuerdas– mentí– nos vemos el viernes cielo, disfruta del día.

Colgué antes de que Renesmee notará el nerviosismo en mi voz. Acto seguido, escribí un mensaje para Edward:
"Estoy en el centro, llegaré a casa por la noche. Gracias por organizar el fin de semana con Nessie. Siento cómo han sucedido las cosas, prometo que te compensaré, te amo".

Estaba aún guardando mi teléfono en el bolso después de ponerlo en modo avión, cuando unos golpes sonaron en la puerta del despacho.

–Adelante.

–Creo que vengo demasiado pronto, pero el señor Steven me comentó que quizá podríamos comenzar ya con las terapias, así podrás ir a descansar antes.

No levantó la mirada del suelo en ningún momento, sus mejillas estaban enrojecidas dándole un apetecible tono a su tez. Su aroma me pillo con la guarda baja, golpeando fuertemente contra mi garganta.

 –Sí claro, toma asiento, por favor– dije atropelladamente procurando no gastar todo el aire de mis pulmones para alargar el momento de volver a inalar.

Acepté impartir esas terapias individuales sin pensar demasiado en ello, y ahora con Oliver enfrente, no tenía ni la menor idea de cómo comenzar. Saqué su informe médico del cajón y lo examiné con aire profesional, intentando ganar tiempo.

–Bien Oliver, imagino que el doctor Weyer te ha comentando cual es tu posible diagnóstico. 

–Ahá– fijó su mirada en mí por primera vez– y tanto tú como yo sabemos que un evento puntual no determina una esquizofrenia paranoide.

Su tono de voz era conciso dando coherencia a sus palabras. En absoluto parecía un enfermo mental, y yo estaba completamente segura de que esas alucinaciones que tenía, no se debían a una enfermedad cómo es la esquizofrenia.

–Has solicitado terapias individuales como condición, ¿puedo preguntarte el porqué?

–Me siento irremediablemente atraído hacia ti, desde el día en que te ví.

         Todo cuanto me rodea te invita a venir a mí:

–He soñado con tu voz, tus ojos, tu rostro, incluso por momentos he creido percibir tu aroma.

        Mi voz, el rostro, incluso mi olor.

–Es una tortura, intenté ahorcarme sólo para volver a escuchar tu melodiosa voz en mi cabeza.

         ¡Cómo si los necesitaras! 

–Una vez comprendí que no eres un ser de este mundo, que eres algo oscuro y probablemente mi castigo y condena por haber asesinado a mi padre, intenté quitarme la vida definitivamente. Fue en vano, y en lugar de huir de ti, de pedir un traslado o fingir locura para que me encierren en algún lugar alejado de tu presencia, he optado por el chantaje para poder estar cerca de ti. 

         ¡Cómo si pudieras huir de mí!

~No hay en todo el vasto y oscuro mundo de espectros y demonios ninguna criatura tan terrible, ninguna tan temida y aborrecida, y aun así aureolada por una aterradora fascinación, como el vampiro, que en sí mismo no es espectro ni demonio, pero comparte con ellos su naturaleza oscura y posee las misteriosas y terribles cualidades de ambos~.

Cualidades que yo poseía y en alguna ocasión, había tenido la oportunidad de poner en práctica. La presa, se sentía irremediablemente atraída hacia el depredador, creyendo en su minúscula e insignificante mente humana, que se trataba de amor, devoción... y así, la oveja creía que se había enamorado del león.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro