05: Mía
05: Mía
Su mirada estaba perdida, apenas había salido de una prueba experimental, una más que le realizaban, eran torturas cada vez más inhumanas, ya no podía soportarlo, cada día que pasaba deseaba morir pero había alguien que le daba fuerza, esperanza a su miserable vida.
Anderson entro en la habitación donde tenía él número 5 así que por consiguiente a la chica de adentro la llamaban 05, era dos años menor que Lucí.
—Mía, escuchame nesecito tu ayuda por favor, se que estas cansada pero es urgente —. Suplicó.
Mía pudo escuchar la voz suplicante del hombre entre él estado tan deporable en que se encontraba, esa voz para aquella chica era tan tranquilizante, tan sublime cómo si estuviera con su propio ángel salvador.
—¡Doctor! —. Dio un grito de alegría pues hacia mucho que no lo veía.
—Mía, pequeña, lucí escapo y todo aquí es un caos se que ustedes pueden sentir su presencia en cualquier lugar, tienen una fuerte conexión, vínculo, entre su clase de razas aún cuando estén en una larga distancia. Necesitó que encuentres a Lucí por mí antes que Ivanov—. Pidió Anderson caminando de un lado a otro cerca del catre donde estaba Mía sentada.
—Le ayudare a encontrarla —. Le dijo Mía sin esconder su nerviosismo, sería la primera y única vez que estaría fuera, también miedo sabia que Lucí era peligrosa, estaría expuesta.
—Bien, te sacare de este lugar y una vez que estés afuera te daré mi radio comunicador de largo alcance es muy sencillo de utilizar —. Informó enseñándole él mejor uso del artefacto.
Anderson como Mía salían de aquellas instalaciones y fue tan sencillo, sin contratiempo a escapar gracias por él caos ocasionado por Lucí unos días antes.
Cuando por fin estuvieron afuera le dio él radio y una gorra tejido en estambre rojo para cubrir sus orejas, se veía bien con él puesto y su cabello corto que le llegaba a los hombros se había esponjado un poco.
Más alejados entraron en una tienda de ropa donde le compro a Mía unos pantalones acampanados de terciopelo y unas camisas de seda, otros con encaje, y por último una chaqueta larga con parches aterciopelado que extrañamente por ser elegido por un hombre le quedaba extraordinariamente bien.
—Disculpame no se mucho sobre la moda en las chicas, pero creo que hice un buen trabajo. Te vez hermosa —. Se disculpo viendo a Mía vestida de algunas cosas que se había cambiado en él probador.
Por último le enseño una fotografía de Ivanov a Mía por si se lo encontraba y corriera peligro al ser descubierta pues seria un problema más para ella.
—Tengo que dejarte pero por último te daré esto —. Le dio en sus manos un buen fajo de billetes que necesitaría para después.
—¿Nos veremos luego? — Pregunto no muy segura de regresar.
—Hasta luego Mía, estoy seguro que nos volveremos a ver. Ten confianza en mí, te lo juro...
<<Te lo juro>> esas palabras se quedo grabada en su memoria como un disco rayado que se repetía una y otra en su cabeza.
Mía confiaba en él y sabia que el nunca le mentiría, que cumpliría su juramento aunque le costara la vida, él era lo más cercano a un padre que conocía y por él soportaba todo él dolor que en su corazón había. Caminó, ya faltaba poco para localizar a Lucí y poner fin a todo esto, solo tenía que avisar pero ella quería él reconocimiento del quien considera su padre de haber traído de vuelta a Lucí.
Lo que Mía no sabía era lo que le estaría esperando al estar cara a cara con Lucí, una gran sorpresa para ella e incluso para Anderson y Lucí misma, en la cual se tornara en algo peor, en algo muy peligroso. Arriesgado...
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