Navidad Parte 3

Todo estaba preparado para el mejor día, kevin se sentía como jamás se hubiera imaginado: inmensamente feliz, se sentía vivo, enamorado, motivado a realizar mejores cosas.

—¿Donde coloco esto? —. Preguntó María que lo había sacado de su ensimismamiento y la cual sostenía una botella de sidra.

Kevin miro la botella y le respondió:

—En aquella mesa del centro —. Maria lo dejó donde le había indicado él joven y después sin más que decir desapareció dejándolo sólo.

Kevin con pasos lentos se dirigió a la habitación de Lucía que se encontraba cerrada por primera vez con seguro. Toco la puerta cuatro veces sin escuchar respuesta.

—¡Lucía, por favor abre la puerta! —. Grito kevin preocupado.

—¡Vete al demonio! —. Expresó molesta Melisa. Lucí se había ido.

—Lucí, yo...

—Que te largues —. Interrumpió del otro lado Melisa quien estaba de pie golpeando su cabeza fuerte contra la pared.

<<¿Es que no te das cuenta? Eres tan débil, maldición. Yo soy quien te da la fuerza, yo soy quien te da el poder, no importa lo que tú quieras, sino lo que yo quiera, nesecito ver sangre>>.

—¡Nooo! ¡Noo!

Kevin sacó unas llaves del pantalón y con ellas abrió la puerta con dificultad pues le temblaban un poco las manos.

—Pero... ¿Que haces, Lucí? —. Kevin corrió hacia ella para evitar que se siguiera golpeando, pero se sorprendió al ver su mirada llena de odio, no conocía a esa Lucí que se encontraba frente a él.

Kevin se aferró a ella en un abrazo mientras que Melisa forcejeaba para separarse de él. Lo que hizo después kevin trajo de regreso a Lucia gracias a un beso en sus labios.

Como deseaba saborear aquellos labios nuevamente y ahora por segunda ocasión lo hacía y ella le correspondía, eso era lo que más disfrutaba que se dejara llevar por el momento al igual que él. Era como ir al mismísimo cielo.

—¿Te sientes mejor? —. Preguntó Kevin separándose de ella, alejando con cuidado unos cuantos mechones rosados de su rostro colocándolos detrás de su oreja.

—Perdoname, Kevin —. Dijo Lucí susurrandole y llorando avergonzada.

—Todo esta listo ya —. Anuncio Mía, interrumpiendo al entrar.

Kevin secó las lágrimas de Lucí y con un trapo le limpió la cara, acomodó sus cabellos cepillandolos, y la miró con mucha ternura, tenía puesto uno de los vestidos que él le había comprado. Se veía realmente hermosa, con una media sonrisa la tomó de las manos delicadamente pero firme para salir fuera, en la sala todo estaba lleno de gente algunos hablaban de lo que habían hecho en toda la semana y otros solo se dedicaban a tomar o a comer en fin incluso habían puesto música para animar el ambiente.

El timbre sonó una vez más y Lucía abrió la puerta de la entrada descubriendo con sorpresa que se trataba del doctor Anderson que la  observaba temeroso con una flor en sus manos.

—¿Que hace aquí? —. Preguntó aún impactada creyendo que iban por ella.

—Se lo que debes estar pensando pero no he venido para llevarte a ese espantoso lugar, solo quería felicitarte aunque no lo recuerdes hoy es tú cumpleaños —. Anderson se sintió tímido, de repente no sabía que decir y tanto que se había imaginado ese día. Mas tonto no se podría haber sentido.

Lucia aún con dudas le permitió el pasó, no creyó buena idea dejarlo solo después de todo él nunca lo hizo.

Lo dirigió al sillón y Anderson tomó asiento no sin antes dejar que lo hiciera ella primero. Al pobre le temblaba todo el cuerpo ocasionado por el nerviosismo.

Ya nada era lo mismo pero Anderson era feliz estando con ella de nuevo como en los viejos tiempos, verla tan linda fue tan inexplicable pero no importaba, podía memorizar para siempre aquellas miradas, sonrisas, convivir juntos, todo en un recuerdo que nadie le quitaría nunca.

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Hola un capítulo más que disfruten de la lectura y me disculpó por la tardanza.

¿Que opinan del acercamiento entre él doctor Anderson y Lucía?