Ya era mediodía, aunque dentro de la cueva no se notara la diferencia entre día y noche; Liam con su actitud alegre había aparecido para despertarlos y notificarles que su padre quería hablar con ellos.

Poco a poco se fueron desperezando y Liam los espero para guiarlos. Subiendo las escaleras, llegaron a una habitación simple, con una cama y un escritorio, sentado en el, estaba Riam.

— Pasen —dijo Riam mientras los chicos entraban a la habitación—. Primero que todo quiero saber cómo pasaron la noche.

— Muy bien gracias —se adelantó Paz emocionada.

— Veo que estas muy ansiosa —comentó Riam con una sonrisa.

— Si, por supuesto —dijo Paz sentándose en frente de Riam sin pedir permiso.

— Espero poder saciar tus inquietudes, ¿Qué te trae aquí, Paz Mayce?

— Mis padres siempre me contaron sobre el plan que tenían —comenzó eufórica—, sé que están preparadas con tecnología, recursos, y los mas importante es la ubicación favorable de la montaña; también sé que tenían pensando crear una capa de ozono artificial y así tratar de recuperar la normalidad a nuestra tierra.

— Me alegro que hayas tenido una relación tan cercana con tus padres —dijo tranquilo.

Paz lo miro ansiosa, dentro de ella se había imaginado este momento diferente, pensaba que Riam se emocionaría, que se alegraría de recibirla como aliada, de que ella trajera la solución a los problemas, pero solo estaba sentado, mirándolos uno a uno, muy calmado.

Al ver que Riam no diría más nada Paz prosiguió.

— Se como crear una capa de ozono artificial, lo hice en la cúpula, pero ellos no aceptaron utilizarla, no hasta estar seguros de que tendrían todo el poder en sus manos —un tono de rencor se sintió en su voz— así que quería venir hasta acá, y poder ponerlo en funcionamiento desde aquí.

— Entiendo —dijo Riam—, has sido muy valiente para hacer ese viaje, todos lo han sido.

Paz volvió a quedar a la expectativa de una reacción por parte de Riam, pero nada.

— También cree una vacuna —prosiguió esperando encontrar una emoción en Riam.

— Eso es muy útil.

Al ver que todo lo que decía no provocaba nada en él, Paz se quedó callada y desvió la mirada al suelo, decepcionada.

El resto también había notado la indiferencia de Riam a todo lo que le decía Paz, pero nadie dijo nada.

Drake no tardo en sacar su lado impulsivo y encaro a Riam.

— No se si se habrá dado cuenta —dijo Drake en un tono demandante—, pero Paz le esta proponiendo un plan, un plan que puede salvar muchas vidas, no solo las humanas.

— Si lo entendí, señor...

— Drake —dijo con firmeza.

— Acabado de darme cuenta que aún no se me el nombre de muchos, me gustaría conocerlos.

Eso fue suficiente para que Drake perdiera la paciencia.

— ¿Cree que arriesgamos nuestras vidas al venir aquí para una presentación amistosa? —dijo golpeando la mesa.

— Drake —lo regañó Lucas en voz baja.

Al contrario de lo que esperarían los muchachos Riam le dedico una sonrisa amistosa.

— Entiendo tu frustración muchacho, pero del desespero solo queda el cansancio.

Drake apretó los puños.

— ¿Entonces nos sentamos a tomar te?

— No es mala idea —bromeó Riam—, tal vez así escuches un poco más.

Lucas tomo a Drake del brazo con miedo de que fuera a reaccionar mal, y lo jalo hacia atrás. Drake cedió por esa vez.

— Mi nombre es Lucas —se presentó—, quería primeramente agradecerle por recibirnos en su hogar, ellos son mis amigos Carlos, William, Max y Kristina, y mi hermana Mandy.

— Es un placer saber sus nombres —respondió con una sonrisa.

— Debe ser muy inesperado para ustedes recibir a unos completos extraños, si se siente raro para nosotros puede imaginar como deben sentirse, sin saber cuales son en verdad nuestras intenciones.

— Conozco sus intenciones —intervino Riam— si fueran malas, no estarían aquí hablando conmigo.

— Excelente —respondió Lucas con duda, Riam le parecía cada vez más extraño— será un placer para nosotros colaborar en lo que sea necesario para mejorar las cosas.

— Sabes como llegar a la gente, muchacho —lo felicitó— por ahora todos ayudamos en las tareas cotidianas, por años hemos trabajado con armonía y eficiencia, todos tienen tareas y todos cumplen sus funciones, y si se van a quedar aquí es importante que las cumplan. Lo más importante es mantener la amistad con la naturaleza, trabajen de corazón, denle gracias por todo lo que nos ofrece y no la hagan enojar, o nos podría ir muy mal.

Los chicos volvieron a mirarse entre sí de manera extraña.

— Me parece lo más justo —respondió Lucas con amabilidad.

— Bien, llamare a Ian para que les enseñen el huerto y asignen tareas.

— Drake presenta una fractura en la costilla, por los momentos no es recomendable que haga ninguna actividad —se apresuró Paz.

— Eso no es seguro —dijo Drake lanzándole una mirada fulminante

— Tenemos una habitación de medicina con rayos X, puedes chequearlo bien ahí.

— No es necesario, conozco mi cuerpo, puedo hacer lo que sea que quieran.

Paz lo miro enojada, pero no dijo mas nada, al fin y al cabo, era su decisión.

Ian llego y su padre le pidió que le mostrara las respectivas actividades y como funcionaban. Ian les pidió que lo acompañaran.

— Puedo hablar contigo a solas, Paz —le pidió Riam antes de que saliera de la habitación.

Paz asintió y los demás siguieron a Ian dudosos. La chica volvió a sentarse en la silla y espero a que Riam hablara.

— Acerca de la capa de ozono, mi esposa y yo lo intentamos años atrás, pero no logramos que se mantuviera la forma alotrópica del oxigeno antes de llegar a la estratosfera. Para que se mantenga tendríamos que crear un aparato que produzca el ozono directamente en la capa y se mantenga ahí.

— Pues es precisamente lo que propusimos en la cúpula, será un pequeño robot hecho de microrretícula metálica... —Riam soltó una risa.

— Para eso necesitamos níquel y precisamente ese recurso no lo tenemos.

— ¿Y no han buscado donde conseguirlo por aquí cerca?

— Al principio lo hicimos, luego nos dimos cuenta que no valía la pena. Mas del 80% de lo procesos industriales del mundo se detuvieron, la emisión de hidrocarburos no es la misma, poco a poca la capa de ozono se regenerará y el mundo volverá a la "normalidad"; mientras tanto nos procuramos por sobrevivir y enseñarles al futuro a vivir en armonía con la naturaleza.

— Si, pero mientras eso pasa los apatriados siguen sufriendo las consecuencias, y los desastres siguen.

— Es muy lamentable, pero la naturaleza también necesita limpiarse; ahora, lo que dijiste sobre la vacuna es mucho más prometedor, que las personas busquen su lugar en el mundo sin tener que huir del sol. ¿Las personas de la cúpula están vacunadas?

— No, ellos no saben nada, en realidad quienes lo inventaron fueron mis padres, pero jamás dijeron nada, no querían darles ese poder a las personas a cargo de la cúpula.

— ¿La has probado? —Paz negó con la cabeza— Bueno, puedo darte un pase libre a nuestras instalaciones y puedes hacer los experimentos que necesites hacer.

— Gracias.

— Y si encuentras otra solución para la capa de ozono, de igual forma estaré encantado de oírla.

Paz asintió y Riam le indico que podía irse a encontrar con los demás en el huerto.

Los chicos estaban con Ian rumbo al huerto, mientras él les explicaba cómo era el día a día en aquel lugar y como funcionaban. A primera hora era el desayuno, luego todos irían a sus respectivos puestos de trabajo, al medio día el almuerzo y tendrían 3 horas para descansar, luego continuarían los trabajos hasta la hora de la cena.

— Ya que ustedes no tienen conocimiento sobre el cuidado de cada planta, por los momentos regaran hasta que vayan aprendiendo, pero incluso eso, necesita de mucho cuidado, ya que no es la misma cantidad de agua para cada planta.

Llegaron al huerto, y ahora de día, Drake pudo ver mejor la belleza del lugar, la naturaleza a su alrededor, la vegetación que recorría las paredes de roca verticales que rodeaban como muros aquella cavidad profunda de la montaña, arriba, en la entrada natural de aquel pozo, la malla estaba tendida cielo y el clima era frio, incluso Drake creyó escuchar el sonido de pájaros cantando, la verdad no podía estar muy seguro ya que nunca había visto ninguno, en ese momento Drake sintió algo muy parecido a la paz, respiro profundo el aire natural con olor a rocío, tierra mojada y clorofila, aquel lugar era maravilloso y las enormes hileras de diferentes cultivos le daba más color a aquel verde lienzo.

— ¡Es hermoso! ¿No lo creen? —expreso Mandy, los demás asintieron.

Pero para Ian en ese momento había algo más hermoso que admirar, hipnotizado por Mandy había quedado paralizado por unos segundos mirando a la chica, Drake y Lucas lo notaron y se miraron con complicidad hasta que por fin Ian carraspeo la garganta.

— Acabo de recordar que no se me aun sus nombres —dijo mirando a Mandy—. Yo soy Ian, hijo de Riam.

— Yo soy Mandy —dijo la rubio presentándose con alegría—, mi hermano Lucas, Drake, Carlos, Kristina, William y Max.

Ian no le dio tiempo a recordar todos los nombres, toda su atención estaba en grabar las expresiones de Mandy al hablar. Lucas y Drake hicieron un esfuerzo para no reír.

— Decías, Ian —dijo Lucas sacándolo de su embelesamiento.

El moreno volvió a carraspear la garganta.

— Bueno, las hileras de piña, batata, guayaba y bledo, son de poca agua —explico Ian— no las rieguen más de 3 rondas cada planta, y tampoco puede ser muy seguido.

Ian les explico el procedimiento para regar, le mostró donde reservaban el agua y que se tenían que asegurar de que se mantuviera lleno; por lo que tendrían que mandar a los más fuertes por agua. Luego les explico como regar las plantas de poca agua, el orden en que regarían y la contextura en que debía quedar la tierra, no debían permitir que el agua se encharcara, y debían esperar a que la tierra volviera a estar seca antes de regar nuevamente.

Así, Ian se fue y los dejo hacer su trabajo.

— Yo soy Ian, hijo de Riam, hijo del rey Cain bajo la montaña —se burló Lucas, luego de que Ian se fuera.

Mandy aguanto la risa e incluso a Drake se le hizo una sonrisa en la comisura de sus labios

— Seguidme súbditos y veneren a su rey —continuo con voz medieval.

— Basta, pobrecito —dijo Mandy riendo.

— Aaaaah no, ¿te gusta o qué? ¿Quieres ser la princesa bajo la montaña? —Mandy golpeo a Lucas inútilmente— Venid reina mía, acompañadme a un paseo por nuestro majestuoso Jardín.

— Claro que no, tonto.

Paz se les unió y le preguntaron que le había dicho, ella solo se limitó a decir que Riam le había dado permiso de usar las instalaciones para sus proyectos. Quedaron satisfechos y le explicaron a Paz las instrucciones que había dado Ian.

La hora de almuerzo llego pronto, todos fueron al comedor y mas rápido de lo que pensaban tuvieron que regresar a sus actividades.

La tarde paso súper lenta para Drake, comenzaba a sentirse fatigado y el torso le dolía. Estaba regando la hilera de cultivos que Ian le había asignado, cuando comenzó a sentir un leve ardor en las manos descubiertas, conocía esa sensación, era el sol. Miro arriba y el agujero estaba abierto, como él, los muchachos también comenzaron a frotarse partes del cuerpo que tenían al descubierto y comenzaron a quejarse entre ellos. Drake lo entendió y se apresuró a buscar a alguien del lugar que tapara el hueco, vio a un señor que no conocía, así que supuso que debía ser de la colonia de la montaña.

— Señor ¿Usted sabe cómo subir la capa?

— Si ¿Por qué?

— Necesitamos subirla

— Pero ya paso la hora, las plantas necesitan tomar algo de sol.

— Hay que subirla, aún hay mucho sol ¡Es peligroso!

— Oye niño no me grites, y no eres quien para dar órdenes —objetivo frustrar a Drake, completado.

El Chico miro a todos lados intentando encontrar a Riam o a Ian, en vano.

— ¡Todos entren a la cueva! —grito Drake.

Los chicos que jamás dudaban de Drake cuando estaba en ese estado, no lo pensaron dos veces y entraron.

— Pero, ¿Qué hacen aquí? —la voz fuerte e imponente de Ian se hizo escuchar dentro del túnel.

— Nos estábamos quemando —le dijo Drake molesto.

— ¿¡Es que acaso son todos unos cobardes!? Ni siquiera se ve el sol.

— ¿Y eso que? Acaso no sientes que te estas quemando.

— Pero que dramáticos, solo son unos flojos que no quieren trabajar.

Riam apareció por el túnel dedicándoles una mirada severa.

— Los quiero en mi habitación.

Todos fueron muy obedientemente.

— ¿Quieren explicarme que paso? —pregunto Riam una vez estuvieron todos adentro.

— Esta gente se volvió loca, comenzó a correr de pronto sin ninguna razón porque Drake se los ordeno —explicó Ian, Drake empuño sus manos con fuerza evitando explotar.

— ¿Drake? —preguntó Riam

— Pedí que subieran la capa y ya que no lo hicieron tenía que poner a mis amigos a salvo.

— Pss ¿A salvo de... —Riam interrumpió a su hijo con un gesto de mano para que esperara y se callara.

— ¿Por qué querías subir la capa Drake? —a Drake le pareció la pregunta tan estúpida que no pudo evitar responder con un tono de arrogancia.

— Porque nos quemábamos —Ian bufo en tono de burla. Drake comenzaba a sentir las ganas de partirle la cara al príncipe de las montañas.

— Ian compórtate ¿Acaso no viste el miedo en sus rostros? ¿Crees que mienten?

— Creo que son dramáticos.

— Pues estaban de verdad angustiados y debiste hacerlos sentir seguros, aunque no hubiera peligro —regañó Riam y Ian agacho la cabeza.

— Lamento el alboroto —se disculpó Drake bajando la guardia.

— ¿Por qué pensaste que se quemarían? —Drake miro sus manos, estaban coloradas.

— Porque es así.

—De verdad estábamos en peligro —explico Lucas— hemos perdido a muchas personas por esa misma exposición al sol.

— Seguramente han tenido malas experiencias, pero nosotros sabemos lo que hacemos, tenemos años trabajando de esta manera y no hemos tenido ningún enfermo.

— Pues mire el rostro de Lucas —criticó Kristina, el chico estaba rojo como tomate.

— Lucas es una persona de naturaleza muy blanca, cualquier exposición los pone rojos al instante.

— Tal vez no se note tanto como a Lucas pero todos estamos más rojos —se quejó Kristina, Riam exhalo cansado.

— Deben entender que ahora están en un lugar seguro, no pueden perder la calma como lo hicieron hoy, o podrían entrar en conflicto con las energías de la naturaleza.

Todos volvieron a lanzarse esas miradas de "este tipo esta loco".

— Yo estaba en el huerto también —intervino Paz—, y sentí el ardor en la piel y de verdad me asuste, he tratado muchas heridas de este tipo y he visto lo que pueden hacer; analizando la pigmentación que adopto nuestra piel puedo identificar que de verdad estuvimos expuestos a una radiación leve de rayos U.V. nada grave por fortuna, pero que si nos exponemos por un tiempo prolongado puede desarrollar la enfermedad, es peligroso seguir exponiéndonos de esta manera —Riam abrió la boca para interrumpirla, pero paz continuo— ¿Cuántas horas al día pasan en el huerto, señor?

— Unas 9 horas.

— Y lo han hecho durante años ¿No es así?

— Así es.

— Antes de abandonar la cúpula estaba desarrollando una investigación sobre lo que creemos es una mutación de escarabajos, por mucho tiempo pensamos que los animales, plantas e incluso los insectos estaban extintos fuera de nuestros muros, hasta que los encontramos, el sujeto de prueba era resistente a los rayos U.V., por lo que después de varias pruebas y análisis, desarrolle la hipótesis acerca de que al estar a una leve exposición al sol durante mucho tiempo, la suficiente como para no hacerte daño al instante, te va haciendo inmune, después de todo solo es una variante de la teoría de selección natural propuesta por Darwin, los organismos van evolucionando para adaptarse a las condiciones externas, eso es lo que ha pasado con ustedes, han trabajado durante años bajo una leve exposición al sol e inconscientemente se han estado volviendo más resistentes, claro que para comprobarlo tendría que hacer un estudio de su tejido y compararlo con el nuestro —se instaló unos segundos de silencio que fue roto por Carlos.

— Si entendí bien... ¿Quiere decir que ganamos la discusión? —Riam sonrió

— Si Carlos, tiene sentido lo que nos plantea la señorita Paz.

Los chicos salieron de la habitación de Riam llegando al acuerdo de que la capa se subiría más temprano y se bajaría más tarde, hasta que ellos también se acostumbraran, aunque según Paz eso llevaría años.

— ¡Bien hecho Amiga!

Lucas abrazo a Paz por la espalda fuertemente impidiéndole respirar, pero Paz no le dio importancia, le había dicho "Amiga" y se sintió increíble para ella.

— Lo siento, es que me sentí como un padre orgulloso cuando te escuché hablar.

— Gracias, Lucas.

— Gracias a ti, aunque no entendí nada de lo que dijiste, se escuchó acertado —dijo Carlos, y todos rieron.

— Ya es la hora de la cena, ¿verdad? —preguntó Max.

— ¿Que sucede Max? ¿Los entrenamientos en la cúpula no están dando sus frutos? —se burló William, Max negó sin decir nada.

— Es la maldición que tenemos que pagar por ser los más musculosos, fuertes y atractivos, nos toca el trabajo mas pesado —dijo Carlos.

Kristina escupió de la risa.

— Ay Carlos, dices cada tontería.

— El más apuesto es Ian ¿Verdad Mandy? —dijo Lucas con risa maliciosa.

— Ya te habías tardado mucho —Mandy puso los ojos en blanco

— Parece que hay un chisme que aún no sabemos —comentó Kristina

— Mandy tiene nuevo novio —se burló Lucas

— ¡Claro que no!

— Espera ¿Te gusta él y a mí no me prestaste atención? —se quejó Carlos— ¿Por qué es 2 metros más que yo? ¿Es eso? Porque aún puedo crecer —todos rieron, incluso Mandy.

Era un aura alegre y divertida, Paz jamás había estado así en un grupo de personas, tal vez podría llamarlos amigos más adelante. Max supo interpretar su rostro y le dedico una sonrisa feliz, el sabia mas que nadie cuanto le había costado tener amigos a Paz.

Regresaron al huerto a terminar su jordana de trabajo. Drake se agacho para arrancar unas plantas que estaban dañadas y soltó un leve quejido, Paz estaba lo suficientemente cerca para darse cuenta, de hecho, durante toda la mañana lo había visto caminar por el huerto haciendo mas que regar, y no debía.

— Tienes que parar, te vas hacer un daño grave —Drake la miro con el ceño fruncido— ya sé que tu solito te cuidas, pero solo te estoy advirtiendo, tu costilla podría romperse y perforar el pulmón, solo te comento.

Drake la ignoro y Paz dio media vuelta para seguir trabajando lejos de él.

Paz había trabajado siempre su mente y no su cuerpo, le costaba arrancar las plantas que se aferraban al suelo; jalo con todas sus fuerzas el tallo de una planta de sandia marchita, pero fue inútil.

— A mí también me cuesta —apareció Liam arrodillándose a su lado.

— ¿Y cómo lo logras? —le pregunto Paz con el tono dulce que solía utilizar con los niños.

Liam tomo con ambas manos el tallo que Paz había intentado arrancar, cerro los ojos respirando profundo y con un leve jalón el tallo salió con todo y raíz.

— Wao, eres muy fuerte, eres un super hombrecito —Liam le sonrió sonrojado

— Claro que no —dijo mirando hacia el suelo apenado—, solo es... un truco.

— ¿Y me lo puedes enseñar? —el niño miro a los lados para asegurarse de que nadie estuviera escuchando.

— ¿No le dirás a Ian que te dije? —Paz cerro su boca como si fuera una cremallera, el niño sonrió divertido— Bien, mi abuelo me enseñó a hablar con las plantas antes de que muriera, solo tienes que pedirles y decir por favor, si aun así no aceptan solo tienes que ser más amable, hablar con ellas, hasta que vean que tus intenciones son buenas.

Paz miro al niño al principio algo perdida, pero luego le sonrió.

— Me recuerdas a mi hermanito —dijo en un tono de añoranza—, también tenía una gran imaginación —Liam frunció el ceño.

— Estoy hablando en serio, nadie me cree, por eso Ian siempre me dice que no le diga estas cosas a nadie, y que mucho menos se los dijera a ustedes.

— Si te creo —se corrigió pronto Paz antes de que el niño se enojara más con ella—, pero es verdad lo que dice tu hermano, no todas las personas tienen la capacidad para entender esas cosas, gracias a tu imaginación puedes entender mejor que los adultos.

— Bueno —dijo Liam haciendo pucheros de inconformidad— ¿Quieres intentarlo?

— Claro —dijo Paz dedicándole una sonrisa.

Liam tomo las manos de Paz y las guío para que tomara el tallo de otra de las plantas marchitas.

— Hola amiga, te presento a Paz, es nueva aquí y cree que estoy loco por hablarte —Paz soltó una risa nerviosa mientras Liam seguía sujetando sus manos—, pero me cae bien, podemos confiar en ella ¿No lo crees?

Liam soltó las manos de Paz y con una seña la invito a que jalara la planta. Paz jalo sin lograr nada.

— Dile algo —Paz dudo, pero al ver que solo estaban ella y Liam no le importo hacer el ridículo.

— Señora planta, lamento esto, pero necesito arrancarla, digo... no es que tenga nada contra usted, pero es mejor para sus hermanas si la sacamos del camino, y bueno tiene que ser consciente de que no hay mucho que hacer por usted ¡Sin ofender claro!

Paz no creía que la planta de sandia la fuera a escuchar o algo parecido, mucho menos que cualquier cosa que ella fuera a decir tuviera efectos en ella, así que utilizo un tono divertido y trato de seguir el juego del niño, quiso decir cosas que hicieran reír a Liam.

— Lamento si estoy siendo grosera ¡Por favor no me dé una sandia envenenada! —hizo como si fuera a llorar y Liam soltó una carcajada de risa que se la contagio a Paz.

Sin poner mucho esfuerzo en ello, sin ni siquiera quererlo, la planta salió con todo y raíz quedando en las manos de Paz.

— ¡Te lo dije! Le caíste bien, sabía que se podía confiar en ti.

Paz miro atónita la planta en su mano.

— ¡Lo hice! —grito triunfante.

Liam volvió a reír a carcajadas y Paz sonrió contenta de haber cumplido su objetivo de agradarle al niño.

Drake estaba en la misma hilera de sandias que ellos, los miro con curiosidad mientras Liam aun reía por la euforia que Paz exageraba para divertir al niño. Ninguno de los dos se dio cuenta que por momento habían sido el centro de las miradas extrañas, por un segundo Drake pensó que ella estaba haciendo el ridículo, pero al mirarlos bien, le dio ternura y un recuerdo fugaz surco su mente sacándole una sonrisa que nadie vio.

Tal vez si es la misma Paz, pensó.

— ¡Desgraciado arbusto! —se quejó Kristina en voz alta cuando se cayó al piso por intentar arrancar una enramada de uvas que estaba doblada y machucada, pero sus raíces seguían aferradas al suelo.

Justo en el momento que Kristina logro arrancar la raíz y cayó al suelo por la fuerza que había empleado para lograrlo, un temblor sacudió el suelo. Todos se detuvieron al instante mirando a su alrededor sin entender que pasaba, se comenzaron a tambalear uniéndose al movimiento del suelo.

Drake que estaba agachado en cuclillas frente a la hilera de sandias, perdió el equilibro y cayo sentado en la arena soltando un grito. Paz corrió rápido hacia él, esta vez Drake no pudo hacerse el fuerte y tuvo que quedarse acostado en el piso llorando del dolor, Paz se agacho rápido sobre el y apoyo su oreja derecha en el pecho de Drake. Los demás se dieron cuenta y hicieron un círculo alrededor de la escena.

— ¡Drake! —se agacho Lucas al lado del muchacho

Paz subió la camisa del muchacho y ahora se notaba a simple vista la costilla rota. El golpe en el suelo había hecho que se moviera hacia arriba. Drake seguía tumbado en el piso, respirando rápidamente y con los ojos cerrados con fuerza controlando el dolor.