La búsqueda
La búsqueda
Todos los hombres vestidos de traje caminaban por un largo pasillo hasta un cuarto donde solo era iluminado por una lámpara que se encontraba a la mitad de una gran mesa rectangular, todos se sentaban en sus respectivos lugares. Cuchicheaban entre ellos preguntándose por qué de la reunión.
Un hombre de baja estatura y regordete entraba con paso lento, elegante. Era un hombre sombrío al parecer no le agradaba la luz hasta su aura era oscura.
—Señor —. Saludo con respeto un hombre moreno inclinándose un poco y volviendo a sentarse.
—Señor, buen día —. Dijo Anderson respetuoso pero sin levantarse de su silla, parecía estar molesto sin inmutarse de que se diriguia a su jefe.
—Señores —, dijo Rodríguez sentándose en medio de todos. —Cómo saben escapó Lucí, 01 cómo todos la conocen de nuestras instalaciones más aseguradas que tenemos y estoy seguro que la ayudaron a escapar... tengan por seguro que la atraparé, y cuando la tenga en mis manos será mía —. Continuó observando las miradas de odio del Doctor Anderson.
Rodriguez sabía que hablar de las jóvenes sometidas a esas torturas delante de Anderson le molestaba, pues él Doctor estaba en contra de la brutalidad en que se trataban a todas pero no tenía otra opción que hacerlo.
—Bueno, basta de charlas les comunico que he traído a una persona que traerá de regreso a la chica viva o muerta, es un militar y es muy bueno en su trabajo. Pase. —. Hablo Rodríguez con tono autoritario.
Otro hombre pasó y este era por mucho más alto, delgado pero se veía que tenía músculos gracias al ejercicio venia vestido comúnmente como los militares al igual que su corte de pelo que era de color castaño claro.
El señor imponía temor y respeto al mismo tiempo, su rostro era serio se veía que era realmente un militar calificado para el trabajo.
Anderson no pudo más y con una sonrisa se puso de pie y salió del cuarto pero al estar frente a frente al señor lo miró y le dijo serio:
—Suerte, aunque dudo que lo necesite.
El militar no dijo nada es más ni siquiera lo miro, no necesitaba sus buenos deseos, él disfrutaba de su trabajo y realizaría este sin problema.
Anderson sin más se retiró, al salir dio una patada a la pared, frustración eso sintió, no podía hacer nada para detener todo lo que estaba por pasar y ese tipo, él militar le había caído pésimo. Mal.
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Dentro todos observaban al hombre que tenían en frente atónitos, ese hombre era peligroso en su mirada lo podían ver.
—Señor Rodríguez, tenga por seguro que traeré a esa tal Lucí con usted —. Afirmó seguro de sí, tenía un toque de acento ruso, para él era fácil esta misión. Solo tenía que traer a esa chaval y listo.
—Estare esperando sus informes señor Ivanov.
Ivanov salió rápido del lugar, luego subió al helicóptero que lo esperaba arriba y se fue volando, era hora de buscar a la joven desaparecida sea viva o muerta, pero para Ivanov era un reto traerla viva.
Ivanov mando drones a una ciudad cercana para vigilar, tal vez con una poca de suerte la encontraba ahí.
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Que tengan feliz lectura.
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