Desde antaño, cada 200 años renace Atenea, Diosa de la Guerra, en la Tierra, otra Diosa renace para la finalidad de proteger a Atenea y la Tierra del mal y expander la justicia junto a Atenea, está Diosa se le conoce como Selene, la Diosa de la Justicia y del Universo. Cada vez que el mal aparece para destruir, Atenea y Selene protegen a la humanidad a toda costa brindando su protección divina, siempre cobijando a los humanos de los peligros que representan los todo poderosos dioses. Con el devenir de la humanidad se opuso férreamente a las incontables invasiones que diversos dioses de la talla de Hades, Poseidón, Ares y Eris emprendieron, imbuidos por sus despiadados espíritus imperiales. Sin embargo, no lucharon solas contra el mal en ninguna de sus reencarnaciones, pues cuentan con la ayuda de jóvenes valientes y audaces que se encargaban de servir y proteger a su adorada Diosa.

No eran más que jovenes, llegados de todo el mundo, dotados de una fuerza y un espíritu heroico verdadero. Luchaban desarmados, usando su propio cuerpo como escudo, para proteger a quien más aborrecia las armas, ¡Atenea! Con un revés de la mano eran capaces de desgarrar el cielo... ..y de un solo punta pie abrían grietas en la Tierra... Son unos jóvenes misteriosos cuyo nombre no aparecen siquiera en la Mitología griega: son los Caballeros de Atenea. Son unos Caballeros de la Esperanza, y todavía hoy se dice que reaparecerán cuando la maldad prolifere sobre la Tierra...

Selene era la hija de las deidades supremas, Kronos y nació para ayudar y servir a la Diosa de la Guerra, Atenea, en las infames batallas que le esperaban.

En su última batalla, Selene murió cumpliendo con el único propósito de proteger a Atenea y la Tierra, siendo bendecida por la mismísima Atenea y de Hades, para que está reencarnará cada 200 años, para luchar codo a codo a lado de Atenea.

En cada reencarnación de Selene, desconoce su origen deidad y sirve a la diosa Atenea bajo una de las constelaciones de sus Caballeros:  «Ofiuco»

Poseyendo las mismas cualidades de Ofiuco tanto como Benevolente, Sabio e Heroico.

Ella se hace llamar «Himea»