Capítulo XVIII.
Se adentraron al pequeño edificio que tenía un cartel muy llamativo: "Marcus Purnikan, el traje que necesita, a la hora que necesita." Y debajo de este, la cara de un cheetha sonriente con un corbatín elegante.
― ¿Se supone que aquí encontraremos el mejor traje? ―preguntó Nick al pasar una mirada de inspección al lugar.
A diferencia de cualquier otro que haya ido para vestirse elegantemente, este no tenía casi nada de elegancia. Aceptable al punto de que era un lugar seguro pero de que estuviera en buenas condiciones, eso era otra cosa. Había algunas goteras en el techo cerca de la puerta, la alfombra del piso estaba deshilachada dejando ver un enorme hueco en medio de esta. Un escritorio viejo y corroído por la humedad y detrás de este, el mismo cheetha del cartel y detrás de este cheetha, una puerta igual de vieja y fea que el lugar.
― ¡Marcus! ―exclamó Kyle con felicidad―. ¿Cómo estás?
El felino tuvo que rodear su escritorio y pararse en frente de los visitantes ya que era uno de los cheethas más grandes que Nick haya visto. Musculoso, alto y con cara de pocos amigos, el ojo en blanco derecho lo decía. "Este tipo nos va a matar" pensó Nick con miedo.
―Kyle, mi amigo. Que gusto que vengas por aquí. ―dijo amigablemente. Al parecer era todo lo contrario a lo que su aspecto decía―. ¿Ya vienes por un traje de bodas? ―este comentario hizo dos cosas. Que Kyle y Rosa se ruborizaran hasta decir basta y que los tres hermanos y Nick se rieran intensamente.
―No, no. No es eso, Marcus. ―respondió Rosa nerviosamente―. Venimos por él. ―y señaló a Nick que se estaba limpiando una lágrima de risa.
Como si hubiera visto un milagro, el "temible" cheetha soltó un gritito de felicidad al ver al zorro policía. "Se parece a Garraza" pensó. Dio varios saltitos hasta que su emoción bajó y pudo hablar finalmente.
―Es un honor tenerlo aquí, oficial Wilde. ―dijo con orgullo―. Espero que mis trajes sean de su agrado.
―Eso espero, ¿Marcus?
―Así es, señor. ―se dio la vuelta hacia su escritorio pero no se sentó―. Ahora, si fueran tan amables de seguirme. ―y abrió la puerta detrás del escritorio.
Nick hubiera pensado que ese lugar detrás de la puerta hubiera sido el mismo basurero que la entrada, pero estaba equivocado. Ese lugar se veía mucho más limpio, ordenado y agradable a la vista que el recibidor. Y era mucho más amplio. Había varios percheros con trajes de distintos diseños. Unos grandes, muy grandes. Otros muy, muy pequeños y luego estaban los adecuados para Nick. En una esquina que él pudo divisar, se encontraba una mesa con varios papeles tirados alrededor, lápices, un tacho de basura y también, varias telas y hojas con diseños en ella. A diferencia del lugar, esa mesa era igual de chiquero la entrada.
―Muy bien ―dijo el felino alegremente―. ¿Y qué tipo de traje va a querer el mejor oficial de Zootopia?
―Uno de bodas. ―respondió Kyle antes que él.
― ¡Oh! ―exclamó aún más emocionado―. ¡Esto es increíble! Disculpen mi emoción pero, oficial Wilde, soy un gran fan suyo. Conozco todas sus proezas y casos. Hasta la de hace poco tiempo contra el malvado Thomas.
―Se siente bien saber que alguien me admira por eso. ―comentó alegre y amable el zorro.
―No solo yo. Toda Zootopia. ―dijo alzando sus brazos como si señalara a toda la ciudad.
Mientras caminaban, los que más reparaban en los trajes eran los tres hermanos que analizaban cuidadosamente cada traje negro que veían. Uno con chaleco, otro sin cuello, con tres botones, con un botón. Con un bolsillo para un pañuelo. Y así, infinitos trajes y ninguno los hacía sentir que era EL traje.
―Oye, Marcus. ―llamó Louis―. ¿No tienes un buen de traje de bodas?
Marcus se disculpó con los tres animales con los que estaba hablando y fue hasta el conejo al que lo palmeó en la espalda diciendo: "Yo siempre tengo lo mejor para todo." Pasando del conejo, se dirigió hacia un pasillo desapareció en este.
― ¿De dónde lo conocen? ―dijo Nick―. Aunque no sé nada de moda, estos trajes están increíbles. ―tomó la manga de uno para alguien grande. Azul marino con pantalón de tela dura.
―Papá siempre ha venido aquí para cada uno de los casamientos de mis hermanos mayores. Y hasta para su propia boda y la boda del tío Terry. Ese día fue memorable. ―se dirigió a su novia―. ¿Sabías que se comportó graciosamente salvaje sin comerse una Midnicampun Hollicytia?
―Estos trajes no tienen nada de interesantes. ―quejó Sherman―. Debimos ir con Samuel. Él debe tener mejores trajes.
― ¿Qué parte de que Marcus siempre tiene lo mejor para todo no entendieron? ―replicó Carl, el menor―. Sí, tal vez no tiene tantos compradores pero es porque nadie lo conoce. ―se dio vuelta hacia Nick―. Él diseñó el uniforme que te pones para trabajar, Nick. Hasta el de Judy y el de Bogo. Él sabe lo que cada oficial quiere y nos contó que cuando escuchó que hizo un uniforme para ti, que iba a ser especial.
― ¿Así que es por eso que nunca me da comezón en el pelaje cuando hace calor? ―preguntó sorprendido.
―Así es. ―dijo la voz de Marcus desde un pasillo siguiente―. El pelaje de zorro, a diferencia de cualquier otro, es muy suave, lizo pero a la vez un poco rasposo y picudo. Además de que retiene mucho calor para los días de invierno. Tenía que utilizar una tela que se acomodara a eso y provocara una buena sensación. Por eso está hecha de una tela poco conocida por su nombre, es Seersucker. Algodón, siempre me ha funcionado. ―salió del pasillo con un traje negro del tamaño de Nick. Con chaleco por dentro, un saco de tela suave por fuera y unos pantalones del tamaño justo. Una camisa blanca con un bolsillo en el pecho se escondía un poco debajo del chaleco―. Este es el perfecto para usted, oficial. ―dijo Marcus con alegría―. No creo que le deba dar problema alguno con el calor, tamaño, entre otras incomodidades. ―y se lo entregó al zorro―. Los probadores están por el pasillo derecho saliendo de este.
Nick asintió agradecido y se dirigió a donde el tigre le había indicado. Los vestidores eran de un tamaño excesivamente grande para Nick pero la razón era porque también hacia ropa para animales grandes, como se había mencionado antes. Así que sin más demora, decidió comenzar a probarse el traje.
***
―Hermana, enserio. ¿Cuántos vestidos necesitas para encontrar el perfecto? ―quejó Jill ya cansada de ver por décima tercera vez salir a su hermana, Judy, del vestidor de la tienda.
―Es que tiene que ser perfecto, Jill. ―replicó la coneja de ojos morados―. ¿O no mamá?
―No necesariamente pero, si es lo que crees.
―Aquí está nuestro último traje, Judy. ―dijo Fru Fru llegando con Kevin que tenía el vestido en su pata. Alargado de atrás, sin escote y un velo pequeño.
Judy lo inspeccionó de arriba hacia abajo, como si pensara que no es suficiente. "No" dijo finalmente con rotunda seguridad. Las tres restantes soltaron un suspiro de cansancio extremo. "¿Qué acaso no va a querer ninguno?" se preguntó la musaraña.
―Lo siento, pero enserio no creo que ese sea el vestido perfecto. ―dijo Judy―. Ahora nunca encontraré el correcto para Nick.
―No creo que el zorro sea muy difícil de complacer. ―susurró Jill pensando que Judy no la había escuchado pero en realidad sí, porque ella la fulminaba con la mirada―. Solo decía.
―Queridas, tengo una idea. ―anunció Bonnie con un tono serio―. Pero no creo que les y me vaya a gustar.
―Cualquier sugerencia es admitida, señora Hopps. ―dijo Fru Fru abanicándose con la pata. Estar durante una hora, buscando vestidos la "dejó" agotada. Pero el que hizo todo el trabajo fue Kevin en realidad.
―Tengo mí vestido de bodas y tal vez... podrías...
― ¿Si? ―preguntó Judy.
―Si tal vez podrías hacerles unos arreglos para que queden como Judy quiere. ―soltó con pena.
―Primero tendría que ver el vestido, señora Hopps. ―declaró la musaraña.
Bonnie no respondió. Solo salió de la tienda tan rápidamente dejando a las tres mamíferas restantes con confusión. Había ido a ver el vestido. Veinte minutos más tarde, ella volvió con un elegante pero viejo. Sin escote ni una cola larga, un velo lo suficientemente largo para que no se le notara la cara. Pero el color ya no era blanquecino como lo solía ser. Ahora era de un color rosado o rojizo claro que hacia quedar como un vestido de jovencita de colegio.
Fru Fru lo inspeccionó como Judy había hecho pero, a diferencia, ella aceptó el vestido y le preguntó a Judy cuáles eran los cambios que quería que se hiciesen.
― ¿Estás segura de esto mamá? Es tu vestido. ―preguntó Judy incomoda.
―Ay, hija. Si eso es suficiente para que tu día más feliz se haga realidad, no importa lo que yo piense. ―y le dedicó una sonrisa tranquilizadora a la coneja.
La de ojos morados, ahora con confianza, le dijo a la musaraña los cambios que quería para su vestido soñado. Puede parecer exagerado pero a veces las novias se vuelven locas en el día más feliz de sus vidas.
***
El zorro abrió la cortina, dejándose ver con el traje de bodas que había sido una de las mejores ropas que haya puesto nunca. La tela tan suave como resistente y flexible. Una gran forma de dejar pasar el aire para evitar el calor y con un buen lugar para dejar pasar la cola sin que se apreté. Uno de los mejores trajes que se haya puesto nunca.
― ¿Y? ―preguntó mostrándose con el traje―. ¿Cómo me veo?
Los tres hermanos conejos se quedaron sorprendidos, casi igual que el cheetha al saber la identidad del zorro, pero estos parecían que se les iban a salir los ojos. Se frotaron tres veces estos para luego disculparse con Marcus por no haber creído que tenía el mejor traje. Bueno, Carl no tanto, él ya sabía que tenía el exacto para Nick.
―Excelente traje, Marcus. ―apremió Kyle―. Realmente increíble.
―Esta hermoso, Mar. ―aludió Rosa.
― ¿Enserio le gusta, oficial? ―preguntó con nerviosismo el cheetha.
― ¿Qué si me gusta? Me encanta, Marcus. Es increíble. Enserio, gracias. ¿Cuánto te tengo que pagar?
―Oh, no. No se preocupe, oficial. Por ser usted y porque está de casamiento, este será mi regalo de bodas para usted. ―declaró alegremente.
―Oh, muchas gracias Marcus. Bien, creo que recomendaré este lugar a mis compañeros de trabajo. Fran cine se la pasa comprando vestidos para sus hijas. Tal vez quiera unos del mejor diseñador de Zootopia.
Marcus se emocionó tanto al escuchar esto que pensó que se iba a poner a llorar de la alegría en ese momento, pero se contuvo para no pasar vergüenza frente a su héroe actual. Agradecieron y salieron de la tienda para volver a las Madrigueras a tiempo antes de la boda.
―Realmente voy a recomendar el lugar. ―dijo Nick con gusto.
***
―Listo. ―anunció Fru Fru―. Aquí está el vestido para la futura señora de Wilde. ―Kevin tenía en su pata izquierda el vestido que Judy ahora se encontraba inspeccionando con su vista.
― ¿Qué te parece, hija? ―preguntó Bonnie pero se quedó en silencio.
― ¿Hermana? ―dijo Jill.
―...
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Muy bien. Primero quiero aclarar mi largo atraso en subir esto y es que no he podido escribir ya que estaba con el proyecto de Inter-Schminter y el colegio no me deja pensar en una buena forma de terminar la historia. Así es. En dos o tres capítulos tengo pensado terminar la historia. Aunque es una secuela, le tengo más como un spin-off o historia aparte pero bueno. Aun asi le tengo cariño. Dato curioso: Algunas escenas están sacadas de una película francesa llamada "Dios mio, ¿Qué hemos hecho?" que toca muy bien este tema sobre las familia diferenciadas. Deberian verla ya que es de comedia.
Sin más que decir, nos vemos en los capítulos fianles. (Tal vez en una o dos semanas para tener un buen final de su agrado). Nos vemos mis queridos DJ's.
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