Capítulo 15: ¡Combate a muerte! Seiya se enfrenta con su doble
Narrador: Saori le entrega a Seiya un mensaje de Ikki, en el cual éste le lanzaba un desafió.
Mientras tanto, Shiryu logró encontrar al artesano, Mu, el cual le dice que solo con su muerte conseguirá revivir las Cloth del Dragón y de Pegaso, que pertenece a su amigo Seiya.
El gran día ha llegado.
Seiya y los Caballeros del Zodiaco por fin acudirán al desafío.
~
Un helicóptero volaba sobre un valle nevado rocoso. No pudieron escuchar el más mínimo soplo de viento, ni el más mínimo ruido que indicara la presencia de un individuo u animal. Hubo un pesado silencio allí. Solo el ruido de las hélices del helicóptero atenuaba ese mórbido silencio. En el helicóptero había seis pasajeros. A la cabeza, Saori y Tatsumi. Saori miraba por la ventana preocupada y ansiosa, mientras Tatsumi era recto y no mostraba ni la más mínima emoción como una máquina. Detrás de ellos estaban Shun y Hyoga. Shun hizo todo para parecer tranquilo. A pesar de todo, Shun temblaba ligeramente. No podía soportar la idea de enfrentarse a su propio hermano a pesar de que las circunstancias de la situación lo obligaron a hacerlo. En la última línea estaban Ace y Seiya. Shiryu no había regresado a tiempo y Seiya era el único de los Caballeros que no estaba vistiendo con su Cloth.
Ikki: "Dentro de una semana. En el Valle de la Muerte y que no se te olvide traer las partes restantes de la Cloth Dorada."
Saori: Me parece que ya estamos llegando.
Los chicos observaron por las ventanas el lugar.
Saori: Es el horrible Valle de la Muerte, solo su nombre causa escalofríos. -Comenta.
Tatsumi: Es inquietante la fama que tiene este lugar. Dicen que ningún ser ha conseguido salir vivo de aquí. No es muy alentador.
Seiya: Tranquilícense. Siempre hay una excepción que rompe una regla. -Dice despreocupado.
Saori: Tengo mucho miedo. Miedo por ti. -Dice, lo que hace que Seiya la mire- ¿Y si no volvieras? ¿Si no recuperamos la Cloth Dorada? -Pregunta con voz temblorosa.
Seiya: Oye Saori, tengo una curiosidad. ¿Qué te inquieta más? ¿Mi muerte o la pérdida de la Cloth? -Le interroga con los brazos detrás de su cabeza y sin mirarla.
Saori: Qué pregunta. -Dijo casi simultáneamente.
Tatsumi: ¡Lo único que cuenta es la perdida de la Cloth! -Dice severamente, pero Saori lo detiene.
Saori: No es verdad. -Le gritó. Eso hace que Tatsumi y Seiya se sorprendan y los demás la vean también sorprendidos y no dicen nada. Ace sonríe ante eso, ella realmente estaba cambiando.
Tatsumi abre una maleta donde tiene las piezas y el helicóptero se detiene arriba de un monte, mientras Tatsumi les entrega las piezas de la Cloth. Seiya fue el primero en tomar ambos brazos, por si aparecía Shiryu, Ace fue la segunda en tomar la flecha, Shun fue el tercero en tomar la pierna izquierda y Hyoga fue el último en tomar la pierna derecha, y saltan del transporte.
Caen en la nieve con su pieza de la Cloth Dorada hasta llegar al suelo, mientras Saori se asoma preocupada por el bienestar de los Caballeros.
Para cuando llegan al suelo, se encontraron en el fondo de una zanja de donde salían varias fuentes de humo tóxico con olores desagradables. Al ver los esqueletos de animales diseminados por todos los rincones, decidieron alejarse rápidamente para no morir asfixiados.
Seiya: Qué olor más nauseabundo. -Comentó.
Hyoga: Es el olor del sulfuro.
Seiya: Parece que no hay nadie en este lugar. -Agregó al mirar alrededor.
Hyoga: Es lo mejor, Seiya. Al no llevar tu Cloth, estarás indefenso.
Ace: No bajes la guardia, Pegaso. Sin Dragón corres un gran riesgo.
Seiya: No se preocupen. Solo espero que Shiryu haya tenido éxito y pueda traer mi Cloth a tiempo. Además, puedo luchar contra ellos sin mi Cloth.
Ace: Baka. ¿Quién dijo eso? -Dijo arrogante- Solo te advertí que no te confíes tanto, o de lo contrario eres hombre muerto. -Al decir lo último, escuchan una voz familiar.
-Bienvenidos, Caballeros del Zodiaco.
Shun: ¡Nii-san! -Exclamó.
Ikki: De modo que han venido. Vuestro coraje es admirable. Aunque de poco les valdrá. ¡Porque les espera la muerte! -Después se ríe.
Seiya: ¿Dónde estás? -Pregunta en voz alta.
Ikki: Te espero sobre el Monte del Diablo. -Contestó.
Seiya: ¿Dónde estará ese sitio? -Se cuestionó.
Shun: Mi padre me hablaba mucho de ese lugar cuando era niño. Parece que al pie de ese monte hay una enorme roca con la forma de la cabeza de un león. No creo que nos sea difícil encontrarlo. -Explicó, en tanto los otros se miraron entre ellos.
Seiya: ¡Entonces, vamos!
Shun: ¡Seiya, espera! -Dice haciendo que todos lo miren y él saca unos pequeños cascabel colgadas en pequeñas pulseras rojas hechas de telas finas.
Tenía cinco de estas en total.
Shun: He pensado que deberíamos llevad cada uno un cascabel. Así, si necesitamos ayuda, nos encontraríamos fácilmente.
Seiya: Sí, es buena idea. -Dijo estando de acuerdo mientras tomaba dos cascabeles y se lo amaraba a su muñeca.
Hyoga: Además romperán un poco el silencio que reina aquí. -Agregó al tener atada su cascabel.
El peliverde al entregarle el cascabel a la albina y al tener contacto con su mano, un leve sonrojo aparece en su mejilla.
Ace: No lo necesito. -Dice indiferente, devolviéndoselo.
Shun: Claro que sí. -Dice con un brillo de preocupación.
Ace/Himea le ve seria pero en el fondo no quería preocuparles.
Ace: Estoy bien. En serio. -Dijo despreocupada. Shun simplemente se lo amaraba a su muñeca antes de que Ace tuviera tiempo de reaccionar. Ella gruñó.
Seiya: Debemos recordar la importancia de nuestra misión. Tenemos que vencer a cualquier precio. -Dijo, luego encontró la roca- ¡Esa es la roca!
De repente la cadena de Andrómeda comenzó a moverse, señalando que algo venía hacia donde estaban y vieron que encima de la roca que parecía cabeza de león había cinco figuras.
Al darse cuenta de que habían sido vistos, corrieron por todo el lugar para no ser atrapados.
Hyoga: Separémonos. -Sugirió y se fue por su camino.
Shun: Seiya, ten cuidado. Eres presa fácil. -Dijo bajando, siguiendo la dirección en la que le dirigía su cadena mientras Hyoga fue directamente.
Seiya: ¡Tú también Shun! Ikki ha cambiado mucho.
Ace: Aguarda a que Dragón vuelva. Para entonces, no hagas nada precipitado. -Aconsejó al entrar en un camino que subió.
Seiya: ¡Yo conozco a Shiryu! ¡Él traerá mi Cloth a tiempo! -Exclamó.
Seiya escuchó pasos. Se acercó una figura y volteo a donde se escuchaban.
Seiya: ¿Quién viene? -Se preguntó a sí mismo en tanto la silueta se hizo más clara- ¡Sí! ¡Es él! -Dijo con voz alegre al ver a la persona que esperaba- ¡Shiryu! ¡Lo sabría! ¡Sabría que vendrías!
Seiya se apresura hacia su amigo, la silueta de este último desapareció en forma de un dragón en el cielo. Todo lo que quedaba era la armadura que llevaba a la espalda unos segundos antes.
Seiya: Shiryu... ¿Qué... Qué está pasando? ¿Qué es esto?
La Cloth de Pegaso había salido de la Urna brillando bajo los ojos de asombrado de Seiya.
Seiya: «Es la Cloth de Pegaso. Tan bella y poderosa como nunca. Estoy salvado. ¡Lo consiguió! Sabe ve que podía contar con él. Es peligroso seguir en descubierto.» -Pensó- Ven. -La llamó.
La Cloth de Pegaso se desacopla, fue al cuerpo de Seiya y se la puso: Primero la protección de las piernas y pies, a continuación, la protección de faldón, después la de los brazos, luego la protección del peto, seguido de las hombreras y por último en colocársele fue el casco que tiene la forma la cabeza de un Pegaso; y ahora estaba listo para pelear.
Seiya: «Pero... ¿qué pudo haberle pasado? ¿Por qué esa aparición? Si ha conseguido reparar la Cloth, ¿por qué Shiryu no esta aquí en persona? Algo grave pasó.» -Agregó pensativo mientras veía la caja, recordando el sueño que tuvo hasta que un ruido interrumpió sus pensamientos- ¿Eh? ¿Qué es eso? -Al ver que la caja se elevaba, el usó su técnica para evitarlo y en eso, vio que un niño había caído- ¿Qué haces aquí? -Le preguntó.
-Me parece que tienes poca imaginación. He venido ha traerte tu Cloth. ¿Es qué no te das cuenta? -Respondió el niño.
Seiya: Sí. ¿Y quién eres tú? -Interrogó.
Kiki: ¿Cómo? ¡Ah! Ahora te lo diré. Me llamó Kiki. Me envía Mu-sama, mi maestro, porque tu amigo Shiryu no está en condiciones de viajar.
Seiya: ¿Qué dices? ¿Qué le ha sucedido? Contesta. ¡Dime! ¿Por qué no ha venido él? ¡Contéstame! -Le exigió, agarrando sus hombros mientras lo sacudía.
Kiki: ¡Ay! ¡Suéltame! ¡Me haces daño! -Dijo y Seiya lo hizo- Cuando tu amigo vino a ver a Mu-sama, este le dijo que solo su muerte podía restaurar su Cloth. -Explicó mientras se sostenía un brazo por el agarre del Caballero.
Seiya: ¿Qué? ¡No es posible! Shiryu ha muerto. Ha ofrecido su vida por mí. -Dijo tratando de no enfadarse y recopilar la información que le dijo el pelirrojo.
Kiki: Te voy a contar exactamente todo lo que pasó.
《Flash Back》
Las dos Cloth, ya sea grises y Mu estaba en frente de estas.
Mu: Es la única manera, Caballero. Solo el pago de este alto precio devolverás su poder a las armaduras del Dragón y de Pegaso. Y este pago consistirá en la entrega generosa de tu vida. -Dijo seriamente.
Shiryu solo se quedó callado en ese momento.
Mu: Lo lamento, no hay otra solución. Esto me apena mucho, créeme. -Se disculpó, y el Caballero de Dragón seguía mudo por la solución.
Mu: Ahora tú debes decidir. Si aceptas, tendrás que derramar la mitad de tu sangre sobre las armaduras. Ten en cuenta que este sacrificio te costara la vida. Tú decidas. -Concluyó.
Shiryu recordó su pelea contra Seiya, cuando él le golpeo en su punto débil y le hizo volver a la vida. Shiryu miró al artesano con ojos determinados y después se hirió para que sus muñecas sangraran, lo que espantó a Kiki y lo hizo caer de espalda.
Shiryu: Estaba muerto y él me devolvió a la vida. Como ves, ya he tomado una decisión. Le debó la vida a Seiya y moriré por él. -Finalmente respondió en tanto ponía sus muñecas sangrientas sobre las Cloth de Pegaso y del Dragón- «¿Para qué regar con mi sangre una armadura que ya no servirá? Ofreceré toda mi sangre por la de Seiya.»
Mu estaba cabizbajo y con los ojos cerrados por la decisión del Caballero.
Kiki: ¡Maestro, se lo ruego! ¡Ha derramado la mitad de su sangre! ¿Por qué no lo detenemos? ¡Ya es suficiente! ¡Haz algo! -Le pidió a Mu, pero él no respondió aunque se lo suplicara muchas veces su alumno mientras Shiryu.
Cuando perdió sangre, Shiryu comenzó a palidecer. Se debilitó visiblemente. Se puso tan pálido que su tez parecía cadavérica. Sintiendo el peligro inminente, Mu lo atrapó antes de desmayarse.
Mu: «Cuanta generosidad. No ha dudado un momento en ofrecer su vida para salvar a un amigo. Es un verdadero Caballero y no merece morir.» -Pensó.
Usando sus poderes, detuvo el sangrado y colocó suavemente a Shiryu en el suelo.
Kiki: Ya no sangra. -Dijo sorprendido.
Mu: Kiki, trae mis herramientas celestes. -Le pidió al niño pelirrojo- Tenemos un trabajo que hacer, Kiki. No te quedes ahí. -Dijo mirando a su alumno.
Kiki: ¿Quiere decir que... vas a...? -Recibió una respuesta de asentimiento del hombre aunque no haya terminado de formular su pregunta.
Se agacha hacia el muchacho pálido.
Kiki: ¿Has oído? Mi maestro va a restaurar la armadura, lo has conseguido. -Le dijo las buenas noticias, pero Shiryu no respondió- ¿Y qué va a ser de él, maestro? ¿Va a sobrevivir? -Preguntó.
Mu: No lo sé. En su estado actual se encuentra al borde de la muerte. Cruzara la frontera del más allá, solo él puede contestar esa pregunta. De lo único que estoy seguro es de poder restaurar la Cloth gracias a ese polvo de estrellas. -Dijo mientras le ponía aquel polvo a la Cloth de Pegaso.
《End Flash Back》
Seiya: -Miró hacia el cielo- Gracias, Shiryu... ¿Y recobró la consciencia? -Preguntó.
Kiki: ¡No lo sé! Mi maestro me ordenó que partiera rápidamente y que te encontrara. -Respondió en tanto era sostenido por los brazos por Seiya.
Seiya: Pero dime, ¿por lo menos está vivo? -Preguntó.
Kiki: ¡Si, muy grave, pero vivo!
Seiya: Perdóname. Te has portado como todo un valiente al venir solo y te he tratado mal. Me alegra poder ofrecerte mi amistad... Y en cuanto a ti Shiryu, combatiré en tu honor. -Le entrega una de los cascabeles que tenía en su muñeca- ¡Toma esto! Tengo confianza en ti. Shiryu sé que vivirá y que vendrá a reunirse con nosotros. Dáselo de mi parte. -Se lleva su pieza de la Cloth- Nos vemos. Se despidió del niño sin voltearse a verlo, Kiki no lo pudo detener ya que estaba un poco más lejos- «¡Ikki! ¡Sal de tu agujero! ¡Te estoy esperando!» -Pensó con una voz provocativa y decidida.
Seiya siguió con su camino hasta que escuchó una voz que lo detuvo.
-¡Al fin apareces!
Seiya se volteó a ver y detrás suyo, sobre una piedra estaba un Caballero Negro.
Seiya: ¿Quién eres tú? -Preguntó con voz firme.
-Soy el Pegaso Negro. -Respondió el enemigo.
Seiya: ¿Cómo? -Repitió.
-Con la gran diferencia de que yo defiendo las fuerzas del mal. -Dijo Pegaso Negro con una sonrisa de superioridad.
Seiya: A pesar de todo, espero que combatas como un Caballero. -Replicó.
El Caballero Negro se lanzó hacia Seiya para atacarlo, pero él lo esquivó como pudo y el doble estaba detrás de él.
-La verdad es que eres bastante hábil. No creí que pudieras esquivar mi ataque. -Complemento el Caballero Negro.
Seiya: ¿Lo dudabas? -Preguntó y fue su turno de atacarlo con su puño y logra golpear parte de una pared de piedra y retrocede para después darle un puntapié y logra lastimar un poco a su oponente. Vuelve a atacarlo y de nuevo golpea la pared de piedra, lo que causa que el Pegaso Negro estuviera estupefacto por su fuerza.
-¡Tú lo has querido! -Dijo Pegaso Negro agarrando el brazo de Seiya para lanzarlo, pero éste se compone- ¡Black Ryūsei Ken! -Le lanza su ataque y Seiya lo recibe sin defenderse, cayendo duramente al suelo- Me has decepcionado. No esperaba ganarte tan fácilmente. Aunque lo único que importa es la victoria. -Al decir lo último, escuchó el cascabel y vio que el verdadero Pegaso estaba detrás suyo- ¿Qué es eso...? ¿Cómo es posible que te hayas recuperado tan rápido? -Dijo, no entendiendo lo que pasó.
Seiya: Nunca te fíes por las apariencias. -Le aconsejo.
-¿Has escapado sin daño de mis Meteoros? ¿Cómo lo has hecho? -Preguntó el impostor.
Seiya: Gracias a mi Cloth, aunque yo también estoy sorprendido. El sacrificio ha sido grande, pero su poder se ha multiplicado. Y ya esta bien de plática. No mereces saber nada más. «Gracias Shiryu. Tal vez por todo lo que has hecho por esta Cloth. Tengo la sensación de que estás a mi lado.» -Pensó en agradecimiento al Caballero de Dragón.
-«Es fuerte, pero no me impresiona.» -Pensó Pegaso Negro.
Seiya: Ahora te pagaré con la misma moneda. ¡Prepárate! ¡Pegasus Ryūsei Ken! -Exclamó, pero al mismo tiempo que el impostor.
-¡Black Ryūsei Ken!
Los meteoros de Seiya golpearon a su doble, al mismo tiempo que recibió éste su golpe.
-Ha picado. -Murmuró.
Seiya se reincorpora, pero el Caballero Negro no pudo levantarse, dejando caer su parte que llevaba consigo y Seiya la recogió.
Seiya: De modo que llevabas el cinturón y los puños de la Cloth Dorada. Cada vez no quedan menos piezas por recuperar.
Cuando estaba a punto de irse, Seiya escuchó una burla. Esto lo llevó a girar la cabeza hacia Pegaso Negros, quien, aunque moría, estaba sonriendo.
-Dijiste que no me confiara de las apariencias.
Seiya no sabía porque su doble lo decía.
-¿Crees que has ganado? Pero pronto comprenderás tu error. -Agrego.
Seiya: ¿Por qué? -Preguntó
-El Pegaso Negro volteó su cabeza con un poco de dificultad- Un Meteoro Negro te ha tocado... Pronto comprenderás lo que eso significa. ¡El Fuego de la Muerte!
Seiya: ¿El Fuego de la Muerte? ¿Qué quieres decir? ¡Responde!
Antes de que Seiya pudiera agregar otra palabra, Pegaso Negros río una vez más y murió con una sonrisa en su rostro.
Seiya: «¿El Fuego de la Muerte?» -Pensó sin comprenderlo.
~
Shun caminaba tranquilamente, pero en alerta por si un enemigo se acercara a llevarse su pieza. Incluso Hyoga y Ace.
Lo que la chica no sabía es que había alguien que la estaba siguiendo, pero de pronto escuchó como una piedra fue pateada por alguien y eso alarmó a Ace.
Ace: ¿Quién está ahí? ¡Sal ahora mismo y pelea! -Grito, pero no recibió respuesta de su seguidor en el momento- «Nadie responde. Eso no me tranquiliza, ni mucho menos este silencio.» -Pensó mientras caminaba lentamente.
~
Seiya comenzó a respirar pesadamente y después se recarga en la pared de piedra.
Seiya: «¿Qué pasa? Estoy empezando a sentirme muy mal. Tengo la impresión que hace un calor tremendo.» -Pensó- ¿Qué me está quemando las entrañas? -Se preguntó a sí mismo mientras comenzó a quejarse y soltó sus piezas que tenía en sus manos- ¡Me ahogó! -Se lleva sus manos hacia su cuello como si le faltara el aire y sudando.
Comió algo de nieve para que se le pasara el dolor, pero fue inútil y cayó boca abajo; después se quitó su Cloth y se dio cuenta una marca negra que se le apareció en uno de sus brazos.
Seiya: ¿Qué es eso? Parecen quemaduras. «Mi Cloth está intacta...» -Pensó viendo el protector de su brazo- No lo comprendo. -Dijo quitándose la Cloth, pieza por pieza- El fuego me va consumiendo desde adentro... «Y las marcas se extienden.» -Comentó al ver lo que le pasaba a su cuerpo hasta que algo se le vino a su mente- «Ya entiendo. No puede ser.» -Recordó lo que le dijo su doble, mientras las manchas crecían- Este es el Fuego de la Muerte de la que me habló el Caballero Negro...
Seiya se incorporó, pero piso mal y cayó al precipicio junto con las piezas de la Cloth Dorada hasta que aterrizó en una plataforma de piedra que estaba más abajo, pero Seiya ya no se levantó.
~
-Empezaba a impacientarme, Caballero del Cisne. Vas a tener el honor de caer ante el Cisne Negro. -Dijo el impostor al ver que Hyoga había llegado.
Hyoga: No me das miedo. No te molestes. Tus insultos ni siquiera me ponen nervioso. -Comentó.
-¿Ah, sí? -Interrogó Cisne negro.
Hyoga: ¿Por qué voy a tener miedo?, si ya sé cuál va a ser el resultado de nuestro combate.
-¡Defiéndete! ¡Black Blizzard! -Exclamó el Caballero Negro al atacar a Hyoga, pero no le hacía aunque a la cascada le congeló las aguas.
Hyoga: No te canses. Deberías saber que nosotros, los Caballeros del bien estamos protegidos por el calor de nuestros sentimientos. Y que el frío te convierte a ti en presa fácil.
-¡No es posible! -Negó el impostor con sudor bajando desde su frente por lo estupefacto que estaba.
Hyoga: ¡Koliso! -Alza su mano, lanzando un pequeño soplo de cristales de hielo a su oponente con su dedo índice.
-¿Qué? ¿Qué pasa? -Pregunto extraño el impostor, al momento de ser alcanzado por estos, formando un anillo de aire frío que rodean alrededor de su cuerpo e inhiben su movilidad- Me rodea la cintura. ¡No puedo moverme!
Hyoga: Te lo advertí. Solo yo puedo liberarte, pero tendrás que devolverme de la Cloth Dorada. -Exigió.
-¡Eso nunca! No dejaré que la Cloth caiga en manos de un Caballero del Zodiaco. Antes prefiero tener la más horrible de las muertes. No me importa. -Dijo Cisne Negro.
Hyoga: ¡Muy bien! ¡Si eso es lo que quieres, estás en tu derecho! Aunque debes prepararte para lo que te espera. -Advirtió.
-¿Ah, sí? -Incitó el impostor enfadado.
Hyoga: Pronto la sangre de tus venas dejara de circular y quedarás congelado hasta la médula. -Sacude los brazos como si fuera un cisne con alas, levanta los brazos apartados a los lados, lanzando rayos de hielo hacia el cielo y cae desde arriba una especie de ventisca para congelar el entorno, finalmente lanza su aire frío con las manos juntas- ¡Aurora Thunder Attack! -De sus manos sale una ligera y sutil explosión de brillos circulares.
Atrapado en una cascada de hielo con su cuerpo al revés, el Cisne Negro ya no pudo hacer un solo movimiento. Solo su cabeza y su brazo derecho estaban libres. Respiró grandes bocanadas de aire cuando se sintió molesto por el ataque de su oponente.
Hyoga: Considérate afortunado, no he querido vencerte. Renunció a mi ventaja para darte una oportunidad. Si te unes a los servidores del bien, quedarás libre. -Le propuso, pero el otro se río.
-Eres muy generoso, aunque has cometido un grave error. Desde ahora tu Aurora Thunder Attack será ineficaz contra Fénix-sama. -Le advirtió el Cisne negro, sonriendo malévolamente.
Hyoga: ¿Qué dices? -Preguntó.
-Mis sentidos han conseguido registrar tus técnicas y como mi brazo derecho está libre, se lo comunicare. -Dijo congelado la cabeza del Cisne de su tiara y se la arranca.
Hyoga: Se ha arrancado el emblema del Cisne. ¿Qué... Qué va hacer con él?
Cuando lo hizo, de pronto sintió un dolor punzante que hizo que su brazo colgara arriba de su cabeza y muriera instantáneamente, explotando junto con su prisión y Hyoga miró a otro lado, cubriéndose la cara para que la luz no lo encegara y momento después cesó.
Hyoga: «Todos sus conocimientos se encontraban en ese emblema. ¿Qué ocurrió? Algo debió ocasionar que su brazo no pudiera enviar su mensaje a Fénix. No lo entiendo.» -Pensó sin saber que alguien más se fue del lugar, llevándose ese emblema antes de que la descubriera.
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Ikki estaba parado en una de las rocas y entonces escuchó que alguien llegaba.
Ikki: ¿Tienes noticias? -Preguntó.
-El Cisne Negro fue vencido y te envía todos los movimientos que analizó. -Dijo una voz femenina con una sonrisa malvada y seductora.
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Seiya trata de volver a la cima, sin saber que Hyoga estaba pasando y de pronto se detuvo.
Hyoga: «Me pareció haber oído un cascabel... No, he debido equivocarme. En fin, he vencido a Cisne Negro y ahora debo de enfrentarme a Fénix.» -Pensó, siguió su camino.
Seiya luchaba para escalar, pero una piedra se soltó, haciendo que éste se cayera.
Shun y Ace continuaban con su ruta sin ningún problema por el momento.
~
Ikki: «Gracias. He comprendido tu mensaje. Ya sé cómo defenderme del Caballero del Cisne.» -Agradeció, pero escuchó una risa detrás de él.
Hyoga: ¡Fénix! ¡Por fin te encuentro!
Ikki: Y no tardaras mucho tiempo en lamentarlo, créeme. -Respondió.
Hyoga: Amenazas, siempre amenazas. También el Cisne Negro me amenazó y ahora está muerto. Esa es la suerte que te espera. -Declaró.
Ikki: ¿Tú crees? -Preguntó.
Hyoga: Ya hemos hablado bastante y no he venido aquí para hablar, sino para combatir, Caballero. ¡Pelea! -Exclamó, saltando para atacar a Ikki.
Ikki: ¡Adelante! ¡Pelea! -Exclamó, poniéndose en guardia.
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