Capítulo 6 - Estante de recuerdos rotos
Capítulo VI
La llamada insistente interrumpe mi descanso, aún siendo temprano y con una larga espera para que mi alarma suene, abro mis ojos, observo el nombre de la persona que llama, y no dudo en responder.
—¡ETHAN! ¿QUÉ PASO? de verdad lo siento mucho, he estado en examen y al llegar a mi residencia, el cansancio acabó conmigo —Valen desesperada excusa la razón por la cual no respondió.
—¡Ey! Tranquila, no pasa nada —mi principal objetivo es el lograr que se relaje; pues, si sobrepiensa demasiado, un ataque de asma ataca de inmediato.
—¿PERO DIME QUE PASO?
—Es que... —tengo que inventar algo, pero no puede saber lo que descubrí sobre Jones y la maestra Moore, nadie lo puede saber— ya tengo amigos —es lo primero que pude planear en tan poco tiempo.
—¡Oh! Me alegro por ello; pero, ¿eso era lo urgente?
—Eh... si
—Bueno, me alegro mucho por ti, ¿se puede saber quienes son? —tengo dos opciones, decirle que la única persona con la que me hablaba ahora me ignora, o mentir.
—¡Claro! Se llaman, Madeline...
—Espera, ¿Omydiar? —Valen termina el primer nombre, interrumpiendo mi oración.
—Si, ¿Cómo sabes? —cuestiono, con curiosidad espero una respuesta de esta.
—Conozco a su hermana —¿Madeline tiene hermana?
—¿Tiene hermana? Eso no lo sabía —me tomó por sorpresa, es decir, Madeline parece ser hija única, o eso aparenta, no tiene fotos con su hermana en su "Instagram", en todas está acompañada por sus amigas, o de lo contrario aparece ella sola.
—Pues, si; su hermana se llama Mackenzie —vayas nombres que tienen— era la "popular" de la escuela, y ahora que su reinado acabó supongo que su hermana es la encargada de ocupar ese puesto, ¿verdad? —razón tiene.
—Si, pero... ¿su hermana estaba en las mismas clases contigo?
—Ethan, ¿recuerdas aquella foto que me mostraste tu primer día de clases? En la que estaba con mi "amiga" y dijiste que debería intentar hablar nuevamente con ella. —Esperen... ¿es lo que estoy pensando?
—Si.
—Pues ella es Mackenzie —¿QUÉ? Quiere decir que conozco a la hermana de Madeline, eso explica muchas cosas, como el porque no existen fotos de ambas juntas, pues esta se mudó.
—Y nunca me lo dijiste —observo la pantalla para verificar la hora, aún tengo tiempo.
—Lo estoy haciendo ahora.
—Que chistosa, pero aún no me dices ¿por qué no te hablas con Mackenzie?
—Sucedió algo lo cual no me corresponde, y tampoco a ti, es todo lo que tienes que saber Ethan —insisto con un puchero pero Valen se niega a contarme lo sucedido.
—Bueno...
—Aún no me haz dicho como se llaman el resto de tus amigos.
—Es verdad —despierto de la sorpresa y procedo a nombrarlos— Tan Anderson, Ulyana Nakamura, Taylor O'Kelly y Sophie Fantini —no son mis amigos pero algo tenía que hacer.
—Vaya, mi hermanito juntandose con personas reales; Ethan, me tengo que ir, te llamo luego —sin oportunidad a despedirme, cuelga la llamada.
Me levanto para tomar una ducha y vestirme, al terminar guardo la mochila en mi armario, hoy no la llevo puesto que es la final del campeonato de football americano interescolar.
Un evento "grandioso", según los demás; no hay mucho que explicar, es la final de dicho deporte, en el que se enfrenta el equipo de nuestra escuela y la del pueblo vecino; por ende, este día no tenemos clases, solo alentar a nuestro equipo y esperar a que gane la copa, sinceramente es algo aburrido para mi gusto, pero faltar sería algo muy negativo para mi promedio.
Siendo aún temprano, me despido de Tutti y salgo de casa; los árboles sin hojas y el cielo nublado pero con el sol aún a la vista, es el ambiente que acompaña mis pasos, el anaranjado del otoño pinta la escena con una sensación de calidez y tranquilidad, a pesar de no ser un día grato para mi persona, todo está marchando de maravilla, con absoluta tranquilidad y mi mente sin preocupaciones.
—Hola Ethan —aquella voz única penetra mis oídos, identificando su procedencia de inmediato— ¿de nuevo saliste muy temprano?
—Hola Ulyana, no sabia que eras fanática del football americano.
—¿Por qué lo dices? —una mirada amenazante acompaña su pregunta.
—Por las cosas que tienes en tu mochila —está lleno de artefactos para celebrar, como matracas, silbatos y serpentina en tubos, además de uno de esos guantes grandes con el dedo alzado.
—¿Crees que es mio? —se ríe y baja de su bicicleta— esas cosas, se las quite a ineptos que me molestaban con su existencia.
—Ah, okey —solo sonrío y desvío mi mirada.
—No te lo tomes tan en serio, no estoy tan loca, se los quité por qué estaban golpeando y molestando a un pequeño con eso —Ulyana tiene corazón, quien lo diría.
Sonrío y empiezo a caminar, la vez pasada fue ella quien me ignoro, esta vez voy a hacer lo mismo.
—¿Acaso me estas ignorando? —abandonen la mision.
—No... ¿por qué lo haría? —dirijo la mirada hacia su persona, sus ojos oscuros se cruzan con los míos, con pasos lentos se acerca hasta mi, a centímetros puedo escuchar su respiración, una debil y tranquila; a diferencia de la mía, la cual está agitada debido a la situación en la que me encuentro, sus labios al natural pronuncian palabras que estremecen mi ser y acelera mis funciones.
—No lo sé, dime tú —aleja sus labios de mi oído y libera una debil carcajada.
—¿Yo?¿qué?¿quién? SE HACE TARDE. ¡NOS TENEMOS QUE IR! —de inmediato me alejo y camino rápido con dirección al colegio; ¿qué es lo que acaba de pasar? mi plan inicial era ignorarla como ella lo había hecho conmigo, en que momento dio un "plot twist".
Una vez en la escuela camino por los pasillos, lleno de adolescentes gritando y tomándose fotos, todos con la camiseta del equipo y algunos artefactos para hacer ruido mientras juegan.
Madeline aparece, vestida de porrista con su equipo detrás de ella se abre paso de todos para llegar al campo; sin embargo, los gritos y aplausos del otro lado del pasillo llaman mi atención, Tad y todo el equipo de football americano de la escuela, los cuales son llamados "the ferrets" son agasajados antes de empezar con el evento.
Detrás de estos la mascota, un hurón con la vestimenta del deporte, inclusive un pequeño casco a medio poner; este encargado de alegrar a todos y contagiar la emoción por el deporte.
La campana suena y en conjunto caminamos al campo de nuestra escuela, sentados en las gradas derecha divididos por el camino de entrada de los equipos, compartimos campo con la escuela del pueblo vecino "Tuppek Lake", por un lado las camisetas rojas y el hurón animando a generar gritos, mientras que por el otro las camisetas moradas y un oso grizzly.
Luego de unos minutos el director hace presencia en el centro del campo, acompañado del otro director, un hombre mayor, bajo, panzón y con una gran pelada.
—¡Muy buenos días a los estudiantes de Maranac Lake High School y a los de Tuppek Lake High School! —el silencio es lo único que acompaña el discurso pese al grito entusiasta— ¡Buenos días a the ferrets y a the grizzlys —en esta ocasión los gritos se apoderan del campo.
—Cómo dijo Rodriguez, muy buenos días a todos, estamos aquí para demostrar quien es el mejor equipo —con soberbia guiña el ojo a su propio equipo.
—Y para compartir entre escuelas, pero obvio que el mejor ganará —Rodriguez guiña hacia nosotros, es clara la rivalidad entre ambos.
—Si, también eso, pero a lo que vinimos... —el tiempo pasa demasiado lento y su discurso no termina, ambos asegurando que su escuela es la mejor a cada minuto; la Sra. Shaw se atraviesa entre ambos quitándoles el micrófono.
—Que esto empiece —los gritos ensorderdecedores regresan luego de un largo descanso.
Las y los porristas salen al campo, alentando a sus respectivas tribunas, por nuestro lado Madeline, quien toma protagonismo; detrás de esta Ellen, June. Zack y varios porristas más; a pocos minutos de empezar, el hurón ingresa al campo, empujando a Madeline con la cadera esponjada del disfraz, robando todo papel principal que antes tenía, bailando y saltando en tribunas el espíritu deportivo de todos se hace presente cuando los equipos ingresan al campo, entre ellos Tad con una sonrisa la cual hace competencia a la de Johan Flitch, el capitán del equipo rival.
Una vez con la mirada de todos atendiendo el partido aprovecho y salgo del lugar, alejándome del ruido y el sudor; camino entre los pasillos, sin nadie que interrumpa mi espacio.
—Schmid... —no debí de haber festejado antes de.
—¿Qué quieres Jones? —cansado y sin ánimos de tener problemas camino para alejarme de él.
—¿Nuevamente se te subió la testosterona? —pero este se acerca buscando una reacción negativa por parte mía.
—Jones, aléjate ¿Quieres?
—Te voy a decir algo, eres un hijo de...
—¿Dé qué? Atrévete a terminar esa frase idiota de mierda —el estrés acaba conmigo, liberando un comportamiento que no me agrada, un enojo al extremo—ya lo sé todo, si buscas pelea una vez más, quien se arrepentirá de haberme conocido serás tú —no debí de haber dicho eso.
—¿Dé qué estás hablando? —Con fuertes pisadas y un gesto de quererme asesinar se acerca.
—Sé lo que haces Jones —Ethan es suficiente, detente, ¿cómo me detengo?
—Mejor cállate si no quieres tener menos dientes —su puño trae recuerdos de lo sucedido.
—Sé acerca de tus encuentros sexuales con la maestra Moore —es suficiente.
Me alejo del lugar dejándolo perplejo ante el ¿temor o sorpresa?, no lo sé, pero lo que sí sé es que me dejará tranquilo, al menos durante algún tiempo.
Continuo mi camino, en pasillos los cuales nunca me había percatado de su decoración, debido a la multitud de estudiantes que se atraviesan, pero ver todo el lugar vacío me hace descubrir cosas que no tenía idea que están en esta escuela, como bustos de mármol de los ex presidentes "Abraham Lincoln" y "George Washington", o un cuadro de bordes dorados del fundador del pueblo, pero sin duda, lo más predominante e imponente del lugar es un gran estante con puertas de vidrio, con iluminación dentro de este, alumbrando grandes trofeos y medallas, a su vez cuadros con fotos en las cuales aparecen equipos escolares de diferentes deportes.
Algunas de las fotos son antiguas, otras en blanco y negro, lo cual significa que son aún más antiguas; a pesar de haber varias personas en dichas fotografías, algunos rostros se me hacen familiares, como si ya los hubiese visto en otro lugar.
Observo de cerca una foto la cual tiene escrito "equipo de hockey, 1993", entre las integrantes hay un rostro muy parecido al de...
—Es mi mamá —Madeline aparece detrás mío.
—¿Qué? —Con pasos lentos me alejo del estante y miro directamente a la porrista.
—Ella es mi mamá, la capitana del equipo —con una manzana en mano observa el cuadro.
—Oh... bueno, se parece mucho a ti ¿no deberías de estar en el partido? —la verdad si se parecen, tienen un algo que las hace verse como si fuesen la misma persona
—Está en el medio tiempo, ya acabaron los dos primeros cuartos —nunca entenderé aquel deporte— ¿y tú? ¿Que haces acá?
—Desde cuando es de tu interés la vida de los demás.
—No es de mi interés, pero ya que estas aquí, si no quieres no me digas nada, mejor me voy, no sé ni para que intento entablar una conversación con personas cómo tú —da media vuelta y antes de emprender su camino respondo.
—Oye perdón, es que no me gusta el deporte y pues... espera, ¿a que te refieres con "personas como yo"? —mi lento cerebro procesa tarde la información.
—Pues, digamos que no somos muy compatibles, ¿me entiendes? —la verdad es que si; es decir, ella es la popular y yo, soy popular de haber conseguido problemas en lo que va del mes.
—Bueno, somos algo diferentes ¿verdad?, pero podríamos ser amigos, o intentarlo, mi hermana fue amiga de la tuya —su rostro cambia repentinamente, pierde la mirada y un claro deseo de llanto es notable— ¿Estás bien? ¿Dije algo malo? Perdona si fue así.
—No, tranquilo, no suelo hablar de esto con nadie ¿por qué debería de hacerlo de contigo? —empieza a jugar con sus manos y su cabello, claramente una Madeline diferente a la que es normalmente.
—No somos tan compatibles pero soy bueno para escuchar, si algo pasa...
—Mi hermana falleció ¿okey? Lo dije —¿Qué? En qué momento, mis ansias por preguntar es inminente, pero no lo hago por una obvia razón, respeto.
—Lo siento mucho, no... no fue mi intención —me acerco a la pelinegra y la abrazo, olvidando todo lo anterior.
—¿Qué haces? —Con los brazos extendido y pegados al cuerpo queda sorprendida por mi reacción, la cual ni yo imagine algún día hacerlo.
—Es un abrazo
—Eso lo sé idiota, perdón; es que, es raro que hagas esto luego de todo lo que yo te he hecho —corresponde el abrazo por unos segundos, me alejo de esta y observo sus ojos verdes humedecidos producto de las lágrimas.
—Hay cosas más importantes que los remordimientos, espero que hayas gozado todo el tiempo que tuviste con tu hermana.
—Si, todo paso muy rápido que no tuve oportunidad de pensar en todo lo bueno que hemos vivido juntas —las lágrimas empiezan a resbalar por mi mejilla— gracias, te juzgue mal, no eres tan despreciable como imaginé.
—Descuida, no pasa nada; me estabas diciendo que aquella chica de la foto ¿es tu mamá? —señalo la foto y con una sonrisa responde.
—Si, de hecho, estudio con tu mamá —¿Qué? ¿Por qué mi mamá jamás de ha contado esto?— también llegó a estudiar con la mamá de Taylor, el papá de Tad y el director.
Demasiadas sorpresas, el pueblo es pequeño y supuse que ya se conocían pero no imagine que hayan estudiado juntos; busco con la mirada en el estante hasta encontrar una foto de la promoción del 93, efectivamente mi mamá está entre el alumnado acompañada de 2 chicas y 2 chicos, es decir, hay muchos en la foto pero aquel grupo de 5 es mas apegado a diferencia del resto, como si se tratase de una amistad inseparable.
—De hecho tenían una especie de secta —resulta que también tenían una secta, ¿qué falta? ¿Que hayan hecho invocaciones o nos oculten un secreto que cambie nuestras vidas?— pero no de esas satánicas o misteriosas, viajaban juntos e iban a conciertos, eran liberales.
—¿Y qué pasó? —resulta que mi mamá oculta más secretos que yo, ¿y así dice que no le cuento cosas?
—Pues, mi mamá me dijo que en la fiesta de fin de año; pero no la que realiza el colegio, ellos se encargaron de organizar todo; había llegado más gente de lo que esperaban, se terminaron dispersando y conociendo a más personas, entre ellos a tú papá, y al papá de Taylor —¿mi papá en fiestas?— pasaron años y mantenían comunicación pese a la distancia, mi mamá ya estaba embarazada de mi.
—Y supongo que la mía también.
—Si, también la mamá de Taylor, las tres amigas iban a ser mamás, pero es hasta donde llega la historia feliz.
—¿Qué quieres decir?
—Sucedió un accidente, el detonante de la desgracia; la mamá de Taylor iba en auto con el papá de Tad, habían salido para conversar de un tema, o algo así me dijo mi mamá.
—Creo que ya sé por dónde va la historia.
—Lamentablemente, sufrieron un accidente, y la persona quien más salió afectada fue la mamá de Taylor, puesto que el camión que los estrelló, fue directamente al lado del copiloto; el papá de Tad salió con fracturas pero bien; sin embargo, solo pudieron salvar a Taylor en el hospital, su papá se perdió en el alcohol y acuso al señor Anderson de la muerte de su pareja, mi mamá y la tuya intentaron quitarle a Taylor al señor pero fue en vano, de ahí en adelante perdieron comunicación y bueno, el resto es historia.
Sinceramente no espere que hubiese sido algo tan funesto.
—¿Y que hay del señor Rodriguez? —no lo mencionó en todo el suceso.
—Estaba en otro país, creo; pero luego se enteró de lo sucedido y su grupo había desaparecido de lo que alguna vez fue.
Retrocedo y descanso en las escaleras, pienso en todo lo que ahora sé; Madeline me acompaña, mordiendo su manzana observa aquel estante, el cual guarda más que sólo trofeos, en este reposan recuerdos los cuales fueron rotos por los hechos.
Ambos salimos de los pasillos para regresar al campo, ella junto a las porristas y yo a las gradas, existen más secretos en las personas de los que alguien puede imaginar, y el navegar en estos es más difícil de lo que parece, la confianza y seguridad son los remos para poder avanzar en el denso lago de misterios.
—¡TOUCH DOWN PARA THE FERRETS!, LO QUE HACE VICTORIOSA A LA ESCUELA DE MARANAC LAKE, AQUEL PUNTO FINAL DE TAD ANDERSON ES GANADORA DE LA COPA INTERESCOLAR, SEÑORES Y SEÑORAS EL JUEGO HA TERMINADO.
los gritos y ruido de tambores decoran las risas y lágrimas de felicidad de la escuela, Tad Anderson se ha vuelto en el ángel que salvó el partido, con más popularidad que antes y mirada de desprecio para el resto, me pregunto ¿también tendrá algo que contar? o simplemente es un idiota consentido.
Las personas abandonan el lugar pero yo me quedo sentado, con la basura del resto en el suelo y el confeti en el campo, el bullicio de momentos atrás se convirtió en silencio absoluto, siendo posible oír el aire correr y la corriente del lago Tulip.
Sé que no me corresponde pero mi hermana tiene que saber lo sucedido con quien alguna vez fue su amiga.
Saco mi celular de mi mochila y escribo a Valen, esperando una respuesta la cual indique que esta libre para hablar, siendo un "si" espero a que conteste mi llamado.
—Ethan, ¿que pasó? —Con intriga y preocupación cuestiona el origen de mi llamado.
—Tengo que decirte algo.
—¿Estás bien? No me preocupes en vano.
—Es sobre Mackenzie.
—Ethan ya te dije que no hablemos de...
—Ella falleció —el silencio por parte de mi hermana me hace cuestionar sobre si ya lo sabía, una respiración da inicio a sus palabras.
—Lo sé, por eso no quería hablar de ella.
—¿Desde cuando lo sabes?
—Mamá y yo fuimos a su funeral y bueno, no quiero hablar de ello.
—Está bien, disculpa, te llamo luego.
Cuelgo la llamada y guardo el dispositivo en mi mochila; no tengo mucho que decir, mis pensamientos son como mi diario, y es como si fuesen escritos en algún otro lugar, todo lo que siento al final del día normalmente fluye con naturalidad; sin embargo, hoy lo dije todo, y es suficiente para mi.
Quizás este sea el comienzo de una amistad con Madeline, no es tan mala persona como todos la acusan, inclusive yo lo hice, pero nunca juzguemos un libro sin antes leerlo, mejor dicho, nunca critiquemos a alguien sin antes conocerla.
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Jamás juzguemos a alguien sin antes conocerla, palabras de Ethan que aplican para todos.
Perdón la demora pero voy a tener que ausentarme a escribir por unas semanas debido a un viaje, sin embargo sigan disfrutando de estas letras.
Hasta el próximo capítulo...
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