*Fragmentos de cartas intercambiadas entre Alyssa James y Emmanuel Callahan tras reencontrarse. Fecha estimada: Inicio de 1969*

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No volveremos a vernos. No importa si todo fue un engaño para separarnos. No es justo, pero es lo que pasó y no podemos cambiarlo. Me costó mucho tiempo componer mi vida o lo que pueda llamarle a lo que tengo. No voy a volver atrás.

Estoy con alguien que me hace bien, que me quiere y William se merece mi respeto, no un engaño con un amor de la adolescencia.

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Le llamas amor adolescente a lo que teníamos, pero cuando nos vimos no pensabas lo mismo. Tus besos gritaron lo contrario. Te sigo conociendo de la misma forma que hace cuatro años, no hay manera en la que puedas ocultarme tus sentimientos.

Te sigo amando como el primer día, más, si es que es posible y sabes muy bien que será por la eternidad. No me importa lo que digas. Esta noche vendrás a mí. Nos vemos en el mismo parque y de ahí iremos a otro lugar.

M.

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Hay que parar. Me voy a casar y nada de lo que digas o hagas va a cambiar eso.

Cada vez que veo la cara de William siento que me caigo a pedazos porque recuerdo la noche anterior y el tiempo que pasamos juntos y estas cartas y lo cerca que estás. Quiero contarle la verdad, pero lo lastimaré y no quiero arruinar su vida.

Por favor, déjame en paz. Sabes que mientras estés cerca no podré negarme a lo que pidas. Déjame ir. Si me amas déjame en paz de una vez por todas.

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(...)

No estás engañando a nadie si eres mía. No te parece que soy yo el engañado cuando me reemplazaste con él. No te avergüenza mirarme a la cara y ver que no creíste en mi amor, que no imaginaste lo que nos habían hecho para separarnos.

Estoy avergonzado de ti, de tu falta de confianza en mi amor. Pensé que ponías las manos al fuego por mí, que confiabas, que me esperarías por la eternidad. En mi encierro, eso era lo único que me mantenía en pie y resulta que viví engañado.

Si quieres hablar de traición, habla de la tuya hacia mí y deja de tenerle lástima a otro hombre.

Paga tu traición y vuelve conmigo. Te perdono, siempre lo haré, pero me conoces y mi paciencia tiene un límite. Si yo no te tengo, nadie lo hará y si es él quien te frena a volver a mí, no será la primera vez que me encargue de quitar lo que está en mi camino.

Tienes 72 horas.

M.

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Basta.

Sí, me conoces muy bien, pero no sabes lo que la vida me ha hecho cambiar. Pasé un año escribiéndole a la nada antes de ponerle un fin a las palabras. Soporté el impulso de escribirte para no quitarme la vida y detener el dolor.

Me obligué a estudiar, trabajé y dormí apenas dos horas por tres años con tal de seguir en pie, de reunir dinero que jamás me dio para poder volver a Kencott River. Mi tía logró hacerme nada y el temor de ir y confirmar que me habías dejado... Viví una batalla sin fin contra mis sentimientos.

Me he ido consumiendo y destruyendo poco a poco. Hoy no soy nada, pero finjo, finjo muy bien.

Yo también te conozco, no te creas el único que puede leer al otro. ¿Para qué me das 72 horas? ¿Me matarás? ¿Matarás a William? Puedo creer que harías lo último, pero tú no eres el único que sabe hacer amenazas.

A mí no me vas a tocar, no puedes, no podrás. A él, no lo permitiré jamás. Basta con el daño que le he hecho estas pocas semanas al engañarlo contigo.

Si lo tocas me suicidaré. Si lo lastimas, me pierdes para siempre.

Tienes 24 horas para desaparecer de mi vida.

A.

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(...)

Nunca te creí capaz de tanto. Quizás he perdido partes de ti en estos años. Sé que me sigues amando, pero ahora tomas decisiones en contra de tus deseos. Has crecido de una manera en la que no me gusta o has vuelto a ser la niña que acataba las normas con una venda en los ojos.

Me iré, pero no dejaré que me olvides, ni tan siquiera que finjas que lo has hecho, que es lo más que podrás alcanzar.

No hay un final para nosotros, solo la muerte y no estoy dispuesto a verte morir sin tenerte de nuevo. No quiero tener que morir contigo ahora y sabes que estamos castigados a morir juntos. Quizás en el futuro...

Siempre recuerda que hay espíritus que me susurran al oído, los debes haber oído porque los compartimos. Estamos atados a esa cueva y sus secretos, a lo que hice para que llegaras a mi vida. Esta vez me dijeron que diera un paso atrás y lo haré.

Nos vemos, Alyssa. El cuándo, lo decidirá la vida.

M.

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