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Capítulo 15: ¿Netflix?

"El papel del artista es hacer preguntas, no responderlas."

―Anton Chekhov

Seguía un poco nerviosa cuando volvimos a entrar en el galpón, pero no permití que eso me impidiera avanzar. Jax me tomó de la mano y se abrió paso entre la gente, procurando no adentrarse demasiado en la multitud. Cada tanto, él se daba vuelta para asegurarse de que yo estuviera bien y yo le ofrecía una sonrisa para calmarlo.

Encontramos a Gertrudis en la barra, hablando con dos chicas de nuestra edad. Esperamos a que terminaran de conversar para saludarla. Ella alzó la vista cuando nos acercamos y le sonrió de oreja a oreja a Jax.

―¡Pero si es mi alumno preferido! ―exclamó Gertrudis, dándole palmadas en el brazo.

―Estoy seguro de que le dices lo mismo a todos ―contestó Jax, ofendido, aunque noté que estaba ocultando una sonrisa.

―Bah, ¿Qué otro alumno puede citar las cartas que Van Gogh le escribió a su hermano Theo sin ningún error?

Alcé las cejas, impresionada, y Jax negó con la cabeza, sonrojado. Puso una mano sobre mi espalda para acercarme más y me presentó.

―Bueno, hoy me toca a mí presentarle a mi alumna favorita: Emma Denovan ―anunció él y me guiñó el ojo.

Ahora yo sentía mis mejillas rojas. Gertrudis me miró con interés.

―Vaya ―dijo ella―. Confío mucho en el criterio del Señor Kavanagh, así que usted debe ser una excelente alumna.

Me mordí el labio con nerviosismo.

―Está exagerando ―aseguré―. No tengo las mejores notas, a decir verdad.

Ella me ofreció una sonrisa cálida.

―La inteligencia no pasa por las notas, cariño ―respondió―. Yo en la universidad reprobé muchos exámenes. ¿Memorizar textos? No era lo mío. A mí me gustaba transmitir, salir de lo establecido. No me llevaba bien con las consignas y las imposiciones, y así crecí, así llegué lejos.

―Los cuadros de Emma son impresionantes ―agregó Jax―. Realmente son indescriptibles.

Sentí a mi corazón dar una voltereta en mi pecho, porque la realidad era que me costaba muchísimo mostrar algunas de mis obras. Me hacía sentir desnuda y vulnerable, pero saber que Jax las valoraba me hacía sentir un poco más segura.

―Deberías anotarte en el concurso de la universidad ―exclamó Gertrudis―. Jax, ¿ya le has hablado de ello?

Jax resopló.

―Muchas veces, pero no quiere saber nada al respecto.

Tanto Jax como otros profesores nos habían hablado del concurso anual de arte que convocaba la universidad. Lo interesante del concurso era que no tenía ninguna consigna definida, debías presentar una obra propia y podías elegir la temática y el estilo que quisieras. El ganador del concurso ganaba una beca y la posibilidad de estudiar con profesionales y artistas reconocidos.

¿Por qué no quería participar? Primero por vergüenza de que otras personas juzguen mi obra, y segundo, si no ganaba ni un sorteo en Instagram, ¿qué posibilidades tenía de ganarme una beca y una pasantía? Nulas.

―De todas maneras, sé que perdería ―agregué.

Gertrudis me miró como si supiera perfectamente la razón por la que no participaría en el concurso.

―Cariño, los únicos perdedores son los espectadores. Aquellos que se quedan mirando y no se atreven a ser los protagonistas.

Sus palabras me dejaron en silencio y ella pareció satisfecha de verme sorprendida. Unos chicos llamaron a Jax para que se acercara a hablar con ellos y él me miró. Yo asentí, haciéndole saber que estaba bien que me dejara sola y me pidió que lo esperara allí.  Cuando se fue, Gertrudis cambió súbitamente de tema.

―Ahora dime, hay mucha carne fresca aquí en la fiesta ¿no? ―me preguntó, con una mirada pícara―. Si yo tuviera tu edad...

Sonreí.

―Eso parece ―contesté.

―Es el primer año que veo a Jax tan integrado ―su voz se tornó más seria.

Alcé las cejas.

―¿A qué se refiere?

―Nunca he hablado con él fuera de lo académico, pero por sus pinturas, su arte... Ese chico siempre transmitió mucho dolor y por lo general nunca pasaba tiempo con nadie. Siempre me dio la impresión de que era un chico muy inseguro. Noto un cambio rotundo en su actitud y me alegra. 

Vaya. No era la primera vez que alguien me decía que Jax era un chico solitario, pero me seguía sorprendiendo porque más allá de que todavía me faltaba mucho por conocer de él, sentía que conmigo siempre había sido bastante abierto.

―Es un buen chico ―contesté―, y sabe muchísimo.

―Bueno, aprendió de la mejor ―respondió y se señaló a sí misma.

Me reí.

―Me ha gustado mucho el show de strippers, por cierto. Definitivamente quiero algo así cuando me retire.

―Pero si tú puedes tenerlo esta misma noche si quisieras ―me susurró.

La miré boquiabierta. Justo en ese momento Jax puso una mano en mi hombro haciéndome sobresaltar.

―¿De qué estaban hablando? ―preguntó con curiosidad al ver la expresión en mi rostro.

―Nada ―contestó Gertrudis con una sonrisa cómplice―. Solo le estaba diciendo a Emma que no debería dejar pasar algunas oportunidades...

Jax asintió. Supuse que creía que la profesora seguía hablando sobre el concurso, pero yo sabía muy bien a lo que se refería la sabia Gertrudis.

Otro estudiante se colocó detrás nuestro para hablar con ella así que nos apresuramos a despedirla. 

―Ha sido un gusto conocerla ―le dije.

―El gusto ha sido mío querida. No te olvides de lo que hablamos.

Se acercó a darle un abrazo a Jax y me guiñó el ojo a sus espaldas. Yo sonreí, negando con la cabeza.

Nos alejamos un poco y Jax pasó un brazo por mis hombros, acercando su rostro al mío para que lo escuchara a pesar del ruido de la multitud.

―¿Y qué te pareció Gertrudis? ―quiso saber.

―Definitivamente creo que debería seguir sus consejos ―comenté, contemplando los lunares de su rostro.

―¿Qué te parece si sigues mi consejo y volvemos a la universidad? ―sugirió.

Agarré mi celular para echarle un vistazo a la hora.

―¿Ya quieres volver? Es la una de la mañana.

Él se encogió de hombros.

―Pero estaba pensando que tal vez podríamos volver, comprar unos nachos o palomitas de maíz y ver otro capítulo de Grey's Anatomy.

―Ya me has convencido cuando has nombrado los nachos ―respondí, sonriendo.

Salimos del galpón y mientras Jax me guiaba hacia su auto, le envié un mensaje a Maddie y a Ethan para avisarles que volvía a la universidad. Maddie pasaría la noche con Dean en su casa así que Jax y yo podríamos ver la serie tranquilos.

―Espérame dentro del auto ―dijo Jax―. Iré a comprar los nachos y las palomitas de maíz a la tienda.

Asentí y entré al auto. Batallé con el cinturón de seguridad y, cuando me lo logré poner, sentí mi celular vibrar. Fruncí el ceño al leer los mensajes del grupo que tenía con Maddie y Ethan. 

<Emma a la 01:07 AM>

"Me he ido de la fiesta, vuelvo con Jax. Maddie, seguramente veamos Grey's Anatomy en Netflix en nuestra habitación"

<Ethan a la 01:09 AM>

"Netflix more like Sexflix"

<Maddie a la 01:09 AM>

"¿Has comprado condones?"

<Emma a la 01:11 AM>

"¿Eh? Jax fue a comprar nachos y palomitas de maíz"

<Maddie a la 01:12 AM>

"Sí claro... fue a comprar aperitivos"

<Ethan a la 01:13 AM>

"Aperitivos more like preservativos"

<Emma a la 01:14 AM>

"¿¿¿Quieres dejar de hablar así Ethan???"

Emma ha cambiado el nombre del grupo  a "Maddie, Emma y El grinch".

<Ethan a la 01:15 AM>

"Hey!!! Cambia el nombre del grupo!!! O hazme administrador de nuevo, porfis."

<Emma a la 01:16 AM>

¡No! La última vez que fuiste administrador pusiste una foto mía photoshopeada recibiendo un Grammy y de nombre "Mejor cantante revelación: Emma Denovan". Y el nombre "Ethan y las ardillas" lo elegiste tú y lo dejaste por un mes ya.

<Ethan a la 01:17 AM>

"Deberías estar orgullosa de ti. Estabas nominada junto a Ed Sheeran, Adele y Bruno Mars, pero has ganado tú"

Bloqueé rápidamente el celular cuando Jax entró al auto. Miré atentamente la bolsa que tenía en la mano para ver si veía alguna caja en particular... Ethan y Maddie lograron ponerme paranoica.

―Había nachos, pero no tenían palomitas de maíz, así que compré muchas gomitas ―me explicó y luego me miró haciendo una mueca―. Mierda, no te gustan, ¿no? Tienes cara de decepción. ¿Esperabas que comprara otra cosa?

―¿Qué? ―pregunté y traté de concentrarme― ¡No! Me encantan las gomitas, no quería que compraras ninguna otra cosa más. Los aperitivos están bien. Sí, sí, muy bien.

Se rio.

―¿Aperitivos? ―se burló, dejando la bolsa en el asiento trasero.

Se colocó el cinturón de seguridad y puso el auto en marcha. Deslizó un brazo por la cabecera de mi asiento y se giró para ver hacia atrás para sacar el auto de donde estaba estacionado. No sé por qué eso hizo que me pareciera más atractivo aún y que me removiera en mi asiento. Tomé una respiración honda y me apresuré a cambiar de tema.

―Bueno, al pareces Alisha y yo logramos que te gustara la serie ―comenté.

―Tienes razón. Es la primera vez que tengo ganas de ver una serie.

Abrió la guantera para sacar algo. Mis ojos viajaron al paquete de chicles de eucalipto que se encontraba allí. Jax se dio cuenta de que los chicles llamaron mi atención y agarró el paquete para dármelo.

―¿Quieres? ―preguntó y sin esperar a que contestara volvió a poner los chicles en su lugar―. Ah no, cierto que Cam me ha dicho que ya le rechazaste una vez los chicles de eucalipto. Supongo que no te gustan.

Me quedé rígida mirando fijamente los chicles. Su amigo me había pedido que no le contara nada a Jax de nuestro encuentro y yo lo había cumplido, pero no pensé que él sería el que se lo contara.

Jax se rio, disipando un poco mis nervios.

―No te preocupes. Cam me ha dicho que te pidió que no me contaras que lo conociste, pero tienes que saber algo de Cam: suele hablar de más. Supe que te había conocido cuando me dijo "Waldo me parece un nombre absurdo. ¿A ti no?" En ese momento estuve seguro de que te había conocido a ti o a Erica.

Exhalé aliviada al darme cuenta de que no estaba molesto.

―Siento no habértelo dicho, pero él dijo que te preocuparías. ¿Por qué te preocuparía el hecho de que yo lo conociera? ―aproveché a preguntarle.

Se encogió de hombros y al ver que no respondía probé con otra pregunta.

―¿Hace mucho que lo conoces?

―Nos conocemos desde pequeños, pero nos empezamos a llevar bien en la adolescencia. El padre de Cam fue quien me enseñó a tatuar.

Mi celular comenzó a vibrar entre mis cosas. Quería ignorarlo y seguir preguntando, pero el celular no paraba de hacer ruido.

―Deberías contestar eso ―comentó Jax, echándole un vistazo a mi cartera.

Saqué el celular, decidida a salir del grupo si era Ethan mandando memes obscenos, pero era mi hermano quien me estaba llamando. Me alarmé al ver lo tarde que era.

―¿Kian? ―contesté, preocupada― ¿Qué ha pasado?

―¡Emmitaaaa! ―contestó James del otro lado― ¿Cómo estás? Te extrañamos por aquííí.

Arrastraba las palabras como si estuviera borracho y no pude evitar reírme.

―¿Estás borracho? ―pregunté.

―Un poquititito.

Recordé que en una semana era el cumpleaños de James y a él le gustaba festejar el cumpleaños desde el fin de semana anterior así su festejo duraba más "porque se lo merecía".

―¿Ya ha empezado el festejo?

―¡Sííí! Fuimos a un bar con Kian a tomar algo y nos pasamos con el alcohol. Kian está en el baño, creo que está vomitando... O se ha quedado dormido en el inodoro. Anne está con Alisson en su casa.

―¿Está todo bien? ―me preguntó Jax, frunciendo el ceño.

―¡¿Quién ha sido ese?! ―preguntó James, alarmado― ¿Un ladrón? ¡Ponme en altavoz!

―No ha sido un...

―¡¡¡Ponme en altavoz!!! ―Su alarido hizo resonar mi cabeza, así que puse el maldito celular en altavoz.

―¿Hola? ―preguntó Jax, mirándome confundido cuando le susurré que hablara.

―Aw, eres un ladrón educado ―respondió James.

―No es un ladrón ―rezongué―. Es un amigo, Jax.

―Un gusto hablar contigo Jaxon –dijo James.

―Este... es solo Jax ―aclaró él.

―¿Jax? ¿Tan cortito? ¿Y cómo te llaman cuando se enojan contigo?

―Yo también tengo nombre cortito ―protesté.

―¡Tú te callas, Emily!

―¿Con quién estás hablando? ―escuché decir a Kian de lejos― Oh no, dime que no has llamado otra vez a la publicidad de "llama ya" para comprar algo que nunca utilizarás en tu vida... Ni a ese programa donde tienes que adivinar la palabra en pantalla, es una estafa.

―¡No, no, no! ―respondió James― Estoy hablando con Emily y Jaxon.

―¿Y esos quiénes son?

―¡Soy yo, Kian! ―dije, riendo.

―¡Hermanita! ¿Cómo estás? ¡Te extrañamos!

―¡Y yo a ustedes! Pronto iré a visitarlos, lo prometo.

Se escuchó un ruido de vidrios rompiéndose y un insulto de James.

―Hermanita, tengo que colgar. James está tratando de darle de comer a una maceta. Mañana hablamos, ¿sí?

―¡Saludos a Jaxon! ―gritó James.

―¿Quién diablos es Jaxon? ―preguntó Kian.

―Un ladrón simpático ―escuché decir al mejor amigo de mi hermano antes de que colgaran.

Volví a guardar mi celular en mi cartera y miré a Jax quien estaba sonriendo.

―¿Ese era el fan de Batman y tu hermano?

―Así es. La locura que tienen puede ser un poco avasallante al principio, pero te acostumbras, créeme.

Jax me miró de reojo sin dejar de sonreír.

―No suelo acostumbrarme rápido a las personas... pero contigo ha sido diferente, así que te creo.

Mi sonrisa era tan grande como la suya, porque yo me sentía de la misma manera con él.

Cuando finalmente llegamos a mi habitación, no me sentía tan nerviosa como antes. Quise suponer que las conjeturas que habían sacado mis amigos en el grupo eran solo ideas suyas y realmente Jax solo tenía intenciones de ver la serie conmigo.

Jax se acostó en mi cama y lo miré alarmada, hasta que abrió la bolsa de nachos y se llevó uno a la boca. Bien, Jax no iba a pretender que hiciéramos algo mientras comía nachos, ¿no? A menos que fuera una de esas personas que tenían como fetiche comer comida del cuerpo del otro...

―¿En qué estás pensando, Emma? ―me preguntó Jax, alzando las cejas con curiosidad.

―Ehh... en nada. Espero que haya buena conexión a internet para ver la serie ―contesté.

Agarré mi portátil y me senté en un extremo de la cama. Abrí mi cuenta de Netflix y Jax lanzó una risa burlona al ver la página de Youtube que estaba abierta.

―¿Estabas mirando The Voice?

―Ha sido Ethan ―rezongué―. Desde que me grabó cantando quiere que vaya a participar en el programa.

Luego de abrir Netflix. Le di play a un capítulo de Grey's Anatomy y ahogué una exclamación cuando una alerta saltó en la pantalla.

―Están usando tu cuenta ―indicó Jax antes de llevarse otro nacho a la boca.

Fruncí el ceño y hablé al grupo que tenía con mi hermano, mi cuñada y sus amigos.

<<Emma a las 02:06 >>

¿Por qué no puedo usar Netflix? Me aparece una alerta de que se está utilizando la cuenta.

<<Alisson a las 02:07>>

Lo siento, Emmi. Kian llegó hace veinte minutos y se ha puesto a ver Batman. James también lo está mirando en su casa.

<<Emma a las 02:07>>

¿Están viendo esa estúpida película a la vez? ¿Separados?

<<James a las 02:08>>

¡Me has hecho parar la película! No le digas estúpida a la obra maestra de Batman. Bye.

<<Emma a las 02:09>>

¿Y por qué no están mirando la película en una misma casa?

<<Anne a las 02:09>>

Porque ya se habían separado cuando tuvieron la brillante idea de ver la película y a ambos les dio pereza ir hasta donde estaba el otro.

<<Emma a las 02:10>>

Estoy con un amigo tratando de ver Grey's Anatomy. ¡Salgan de Netflix!

<<Anne a las 02:10>>

¿Amigo? :O

<<Kian a las 02:10>>

¿Qué amigo?

<<James a las 02:11>>

¿Emma no les habló de Jaxon? Como se nota que soy su favorito.

<<Alisson a las 02:11>>

¡¡Emma!! ¿Cómo no nos has contado? Pasa su Instagram *emojis de enojo*

<<James a las 02:12>>

Puedes decirle Emily si estás enojada.

<<Emma a las 02:13>>

Agghh, olvídenlo. Haremos otra cosa.

La conversación se comenzó a llenar de emojis y gifs guiñando el ojo con caras provocativas, y Kian, por otro lado, diciendo que lo estaban traumando.

Jax, que estaba lo bastante cerca de mí para leer la conversación, se rio.

―Eso sonó mal, Emma. 

Resoplé.

―Tú eres el mal pensado.

―Yo y todos tus grupos de whatsapp al parecer.

―¿Grupos?

―Lo siento, pero no pude evitar leer la notificación que te apareció del grupo que compartes con Ethan y Maddie mientras hablabas con tu familia.

Me tapé la cara, avergonzada. Ethan había estado haciendo comentarios inapropiados desde que dejé de contestar en el grupo y por más de que me apresuraba a quitar la notificación en la pantalla, Ethan no paraba de hablar. 

―¿Cuál leíste? ―pregunté, horrorizada.

―El de: ¿Jax ya ha mojado su nacho en...?

―Lo recuerdo, lo recuerdo ―me apresuré a decir antes de que la situación se volviera más incómoda.

―¿Por qué te envía esos mensajes? ―quiso saber, mirándome a los ojos.

―¿No es obvio? Piensa que te quieres acostar conmigo.

Jax ladeó la cabeza.

―¿Y tú qué piensas?

―Que la tintura verde le tiñó el cerebro.

Jax soltó una risa y se acercó más a mí.

―¿Te gustaría saber qué pienso yo al respecto?

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