Nuevo comienzo
Fue doloroso.
Al obtener los recuerdos del futuro todos me odiaron como era natural.
Todos los que no me conocían.
—L-lo siento... Lo siento mucho.... Lo siento...
—Ya, ya. Por favor para de llorar Byaku, no fue tu culpa.
Sí lo fue.
Yo causé la muerte de mis seres queridos, de mi familia y traicioné a mis amigos.
Y aún así ahí estaban conmigo.
Mi familia, esa que tanto quería recuperar, me estaba consolando y abrazando.
No me lo merecía, y aún así no podía aflojar mi agarre en ellos. No los quería dejar ir.
Ellos me ayudaron.
Gracias al sello de mi prima sobre los anillos Mare mi poder para viajar entre dimensiones había desaparecido casi por completo. Así que no debería caer en la locura aún cuando el sello de las llamas de mi madre desapareciera dentro de unos años.
—¿Qué harás ahora? —Fue lo que le preguntó su tía cuando se calmó.
Él la miró con tristeza, ella se notaba pálida y enferma, sabían que solo le quedaban unos meses más, y aún así había ido a verlo sin importarle su salud.
—...No lo sé.
—Byakuran. —Lo llamó su padre mientras sostenía su mano derecha—. No pienses en qué debes hacer.
—Piensa mejor... —Continuó su madre, sosteniendo su mano izquierda—. Qué quieres hacer.
Enmendar mi error, eso quería.
Así que los busqué.
Uno por uno, encontré a mis antiguos camaradas para ayudarlos de cualquier forma posible.
—Te seguí porque creí en tu visión de un mundo mejor, donde hubiera igualdad y nadie pasara hambre. Esta vez, te golpearé si se te comienza a ir la olla.
Zakuro, mi tormenta.
—Me devolviste las ganas de vivir y mis piernas una vez, ahora tengo de vuelta a mi hermano y no tengo cicatrices, pero todavía quiero ser tu hermana y animarte como lo hiciste conmigo.
Bluebell, mi lluvia.
—Me pidió que lo juzgara para que no se convirtiera en un tirano, pero yo le fallé. En vez de aconsejarlo como su mano derecha, dejé que mi admiración por usted me cegara y no hice nada por detenerlo, por favor, deme la oportunidad de apoyarlo de la forma correcta esta vez.
Kikyo, mi nube.
—Me dejaste volver a sentir el sol en mi piel. Aunque fuera desagradable, aunque fuera extraño, no me rechazaste ni pensaste que estaba loco como los demás. Quiero ayudar a quien me salvó, eso aún no a cambiado.
Daisy, mi sol.
—La eternidad es algo triste, pero la omnipresencia es un calvario. Para ti, joven que pudiste superar esa tortura, no tengo nada más para ofrecer que mi total lealtad.
Torikabuto, mi niebla.
—Usted me salvó cuando los médicos se rindieron, no se culpe por mis decisiones. A pesar de todo, yo siempre me mantuve fiel a mis creencias, me mantuve fiel a mis dos cielos, siempre será así.
Genkishi, la niebla que nos protege a mi prima y a mí.
—¿Por qué te disculpas? Yo habría echo cosas peores por recuperar a mi familia, así que levanta la cabeza idiota, este rey no te guarda rencor. Atesora a tu familia, y gracias por despertarme de esa pesadilla continua.
Rasiel, la tormenta que manipulé usando nuestro deseo común, pero que postrado en su cama y aún inválido, me sonrió y felicitó de corazón cuando solo yo recuperé a mi familia y él seguía solo.
—Guiar a los niños es el deber de los adultos, no solo no tuve la fuerza para detenerte, tampoco tuve el valor de encararte como hizo mi hija. Fallé como padre, esposo, tío y amigo. Así que no te castigues tanto, solo aprende de tus errores y sigue adelante. Es nuestro deber.
Tío Gamma, el único rayo con el que me he sentido a gusto.
—Todos nos iremos en algún momento, no debes temer que ese día llegue Byakuran, si lo haces pasarás tu vida con miedo. Vive con una sonrisa, permanece con tus seres queridos, abrázalos, cuídalos, ámalos y déjalos que hagan lo mismo contigo. Para que cuando te llegue el momento de irte, lo hagas con una sonrisa cómo haré yo.
Tía Aria, aquella que me enseñó lo que es un cielo puro y cálido.
—Tú no eres ni de lejos tan malo cómo piensas. No importa que hicieras, siempre tenías en mente un bien mayor. Incluso cuando tu mente colapsó, tu único deseo era reiniciarlo todo para que todos fuéramos felices. Ese no es el deseo de un villano primo, es el de alguien que no teme ser visto como villano con tal de ayudar a otros.
Uni, mi querida prima y el ángel que me salvó.
Era demasiado afortunado de tenerlos a todos.
Y había alguien más a quién tenía que agradecer por ese milagro.
Pero no podía mostrarme ante ellos, así que los observé en las sombras por si un día me necesitaban.
Y así fue.
Uno de ellos había sido gravemente herido y aunque despertara del coma, estaba condenado a una vida en silla de ruedas, al menos, con la tecnología y conocimiento de este mundo.
Pero yo conservaba mis recuerdos de los mundos paralelos y sabía cómo ayudarlo. Pensé que no se había percatado de que fuí yo, pero me equivoqué.
Me lo encontré un día, él me había buscado desde que terminó la batalla contra los Simon.
—Yo te odio, y nunca te perdonaré lo que le hiciste a mi padre y amigos, pero esos sentimientos solo van dirigidos a tu yo del futuro que ya está muerto. No sé por qué me ayudaste, ni por qué nos observas de lejos, pero en este momento, lo único que sé de ti es que eres quién me salvó.
—¿No creés que volveré a atacarlos?
—No lo sé. Pero Tsuna me ha demostrado que todos merecemos una segunda oportunidad. Si algún día te sientes preparado, ve a verlo, sé que te escuchará a pesar de todo. Así es mi cielo.
Yamamoto Takeshi, uno de los jóvenes que lucharon contra mi en el futuro, y aquél que me animó a relacionarme con los Vongola cuando el momento llegó.
—¿¡Por qué no me dejas ser tu representante!? ¡Esta es mi oportunidad para liberarte!
—¿Aún si para eso debes matar a Uni?
No quería eso.
Uni me salvó junto con Tsunayoshi-kun, si estaba ahí era por ellos. ¿Pero cómo podía abandonar a mi propia madre? Toda mi vida he luchado por mi familia, y ahora debía elegir entre dos de mis seres más queridos.
—No hay necesidad de dudar hijo, y lo sabes. Uni es joven, no merece morir otra vez sin conocer lo que es el amor, sin formar una familia y sin cumplir sus sueños. Y tú más que nadie quieres darle esa oportunidad. —Limpió las lágrimas de su hijo con sus pequeñas manos y juntó sus frentes—. Da todo de ti, prometo que yo también me esforzaré para no tener arrepentimientos pase lo que pase.
Solo la abracé ese día.
Papá había desaparecido cuando mamá le contó sobre la batalla de los representantes, debió ser muy duro para él que ya sabía lo que eso significaba.
—¿Vas en serio papá? —Le preguntó tembloroso.
—Así es. Estoy arto de que ese maldito me robe todo lo que amo una y otra vez. Aunque luche contra ti, no puedo ceder en esto.
—...Lo sé. Y no soy nadie para reclamarte, pero por favor, ve a ver a mamá. —Le pidió sorprendiéndolo—. Nosotros no te culpamos, pero sé que si no vas a verla la lastimarás mucho. Por favor papá, pasemos una última noche en familia.
No quería arrepentimientos.
Aún si todavía no me había rendido, sabía que necesitábamos esto para seguir adelante con las batallas.
—¡Por favor! ¡Luchen junto a mi!
¿Por favor? Lucharía junto a ti aunque mi padre me encerrará en el fondo de Vindice. Esta vez, no fallaré en salvarlos a todos.
Papá cumplió su promesa, pero la verdad me desconcerté mucho cuando recibí la herida en mi vientre, por un momento pensé que no sería capaz de cumplir mi objetivo. Cuando caí al suelo en un charco de mi propia sangre, pude ver los ojos llorosos de mi madre y mi prima que se abrazaban en la distancia, mi tío las estaba sosteniendo para que no interfieran a pesar de tener sus ojos cristalizados también.
Agradezco a Viper que no me dejó morir.
A Talbot por darnos al fin una alternativa a los sacrificios arcobaleno.
Y a Tsuna por no rendirse y salvarnos. Por poner fin a la venganza de mi padre y asestarle un buen puñetazo que lo espabilara, parece que en esta familia solo aprendemos a los golpes.
Cuando desperté en el hospital, mis compañeros estaban dormidos en diferentes partes de mi habitación, solo Rasiel permanecía despierto mientras leía un libro sentado en su silla de ruedas junto a mi cama.
—Si tienes fuerzas, deberías salir al patio. Algo bueno te espera ahí.
No pregunté más y me levanté, por suerte no me dolía tanto la herida así que tome el perchero de mi suero y salí de la habitación usándolo como apoyo, Rasiel me seguía en su silla, vigilando que no me desmayara o algo así.
Sentí un repentino torrente de llamas muy potente, pero al reconocer dos de ellas aceleré mi paso para llegar al patio de donde venían.
Me quedé mudo cuando llegué.
Parados en un círculo y con restos de llamas a su alrededor todavía, estaban los 9 arcobalenos, ahora todos con su forma verdadera.
Los vi. Ambos se observaban con sorpresa cuando llegué y me voltearon a mirar, se sorprendieron, pero bajo la mirada de sus compañeros ambos sonrieron y extendieron sus brazos hacia mí en una invitación silenciosa.
No lo pensé, me arranqué el suero sin cuidado, corrí en su dirección y me abalancé sobre ambos abrazándolos y llamándolos bajo la mirada enternecida de Uni y Rasiel, mientras que los demás presentes parecían sufrir un infarto. Pero no me importaba.
Porque al fin tenía a mis padres.
Al fin podía decir mi verdadero nombre.
Porque yo, Byakuran Von Veckenschtein, era el hijo de la última arcobaleno de la nube y el creador de las llamas de la noche.
Así es chicos, soy el hijo de Bermuda Von Veckenschtein y Skull De Mort, aunque... ¿sabían que ese tampoco es el nombre verdadero de mi madre?
Continuará...
VERDE & REBORN: ¿¡Qué mierda!?
YO: ¡¡Buajjajajjajjajajajajajajaj!! Sean sinceros, ¿Quienes habían adivinado que Bermuda era el padre de Byakuran?
REBORN: ¡Eso no importa!
VERDE: ¿¡De dónde rayos sacaste esto!? ¡Es casi peor que el borrador que tiene guardado Silva!
REBORN: ¿Qué borrador?
YO: Ya lo sabrás, ese está épico. Y no sé, solo se me ocurrió 🤣.
VERDE & REBORN: Estás loca...
YO: ...Por su propio bien, no hagan eso.
VERDE & REBORN: ¿Hacer qué?
YO: ... Ser malditamente shipeables😀...
3... 2... 1... ¡¡Bum!!
El set de grabación explota y Mosca Verde sale disparado mientras su pantalla muestra "1721 palabras".
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro