Obra: Shingeki no Kyojin (Anime)

Ship: Levi Ackerman & Eren Jaeger

Tema: Cambios físicos.

Título: No te ves tan mal.

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Esta historia se desarrolla en una realidad alterna en que la humanidad fue liberada del poder de los titanes, días de paz relativa y armonía se viven en la actualidad. Eren Jaeger ya no debe cargar con la misión de ser la esperanza de la humanidad, así que finalmente en esta nueva libertad ha decidido rehacer su vida, lo que no esperó es que formaría su propia familia de una forma inusual.

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Con un embarazo confirmado, Eren ha pasado los últimos días siendo consentido por el padre de su hijo o hija, ese hombre de fuerte carácter que le despertó un profundo sentimiento a pesar de casi doblarle la edad. A sus más cercanos les tomó por sorpresa la noticia de esta relación, que se reveló solo por la inesperada noticia del embarazo. Para todos les era extraño que un romance surgiera entre los dos, aunque Eren ya no era un niño si conoció a Levi siendo uno.

—Me pregunto si los hombres que tuvieron un poder titán a su disposición sufrieron alguna alteración en sus cuerpos para ser capaces de concebir una nueva vida. ¿Tú qué dices, Eren?

—No lo sé, señora Hanji. Ya me preguntó lo mismo la vez pasada y no tengo respuesta de ello.

—Deberíamos probar mi teoría, y hacer que los antiguos portadores de titanes intenten embarazarse. —Sugería Hanji con ese extraño brillo en la mirada cuando se le ocurrían este tipo de teorías— ¿Crees que ellos quieran tener novios?

—No sé si quieran, y si quieren no creo que lo vayan a pregonarlo a los cuatro vientos.

—Como tú y Levi, ¿no? Viviendo todo ese tórrido romance a escondidas, seguramente eso hizo más excitante su relación. —Con una pícara sonrisa insinuaba haciendo que Eren solo desviara la mirada— Deberías preguntarle a tu hermano, yo le preguntaré a Reiner.

—No haré eso...

—Oh, oh, oh, se me ocurrió algo ahora mismo, y si Levi es la semilla que debe fertilizar ese campo masculino que fue titán antes. Él debería acostarse con esos hombres para ver qué pasa.

El gesto de Eren cambió a uno molesto ante tal insinuación, sus celos fueron evidentes al imaginar la descabellada idea de compartir lo que consideraba suyo. Hanji sonreía nerviosa ante su fiera mirada, se lamentaba que este joven ya no fuera el niño de antes, el que sumisamente obedecía a todo.

—Tu cerebro debería ser usado como abono porque está lleno de mierda.

—Levi, tan grosero como siempre—Con fingido resentimiento decía Hanji ante su repentina aparición, viendo como se acercaba a Eren no podía evitar emocionarse por lo lindo que se veían juntos.

—¿Y cómo está Eren y el bebé?

—Ambos son unos niños muy saludables.

—No soy un niño... Cumplí veinte años hace unas semanas. —Replicaba Eren con molestia, no entendía por que ella insistía en tratarlo como niño cuando no lo era y menos ahora.

—Lo sé, pero es que junto a la vieja cara de Levi resalta tu juventud.

—Vamos, Eren... Esta idiota solo quiere fastidiarnos.

—No se vayan sin despedirse, sé que soy molesta, pero me pongo así cuando me emociono. —Decía al ver como la pareja salía sin decir nada—Soy feliz de que me permitan hacer el seguimiento médico de este peculiar embarazo. ¡Nos vemos la próxima semana!

A pesar de su entusiasta despedida ninguno de los dos volteó a verla, solo querían regresar a la pequeña cabaña que compartían en las afueras de la ciudad. —¿Puedes caminar?

—Si puedo, no permitiré que me lleves cargado, soy más grande y pesado que tú. —Advertía Eren al predecir lo que planeaba hacer, aunque sus intenciones eran buenas no podía evitar pensar en lo ridículo que se verían si aceptaba ser llevado en sus brazos.

—Como quieras, todavía queda un largo tramo para caminar.

—Está bien, me gusta caminar contigo pero antes de salir de la ciudad podemos...

Minutos después se veía a los dos caminando por un sendero, Eren con una bolsa de pan en brazo comía bastante animado. —¿Quieres?

—No, come tú, lo necesitas más que yo.

—He subido de peso nuevamente y la señora Hanji dijo que es probable que engorde más en estos días. Es extraño verme así, ¿no?

—Es normal en tu estado, no te ves tan mal.

—Ese "no te ves tan mal" no suena nada alentador. ¿Siempre tienes que ser tan honesto?

—Ah... ¿Y tú siempre debes ser tan llorón? Estás embarazado, tu cuerpo sufre cambios unos te favorecen otros no, solo acéptalo.

Eren odiaba y amaba esa abrumadora honestidad del hombre que lo enamoró, suponía que era uno de los aspectos de su personalidad que le gustaban pero a veces era simplemente irritante, como ahora. —De repente ya no quiero comer.

—Te preocupas por estupideces, cuando nazca el bebé empezaremos una estricta rutina de dieta y ejercicio, volverás a tener el cuerpo escultural del que estabas tan orgulloso.

—Entonces afirmas que me veo muy mal.

—¿Qué se supone que diga?

Levi empezaba a perder la paciencia, solo Dios sabía cómo se esforzaba por mostrarse comprensivo con el chico que le daría a su primogénito. Pero llegaba un punto en que Eren podía ser bastante molesto, entendía que podía ser por los cambios hormonales en su cuerpo que lo hacían demasiado sensible, ¿qué debía decir ahora sino podía golpearlo para que no piense tonterías?

—¿Qué haces? —Cuestionó en un sobresalto Eren al sentir como Levi bruscamente le levantó la camisa en medio de ese camino solitario. Pronto sintió como sus labios empezaron a rozar su abdomen, del que no quedaba rastro de los marcados "cuadritos" que poseía hasta hace unos cuatro meses atrás, sintiendo como sus manos estrujaban sus glúteos se estremecía.

—Me gustas así tambien, tienes más carne para mi deleite.

—Se supone que ese es un halago para hacerme sentir mejor. —En un susurro el joven embarazado decía sintiendo sus agresivas caricias, no pudo evitar que se le escapara una risita por este esfuerzo tan patético por hacerlo sentir mejor.

—¿Y ahora por qué te ríes?

—Por nada, volvamos a casa... Ya comí y ahora quiero ser comido.

Con una mirada sugerente Eren decía tomando su mano lo obligaba a seguirle el ritmo de sus presurosos pasos que los llevarían a casa. Levi resignado daba un suspiro al ver este nuevo cambio de humor, al parecer un embarazo no sólo implicaba cambios físicos, pero estos detalles aunque molestos no hacían que lo amara menos, solo rogaba por paciencia para soportarlo y no terminarle rompiendo la cara antes de que naciera su hijo.

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Muchas gracias por leer esta nueva corta historia, espero que haya sido de su agrado 💖
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