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Capítulo 4 - Nada malo puede pasar

Capítulo IV

Despertar sin la voz de mi hermana siempre repitiendo lo importante de la puntualidad es extraño, a pesar de haber pasado tan solo un día, la echo de menos, además de tener que acostumbrarme a despertar temprano por mi propia cuenta, ¿saben lo cansado que es eso?

Me pongo de pie para poder llegar al baño y lavarme los dientes; como si tuviese ladrillos en los bolsillos, en medio del camino caigo rendido ante el cansancio, mi cuerpo reposado sobre el suelo de mi habitación, y la mirada hacia el techo va a ser común durante estos días.

Las pisadas lentas provenientes del pasillo con dirección, hacia mi; hace que reaccione, pero todo esfuerzo fue en vano, el máximo poder que llegué a hacer antes que mi mamá entrase, fue sentarme.

—¿Qué estás haciendo en el suelo? Tienes escuela Ethan, es lunes, ¡reacciona! —lunes, el día más odiado de la semana, es el día después del descanso y en el que las horas pasan más lentas.

Tengo que estar 1 hora encerrado en el laboratorio, ¿ya dije que odio ciencias?; además, la señora Dawson no es el ser humano más gentil que existe, ni siquiera sé si es un ser humano.

—Ma, estoy enfermo —dicen que quien no arriesga no gana.

—¿Así? ¿De qué? ¿De flojeritis severa? —¿eso existía?

—Si

—Que chistoso amaneciste, vístete, te espero abajo —lo intenté, eso quiere decir que morí en batalla, como un honorable soldado.

En el momento en el que mi mamá sale, entra Tutti, con una mirada juguetona y en su boca sujetando una pelota babeada, su interpretación al verme en el suelo es "jugar".

—Tutti... no —hace caso omiso y en pocos segundos está encima mio, dejando su pelota de lado y lamiendo mi rostro, intento alejarlo pero las cosquillas ocasionadas por sus patitas reposando sobre mi estomago, no permite que le de prioridad a mi deseo de ponerme en libertad.

Una vibración proveniente de la mesa de noche me libera del peso de Tutti, al acercarme al dispositivo, la pantalla prendida producto de una notificación me deja perplejo, ¿para bien o para mal? No lo sé, simplemente me dejó en un estado de ¿sorpresa?

Uly_na.Nkmr     8:14 a.m.
UlyNk: Ethan, estoy fuera de tu casa

¿Cómo se supone que deba de reaccionar? Es algo tenebroso el que sepa donde vivo, cómo es que sabía mi dirección.

Con cautela me acerco a la ventana, la cual daba directamente a la calle, está en un segundo piso así que no creo que me vea; abro la persiana tan despacio y tan solo un pequeño espacio para poder ver; allí estaba ella, Ulyana, en la acera de enfrente, con su bicicleta reposando en uno de los faros de luz.

—¡HOLA ETHAN! ¿VAS A BAJAR? —mierda, mierda, mierda; ¡Ethan! El lenguaje.

Oh rayos, bajo corriendo por las escaleras hasta llegar a la puerta principal, me armo de valentía y abro esta; como estatua parada frente a mi, me mira de pies a cabeza.

—Bonitos pantalones —¡DEMONIOS! los pantalones, seguía en pijama, y no es muy "decente" que digamos, pues este tiene estampado varios dinosaurios.

—Ehhh...

—Tranquilo, no voy a contarle a nadie de tus bonitos pantalones, solo me reiré en silencio y recordaré esta escena como una desgracia, pero saber que mi vida no es la peor —maldigo todo en estos momentos— ¿así vas a ir a la escuela?

—¡NO! digo, no; ¿me puedes esperar? Voy a vestirme y regreso en seguida —Ulyana asiente y se aleja, cierro la puerta, y en camino de regreso a mi habitación mi mamá interrumpe.

—¿La vas a dejar afuera?

—Si, digo no, osea, ¡ay ma! En un momento bajo, no hagas nada —conozco cada mirada de mi mamá, y la de este momento le digo un rotundo "NO" "JAMAS".

—Ethan, cariño, no te niegues a lo que sientes —¡¿QUÉ?! prefiero no decir nada e ignoro todo lo que se me atraviesa en el camino.

Al llegar a mi habitación busco entre mi armario el uniforme escolar, una camisa blanca y un blazer negro con la insignia de la escuela, el pantalón y calzado son a libre elección; en lo personal me gusta ir con un jean suelto y converse.

Me visto y guardo el celular en el bolsillo del pantalón, bajo nuevamente por las escaleras, esta vez con más calma, pero esta desaparece al llegar a la sala y ver a Ulyana sentada con mi mamá, en una plácida conversación con un álbum de fotos en su regazo.

—¡Ethan! Tu mamá me estaba contando de lo mucho que te gustan los dinosaurios, desde pequeño —mierda.

¡Genial! Ahora no solo tengo que lidiar con que Ulyana me haya visto en pijama, también el que haya visto fotos mías de pequeño.

—Son las 8:35, si no nos vamos ahora llegaremos tarde.

—Tienes razón, gracias por su hospitalidad señora Maggie.

—Cariño, puedes llamarme Mag.

—¡Gracias mamá! Nos tenemos que ir —sujeto a Ulyana de la muñeca y vamos con dirección a la salida, una vez fuera ella se aleja, sube a su bicicleta y dice.

—¿No piensas ir? —la verdad que no, pero no tengo opción, además, mi bicicleta desapareció el viernes ¿lo recuerdan?

—Robaron mi bicicleta, voy a ir en bus.

—¿Y esa? —señala una apoyada en la cerca del garaje.

¡Oh no! Jamás, es la de mi hermana cuando tenía 5 años, rosada y con ruedas de apoyo, no pienso usarla.

—Oye, ¿cómo es que conoces mi casa? —a mitad del camino, llamando la atención de todas las personas con las que nos cruzamos, mirando a un chico de 17 años en una pequeña bicicleta con ruedas de infante.

—Bueno... tu mamá es la jueza más importante del pueblo —razón tiene.

—No me mal interpretes pero, ¿por qué fuiste a mi casa? —es extraño viniendo de "la chica gotica", o capaz solo es mal juzgada, cómo dicen mis papas, los rumores no sirven en un juicio, los testigos y las pruebas son lo importante.

—Quería conocerte antes de que mueras —¿qué?— fue muy estúpido de tu parte haber retado a Jones, pero reconozco que tienes agallas, pensé que eras un miedoso miserable.

Para ser honesto, prefiero esto a volver a enfrentarme a Jones.

—Pues, no me gusta que alguien abuse de otras personas.

Una pequeña sonrisa hace presencia del misterioso rostro de la chica de negro, no sólo por el blazer, su estilo de llevar el uniforme era único, con la blusa fuera del pantalón y la prenda de encima con una cadena que va desde el hombro hasta uno de los botones inferiores, su pantalón, oscuro y rasgado, con zapatos de plataforma; en lo personal, me gusta demasiado su outfit.

Al llegar, el alumnado aún sigue ingresando sin apuro, son las 8:45, así que estamos a tiempo

—Ve a la clase antes que la Sra. Dawson llegué al laboratorio, siempre suele besar una foto de su actor favorito en la sala de maestros antes de sonar el timbre —Iugh, que asco.

—Espera, ¿y tú no piensas ir?

—¿A soportar a la bruja? No gracias. Tengo cosas más importantes que hacer —mejor descripción no existe.

—¿Puedo ir contigo? —sea a donde sea que vaya, es mejor que ir al laboratorio, pero jamás me he saltado una clase.

Una risa exagerada acompaña sus palabras.

—No te consideres mi amigo rata de laboratorio —vaya, sin palabras, Ulyana se aleja de mi campo de visión.

Voy con dirección al laboratorio, al entrar, allí estaban; aquel grupo con el que "socialicé", Madeline con Ellen y june, las dos primeras sentadas en una de las mesas y la otra apoyada en esta, mientras miran su celular y cada cierto tiempo juzgan con la vista; Tad con su grupo de simios, apoyados en el mueble que reposa bajo las ventanas, pegando chicle debajo de las repisas, que asqueroso; Taylor en una esquina, dibujando y con los audífonos puestos, no le toma importancia a lo que sucede a su alrededor.

Un empujón por detrás me hace caer, con los libros en el suelo y de rodillas, observo quien fue, Steven suelta una carcajada y va a su asiento de atrás, en donde puede hacer cualquier babosada y jamás será reprendido.

—¿Estás bien? —la dulce voz de una buena amiga apacigua mi rabia.

—Si, no te preocupes Sophie, gracias.

Me levanto y en medio de miradas de lastima y pequeñas risas, me siento en mi lugar correspondiente, compartido con Sophie.

—¡¿Ahora eres un cobarde?! Todo el mundo sabe lo que hiciste ayer Schmid —Tad arremete con una sonrisa de gracia y burla.

—Eso no te concierne Anderson... —un susurro es mi respuesta.

—¿Qué dijiste? Habla más fuerte, creo que tu bicicleta afecto en tu personalidad —Sé que si digo lo que pienso me ganaré problemas, pero no puedo aguantar, Tad es la gota que está a punto de derramar mi vaso.

—Que eso no te concierne, Anderson... —sin embargo, un susurro y la cabeza baja es toda mi actitud.

—¡El claro ejemplo de la cobardía señores y señoras! —las risas no tardaron en aparecer.

—Dije, ¡QUE ESO NO TE CONCIERNE IDIOTA! —es todo, ese simio sabrá quien soy yo.

—¡EL IDIOTA ERES TU, CONSIDÉRATE MUERTO! —emburrió a todo aquel que está en medio de su camino, con el propósito de proporcionarme un golpe, no lo dijo directamente pero las intenciones son más que obvias.

Veo su puño a centímetros de mi, cuando un sonido proveniente de la pizarra nos hace retorcer del dolor, un dolor a la audición, gracias al contacto entre un tenedor y este objeto hecho para escribir cosas aburridas.

—Me volverás a ver Schmid, tarde o temprano —pues, estudiamos en la misma escuela, no es tan difícil, la inteligencia no es un atributo para él.

No puedo creer lo que voy a decir pero, la Sra. Dawson acaba de salvarme de una golpisa que no iba a quedar agradable.

—Todos a sus sitios, vamos a comenzar, abran su libro en la página 654 —ya imaginan lo gordo que es ese libro.

Los minutos pasaron y pasaron, demasiado lento, cada palabra de la maestra es una tortura a mi capacidad de procesamiento, incluso creo que me dormí por una milésima de segundo.

La que sonríe durante toda la clase y no deja de atender a los términos científicos  o nombres de los líquidos de colores es Sophie, a lejos se nota que es un curso de  su agrado.

Las horas pasaron y la salida llegó, sin dudarlo soy el primero en salir y alejarme de la escuela, aquella construcción hecha con el propósito de hacer sufrir adolescentes y separarlos.

En casa, Tutti me recibe con ladridos, de esos suaves y amorosos que reclaman una caricia, dejo mi mochila en el piso y me recuesto en el sillón, con Tutti en mi regazo y su suave pelaje en mi mano, no me da tiempo de procesar lo sucedido el día de hoy.

—Ethan, es hora de cenar —¿Eh? ¿Ya es de noche?

—¿Cenar?

—No me digas que no haz almorzado, ¿Haz llegado directamente a dormir? —si lo dice así suena malo.

—Claro que si he almorzado —al menos en mi sueño.

Una vez de pie voy al baño para mojarme el rostro, que silenciosa es la casa sin la música de Abba que tanto le gusta a Valen, ¿Saben qué? Le daré una oportunidad a esa banda de antaño.

Enciendo la tv para abrir "Spotify", y en esta buscar aquel nombre corto con letras repitentes, la primera opción es "grandes éxitos", a ver con que canción me sorprende.

Mis padres ya en la mesa escuchan con cautela la canción elegida por mi persona, ambos empiezan a cantarla a todo pulmón, la canción titulada "chiquitita", no voy a negarlo, es contagiosa, tiene un bien ritmo; una cena de todas las noches se convirtió en un karaoke familiar, mi hermana riendo desde la pantalla de un celular no se cansa de repetir "mi presencia hace falta", es la verdad, la extraño, y hay tantas cosas que quiero contarle, llegar a su habitación y contarnos secretos del día.

El día terminó y a pesar de haber dormido toda la tarde, el cansancio de cantar hizo efecto inmediato.

El día siguiente Ulyana no fue a mi casa, me la encontré en el camino, el resto de los días fue así, me encuentro con ella a mitad del recorrido con destino a la escuela, conversamos rumbo a esta; siempre desaparece para la primera clase, intento acompañarla pero esta no acepta a mi pedido, trato de evitar tanto a Jones como a Anderson, las veces que los encuentro en los pasillos, cambio de rumbo, en los salones no les dirijo la mirada, me he vuelto más callado para pasar desapercibido, y creo que está funcionando.

~~~

Lunes otra vez, ¿ya dije que odio estos días?, jamás me cansaré de hacerlo, que quede eso en claro.

Estiro mi brazo hacia la mesa de noche, aún en mi cama y con las sabanas cubriendo mis piernas y parte de mi torso, abro los ojos lentamente, esperando a que se normalicen a la luz del sol.

Prendo la pantalla del dispositivo, son las 6:30 de la mañana, ¿es enserio? El lado positivo es que tengo tiempo para "vagar" en mis redes sociales, lo primero, entro a "instagram", el primer post en aparecer es de Madeline, con una sonrisa dibujada de oreja a oreja y la bandera de los Estados Unidos de América detrás de ella, una clara campaña para su mamá, pues en su camiseta tenía escrito, "i love Maranac Lake".

Deslizo la pantalla hasta encontrar otra, una de mi diosa, Elizabeth Olsen en una alfombra roja.

El siguiente post es de Tad, bueno, no precisamente, la cuenta es de uno de sus simios, pero en la foto aparece Tad Anderson y todo su equipo de football, todos en uniforme y sudados, acababan de salir de un partido, o eso quiero creer.

El post continuo es de Sophie, en un cine, no hay mucho que contar, eran fotos de ella.

Al parecer todos tuvieron un buen fin de semana, ¿y yo? En mi cama, como siempre, nada nuevo, lo mismo de todos los días.

Al llegar las 8:00, me visto y bajo para desayunar, mamá y papá no están, el domingo salieron a un viaje de negocios a Washington, el primer caso juntos al parecer, van a estar fuera del pueblo por un largo tiempo, un mes o más; durante este periodo estoy a cargo de Tutti y de la casa.

Echo cereal dentro de un tazón y luego derramó la leche en este, soy el tipo de persona que prefiere servir el cereal antes que la leche.

Terminado el desayuno y con la comida servida para Tutti, salgo de la casa y monto mi bicicleta, la encontré el jueves en la orilla del lago Tulip.

Como suele suceder estos últimos días, me encuentro con Ulyana a mitad del camino, ambos conversamos como es de costumbre, hasta llegar a la escuela, en la entrada de este, mi petición de una semana se hace realidad, Ulyana acepta a mis súplicas de acompañarla a su destino de todos los días, aquel lugar misterioso va a gozar de mi presencia.

—¿Y a dónde vamos?

—Eso lo descubrirás al llegar, deja tu bicicleta y acompáñame —dejo mi transporte en el estacionamiento de la sede estudiantil y sigo a esta.

Tras unos 20 minutos caminando, mi sed es lo único que pasa por mi cabeza, con el sudor resbalando por mi frente y la respiración agitada, pregunto en reiteradas ocaciones como niño pequeño.

—¿Ya llegamos? —mis gemidos cansados de tanto caminar, agota la paciencia de Ulyana.

—Si preguntas una vez más eso, te juro que te aviento al lago a que te coman las pirañas.

A pocos minutos de tan aterradora amenaza, observo entre los árboles una ruleta de un parque de diversiones, aparentemente abandonado, debido a la desgastada y oxidada apariencia de dicho lugar.

La entrada tiene un aspecto aterrador, un rostro de payaso gigante con los ojos amarillos de los años en abandono, entrando por la boca como si este te tragase; dentro, el césped y la mala hierba dificulta la caminata, los mosquitos se pegaban como abejas a las flores; puestos de madera a punto de caer y cuerdas colgadas en lo que alguna vez fueron faros de luz.

—Esto es...

—¿Hermoso? Lo sé —iba a decir aterrador, pero prefiero asentir y sonreír.

—Si, es bonito.

—No ocultes tu temor, tu respiración agitada te delata, ahora, acompáñame.

Ambos vamos a la ruleta, oxidada y claramente vieja, es muy alta; Ulyana empieza a trepar esta desde los bordes.

—¡ULYANA, BAJA DE ALLÍ! te vas a caer.

—Eres un miedoso, sube conmigo.

A pesar de mis dudas empiezo a escalar esta, cada pisada genera un sonido que fácilmente se puede interpretar como "se debilita la estructura".

A mitad de camino, miro hacia abajo, mi temor por las alturas ocasiona que se nuble mi vista, el grito de Ulyana hace que reaccione y despierte de aquel trance de terror, decidido coloco mi mano en el siguiente peldaño, este se desprende, dejando mi cuerpo colgando en el aire, con una mano como única fuente de apoyo para no caer.

—¡MIERDA! ¡ME VOY A MORIR! —las lágrimas producto del terror recorren mis mejillas.

—Relájate, respira y haz lo que te diga, ¿está claro? —por alguna extraña razón su voz alivia mis miedos, transportandome a una sensación parecida a la de estar en la orilla del lago, con la fría brisa recorriendo mi piel y el cantar de las perdices adornando el escenario, es como un cantar de cuna para dormir.

—Está bien...

—Agárrate del gancho de tu derecha he impulsate hacia mi, yo te subiré —¿Qué?, juro que no volveré a hacer algo estúpido en mi vida, que estaré tan pegado al suelo como pueda— confía en mi...

Cierro los ojos y respiro, tomo de aquel gancho y con todas las fuerzas que brotan de mi, me impulso hasta sentir la mano de Ulyana, una mano fría y suave, siento un jalón y con ayuda de mis piernas empiezo a escalar la, denominada por mi, "rueda de la muerte".

Una vez arriba su delicada voz acaricia mis oídos.

—Estás vivo.

Lo estoy, no he muerto, sigo respirando, ¡lo he logrado!

—Ahora, desprendete de toda preocupación y observa a tu alrededor.

Allí estaba, aquello que tanto admiro y disfruto, el mundo, la naturaleza y lo poderosa que es esta, los montes cubiertos de árboles y el lago Tulip como núnca antes lo he visto

Es impresionante lo hermoso que puede llegar a ser el lugar que nos rodea, y por seguir la rutina diaria, no le damos importancia a esta.

Existen cosas más importantes que las que conocemos, solo necesitamos alzar la mirada y contemplar, la belleza del lugar.

Al igual que descubrir la belleza de las personas con las que socializamos, aprendí a no juzgar sin conocer, por que una espada diseñada para matar, también puede significar "proteger" y es como me siento en estos momentos, protegido, por alguien que nunca imagine, lo único que quiero es, descubrir más a fondo y ser parte de aquella compañía, poder ¿besarla? ¿QUÉ?...

•~•~•~•~◇~•~•~•~•

Como dijo Ethan, contemplemos lo que nos rodea, vayan a leer a un lugar en el que conecten con la naturaleza, siéntanse libres de imaginar todo lo leído, en un lugar que grita "libertad"

Estoy de regreso, y el que tengan capítulos es lo importante disfruten y hasta el próximo capítulo.

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