Capítulo 9
— ¿Quiénes son? —preguntó el moreno apuntándolos—. Salgan de donde están —exigió apuntando a Carlos que era el único que seguía en medio del camino.
Max fue el primero en subir, se coloco en frente del moreno y lo miro de arriba abajo; no lo conocía, no era de la cúpula, pero ¿Qué hacia con un camión de la cúpula?
— Somo apatraidos —explico.
— ¿Y que haces con un uniforme de la cúpula?
— Supongo que por la misma razón por la que tu estas con un camión de ellos.
El moreno supo que tenia sentido, pero aun así no bajo la guardia.
— Qué salgan todos.
Max les hizo una seña para que subieran sin miedo, todos escalaron hasta llegar al camino.
— ¿Qué hacen aquí? —preguntó el moreno sin bajar el arma.
Paz dio un paso al frente, el moreno la apunto y Max la tomo de la muñeca.
— Esta bien —le susurro a Max.
Su amigo la soltó asustado y Paz avanzo hasta quedar de frente con el moreno. Ambos se miraron muy perspicaces.
— Mi nombre es Paz Mayce.
— ¿De dónde vienes?
— De la cúpula.
— ¿Creí que eran apatriados?
— Ellos lo son, nosotros no —dijo señalando a Max.
— No creo que sea buena idea —la interrumpió Max, pero con una señal de la mano Paz le pidió que la dejara continuar.
— Ellos vinieron en busca de refugio, yo vine a buscar a Mary y Riam Rake.
El moreno miro fijamente a Paz por unos segundos, ella jamás desvió la mirada. El moreno bajo el arma y se acercó más a la chica.
— ¿Qué te hace pensar que aquí están las personas que buscas?
— La esperanza.
— ¿De que? —dijo en un tono de burla.
— De poder terminar lo que mis padres empezaron.
El moreno volvió a alzar el arma haciendo que todos se sobresaltaran menos Paz.
— Suban al camión, y denme todo lo que pueda usarse como un arma.
Uno a uno fueron subiendo mientras el moreno los registraba, el único que llevaba armas era Max, así que no tardaron mucho. Una vez todos arriba el chico comenzó la marcha a la cima de la montaña.
Pasaron unas horas más cuando llegaron a su destino, el sol ya se asomaba por el horizonte y una enorme cerca eléctrica se levantaba sobre ellos dejándolos boquiabierta. Se detuvieron un rato a esperar que las puertas se abrieran y les cedieran el paso, nadie dijo nada, aunque todos estaban asombrados.
El moreno entro a una cueva y apago el auto una vez entraron.
— Bájense —ordenó el moreno.
Los chicos se pusieron las máscaras recibiendo miradas extrañas del moreno.
— ¿Qué es eso? —preguntó el chico.
— Es para protegernos del sol —explicó Paz.
— Quítense eso, no es necesario.
Todos se miraron con duda, Paz que no quería problemas con los anfitriones así que obedeció y salió del auto sin mascara. Los demás la imitaron y salieron todos del camión.
Un señor de unos 50 años y un niño, los esperaban en la entrada de la cueva; el señor era calvo y moreno, aunque se veía joven y fuerte. El niño, bajito, no tan moreno como el otro, mostraba una gran sonrisa con sus grandes y brillantes dientes.
— Bienvenidos —saludo el señor—, mi nombre es Riam Rake.
Paz sintió como si una parte de su alma regresara a su cuerpo, sin darse cuenta tenia una sonrisa enorme en su rostro. El señor se dio cuenta y también le sonrió.
— Tu debes ser Paz Mayce.
Todos se miraron sospechando, la única que parecía en confianza era Paz.
— S-si, ¿Cómo lo sabe?
— Eres idéntica a tu madre —la sonrisa de Paz se amplió mucho más. Ella iba a decir algo, pero el señor la interrumpió—. Luego tendremos tiempo para hablar de eso, por ahora déjenme presentarles a mis hijos. El es mi hijo menor Liam, y quien los trajo es mi hijo mayor...
— Ian —continuo Paz.
El señor asintió con una sonrisa y los invito a pasar.
Caminaron al fondo de la cueva por un camino descendente, era un poco angosto y estaba alumbrado por algunos bombillos.
— ¿Y aquí solo son ustedes 3? —preguntó Drake.
— Somos 23, los demás están adentro.
Siguieron caminando hasta que se consiguieron en una gran habitación, las paredes, techo y suelo eran de piedra como en todo el lugar, en el medio había una formación rocosa redonda, amplia y plana.
— Ya que la misma naturaleza nos regaló esta gran mesa natural, convertimos este lugar en el comedor —explicó Riam—; es la habitación más amplia del lugar. Ian, enséñales el resto del lugar.
El muchacho asintió y pido que lo siguieran.
— Les mostrare el lugar y como funcionamos —habló Ian mientras entraban a una caverna.
Era angosta pero profunda, caminaron hasta que si daban un paso más caían por el acantilado que tenían en frente.
— Este lugar lo llamamos el acantilado, como podrán notar, es peligroso, pero es el lugar donde todas las cavernas y galerías se unen. De este lado construimos unas escaleras hacia abajo picando la piedra, varias de las galerías la hicimos nosotros, llevo trabajo de años.
Antes de llegar a las escaleras se encontraron con un arco que llevaba a una galería diferente.
— Esta de aquí es la cocina, nosotros nos turnamos, un grupo cocina una semana, la siguiente otro y así.
Era una galería mediana, en el medio había una fogata apagada, pegada a las paredes varias mesas y en un rincón había una alacena en donde guardaban los ingredientes.
Ian salió de la cocina y los chicos lo siguieron, bajaron por las escaleras encontrándose con galerías cerradas por puertas durante el descenso, Ian les explico que eran dormitorios. Llegaron al final de la escalera y de frente se encontraron con un pasillo angosto.
— Este pasillo da a varias galerías pequeñas que utilizamos como habitaciones, si todos quieren sus propias habitaciones hay muchas por hacer aun, por ahora solo tenemos dos disponibles, podemos darle una a las mujeres y otra a los hombres. Pero bueno, no les he mostrado lo más importante.
Ian rodeo la escalera y vieron un túnel, del que provenía un sonido peculiar para los chicos.
Al salir del túnel se encontraron con una cascada y un río que corría hasta las profundidades de aquella caverna y ocupaba casi todo el lugar. La fuerza de la caída de agua de unos dos metros y la corriente del río, producía un sonido que llenaba todo el lugar, era un sonido relajante y nuevo para todos.
— De aquí sacamos el agua que utilizamos para cocinar y para la agricultura, aquí también son las duchas y la lavandería.
Todos quedaron boquiabiertos, jamás habían visto un río o una cascada, la única agua que conocían era la que salía de los grifos. Ian dejo que disfrutaran un rato del paisaje, el agua era transparente y las rocas debajo de ella tenían un brillo peculiar que reflejaban en el agua diferentes colores.
Lucas se agacho y metió su mano en el agua.
— Esta fría —comentó sobresaltado.
Ian soltó una risa un poco burlona, era como si tratara con cavernícolas. Drake le lanzo una mirada voraz; solo él se podía reír de Lucas.
— ¿Y dónde es que cosechan la comida? —preguntó Drake indecoroso.
— Síganme —dijo Ian desapareciendo su sonrisa burlona.
Regresaron por el túnel hasta llegar nuevamente al comedor; Ian les hizo señas para que los siguieran hacia el otro pasillo que había en el comedor. Los chicos lo siguieron por un túnel estrecho y largo, si miraban atrás ya no había rastros del comedor.
— Este túnel conecta con otra cueva que da al exterior, fue hecho por nosotros, llevo meses.
— ¿Cómo es que dieron con este lugar? —preguntó Lucas
— Mi abuelo era espeleólogo, vino a esta montaña cuando era joven, luego trajo a mi padre quien al saber de los desastres naturales estudio esta cueva y pensó que esta montaña sería el mejor refugio, y vino aquí con algunos familiares y amigos que quisieron acompañarlo.
— Y le has funcionado bien por lo que veo —comentó Lucas
— Así es y espero que no lo arruinen.
Se miraron unos con otros molestos por el temperamento de Ian, incluso miraron a Paz como si ella tuviera la culpa del carácter del chico.
Llegaron al final del túnel y se encontraron con un campo amplio; era alumbrado por los primeros rayos de sol desde un agujero arriba. Era una especie de pozo en la montaña, un sima, rodeado por paredes rocosas; estaba lleno de hileras de cultivo, no podían observar bien de que plantas se trataban, pero los chicos habían vuelto a quedar boquiabiertos, no era muy profundo, pero si amplio y lleno de vegetación.
— Descubrimos que esta área todavía era fértil, y la volvimos más fabricando abono y regando constantemente, cuando se acerca el medio día alzamos lo que llamamos la capa —dijo apuntando hacia arriba— es ese gran trozo de tela que ven colgado ahí, tapa gran parte del hoyo y así prevenimos que el sol toque directamente a las plantas, eso también llevo tiempo hacerlo.
Drake y Lucas se miraron y pusieron los ojos en blanco al mismo tiempo sin que Ian lo percibiera.
— Bien... solo les advierto una cosa, la naturaleza es inteligente, por años hemos vivido en armonía y la tierra nos ha respondido de la misma manera, así que espero que su llegada no traiga furia a nuestro santuario.
Nadie dijo nada, no sabían que pensar de lo que acababa de decir Ian.
— Deben estar cansados —continuó— los llevare a sus habitaciones.
Regresaron al pasillo donde Ian les había dicho que se encontraban las habitaciones, había dos cavernas pequeñas, una al lado de la otra.
Liam los esperaba ahí con cobijas, almohadas y una enorme sonrisa.
— Lamento que tengan que dormir en el piso, pero verán que es muy cómodo —dijo el niño.
Los Rake se despidieron y los dejaron solos para que descansaran.
Los chicos se miraron entre sí.
— No se ustedes, pero no pienso pegar un ojo —dijo Kristina.
— ¿Por qué siempre eres tan negativa? —le preguntó Lucas.
— Puedo hacer guardia si quieren —ofreció Drake.
— Yo puedo acompañarte —dijo Lucas.
— Yo también —agregó Mandy.
— Yo si iré a dormir —dijo Max bostezando entrando a la caverna, seguido por William y Carlos.
Kristina y Lili tampoco se hicieron de rogar y se acomodaron entre las cobijas.
Drake, Lucas y Mandy se apartaron para poder hablar y no despertar a las personas, Paz no tenía mucho sueño, así que solo se sentó en el piso.
Drake se dio cuenta que Paz seguía sentada, sujetándose las rodillas y la cabeza entre las piernas, pensó si estaba dormida o solo reposaba.
— Deberías ir acostarla —dijo Lucas con sonrisa malvada
— Claro que no.
— ¿Ya sabes si te recuerda?
— Es obvio que no.
— Entonces deberías ir a hablar con ella.
— No seas necio, no me interesa.
Lucas tomo a Mandy y se alejó de Drake ignorándolo, la chica no entendía lo que ocurría, hasta que Lucas le susurro algo en el oído.
Mandy y Lucas se sentaron a hablar dejando un espacio entre Drake y ellos, sin incluirlo en la conversación. No era como si el hobbie favorito de Drake fuera hablar, pero que lo excluyeran a propósito lo enojaba, normalmente ellos lo hacían para obligar a Drake hacer algo que no quería, y casi siempre era cuando querían que Drake le pidiera disculpas a alguien o hablara con una chica.
Solo por estar aburrido opto por ir a donde estaba Paz; Mandy y Lucas sonrieron satisfechos.
— Suerte —le dijo Lucas. Drake le saco el dedo del medio sin voltear a mirarlo.
Se acerco a la chica quien al escuchar sus pasos alzo la cabeza, tenía los ojos rojos, y las mejillas mojadas, vio a Drake y volvió a meter la cabeza entre sus piernas.
— Pensé que te habías quedado dormida —Paz no dijo nada— te iba acomodar el saco de dormir para que te acostaras.
— No hace falta, no tengo sueño —dijo aun con la cabeza cubierta.
Drake giro para ver a sus amigos que le alzaron el dedo pulgar para animarlo. Carraspeo la garganta, pero paz no hizo nada.
— ¿Te molesta si me siento? —la chica se encogió de hombros. Drake se sentó lentamente para no lastimarse— ¿Te sientes bien?
— Si —dijo cortante.
El chico exhalo frustrado, de por si a él le costaba hablar y ella no ayudaba.
— ¿Por qué estabas llorando? —ella no respondió y se hicieron unos segundos de silencio eternos para Drake— Discúlpame, no quise ser atrevido —ahora Paz exhalo.
— No te preocupes, no es nada.
— ¿Quieres que llame a Lucas, o Mandy? son buenos para subir los ánimos.
— No quiero hablar con nadie.
— Entiendo —Drake se preparó para levantarse.
— Drake, disculpa —dijo Paz al fin levantando la cabeza— no quise ser grosera, puedes quedarte si quieres.
— No, está bien, a veces también prefiero estar solo.
— No es eso, es solo que no quiero hablar del tema.
Drake estaba en cuclillas, no sabía si irse o quedarse, echo una mirada a sus amigos que con las manos le hicieron un gesto de que se sentara, y así hizo.
— ¿Es por tu hermano?
— Solo quiero saber si está bien, y mi tío —a Paz se le quebró la voz.
— Entiendo, ojalá hubiera una manera de saber cómo están.
Siguieron unos segundos de silencio en los que Drake pensaba de que podrían hablar.
— Lamento si cuando Lili cayo de la balsa me moleste contigo.
— No, esta bien —dijo Paz mirándolo— yo hubiera hecho lo mismo si mi hermano se hubiera caído, solo me preocupe por tu dolor de las costillas, no quisiera que empeorara.
— Lo se, por cierto, Lili no es mi hermana, al menos no de sangre.
Paz le sonrió.
— La cuidas como a una, así que creo que si es tu hermana.
Paz podía notar que Drake no tenía un carácter fácil, y aunque en varias ocasiones la había tratado un poco mal, se había dado cuenta que tenia un buen corazón.
— ¿Cómo vas con tus heridas? —le preguntó.
— Recuperándome.
— Que lastima que no haya una crema cicatrizante.
— Seguramente Mandy tenga una, ella es nuestra "enfermera", pero no hace falta yo...
— Espera aquí —Paz se levantó y se dirigió hacia Mandy y Lucas, quienes estaban sentados muy juntitos cotilleando en voz baja.
— ¿interrumpo? —preguntó Paz.
— ¿Tan rápido te espanto Drake? —bromeo Lucas y Mandy le dio un codazo para que se callara.
— ¿Necesitas algo, Paz? Estamos en algo confidencia —Lucas arqueo una ceja.
— ¿Algo conf...? —Mandy volvió a darle un leve codazo— Ohh si, muy confidencial.
— Solo quería saber si había alguna crema cicatrizante para Drake.
— Oh eso, si claro ya te la doy —Mandy se apresuró. Paz analizo la actitud de ambos chicos hasta que Mandy llego con la crema— Aquí tienes.
— Gracias —Paz se alejó echándole una mirada de reojo a ambos.
Drake reposaba con los ojos cerrado y la cabeza inclinada hacia atrás levemente apoyada a la pared de piedra mientras esperaba a Paz. A ella se le vino a la mente Wang, tal vez porque Drake se lo recordaba o porque la última vez que estuvo con Wang, él le había hecho una broma mientras dormía. ¿Por qué no?, pensó.
Comenzó a caminar con cuidado de no hacer ruido, cuando ya estaba cerca, Drake arqueo las cejas aun con los ojos cerrados.
— Te estoy escuchando —Paz soltó una risa—. Pensé que era Lucas —dijo abriendo los ojos.
— ¿Te hace bromas a menudo?
— Si.
Paz se sentó enfrente de Drake y comenzó a colocarle crema en las heridas.
— ¿Es tu mejor amigo?
— Lo es, creo que tal vez el único.
— ¿El único? ¿Y qué hay de William o Carlos?
— Nos llevamos bien, pero con ninguno hablo más de lo necesario.
— Te entiendo, yo tampoco tenía amigos en la cúpula.
— ¿En serio? Eres muy amigable —Paz le sonrió
— Tal vez, pero los de la cúpula no, lo más cerca que tenía a un amigo se vivía burlando de mí.
— Es lo que hace Lucas ¿Acaso no es lo que hacen los amigos? —Drake decía eso tan serio que a Paz le causaba risa, no parecía que bromeaba.
— Tal vez, pero no creo que sea el único tema de conversación que tengas con Lucas.
— No, hablamos de muchas cosas.
— El y Mandy son muy carismáticos, se ven bien juntos.
— Si... ¿A qué te refieres con eso?
— Son novios ¿no? —Drake soltó una risa nasal.
— Son hermanos.
— Oh, yo pensé... es que como me dijeron que estaban en una conversación confidencial para que los dejara solos.
Drake puso los ojos en blanco, sabia porque lo habían hecho, pero no se lo diría a Paz.
— Solo te tomaban el pelo, es normal en ellos.
— Me caen bien.
— A todos les caen bien —Paz termino con la crema y miro su trabajo satisfecha—. Gracias.
— Fue un placer, es mi trabajo —se instaló un segundo de silencio mientras Drake pensaba que decir.
— ¿Te gusta ser doctora?
— Por supuesto, aunque oficialmente no lo soy...
— Joaquín una vez me dijo que curaste a una persona de una quemadura de sol antes de que la infección llegara a la sangre, eso es ser doctor.
— ¿Él te contó eso? Bueno... no es tan extraordinario como parece.
— Yo creo que sí, si hubieras estado el día que mi padre tuvo el accidente, tal vez se hubiera salvado.
— ¿Tu padre estaba enfermo?
— Si —dijo Drake desviando la mirada sin dar muchos detalles—, de hecho, me dijo que le inyectaste una cura, pero que no debía decir nada —sonrió con nostalgia al recordarlo.
— Espera, ¿Yo? ¿Cuándo fue eso?
— Un día antes del huracán.
— ¿Y como reacciono? ¿Está bien?
— Murió.
— Oh dios mío, lo siento mucho, no era mi intensión.
— No te disculpes, no es tu culpa que sucediera el huracán. En realidad, creo que después de suministrarle lo que fuera eso, vi mejoras en mi padre.
— Un momento, ¿Cómo sabes que fui yo?
En ese momento Drake se dio cuenta que había metido la pata.
— Ehm... bueno, pues, por el nombre y la descripción supuse que se trataba de ti.
Paz lo miro con los ojos entornados, pero prefirió no prestarle mucha atención.
En ese momento se instauro un silencio incomodo que ninguno se atrevió a cortar, ninguno tenia experiencia hablando con las personas.
— Bueno, creo que será mejor que duerma un rato —termino por decir Paz tomando las cobijas.
— Te ayudo.
— No te preocupes —Paz se apresuró antes de que Drake hiciera algo— deberías quedarte tranquilo, hablo en serio, no deberías estar caminando de aquí para allá, tienes que re-po-sar ¿Entiendes? —Drake bufo fastidiado—. Eres peor que los niños que atiendo, hay que estar detrás de ellos todo el tiempo.
— No te estoy pidiendo que estés detrás de mí, yo se cuidarme solo —por un momento Drake pensó que era buena idea mostrar su lado rudo y fuerte.
— Bien, yo también se cuidarme sola —dijo Paz tomando con sus cosas y alejándose para dormir.
¿La embarre?, se preguntó él.
Drake se quedó sentado solo rebobinando la conversación con Paz, analizando cada palabra que había dicho y si lo había hecho bien.
Mandy y Lucas se acercaron y se sentaron con él.
— ¿Y bien? —dijo Lucas alzando y bajando las cejas rápidamente
— Me siento... estúpido.
— Ay no ¿la cagaste? Te dije que fueras más amigable.
—¡Claro que no! —dijo en un grito con voz baja—, pero todo esto es incómodo, el pensar que decir, buscar las palabras correctas ¿Todo por una chica?
— Pero es Paz.
— Y es solo una chica, me siento estúpido por hacer todo un lío nada más por agradarle.
— Punto para Drake —dijo Mandy
— ¿Y tú de qué lado estas? ¿De la soltería eterna de Drake? —Mandy se encogió de hombros
— Pero lo que dice Drake es cierto, Paz tiene que conocer al verdadero Drake, no al chico que sigue tus consejos para ser más agradable, Paz tiene que conocer su terquedad, amargura, timidez, odiosidad...
— ¿No hay nada bueno? —preguntó Drake con ironía
— Claro que sí, pero si luego de pasar por todas esas capas, y aun así se fija en ti, entonces es la indicada —dijo Mandy con una sonrisa de felicitaciones levantando los pulgares.
— Lo que yo te ofrezco es un atajo —agregó Lucas— tarde o temprano caerá a tus pies, pero prefiero que sea temprano ¿Aceptaras mis consejos?
— No.
— Pero...
— Lucas basta, no tenemos tiempo para pensar en estas tonterías, no me interesa salir con ella ni conocerla.
— ¿Entonces porque viniste hablar con ella?
— No lo sé... curiosidad, además ustedes me ignoraban.
— ¿Ahora vas a decir que no te gusta?
— Por dios Lucas, ya no la conozco de verdad ¿Cómo podría?
— ¿Y cuando estaba inconsciente? Corriste a ayudarla.
— Hubiera hecho eso con cualquiera.
— Ay Drake, te conozco, a mí no me engañas, todas las veces que hablamos...
— Es pasado Lucas, combinado con fantasías.
— Pero eso no quita que ha sido la única chica que te ha gustado.
— Como dije, pasado y fantasías.
— Bien, como quieras, otra oportunidad que se va.
En pocas horas los chicos se cansaron de hacer guardia y llegaron al acuerdo de que no pasaría nada, Mandy fue a dormir con las demás chicas y Lucas y Drake con los chicos.
Mientras Drake intentaba conciliar el sueño pensó en las razones que tenía para no hacer caso a Lucas, le parecía tonto hacer tanto protocolo por una chica. A Drake nunca le había interesado tener una novia, en su cabeza siempre estaba su padre, ayudar al pueblo y buscar una vida mejor. Cuando algunas chicas le coqueteaban, ninguna le había gustado lo suficiente como para perder el tiempo y desviarse de sus objetivos, además, cuando Lucas le hablaba de chicas la primera que venía a su mente era Paz, pero solo eran recuerdos y fantasías de lo que podría pasar si se volvieran a ver y, ahora que al fin se encontraron, se había dado cuenta que no sabía nada de ella además de lo que Joaquín comentaba, y ella sabía mucho menos de él, eran desconocidos, seguir con esas ilusiones era una estupidez y definitivamente había cosas muchos más importantes que hacer que gustarle a una chica.
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