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Ethan Edevane.

Durante siglos nos hemos esforzado por mantener una imagen acorde. Hemos sido exiliados incontables veces, pero esta ciudad representa nuestra oportunidad de oro para comenzar de nuevo con mi familia. Somos conocidos principalmente como los Edevane, conformados por seis vampiros y dos brujos. Ninguno de nosotros comparte la misma sangre, pero el tiempo que hemos pasado juntos es suficiente para que nuestra unión sea significativa. Y como toda unión, debemos estar presentes tanto en los momentos buenos como en los malos, justo como ahora.

El deseo de nuestra brujita, Celine, de protegernos llegó demasiado lejos. Con la idea de crear un vampiro original que obedeciera sus órdenes y fuera mucho más fuerte, terminó sacrificando parte de la pureza de su magia, haciendo sacrificios a escondidas de la familia. Lamentablemente, un viejo enemigo llamado Julen lo notó y robó la última poción que mi hermana había creado, convirtiendo esta situación en una dolorosa pesadilla que nos está causando un dolor de cabeza infernal.

Isaac camina de un lado a otro, preocupado, y eso no es bueno. Ha pasado una semana desde el incidente con la extraña poción de Celine y Isaac la castigó, prohibiéndole usar su magia. Sin embargo, desde entonces, solo ha habido pelea tras pelea, como si de repente hubieran olvidado el concepto de una familia funcional.

—¿En serio creen que Julen ya haya convertido a alguien?— inquirió Mason con cierta duda. Su delicado cabello rizado castaño estaba sin vida debido a la preocupación de las última semana.

—¡Oh, ¿en serio? Entonces, ¿qué te lo dejó claro? ¿Fue la carta que dejó citando explícitamente que había convertido a alguien de la ciudad o simplemente tu intuición? — preguntó un sarcástico Nicolae, molestando a Mason y provocando que Isaac los mirara con cansancio.

Sé por qué está estresado. Un vampiro novel ya es peligroso por sí solo sin supervisión, pero un vampiro con el hechizo que creó Celine es aún más peligroso. Según lo que nos contó nuestra querida hermana, todos los vampiros que había creado con ese hechizo salieron especialmente rabiosos e irracionales. Así que si hay un novato con ese poder suelto por ahí, seguramente debe haber una pila de cuerpos.

—Tenemos que separarnos, podría ser cualquiera. Julen es despiadado, no lo dejara a la ligera. —intervino Isaac, haciendo que todos asintiéramos con seriedad.

En la esquina de la sala se encontraba Nick, el segundo brujo de la familia, intentando realizar un hechizo para localizar magia en la ciudad. Sin embargo, era una tarea difícil ya que no teníamos un punto de partida claro. Al otro lado de la sala, Celine se encontraba con cara de arrepentimiento mientras observaba a Isaac.

—Pero esto no tiene sentido. Un vampiro novel normalmente mata al menos a diez personas en la primera semana de transición, y aún no hemos encontrado ni un solo cuerpo. Es muy extraño. — intervengo, provocando que Isaac me mire pensativamente.

—Debe ser alguien astuto. Tal vez este último hechizo le otorgó la capacidad de controlar sus ansias —razonó Isaac.

—Sea lo que sea, no es algo bueno. Quién sabe qué atrocidades estará cometiendo el vampiro novel en este momento —añadí.

Las ocho personas en la sala asintieron con preocupación. No podíamos permitir que se supiera que un vampiro se nos había escapado de las manos, o seríamos expulsados de la ciudad que llamábamos hogar. Necesitábamos encontrar a esa amenaza ambulante antes de que fuera demasiado tarde.

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Maddy Davis.

Si le añado sangre a la ketchup, ¿sabrá muy asquerosa?

Con cierta curiosidad, pero también con cierta inquietud, decido añadir unas gotas de sangre de la bolsa a la salsa de ketchup y luego untarla en la hamburguesa. Una vez que está lista, la devoro y debo admitir que fue una experiencia increíble.

Una semana había pasado y aquel collar colgaba de mi cuello, evitando que me convirtiera en cenizas bajo el sol. Durante los primeros dos días, no me atreví a salir de casa y cometí el error de abrir la ventana, casi muriendo por completo por esa estupidez, una vez más. La ansiedad me consumía, pero sabía que tenía que ser inteligente. Así que me sumergí en el libro que aquel vampiro desconocido me dejó, que decidí nombrar "Cómo ser vampiro sin fracasar en el intento". Descubrí muchas cosas interesantes. Por ejemplo, que el ajo en realidad no nos hace daño, al igual que el agua bendita y otros objetos religiosos. También descubrí que poseo una velocidad y fuerza sobrehumanas, así como una curación ilimitada. Pasé una hora entera cortándome el brazo, fascinada al ver cómo la herida se cerraba instantáneamente. Sin embargo, el tema de la sangre fue algo aparte.

Decidí poner a prueba mi poder de hipnosis y fui al hospital más cercano para robar bolsas de sangre. Casi muero de los nervios (una vez más) ya que era casi imposible pasar cerca de alguien sin sentir la urgencia de clavar mis dientes en su cuello. Pero aprendí que si respiraba pausadamente y me concentraba en ello, lograba tener más control sobre mis impulsos.

Admito que perdí un poco el control en cuanto llegué al lugar donde guardaban toda esa sangre... bueno, más bien un poco mucho. Terminé tomando alrededor de treinta bolsas y ensuciándome toda la ropa. Lo peor era que odiaba el sabor, me daba asco, pero aún así quería más. Lamentablemente, una enfermera entró y me descubrió con las manos en la masa, o más bien, con las manos en los glóbulos rojos (un chiste malo de vampiro, lo sé).

Intenté hipnotizarla, falle algunas veces y ella no paraba de gritar, haciendo que yo terminara llorando de impotencia. Pero, al final lo logre. El truco está en ser autoritaria y creer en lo que les dices. Logré que limpiara mi desastre y, de paso, hipnoticé a unas veinte personas para que donaran sangre, ya que me sentí culpable por todo lo que estaba sacando del hospital. Así que robé de varias personas en la ciudad, conseguí un tanque y las almacené allí. Ahora solo tomo diez al día, intento que sean menos, pero a veces no puedo resistir el picor en mi cuerpo cuando quiero más.

Por otro lado, trato de acercarme más a las demás personas. Intento ir a la tienda y ver a Bryan sin tener el deseo de tomar su sangre, pero lamentablemente todavía es difícil y eso me frustra. Además, he descubierto que tengo una especie de habilidad con el fuego. Cuando estoy muy enojada, tiendo a encender velas de forma telepática. ¿No es algo sorprendente?

Admito que la situación no es tan terrible como pensaba. Aunque no he ido al trabajo, no me preocupa en absoluto, ya que tengo la intención de hipnotizar a mi jefe para evitar que me despida. Lo mismo haré con mis profesores en la universidad. Tener cierta ventaja sobre el mundo me hace sentir poderosa. Pedí una nueva vida, pero no me quejaré si en cambio se me ha otorgado una nueva muerte.

En algún rincón de la sala, mi nuevo teléfono vibra. Lo adquirí hipnotizando a un hombre que pasaba por allí. Es Julie, mi compañera de clase.

—Hola —saludo alegremente mientras vuelvo al comedor.

—¿Cuándo piensas aparecer? —interroga molesta—. Tenemos un proyecto en equipo y estoy tratando de sacarlo adelante porque el imbécil de Trevor no deja de hacer mal su parte.

—¡Oye! —se escucha la queja de Trevor, lo que me provoca risa.

—¿Encima te ríes?

—Perdona, Julie. Es que yo...— Mori y me convertí en un vampiro, estoy demasiado ocupada robando sangre e hipnotizando gente —. Se me presento algo.

—¿Y ese algo impide que me envíes tu parte del trabajo por UNA semana? —suena muy molesta, lo cual me hace sentir avergonzada.

—Lo siento, te la mandare hoy.

—En media hora o te saco del equipo Madeline, aquí la amistad no existe.

—Claro, claro. — contesto notablemente asustada con su amenaza —. En media hora te lo paso.

—Y más te vale que vengas mañana a la presentación, o te juro que dejaré de hablarte— golpe final y critico, pero normal viniendo de Julie —. Y recuerda no saltarte las comidas y tener en cuenta que estamos aquí. No es bonito que ignores mis mensajes. Nos vemos mañana.

Y colgó.

Suelto un suspiro porque, en primer lugar, no recuerdo de qué trata el trabajo, y en segundo lugar, tengo hambre. Aunque la comida humana no me satisface del todo, mi metabolismo acelerado me permite ingerir el doble de lo normal. Si evito consumir comida regular, no tendré que preocuparme por las necesidades corporales habituales. Sin embargo, si lo hago, todo seguirá su curso normal. Prácticamente solo necesito sangre para subsistir, pero eso no me brinda el mismo placer que una hamburguesa doble de carne con extra queso. Ahora que no tengo que preocuparme por el colesterol, puedo darme el lujo de disfrutar como quiera.

Después de todo, ser vampiro no es tan malo. Pero, tampoco es sencillo.

Me levanto de la mesa del comedor y me dirijo a mi habitación en busca del libro que he tenido en mi posesión durante varios días. Es más pequeño de lo que me gustaría; apenas un poco más grande que la palma de mi mano. Parece ser una libreta elegante, forrada con un terciopelo verde que está bastante limpio. Me siento en mi cama y lo abro. Una caligrafía impecable me recibe nuevamente, escrita con tinta negra en una lengua que no comprendo. Debajo de las elegantes letras, aparecen dos iniciales: JW.

Paso la yema de mis dedos sobre esas dos misteriosas letras antes de pasar a la siguiente página. Me daba incluso miedo dañar esas delicadas hojas de papel, pero con el paso de los días, había señalado algunas cosas, como las formas en las que podría morir. Porque, sí, no soy del todo inmortal. Al parecer, mi muerte definitiva sería causada si me arrancaran la cabeza, el corazón, si me envenenaran con belladona o si me atravesaran con la famosa estaca en el corazón. Resulta que somos sensibles a la madera, y no puedo evitar recordar lo peligroso que es el sol. Ojalá me hiciera brillar como en crepúsculo en lugar de arder en llamas.

Sigo pasando las páginas, repasando una vez más algunos detalles. Aproximadamente a los cincuenta años, me convertiré en un vampiro de segunda categoría, con la posibilidad de desarrollar una habilidad, aunque no estoy seguro de si estará relacionada con el fuego. También menciona que la mayoría de las veces, el proceso de convertir a un humano falla. No se trata solo de beber mi sangre, sino de que el alma del humano tenga la fuerza para regresar a su cuerpo. Incluso existe la posibilidad de convertirse en un demonio si algo sale mal. ¿Eso fue lo que aquel hombre quiso decir?

Para complicar aún más las cosas, habla de mordeduras de lobo y algo llamado primogénitos originales. Esto me hace darme cuenta de que apenas estoy rasguñando la superficie. Las cosas serán mucho más difíciles a partir de ahora. Acaricio la delicada piedra de mi collar y dejo escapar un suspiro cansado. Mi cuerpo está en plena forma, pero mi mente está abrumada por la confusión. ¿Qué debo hacer ahora?

Recibo una notificación en mi teléfono que llama mi atención. Es Julie: "Haz tu parte del trabajo". Suelto una risa divertida y decido hacerle caso. Quizás mañana sea un día mejor y las cosas vuelvan a la normalidad. Solo seré un poco más fuerte, nada cambiará.

O al menos eso es lo que intento convencerme a mí misma.

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