Izuku ahora mismo se encontraba en el centro comercial, necesitaba realizar las compras de su despensa para toda la semana, lo típico que haría un estudiante universitario independiente. Necesitaba asegurarse de que lo que escogiera no fuera demasiado caro a la vez que debía ver si le iba a alcanzar con el dinero que tenía.

Izuku: Lo de siempre, debo comprar cereal, fruta, algo de carne, vegetales y jabón para lavar.

Mientras realizaba las compras podía encontrar algunos poster de Keigo promocionando marcas de ropa, aún sentía odio hacia ese tipo por lo sucedido en la fiesta aunque desde entonces no lo había visto.

Con Fuyumi las cosas han sido tranquilas, habían momentos en los que los dos pasaban sus momentos en la cafetería, a veces estaban en el campo de la universidad disfrutando del ambiente. Aunque algo que le costaba hacer era relacionarse con su familia, algo que ella deseaba mucho.

Ella sabía que su familia no era perfecta, pero de todas formas era su familia, los amaba y eso no podía cambiar. También ama a Izuku y por eso quiere que sus seres queridos se lleven bien, pero hasta ella sabe que eso no será para nada fácil.

Izuku lo intentaría por ella, haría lo que fuera por ella.

Después de realizar sus compras decidió dar un paseo por el centro comercial, en uno de los establecimientos pudo ver imágenes de su hermana promocionando perfumes. En ese momento se preguntó si ella estaba bien, si las cosas con sus padres han sido buenas o no, si su partida la había afectado aunque fuera un poco.

Había momentos en que la extrañaba, extrañaba a su madre, tíos, primos, hasta él sabía que su familia era perfecta pero era difícil no pensar en ellos por un momento. Pero incluso sabiendo, la única persona a la que no extraña era su padre, no lo extrañaba para nada.

De solo pensar en él podía sentir la ira recorrer su cuerpo, y es por eso que no podía agradarle su suegro, Enji en otras palabras era como una versión menor de su padre, una persona egoísta que solo piensa en si misma y no en los demás. El poder no lo era todo, el dinero no lo era todo, la familia lo era todo, pero ninguno de los dos consideraba eso.

Cuando se fue de su casa prometió que nunca sería como su padre, que nunca dejaría que una persona así volviera a entrar en su vida, y por eso tenía que tragarse sus palabras y su orgullo para poder estar en buenos términos con los Todoroki.

Terminó llegando a la zona de alimentos y se apresuró a comprar su comida favorita, Katsudon, en su tiempo de espera podía ver a las parejas que comían ahí juntas.

Izuku: Tal vez deba traer a Fuyumi aquí.

Una vez estando en una de las mesas se dispuso a comer, antes solía amar esos momentos de soledad que tenía pero ahora ya no, se sentía raro. Antes pasaba sus tardes terminando sus tareas, haciendo ejercicio o se mantenía encerrado en su habitación.

Ahora se pasaba sus tardes con Fuyumi, solía recibir su ayuda para poder finalizarla, después solían ver la televisión juntos o jugaban los juegos de mesa que ella tenía.

Mientras disfrutaba de su comida pudo ver cómo alguien con una mochila se acercó a él para sentarse enfrente suyo.

Izuku: ¿Y tú qué es lo que deseas?

- Vine a hacer un trato contigo.

Izuku: ¿Trato? ¿De qué hablas?

- Me gustaría que hicieras dos cosas por mí, la primera es que termines tu relación con Fuyumi Todoroki de una vez por todas.

Izuku: Me debes estar jodiendo, ese hombre si que es un dolor de cabeza.

- La segunda es que te alejes de Katsuki Bakugo si no quieres que él termine sufriendo las consecuencias.

Eso se le hizo raro, ¿Cómo es que su amigo terminó involucrado en esto?

Izuku: ¿Por qué lo metes en esto?

- Aunque no lo creas me contrataron para hacer un trabajo en conjunto, así ellos mataban dos pájaros de un tiro.

Izuku: ¿Y qué pasa si me niego?

- Bueno, no te gustaría que todo el mundo supiera del paradero del primogénito de Hisashi Shigaraki.

En ese instante esas palabras resonaron en su cabeza, pudo sentir como su mundo se volvía pedazos por escuchar esas palabras.

- Aunque podría hacer un trato contigo.

Izuku: ¿Trato?

- Así es, no le he revelado esto a mis clientes, y no lo haré si me das un pequeño préstamo para que pueda mantener mi boca callada, aquí tengo todo en mi mochila.

Izuku: ¿Me estás chantajeando?

- Eres un Shigaraki, no tendrás problemas en conseguir el dinero.

De su bolsillo sacó una tarjeta para dejarle su número.

- Llámame cuando tengas tu decisión, te doy un día para que lo pienses bien.

Mientras el hombre se iba, Izuku solo se quedó viendo la tarjeta mientras sentía su corazón latir con fuerza, su cabeza estaba dando vueltas. Volvió a ver un momento y para ese momento todo se vio en blanco para él, y hasta que por fin pudo entrar en razón se dió cuenta de que ya no se encontraba en la zona de alimentos.

Ahora mismo estaba en uno de los baños del centro comercial, todo el lugar estaba destruido y habían manchas de sangre, vio hacia abajo y se encontró con ese sujeto completamente destrozado, su rostro estaba irreconocible.

Vio sus puños cubiertos de sangre y se acercó al lavabo para limpiarlas, vio su propio reflejo hecho pedazos sabiendo que así es como se encontraba él ahora.

Izuku: Este tipo de personas nunca dejarán de joderme la vida.

Juntó un poco de agua y se lo arrojó al hombre, este apenas pudo reaccionar y vio que Izuku seguía de pie para luego agacharse.

Izuku: Perdona mi comportamiento que acabo de tener contigo, se ve que fui algo rudo.

- T-tú...

Izuku: Pero tienes que entender que en serio me hiciste enojar con lo que hiciste, amenazaste con destruir mi vida. Es obvio que alguien se volvería loco por todo esto, creo que debo ir a terapia por lo que te hice.

- A-ayuda...

Izuku: Claro que te ayudaré, solo tienes que decirme más de lo que sabes, lo de mi suegro es algo que solucionaré después. Pero quiero que me hables de aquella persona que quiere que me aleje de mi amigo.

- ¿M-me dejarás ir?

Izuku: Claro, pero dame buena información, porque te haré cosas peores si me dices una mentira.

Fin de la Parte Veintitres.