(NARRA KAO)

Por fin acabaron las clases por hoy, tras el regalo de cumpleaños que le hice a mi novio, no hemos estado juntos en todo el fin de semana. Ocupados con nuestras familias no hemos podido reunirnos. En la Universidad, aunque me muero de ganas de cogerle la mano, besarle o hacer cualquier gesto cariñoso. Me tengo que conformar con poner mi brazo sobre sus hombros, como si solo fuéramos amigos.

Pero esta tarde por fin estaremos juntos. Las miradas a escondidas que me echó me dicen lo mucho que también desea estar conmigo, en nuestro mundo y sin tener que escondernos.

-Kao, ¿vamos para mi casa o prefieres ir algún sitio antes?

-Lo que prefieras Pete.

-No, dime.

-A tu casa.

-Perfecto.


Cuando llegamos nos quedamos en ropa interior y nos tiramos en su piscina hace calor y es agradable jugar un rato en ella. Nadamos, nos salpicamos, nos hacemos ahogadizas. Estoy divirtiéndome mucho.

Tengo a Pete frente a mí, se acerca con lentitud, su sonrisa de medio lado y su mira de malo, me dice que está pensando alguna trastada, bajo mi mirada viendo sus pectorales que tanto me enloquecen, sus fuertes brazos van retirando el agua a su paso, esta acaricia y juega con su ombligo y esos abdominales que ahora mismo tengo ganas de acariciar.

Está más cerca y mis ojos se fijan de nuevo en su sonrisa, sus labios y ese pequeño lunar que tiene en la comisura de su labio. Ahora ya no quiero jugar, ahora solo quiero besar y saborear ese cuerpo. Cuando se acerca y antes de que pueda hacer cualquier trastada que tenga pensada estiro el brazo y le cojo por la nuca acercándole a mí. Por fin mis labios están sobre los suyos. Llevo todo el día deseando hacer esto.

Pete me agarra y profundiza el beso, aunque empecé yo, se hace totalmente cargo de la situación, dominante y seguro de sí mismo, introduce su lengua en mi boca, me abraza para juntar nuestros cuerpos mientras profundiza el beso. Mientras paramos para coger algo de aire doy un pequeño salto y le rodeo las caderas con mis piernas.

Continúa besándome, su lengua juega y batalla con la mía, se acarician y entrelazan sin parar, cada vez más rápido, con más ansias de saborear y degustar la boca del otro. Mientras camina para apoyar mi espalda en la pared de la piscina sus manos juguetonas me han bajado el calzoncillo dejando el culo al aire para que uno de sus dedos acaricie mi raja haciendo que un escalofrío me recorra.

Ríe mientras sigue besándome, satisfecho de las reacciones que causa en mi cuerpo. Su boca abandona la mía, para dejar caer suaves besos por mi cara y desciende por mi garganta. Me alza un poco más para dejar que sus dientes atormenten con su atención mis sensibles pezones. Duros ya, disfrutan de la atención de esa boca.

Mientras mi entrepierna se va endureciendo y choca con la de mi novio, sus manos me abren un poco y hace que sus dedos, enloquecedores, acaricien mi anillo para permitirles entrar en mi estrecho canal.

-Pete ...ahhhhhh... aquí no ...ummmmmm... -Trato de contener mis gemidos mientras unos dedos entran en mí, su otra mano está jugando con mi vara y su boca sigue chupando mis pezones, estoy ardiendo en estas frescas aguas.

-Bebé tan sexy, déjate llevar, nadie nos ve. Mi padre no vuelve hasta el viernes. Solo estamos tú y yo.

Bajo mi cabeza para besarle con pasión, soltó por fin mi pezón y puedo besarle, quito uno de mis brazos de su hombro, en el que me estaba agarrando y lo bajo hasta llegar a su dureza. Meto la mano en su ropa interior, para agarrar su falo y acariciarlo, como él está haciendo conmigo.

-No tan rápido bebé. Baja para desnudarnos. Así muy bien, deja que te agarre otra vez.

Mientras me sostiene con cuidado voy sintiendo como va colándose en mi canal, me está quemando mientras se va abriendo camino, cada vez más dentro, tan duro y ardiente, hace que boquee por aire.

Cuando me siento totalmente lleno de su carne, comienza a embestirme, mis brazos le rodean y pegan a mí, sus manos agarran mi culo para moverme y empujarme contra su cadera, nuestros movimientos forman pequeñas olas en la piscina.

Sudamos y gemimos mientras aumenta la velocidad de sus estocadas y la profundidad de ellas, mi punto sensible me hace gritar de placer cada vez que es empujado por esa dura polla que me golpea sin descanso.

-Ahhhhhhh...como me gusta...Peteee...máaaasssss.

-Me quemas bebé ...ahhhhh...tan estrecho.

Su mano acaricia mi dureza, nuestros cuerpos entrechocan salpicando agua, yo estoy tan cerca del orgasmo que mientras grito y me presiono contra su falo le agarro fuerte del pelo dejando salir todo de mí.

Miro sus ojos centrados en mi cara, su sonrisa orgullosa cambia para morderse el labio y yo sentir el calor de su explosión llenándome. Seguimos abrazados, me besa y acaricia. Estoy tan feliz entre sus brazos.

-La piscina y mi habitación son mis lugares favoritos Kao.

- ¿Tu bañera no lo es?

-O cierto. En verdad tú eres lo favorito para mí.

Salimos y con unas toallas para no mojar el piso entramos a su casa. Vamos cargados con la ropa de clase, tendré que lavar la mía para usarla mañana. Me voy a su ducha y cuando estoy empezando a limpiarme entra él.

-Ven bebé. Deja que te limpie. Yo lo hago mejor, mi técnica es inigualable.

Me río y le dejo. Siempre dice cosas como esas, me hace mucha gracia.

-Termina ya, tenemos que estudiar, hay demasiados trabajos que ir adelantando.

-Sí, como digas, siempre pensando en estudiar.

-No es cierto antes pensaba en otra cosa, pero como soy tan aplicado, lo resolví y ahora sigo con mis deberes.

Empezó a hacerme cosquillas y molestarme. Sus labios me besaban y mordían.

-Suelta Pete, como tu piel es más oscura, las marcas no son tan obvias en ti, no quiero que June me vea y me interrogue, ten cuidado.

Al día siguiente en clase algo raro está pasando entre Thada y Sandee. June, Pete y yo nos la pasamos observando y preguntado que será, se comportan de manera tan extraña que nos llama la atención. Hemos estado hablando y conjeturando que sucede. Pero tendremos que seguir observando para encontrar las respuestas.

Aunque Pete está solo en su casa, esta vez vamos a la mía. Mi madre no sabe nuestra relación real. Así que aquí también tenemos que comportarnos. Sé que en su casa estamos más cómodos, pero no me gusta dejar sola a mi madre y hermana muchos días. Estuvimos estudiando y bastante liados.

Cuando la casa estaba en silencio, Pete cansado de portarse bien y ser un buen chico, empieza a besar y acariciar mi cuerpo. Mucho estaba tardando. Intento regañarle para que me deje estudiar. Pero a quien quiero engañar. Me apetece lo mismo que a él. Disfruto tanto de sus atenciones.

Salto sobre su cuerpo y le quito la camiseta para comenzar a besar todo su cuerpo, mi lengua juega y acaricia su piel haciendo un camino que me lleva a su entrepierna. Sus ojos clavados en mí observan como le bajo los pantalones y los calzoncillos para liberar a mi pequeño gran amigo.

Le oigo jadear mientras mi lengua juega y humedece toda esa vara cuando la introduzco en mi boca sus manos sujetan mi cabeza y gime de satisfacción. Comienzo a chupar y acariciarle mientras mi cabeza sube y baja a lo largo de ese eje que es para mí su polla.

Sus caderas van moviéndose, profundizando su entrada en mi boca, sus manos me agarran con más fuerza y mientras noto su cuerpo estremecerse mi boca se llena de él.

-Bebé, eres genial. Aún me tiemblan las piernas. Tendré que recompensarte.

-Sí Pete, pero no hoy. Vamos a dormir, espero que no nos hayan oído, creo que hiciste bastante ruido.

-No me esperaba este desenlace y fue maravilloso.

Me besó con pasión y mientras nos ponemos cómodos en la cama, me abraza para poco después quedarnos dormidos.

Cuando llegamos a la cafetería con June, vimos a un chico intentando ligar con Sandee, les observamos sorprendidos. El chico me suena, es uno del equipo contrario, a los que ganaron el otro día, es de Económicas. Thada está molesto y hasta se enfada con nosotros y nuestras bromas. ¿Qué está pasando con ellos? ¿A Thada le gusta Sandee y está molesto por las atenciones que empezó a recibir?

Tras este largo día de clases Pete y yo regresamos a su casa. Hoy nos quedamos aquí.

-Pete ¿no notas raros a los Dee-Da? me pregunto qué les habrá pasado, pero Sandee tampoco me cuenta nada.

-No lo sé cariño. Pero no te preocupes de ellos, preocúpate de ti.

- ¿A qué te refieres?

-Aún sigo solo en casa y anoche te prometí una cosa, hoy la cumpliré.

Le miro y su sonrisa ladeada me dice que será una de esas largas noches eternas. Siento el calor de la anticipación recorriendo todo mi sistema nervioso. Ya estoy caliente solo con esa pequeña frase, su sonrisa y su mirada. ¿Tanto poder tiene sobre mi cuerpo ese chico?

Continúa>>>