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[DOCE]

Por el momento la cena estaba yendo de maravilla, los dos se sentían cómodos con la conversación que tenían en dónde aprendían más de ellos. Izuku aún sentía las miradas de los demás pero eso ya no le importaba, ahora mismo solo quería seguir enfocado en su compañía.

Fuyumi: Así que sabes artes marciales.

Izuku: Un poco, mi abuelo solía creer que era bueno que tuviera algo de conocimiento en ello por si me sucedía algo, así que contrató a una Sargento del ejército para que me entrenara.

Fuyumi: Cuéntame un poco de tu abuelo, se ve que lo querías mucho.

Izuku: Como no iba a quererlo, él era como un padre para mí, fue mejor padre que mi padre.

Fuyumi: Está bien si no me quieres contar más, es tu vida y no me quiero entrometer en algo que sea doloroso para ti.

Izuku: No te preocupes, la verdad es que mi abuelo fue quien me crió. Mi padre trabajaba, mi madre también y mi abuelo como se había retirado pues tuvo mucho tiempo para mí, luego llegó mi hermana y prefiero no hablar de esa odiosa.

Fuyumi: Así que también tienes ese tipo de problemas.

Izuku: Se podría decir que sí.

Fuyumi: Conmigo es casi igual, tengo un hermano que le importa un bledo todo, otro que es un poco más atento a las cosas pero también no le importa mucho, luego está Shoto que aunque lo niegue quiere ser igual que nuestro padre.

Izuku: Tu no quieres eso, ¿verdad?

Fuyumi: Por supuesto que no, preferiría que tomara otro modelo a seguir como Toshinori Yagi o su hijo, Yoichi Shigaraki.

Izuku: (Y tenía que mencionarlos) Al menos a ellos les preocupas.

Fuyumi: Eso creo, pero siento que les preocupa más que no manche el nombre de la familia que otra cosa.

Izuku: Ya veo.

Fuyumi: Por eso quiero formar una familia, quiero que en esa familia haya todo el amor que a la mía le falta.

Izuku: Es un lindo sueño.

Fuyumi: Lo sé, espero que pueda cumplirse.

Izuku: Solo tienes que esforzarte para que pueda cumplirse, solo necesitas la motivación y es obvio que la tienes.

Fuyumi: ¿Tú crees?

Izuku: Claro, confía en mí, sé que tendrás la familia que tanto deseas.

Sin que los dos se dieran cuenta sus manos estaban unidas arriba de la mesa y hasta que pudieron fijarse en eso se separaron de inmediato mientras sus rostros estaban rojos de la vergüenza.

Izuku: V-voy a ir al baño en lo que llega el postre.

Fuyumi: E-está bien.

Ya estando en el baño Izuku comenzó a mojarse el rostro mientras veía como el ardor en sus mejillas disminuía, se sentía un estúpido por creer que esto estaba pasando. Se estaba sonrojando por solo tener una conversación en privado con ella, no quería saber lo que sucedería si los dos seguían volviéndose más unidos y eso le provocaba mucho miedo.

Intentó relajarse con su bisturí pero se dió cuenta de que no lo tenía en sus bolsillos, su temor de que se hubiera caído ahora lo llenaba de pánico.

Izuku: No lo pude haber perdido, no lo pude haber perdido.

Quería salir como loco para encontrarlo pero sabía que eso era una exageración, su corazón se llenaba de miedo y tristeza por ver qué el juguete que le dió su abuelo estaba perdido, lo había perdido y eso no se lo podía perdonar.

Su corazón latía muy rápido, sus pulmones no ayudaban a su respiración, apenas podía respirar por su nariz que estaba inhalando y exhalando el aire por su boca. Se sentó a un lado de la puerta para poder calmarse, no debía dejar que esa situación empeorara la cita que tenía, estaba teniendo un lindo momento que no quería arruinar.

Golpeó la pared varias veces para ver si eso lograba calmarlo pero no funcionaba, intentó pensar en cosas alegres pero no funcionaba. Era más el sentimiento de culpa por perder ese objeto que le provocaba su ataque de pánico.

Fuyumi: Midoriya, ¿estás bien?

Fue una sorpresa escuchar su voz, más cuando estaba enfrente del baño de hombres.

Izuku: ¿Qué...haces aquí?

Fuyumi: Ya llevas media hora ahí, creí que te había pasado algo.

Izuku: (¿Media hora?)

No se dió cuenta de lo rápido que había pasado el tiempo, intentó abrir la puerta pero no quería que ella lo viera así.

Fuyumi: ¿Estás bien?

Izuku: Sí, estoy bien, solo... necesito aire.

Fuyumi: ¿Seguro?

Izuku: Sí, solo... perdóname, en serio perdóname, no quería arruinar esta cita.

Fuyumi: Tranquilo, todo estará bien, solo cuentame que pasó.

Izuku: Es solo...no lo sé.

Fuyumi: Sé que parecerá raro ya que soy una chica, ¿Pero puedo pasar al baño de hombres?

Intentó reírse pero la falta de aire hizo que se ahogara, Fuyumi escuchó esto por lo que al final embistió la puerta y así ingresó, lo primero que vio fue como Izuku estaba en el suelo mientras trataba de relajarse.

Fuyumi: Está bien, todo estará bien.

Su mente estaba divagando en muchas cosas, perdió ese bisturí de juguete que le dió a su abuelo, perdió a su abuelo, perdió a su familia, ahora en su mente se preguntaba si en serio fue una buena decisión alejarse de su familia.

Izuku: Lo perdí, lo perdí.

Fuyumi: Mírame.

Izuku: Me fuí, yo me fuí.

Fuyumi: ¡Que me mires!

Al momento de mirarla a los ojos sintió como ella también estaba preocupada por él, ella tomó su mano y pudo sentir la fuerza con la que la agarraba.

Fuyumi: Necesito que te relajes, solo inhala y exhala.

Lo sujetó de su rostro para que así la viera a los ojos.

Fuyumi: Recuerda, inhala y exhala.

Poco a poco podía sentir como su cuerpo empezaba a relajarse, su corazón paraba de latir de forma abrupta, ya sentía que el aire entraba a sus pulmones.

Fuyumi: Todo estará bien.

Izuku: Lo siento, en verdad lo siento.

Fuyumi: Está bien, todo estará bien.

Izuku: Pero...

Fuyumi: No te dejaré solo, aquí estoy, todo estará bien.

Al final Izuku pudo relajarse mientras aún sostenía su mano, ya para cuando podía respirar bien se dió cuenta de donde estaban.

Fuyumi: ¿Te sientes mejor?

Izuku: Sí, ya estoy más tranquilo.

Fuyumi: Genial.

Izuku: Vayamos a disfrutar del postre.

Fuyumi: ¿Y si mejor lo pedimos para llevar? De esa forma lo comemos en el camino.

Izuku: Estaré bien, no te preocupes.

Fuyumi: ¿Seguro?

Izuku: Sí, no es mi primer ataque de pánico, tranquila.

Fuyumi: ¿En serio quieres que esté tranquila con lo que acabo de ver?

Izuku: Tal vez.

Fuyumi: Izuku Midoriya.

Izuku: Está bien, pidamos el postre para llevar.

Fuyumi: Muy bien.

Luego de que les dieran el Okashi se dirigieron al auto para que así fueran al apartamento de Fuyumi, ella disfrutaba del postre y de vez en cuando le daba unos a Izuku mientras manejaba. Aunque pareciera como si nada hubiera pasado pues el chico no podía quitarse de la cabeza todo.

Al final llegaron al apartamento y cuando Izuku bajó se dió cuenta de que el bisturí estaba tirado debajo de su asiento y lo usó para tranquilizarse, Fuyumi se dió cuenta de esto y se acercó a él.

Fuyumi: ¿Eso es un juguete?

Izuku: Sí, lo uso para poder bajar mi estrés o mi enojo, y creí que lo había perdido.

Fuyumi: ¿Es por eso que pasó lo del baño?

Izuku: Sí, es muy estúpido, ¿verdad? Ponerse así por un juguete.

Fuyumi: Pero debe significar mucho para ti.

Izuku: Es de lo poco que me queda de mi abuelo.

Al ver su mirada decaída se acercó a él para darle un abrazo, esto lo sorprendió al punto en que no sabía cómo reaccionar, lentamente pasó su brazo por la espalda de ella para corresponderla. Estuvieron así por un tiempo hasta que los dos supieron que era momento de separarse.

Fuyumi: No pienses que es estúpido, eso representa mucho para ti como los libros lo son para mí, nos ayudan a despejarnos de la realidad por un momento para poder seguir con nuestras vidas.

Esto lo sorprendió por un momento, que ella dijera esas palabras eran algo que no esperaba escuchar de su voz, la acompañó hasta su apartamento y cuando abrió la puerta pudo sentir por un momento ese sentimiento de tristeza.

Se sintió bastante cómodo con ella en el restaurante que no quería que la cita acabara, aunque él no era la única persona que se sentía así.

Fuyumi: Y hasta aquí llegó la cita de hoy.

Izuku: Sí, así es.

Fuyumi: Me divertí mucho, gracias.

Izuku: Yo debería agradecerte por lo del restaurante.

Fuyumi: No te preocupes.

Los dos se quedaron viendo fijamente sin saber que hacer ahora, sabían que debían despedirse aunque no quisieran, pero no tenían otra opción.

Fuyumi: Nos vemos en la universidad.

Izuku: Sí, nos vemos.

Antes de irse, Fuyumi lo sujetó de su brazo para arrastrarlo hacia ella y le dió un beso en la mejilla.

Fuyumi: Nos vemos.

Al final Izuku terminó llegando al auto mientras tocaba su mejilla, aún sentía la calidez de sus labios en su piel y eso provocaba que se sonrojara.

Izuku: Debo estar loco.

Fin de la Parte Doce.

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