𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 2
Comencé a abrir lentamente mis ojos, la luz de aquel lugar les provocaba ardor. Observé todo a mí alrededor, encontrándome con mi madre.
—¿Qué pasó? —pregunté—. ¿Hace cuánto tiempo que estoy aquí?
—¡Cariño! —exclamó mi madre con los ojos cristalizados acercándose a mí—. Hace unas diez horas, pensé que no despertarías.
Miles de recuerdos comenzaron a invadir mi mente, recordé todo lo que había pasado.
—Mamá, Rydel ella...ella... —No pude terminar la oración porque un sollozo escapó de mis labios, provocando que las lágrimas comenzaran a deslizarse por mis ojos.
—Shhh, tranquila. Ella está bien, solo está herida, pero sigue viva —indicó mi madre, sollozando—. ¿Él te lastimó? ¿Te golpeó?
—No, mamá.
—Tranquila —susurró mi madre acariciando con una de sus manos mis mejillas—, gracias al cielo, no sé qué habría hecho si el bastardo de Michael te hubiese asesinado.
Mi madre me abrazó por un largo período de tiempo hasta que, al parecer, mi doctor entró a la habitación.
—Hola, Addison. Soy el doctor Longman —dijo estrechando su mano—, aquí traigo tu informe sobre los daños causados. Dentro de dos horas, vendrá un oficial a tomar tu testimonio sobre lo ocurrido.
—Doctor —hablé captando la atención de aquel hombre—, ¿cómo está mi amiga?
—Tu amiga está en un estado crítico, la han lastimado gravemente, Addison. Creo que es mejor que te entregue el informe y lo leas a solas —asentí una y otra vez.
Me encontraba en un estado de shock, todo había sucedido tan rápido. Los recuerdos se repetían una y otra vez en mi cabeza, los gritos y las súplicas.
Al cabo de media hora, el doctor entró nuevamente a la habitación, con una carpeta marrón. Se acercó hasta mí y me la tendió.
—No debería entregarte esto, pero mereces saberlo después de lo que has pasado.
—Muchas gracias —respondí.
Mis manos estaban temblando de los nervios, sabía que mi amiga no estaba muerta.
Estaba en un estado crítico, pero aun así no podía dejar de sentir como el miedo recorría cada parte de mi ser.
Decidí abrir lentamente aquella carpeta y comencé a leer lo que contenía.
Poco a poco las palabras se fueron acumulando en mi mente. Costilla rota, puñalada en la parte izquierda del abdomen, penetración por la vagina causando severos daños en el paciente, hematomas en la cabeza...
Cerré la carpeta, debido a que ya no podía continuar leyendo. Su cuerpo estaba destruido.
Lágrimas salían de mis ojos; pequeños y silenciosos sollozos de mi boca. Ella estaba así por mi culpa, si yo no hubiera pedido ayuda, ella jamás habría estado así.
Salí de mi camilla dispuesta a buscarla, volví a ver el informe para ver en qué habitación se encontraba.
—Habitación A12 —susurré.
Tiré la carpeta arriba de la camilla y salí sigilosamente para que nadie sospechara.
Mi cuerpo dolía, exigiendo que me quedara descansando en la habitación. Me importaba una mierda, necesitaba ver a Rydel.
Caminé por los largos pasillos del hospital, di vueltas en cada esquina; subí y bajé por las interminables escaleras de aquel lugar, hasta encontrar la habitación. Había llegado a la habitación en donde se encontraba.
Había un pequeño rectángulo de color dorado en la puerta, que tenía grabado en este el nombre de la habitación.
Estaba nerviosa, demasiado nerviosa.
¿Y si no quería volver a hablarme? Claro que no iba a querer hablarme, todo lo que le sucedió fue por mí.
Tomé valor y abrí la puerta.
Al entrar, observé todo a mí alrededor para que lo último que vieran mis ojos, fuera a Rydel.
Ella se encontraba en la camilla. Su cara estaba destruida; estaba toda golpeada. Tenía moretones en todas partes. Su ojo derecho, estaba hinchado y su piel pálida. Era irreconocible.
Noté que estaba conectada a un respirador. Eso solo significaba una cosa.
Ella estaba en coma.
Caí de rodillas al suelo.
Ella estaba en coma y no sabía si iba a volver a despertar, si podría volver a escuchar su voz; ya no volvería a contarme sus chistes malos ni poder volver a sentir esa paz que me transmitía su dulce voz. Todo era mi culpa. Ella estaba así por mí.
Me acerqué a la camilla y me arrodillé delante de mi mejor amiga.
—Por favor, despierta Rydel —supliqué sintiendo como mi corazón dolía—. Todo esto es mi culpa. Nunca debí dejarte sola. Nunca debí pedir ayuda. Vuelve, necesito a mi mejor amiga, a mi confidente, a mi acompañante en mis locuras. Necesito a mi hermana de otra madre.
Pero ni todas las súplicas del mundo hicieron que ella despertara.
[ ... ]
Pasaron dos años desde aquel catastrófico día.
Rydel todavía sigue en coma; sigue en un profundo sueño como me gusta pensar.
Se ha recuperado completamente, cada operación que le hicieron fue exitosa, pero ella aún no despierta. Tiene una probabilidad del 5%.
Sus padres no quieren desconectarla, no todavía. Ellos tienen esperanzas, al igual que yo.
Michael fue a juicio. Lamentablemente, el juez lo declaró inocente. A pesar de dar mi testimonio y también el testimonio de Noah, no funcionó, ya que para él no había pruebas suficientes para declararlo culpable.
Era obvio lo que había sucedido.
La familia de Michael, los Stevenson, le habían pagado al juez para que el bastardo de su hijo no fuera a la cárcel y habían conseguido personas que hablaran a favor de su hijo sobre "La maravillosa persona que era"
Así que el juez dijo que hasta que no despertase Rydel, ya que solo quedaba el testimonio de ella; el caso estaría cerrado hasta nuevo aviso.
Michael fue expulsado de la escuela y se mudó con su familia a Canadá que quedaba a 1055 millas de Oregón.
Y yo bueno, no hay mucho que decir, cambié.
Ya no era la chica alegre que pensaba que el mundo era de color rosa y que las personas podían cambiar. Empecé a ir al psicólogo y a un grupo de apoyo que no funcionó para nada; y aunque le supliqué a mi madre que no era necesario, ella decidió mandarme de todas formas, ya que le parecía que iba a poder abrirme libremente con las personas. Tarde o temprano dejaría de sentir culpa, sería libre y muchas mierdas más; claramente eso no sucedió.
Mis únicos amigos, o mejor dicho, personas con las cuales compartía mis días de lunes a viernes desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde, eran Noah y Savannah. Y no lo digo porque fueran malas personas, sino porque aunque me invitaban a hacer cosas con ellos, siempre me negaba o ponía una excusa.
No quería estar con nadie, solo quería silencio y tranquilidad en mi vida.
Me di cuenta de que cuantas más personas entran en tu vida, más posibilidades tienes de salir herido.
Aunque ese pensamiento no duró demasiado, porque dejé entrar a una persona que cambiaría mi perspectiva de ver la cosas, como yo cambiaría la de él. Me ayudaría a llevar a cabo un plan que jamás hubiera podido hacer por mi cuenta. Me compartió un poco de su luz, y yo un poco de mi oscuridad. Le abrí mi corazón, como él hizo conmigo.
Le mostré que cada pequeño detalle puede convertirse en algo grande e inimaginable para nuestras mentes y él me mostró, la belleza que puede haber en un mundo tan perverso y oscuro
Comprendimos que la oscuridad tiene una belleza peculiar y única, y que hasta la luz más deslumbrante, brillante y bella, puede tener su lado oscuro, pero tanto la oscuridad como la luz son importantes.
Son bellas y a la vez tan diferentes, que aun así, encajan a la perfección.
Aquel chico que me ayudó a ver con claridad y me sacó de aquel pozo oscuro en el que habitaba.
Un chico un poco alocado, tierno e inocente, pero con una vida llena de dolor al igual que la mía y con un amor tan grande que es capaz de ahuyentar el dolor y reemplazarlo por felicidad. Un chico que no era perfecto, pero que cada día trataba de ser una persona mejor.
Harry Reynolds trajo luz a mi vida, como si fuera una diminuta estrella, pero hasta las más pequeñas de las estrellas deslumbran mostrando su belleza en el cielo, titilando una y otra vez mostrando lo hermosa que puede llegar a ser; ablandó mi corazón de una forma inexplicable, difícil de entender y me amó con todo su ser.
Y todo comenzó con una sola cosa, un castigo en el primer día del último año escolar.
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¡¡Hola hermosuras!!
¿Cómo están?
Yo me encuentro muy bien, y espero que ustedes estén muy bien.
Bueno... ¿Qué les pareció este segundo capítulo?
En esta ocasión tuvimos la oportunidad de saber un poco más sobre los acontecimientos luego de aquella catástrofe en la vida de Addison.
No me odien jajajajja. A veces el drama es necesario.
Y hay una pequeña mención sobre un tal Harry Reynolds.
El próximo capítulo será narrado por él.
Espero que le haya gustado este capítulo.
No se olviden de votar o deja un comentario que es gratis JAJAJAJA y me alegran el día.
Nos leemos prontos.
Besos 💞
Insta: Skar_Roma
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