Día 9 ~Agni & Soma~

Obra: Kuroshitsuji (Anime/Manga)
Ship: Agni & Soma
Tema: El bebé no duerme.
Título: Dulce desvelo
♡⑅*˖•. ·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙·̩̩̥͙*̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .•˖*⑅♡
Un amor entre amo y sirviente fue permitido por los dioses, además un pequeño milagro les fue concedido para confirmar tan hermoso sentimiento.
♡⑅*˖•. ·͙*̩̩͙˚̩̥̩̥*̩̩̥͙·̩̩̥͙*̩̩̥͙˚̩̥̩̥*̩̩͙‧͙ .•˖*⑅♡
En la mansión Phantomhive el fuerte llanto de un bebé irrumpía la silenciosa y fría noche, este era un hecho que se volvió habitual en las dos últimas semanas. Un malhumorado conde daba vueltas en su cama tratando de conciliar el sueño, pero con tanto bullicio parecía ser imposible lograr descansar tranquilamente. Molesto se levantó a pesar de la hora, en el oscuro pasillo avanzaba a paso firme tratando de no tropezar, finalmente llegó a la habitación cuya puerta abierta permitía que ese llanto se escuchara más fuerte pareciendo reventarle los oídos, aunque podía ser algo exagerado.
—Oye... ¿¡Acaso su bebé nunca duerme!? —Era la pregunta de Ciel en un tono bastante molesto a Agni que nervioso arrullaba a su bebé para que se calmara de una vez, no había razón aparente para su llanto.
—Si, pero duerme en el día.
Fue la respuesta animada de Soma, quien en una actitud relajada parecía no preocuparle el escándalo que su pequeño primogénito provocaba, este gesto solo logró irritar más al conde. Ahora se arrepentía el haber dado asilo a la pareja hindú, una relación controvertida entre amo y mayordomo que al ser expuesta en su país sería condenada, aún si había un sincero sentimiento de por medio, por ello en un acto de repentina bondad los acogió en su mansión por tiempo indeterminado.
Ciel todavía no podía entender como esa relación pudo trascender de tal manera, habían pasado cinco años de conocer a Soma y nunca imaginó que este terminaría enamorándose de su fiel sirviente, quien alcanzó la dicha al tener el corazón de su principe, a quien más que antes dedicaba su vida en completa devoción.
—Amo Ciel, pido que nos perdone por estropear su sueño... Otra vez.
—Ya van dos semanas que ese bebé no duerme por las noches, al menos si se va a desvelar debería mantenerse callado.
—Dile eso a un bebé, los bebés hacen lo que quieren. —Comentaba Soma con una sonrisa, incluso parecía sentirse orgulloso por los buenos pulmones de su hijo. De repente este se quedó callado para alivio de todos— Parece que el bebé solo quería ver a su tío Ciel.
—¡No soy su tío!
Ante esa algo cruel aclaración el llanto del pequeño estalló de nuevo, Soma tomándolo en sus brazos lo acercaba a Ciel. —Ahora si lloró con razón, ¿cómo puedes ser tan malo con un recién nacido? Discúlpate.
—No voy a disculparme con un bebé.
La absurda discusión y el llanto del bebé se interrumpieron al sonido de una pequeña tos. —Joven amo, ¿qué hace aquí a estas horas?
—¿Qué crees?
—Señor Sebastian, también lo despertamos, lo siento mucho. —Se disculpaba avergonzado Agni por los inconvenientes que provocaba, no importaba que hiciera no lograba hacer dormir a su pequeño. Debía suponer que su hijo había heredado la naturaleza inquieta de su amado príncipe, le alegraba ver lo animado que era pero no le agradaba el horario que había escogido para liberar su espíritu juguetón.
—Ni siquiera llora, solo grita... —Murmuraba Ciel al ver como los vibrantes ojos de color dorado de ese niño no mostraban ni una lágrima, evidente ahora que se había callado ante la voz de Sebastian.
—Tal vez solo no le gusta el silencio de la noche, porque en el día duerme profundamente a pesar de todo el movimiento en la mansión, que extraño.
—No es nada extraño, solo que ustedes lo han acostumbrado mal.
El conde refutaba la débil excusa que Soma daba por su odioso bebé, ese pequeño de hermosa piel morena y poco cabello que reflejaba un tono blanco igual al de Agni. Si lo pensaba bien, debió imaginar que un hijo de su amigo sería así, igual de molesto y escandaloso, incluso sospechaba que ese niño lo hacía a propósito para fastidiarlo. —Tendré que enviarlos a la residencia en el centro si esto sigue así.
—¡No, Ciel, no nos eches a la calle!
—No es la calle, dije a la residencia, que tiene todas las comodidades.
—Mi príncipe, tal vez el amo Ciel tiene razón... No podemos seguirlos importunando así, ya han hecho mucho por nosotros hasta ahora.
—Agni, pero... —Dijo Soma con un gesto de profundo pesar— Quiero que nuestro bebé crezca junto a su familia.
—Lo sé, yo también lo deseo pero él tampoco pone de su parte.
El pequeño que parecía atento a la conversación que sus padres tenían, repentinamente empezó a bostezar y acurrucándose en el regazo cálido de Soma parecía quedarse dormido ante la mirada sorprendida de todos.
—Oh, ¿no es mi hijo igual de perspicaz que su padre? —Soma con emoción decía, alardeando que su pequeño había entendido la situación y por eso se quedó dormido.
—Claro que si... —Conmovido hasta las lágrimas Agni afirmaba con una dulce sonrisa mientras se arrodillaba en el suelo parecía a agradecer a sus dioses— Se parece mucho a mi muy amado príncipe, estoy tan agradecido a los dioses por tal privilegio que no creo merecer y aún así me fue dado.
Ciel y Sebastian los miraban, esos dos eran tan extraños que no sabían si había alguna otras pareja que se complementara de esa manera. Agni podía parecer serio, pero adoraba más que nada al que consideraba su dios, y aunque al principio le resultó difícil entablar una relación amorosa con él, no porque no lo amara solo que no se creía digno de su amor, al final sabía que solo podían ser felices si estaban juntos más allá de ser amo y sirviente.
Soma por su parte, por su despreocupada forma de ser ni siquiera se dio cuenta de cuando este tipo de amor floreció en su corazón, solo un día lo aceptó y le pidió a Agni que correspondiera su amor. Se amaron con la locura de dos corazones puramente enamorados, y si por un momento dudaron que su amor no era divino, les fue confirmado por los mismos dioses que así era porque un pequeño milagro les fue concedido, ese niño que ahora dormía profundamente en su cuna.
—Ya se me quitó el sueño, ¿tomamos té y jugamos algo? —Alegremente Soma sugería a Ciel mientras con sigilo lo acompañaba fuera de la habitación.
—¿Qué hora crees que es?
—No sé, pero no quiero dormir todavía. Vamos, no seas aburrido... Con el bebé casi ya no tenemos tiempo de compartir.
—¡Oye, suéltame, yo si quiero dormir!¡Por eso tu hijo es tan molesto como tú!
A pesar de la resistencia de Ciel, el otro no hizo caso y lo arrastraba a uno de los salones mientras ordenaba que trajeran té y bocadillos. Soma a pesar de ser padre parecía seguir siendo tan alegre como un niño, los mayordomos sin más opción se prestaron a obedecer tal orden. Los dos jóvenes conversaron y jugaron hasta muy avanzadas horas esa noche, como hace mucho no lo hacían se divirtieron, hasta que se quedaron dormidos en sus asientos.
Cada mayordomo llevaba a su amo en brazos a su respectiva habitación, Agni caminando por el pasillo no dejaba de contemplar el bello rostro de su príncipe, sentirlo de esa manera le hacia acelerar el corazón. No podía dejar de agradecer a los dioses esta nueva oportunidad que le fue dada, su misericordia al enviarle a este hermoso joven no sólo para salvarle la vida, sino para darle una razón de vivir.
》* 。 • ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ • 。* 。° 。* 。 • ˚《
Muchas gracias por leer esta corta historia, espero sinceramente haya sido de su agrado 💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro