Seguía procesando lo que veía frente a sus ojos, ahora mismo Izuku se encontraba en el cuarto de un hospital mientras que en la camilla se encontraba Bakugo bastante delicado. Tenía un tubo para respirar en su boca mientras que varias partes de su cuerpo estaban cubiertas de vendas.

Ya había pasado un día desde lo sucedido afuera de la universidad e Izuku no se había ido del hospital desde entonces, a cada rato podía ver a las enfermeras acercarse para ver el estado de Bakugo.

Había momentos en que Izuku se decía lo mismo a la mente, su amigo hubiera dado lo que fuera por estar despierto en esos momentos para disfrutar de los cuidados de las enfermeras.

Izuku: (Apuesto a que si estarías muy feliz de saber que te trataron como rey acá)

Durante ese tiempo no supo si debía llamar a sus padres de Bakugo o no, sentía miedo de que ellos lo culparan por lo sucedido, tenía miedo de las miradas que le fueran a hacer. No había dormido desde que llegó, se quedó ahí sentado esperando a que su amigo se recuperara, no quería perderse nada, estaba acariciando su bisturí de juguete y sentía que estaba por romperlo hasta que alguien abrió la puerta de inmediato.

Izuku: ¿Fuyumi?

Fuyumi: Hola, fui a tu apartamento y no estabas ahí.

Izuku: Como si pudiera estar ahí ahora.

Fuyumi: Lo sé.

Izuku: ¿Viniste a convencerme de que me vaya a descansar?

Fuyumi: Has estado aquí varios días, debes descansar.

Izuku: No puedo descansar, no con él aquí.

Fuyumi: Lo comprendo, yo también he estado en este tipo de situaciones.

Izuku: ¿En serio?

Fuyumi: Touya es muy fan del fuego, muchas veces ha ido al hospital por quemaduras y una vez Shoto sin querer empujó a mamá mientras se servía té y le cayó el agua hirviendo.

Izuku: No lo sé, pero siento que esto es muy diferente.

Fuyumi: ¿En serio? Lo consideras tu hermano.

Izuku: Sí, pero le debo mucho a este imbécil.

Fuyumi: ¿Por qué?

Izuku: ¿Cómo te digo esto? Nuestra amistad no es perfecta, y eso lo supe desde el momento en que nos conocimos.

Era nuevo en el preescolar, en mis manos tenía mi libro favorito de héroes y quería hacer amigos. Con cada persona que me acercaba solo se alejaban de mí, aunque eso tiene que ver con mi familia.

Era un niño muy tímido, no sabía que hacer, de hecho creo que en ese momento quería llorar de la ansiedad hasta que vi a lo lejos un grupo de niños jugando y me acerqué a ellos.

Y obviamente la primera persona con la que hablé fue con él.

Bakugo: ¿Quién demonios eres?

Izuku: Mi nombre es Izuku Shigaraki, y dijiste una grosería.

Bakugo: ¿Y eso qué? Mi mamá dice muchas.

Izuku: Conmigo no, ni me habla, siempre ocupada.

Bakugo: ¿Y qué quieres, nerd?

Izuku: ¿Por qué nerd?

Bakugo: Te gustan los héroes.

Izuku: ¿Y?

Bakugo: Olvídalo, dime qué quieres.

Izuku: ¿Quieres jugar conmigo?

Bakugo: ¿Y por qué debería jugar contigo?

Izuku: Soy nuevo aquí y no tengo amigos.

Bakugo: ¿Y qué?

Izuku: Te puedo prestar mi libro si quieres.

Bakugo: Eso es para niños.

Izuku: Somos niños.

Bakugo: Para niños más pequeños.

Izuku: Ah.

Bakugo: Lárgate de aquí, Deku.

Izuku: ¿Deku?

Bakugo: Sí, Deku, significa inútil.

Izuku: No soy un inútil.

Bakugo: Sí lo eres, si lo eres.

Izuku: ¡Ya dije que no!

Cómo cualquier niño a esa edad pues hice un berrinche y lo golpeé con mi libro, empezando una pelea en la que terminamos siendo llevados a la dirección esperando a que vinieran por nosotros. Los primeros en llegar fueron sus padres, aún recuerdo cómo Kah-chan era jalado de las orejas por su madre mientras su padre intentaba detenerla.

Mitsuki: Ve y discúlpate con tu amigo.

Bakugo: No es mi amigo.

Mitsuki: Entonces ve a disculparte y hazte su amigo.

Bakugo: No quiero.

Mitsuki: ¡Haz lo que te digo maldito mocoso!

A la fuerza se acercó a mí y extendió su mano.

Bakugo: Lo siento, podemos ser amigos.

Izuku: ¿En serio?

Bakugo: No.

Mitsuki: ¡Katsuki Bakugo!

Bakugo: Está bien, sí, lo digo en serio.

Izuku: Bien, ahora somos amigos.

Y la verdad sé lo que me dirías, era un niño muy idiota si me dejé llevar por esas palabras, pero quería un amigo, ya de por sí era raro que mi abuelo me acompañara a jugar, más cuando la última vez se había lastimado la espalda.

Con los años nos seguimos viendo, y mientras más creciamos más distancia tomamos del otro, Kah-chan ha sido ese chico que solo quiere juntarse con aquellos populares aunque signifique que tenga que hacer cosas malas.

Y lamentablemente yo fui una víctima de eso, cada vez que podía era golpeado por él o por otros compañeros de la escuela, a pesar de todo eso lo seguí considerando mi amigo, incluso siendo él quien me daba los golpes.

Fuyumi: ¿Por qué?

Izuku: No lo sé, creo que tenía esa necesidad de hacer un amigo que no me importaba quien fuera o que hacía. Pero a pesar de eso, yo sabía que él era una buena persona sin importar cuánto lo negara.

Fuyumi: ¿A qué te refieres?

Izuku: Hubo una vez que yo estaba afuera de la escuela, me mantenía oculto de todos ellos.

Literalmente estaba escondido detrás de un contenedor de basura, tenía miedo de que me encontraran hasta que él apareció.

Bakugo: En serio eres bueno para esconderte.

Izuku: H-hola, Kah-chan.

Bakugo: Sigo sin entenderlo, ¿Por qué sigues insistiendo?

Izuku: ¿En qué?

Bakugo: No importa que tanto te moleste, incluso te he golpeado, y cada vez que nos preguntan si somos amigos tu solo lo afirmas.

Izuku: Bueno, la verdad no tengo amigos.

Bakugo: No me digas.

Izuku: Mis padres nunca me hacen caso, menos ni papá, no importa que tanto me esfuerzo en la escuela yo nunca soy una de sus prioridades. Mi abuelo siempre ha sido el que me ha cuidado desde pequeño, por eso lo quiero mucho.

Bakugo: Pero tienes una hermana que es un año menor que tú.

Izuku: Ella recibe casi toda la atención de mis padres, no le importo ni un rábano. Lo único que considero como amigo ha sido mi abuelo, pero sé que no siempre va a estar ahí para mí, en algún momento va a morir y con eso volveré a estar solo.

Bakugo: ¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

Izuku: Nos conocemos desde el preescolar, y desde lo sucedido aquella vez te he considerado mi amigo, sé que suena muy estúpido, pero no es como si tuviera otra cosa que valiera la pena.

Bakugo: Eso suena...

Izuku: Lo sé, estúpido, pero no es como si pudiera hacer otra cosa.

En eso pude escuchar a los demás que se venían acercando y después ví la expresión de Bakugo.

Izuku: O-oye...

Bakugo: Tranquilo, vete a tu salón, yo haré como que no te vi.

Izuku: ¿En serio?

Bakugo: Si, solo hazlo.

Al final creí que por fin me había acercado un poco a él, pero la verdad no fue así, siguió haciendo lo mismo tiempo después.

Fuyumi: ¿Y qué sucedió después?

Izuku: Bueno, una semana después él me molestó pero yo no estaba en un buen momento así que me terminé desahogando con él.

Fuyumi: En otras palabras lo golpeaste.

Izuku: Y cómo nunca lo había hecho, literalmente su cabeza estaba atravesando un bote de basura.

Fuyumi: ¿Y después de eso?

Izuku: Después de eso nos comenzamos a llevar bien, creo que lo regresé a la realidad con ese golpe que le di.

Fuyumi: ¿No será que solo lo hizo para...?

Izuku: La verdad no lo sé, pero él me ha ayudado mucho en mi vida, me hizo darme cuenta de muchas cosas y... gracias a él tengo esta nueva vida.

Fuyumi: ¿Nueva vida?

Izuku: Olvida eso, el punto es que alguien se atrevió a hacerle esto...y lo voy a hacer pagar con todas mis fuerzas.

Fin de la Parte Veinticinco.