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Capítulo 3 - Hasta pronto hermana

Capítulo III

Estoy a punto de acabar, me falta poco, ya voy a llegar a la cima; por fin obtendré el báculo del poder, y así tendré el control total del reino.

"Ethan..." un susurro rompe mi concentración por llegar a la parte superior de la torre, lo ignoro pero al cabo de unos segundo suena de nuevo y con mayor fuerza "Ethan...", desesperado por la situación, sujeto mi espada y...

—¡ETHAAAAAAAN!!!!!!!

Me levanto asustado y pego un grito a más no poder, con el corazón a mil por hora y la respiración acelerada logro ver a mi hermana dando carcajadas por la situación.

—¡¿ERES IDIOTA?! ¡PUDISTE HABERME MATADO! —con rabia y temor mezcladas entre sí, con los puños apretados y ojos cristalinos, suelto un grito el cual estoy seguro que se escuchó hasta en el lugar más arrinconado de este pueblo.

—Hubieses visto tu cara, estabas practicamente muerto —lo dice con gracia como si fuese totalmente normal ver a alguien a punto de que le de un paro cardíaco.

—Ni en la escuela sufrí tanto como... la escuela, ¡DEMONIOS! ¿qué hora es? ¿Por qué no sonó mi alarma? ¿Por qué nadie me ha levantado? —El segundo pánico del día se apoderó de mi, me había quedado dormido, y si hay algo que si se respeta en mi escuela es la puntualidad, si alguien llega más de las nueve, se queda afuera.

—Relájate un poco

—¿Qué me relaje?

—Si, escúchame... —estaba tan calmada como si se tratase de algo insignificante.

—¡NO! claro que no, tengo que ir a la escuela ahora mismo, ¿Qué hora es? —enciendo mi celular y lo primero que veo en la pantalla de bloqueo es "9:40", esto no puede ser posible; si salgo ahora mismo, estaría llegando a las diez de la mañana, lo que siginificaba que sería en vano, ya que no podría entrar.

—Ethan... —la risa de mi hermana desapareció, transformando su sonrisa en una mueca seria y aburrida.

—Mamá me va a matar, si la llaman y le dicen que no asistí a clases; no quiero imaginar lo que me haría.

—Ethan...

—Podría decirle que enferme de un momento a otro, que desperté con fiebre y que no podía levantarme de la cama.

—Ethan...

—Ya no se molestaría, pero su preocupación sería el triple y me llevaría al hospital de inmediato.

—¡ETHAN!

—¡¿QUÉ?! ¿no ves que estoy pensando en cuáles flores quiero para mi velorio?, hoy no fuí a la escuela, y eso no es bueno.

—Es lo que te quiero decir, hoy es sábado —¿sábado? Eso quiere decir que no hay clases, y toda mi preocupación fue en vano, festejaría y gritaría de la emoción por librarme de todo problema; claro que hubiese hecho eso si mi reacción ante la revelación no fuese quedarme en shock— ¿sigues respirando?

—Si; bueno, dices que es sábado, ¿por qué interrumpes mi sueño? —si no voy a la escuela, no había necesidad de levantarme tan temprano, ni mucho menos de cortar un sueño que no sé si lo volveré a tener.

—¿Y que es lo que estabas soñando? Ya que nisiquiera te levantaste a los 2 primeros llamados.

—No me digas loco pero... —Con una gran sonrisa dibujada en el rostro, y una mirada victoriosa, como si se tratase de un logro real el cual tiene como recompensa tener la vida futura resuelta.

—Loco —mi sonrisa desaparece por la interrupción de Valen, quien pisoteo mi imaginación en un segundo.

—Te dije que no me dijeras así; bueno, en mi sueño yo era un rey, el cual había sido destronado por mi mayor enemigo, un hechicero, y la única opción para recuperar mi lugar era ir a por el báculo de este hechicero, el cual estaba en una torreta a lo lejano del reino, y durante el camino a este lugar, me encontraba con ogros, brujas, hadas, y muchas otras cosas, pero...

—Suficiente futuro director de Disney, ya entendí, no les diré a nuestros padres que te drogas.

—¿Qué? ¡NO! —mi sorpresa fue inmediata, lo cual hizo que me levante y mi voz sonara tan fuerte que pareciece como si estuviera defendiéndome de algo que me descubierto y terminaría con mi vida— yo no me drogo.

—Cómo tu digas, vístete rápido, te espero abajo.

—¿A dónde vamos? —sin decir nada, Valen se limita a salir de la habitación con paso apresurado.

Luego de unos minutos tomo mi celular y voy escaleras abajo, estando en la sala Tutti me recibe con lamidas en la mano; mamá y papá no estaban, se habían ido a trabajar muy temprano.

Mi hermana está apoyada sobre uno de los sofás, con su dispositivo pegado en su oído, hablando con alguien que no puedo identificar debido a la distancia, al verme, se despide y guarda el objeto en su bolso.

—¿Nos vamos?

—Aún no me dijiste a donde.

—Pronto lo sabrás —ambos salimos de casa con dirección al auto de mi hermana, ambos sabemos manejar pero aún no puedo tener carro hasta cumplir los 18.

—¿Puedo manejar? —lo digo con entusiasmo para que esta aceptase.

—¡JA! sigue soñando —ambos subimos al vehículo, yo en el lugar del copiloto, mi hermana se asegura el cinturón de seguridad, y enciende el auto, listos para ir al lugar misterioso el cual mi hermana no me quiere decir.

Luego de unos minutos veo el letrero el cual indica la salida de Maranac Lake, quiere decir, que vamos fuera del pueblo.

—¿Estamos saliendo del pueblo? —La única respuesta de mi hermana es una sonrisa.

Mientras estamos en carretera, reviso instagram, en la cual aparece una publicación de Madeline, quien estaba en el café con sus amigas, las tres sonriendo como si no existiese problemas en su vida, es decir, tenían todo resuelto, o eso es lo que quieren aparentar.

Yo no soy de publicar cosas en esta aplicación, solo de ver y seguir famosos y famosas; es más, únicamente tengo 20 followers, lo sé, es muy poco, pero no me quejo, no me urge tener tantos como a otras personas, para ser sincero, me da igual.

Luego de treinta minutos en la carretera, el sueño interrumpido empezó a hacer efecto, conecto mis audífonos para ponérmelos y le doy play a mi playlist; viendo los árboles y los pájaros por la ventana, viendo lo perfecto que es el mundo, pero lo imperfectos que somos quienes habitamos en este, momentos así son los que te hace pensar que la vida es una, que todo tiene un final y no sabes cuando será, tenemos que olvidar el pasado y vivir el presente, mi faceta filosófica surge cuando hago contacto con hermosos momentos; en unos pocos minutos, en los cuales mis párpados pesaban, intento dormir para despejar mis pensamientos; sin embargo, una notificación proveniente de mi dispositivo hace que despertara.

Al revisar este, deslizo la barra de notificaciones, en la cual veo un nuevo follower en instagram, una cuenta la cual desconocía, y que jamás había hecho contacto con esta, sin embargo el nombre me resultaba familiar.

Uly_na.Nkmr started following you.

Por mi mente solo pasó un nombre el cual podría tener relación con dicha cuenta (vamos Ethan es obvio), Ulyana Nakamura; pero, ¿por qué? A pesar de estar juntos en el castigo, no hemos tenido ningún tipo de conversación cercana, ¿o si?, ni mucho menos un cruce de saludos, ¿por qué me seguiría?

Es algo lo cual tenía que...

—Ethan, levántate, ya vamos a llegar.

¿Qué? En qué momento, ¿en que momento fue que me dormí? estaba revisando mi celular, con pesades abro mis ojos lentamente, debido al sueño que me encadenaba, al estar con mis sentidos funcionales y con un panorama completo, la imagen de edificios gigantescos invade mi persona, y como si se tratase de una película o un libro, la música que acompaña a la situación es "Home" de Edith Whiskers.

Llegamos a New York, la ciudad de los sueños, la ciudad de los rascacielos y la cual nunca duerme, en donde todo lo que digas puede ser su salvación o tu perdición, porque todo depende de como  decides vivir la rutina de nunca parar.

—Llegamos —el lugar en el que se había estacionado y donde debíamos de bajar, es una cafetería, ¿casi 3 horas de camino para tomar café?

—Porque vinimos a New York, digo, es maravilloso, siempre quise conocer esta ciudad; pero, me tomaste de sorpresa.

—Vamos a tomar un café —el rostro de mi hermana era una mezcla de emoción y tristeza, no era fácil de leer su comportamiento y determinar lo que sentía, siempre fue alguien reservada, y lo sigue siendo.

Al entrar nos sentamos, el lugar era un Starbucks, con decoraciones casuales, pero que no se comparaba al del pueblo; bueno, en Maranac Lake no tenemos una cafetería de esta franquicia, es una propia en la cual todas las personas se conocen.

—Buenas tardes, ¿qué van a querer? —ambos estando frente al mostrador, la joven trabajadora empieza su labor con una gran sonrisa, claramente de recién haber iniciado el día.

—A mi deme Café americano —la mirada de mi hermana esperando por mi respuesta hizo que pidiese lo primero que se me antojó.

—Yo quiero Frapuccino, porfavor.

La chica asiente y realiza el pedido, le entrega el voucher a mi hermana, ella saca su monedero para proceder con el pago, yo insisto en pagar el mio;sin embargo, su "no" era rotundo.

—Que bonito es el lugar, pero aún no me haz dicho cual es el propósito de este momento.

—Ethan, tu sabes que siempre hemos estado juntos, que jamás te he dejado, ni tu a mi.

—Me da miedo lo que estas por decir.

—No temás —una risa leve acompaño dicha frase.

—Bueno, sea lo que sea, te apoyo.

—Te he traído aquí, para que se te haga más sencillo visitarme —¿visitarme? No entendía.

—¿Qué? —en el momento el cual no comprendía lo antes dicho por Valen, la chica llega con las bebidas.

Ambos vamos a una de las mesas, en total silencio hasta sentarnos, una vez cómodos la noticia de Valen es la encargada de romper con todo mutismo.

—Ethan, me voy a mudar a New York, me aceptaron en la NYU, y sabes que no puedo rechazar esa oportunidad —no puede ser, ahora entendía tanto misterio.

—¡NO LO PUEDO CREER! FELICIDADES HERMANA, ES ALGO MARAVILLOSO, no lo puedo creer, te vas a mudar a New York, y vas a estudiar en la NYU, estoy muy feliz por ti Valentina Schmid —me levanto de mi sitió y abrazo a Valen con más fuerza de lo que pude controlar, las lágrimas de felicidad empezaron a hacer presencia, tanto mías como las de mi hermana —¿nuestros papás ya lo saben?

—Aún no, cuando regresemos, tu me ayudaras a decirles, serás mi cómplice.

—Está bien, es maravilloso lo que está pasando.

Y así es, estoy muy orgulloso de lo que logró mi hermana, y estoy seguro que mis padres también lo estarán; conociéndolos, mi madre lloraría de la felicidad, y mi padre le daría un abrazo tan fuerte que la asficciaría antes de poder mudarse; no se lo tomen literal.

Al termino del café, ambos salimos a un parque que estaba cerca, caminamos y por un momento nos olvidamos de los problemas, recordamos todo lo vivido cuando éramos pequeños, el tiempo pasa tan rápido que no lo vemos venir, en un parpadeo ya pasan 10 años, te descuidas y pasan otros 10, por eso dicen que el tiempo no perdona, a pesar de todos los problemas que existan, el tiempo seguirá su camino hacia adelante.

—¿Recuerdas aquella vez en la que salimos corriendo de una casa porque en Halloween una señora se había disfrazado de zombie? —ambos reímos tan fuerte que la gente que pasaba nos volteaba a ver.

—Lo recuerdo como si fuera ayer, teníamos 7 años —fue algo gracioso, y el miedo fue gracias a que en la noche anterior, ambos habíamos visto una película de zombies.

—Tu fuiste corriendo hasta la casa, la cual estaba a 8 cuadras.

—Es que realmente tenía miedo —las risas fueron cada vez más fuertes— como me gustaría regresar a esa época —la risa desapareció y le dio lugar a un gesto triste.

—A mi también, pero si existe algo que no está a nuestro control en este mundo, es el tiempo.

—Además del como terminan las series.

Entre risas un destello de un momento juntos llegó a mi mente—¿recuerdas cuando no dormimos una noche entera para ver una serie de netflix?

—Claro, si eso fue la semana pasada.

—Disculpa, es que aveces mi disco duro no guarda las grabaciones con fecha —algo raro pero gracioso, aunque es verdad, si hay algo en lo que soy pésimo, es en recordar fechas, por esa misma razón las fechas importantes como cumpleaños o aniversarios, las apunto en mi celular, para así no poder olvidarme y quedar como un mal amigo o un mal familiar.

—Esto no lo recuerdas tú; cuando tenías cinco años y yo siete, ambos estábamos solos en casa, ya sabes, nuestros padres trabajando; tu estabas llorando y no sabía que hacer, agradece que no te deje en la calle, el punto es que para calmarte, tome un pote de helado del refrigerador, y nos lo terminamos en minutos.

—No puede ser, eso nos hubiese matado —Las risas no paraban, aveces con demasiada energía, y otras simplemente como penas ante dichos recuerdos.

—De hecho, al día siguiente amanecimos con fiebre, estábamos enfermos al punto de no podernos levantar de la cama, mamá y papá tuvieron que quedarse en casa, fue cuando les conté lo sucedido —no me imagino el miedo de confesar tal cosa a nuestros padres.

—¿Cómo es que sigues con vida?

Una gran carcajada acompañada de lágrimas por parte de mi hermana la hizo confesar lo sucedido —Es que dije que el culpable eras tú, que lo habías tomado y no podía quitártelo porque estabas llorando.

—Eso es muy cruel de tu parte.

—pues perdón, pero no quería que me mandaran a un reformatorio —solo está exagerando, no sé preocupen, no serían capaces de eso; o almenos eso espero— tu eras muy pequeño, por ende era imposible que te reprendieran por aquello.

—Igual, me la debes...

Y así un sábado cualquiera, se convirtió en un sábado de recuerdos, al cabo de unas horas regresamos al pueblo, y Valen le contó a mamá y a papá su ingreso a la universidad, y que el domingo se mudará.

Como lo había dicho, mamá lloró tanto de felicidad, que hizo que papá también llorara, al igual que mi hermana, y no lo voy a negar, yo también, vimos una película junto con tutti, comimos pop corn hasta ya no poder más, disfrutamos hasta que la noche llegó, todos fueron a dormir, y mi hermana a preparar sus maletas, es decir, ya las tenía hechas, pero faltaban algunas cosas.

Al día siguiente desayunamos temprano, y mi hermana tomó una foto de todos juntos, incluida la abuela quien estaba de visita.

Al llegar la hora de despedida, mi mamá volvió a llorar, y mi abuela le pellizco los cachetes como cuando eramos pequeños, abracé a mi hermana y le hice prometer que si no llamaba, la iría a buscar, entre risas y lágrimas, vimos como su auto se alejaba, hasta llegar al punto de desaparecer de nuestro campo de visión.

Comenzaba una nueva rutina sin mi hermana, quien ya no me levantaría en las mañanas para ir a la escuela; ella también iniciaría una nueva vida, conocer nuevas personas y sobre todo, convertirse en una adulta divertida.

•~•~•~•~♡~•~•~•~•

Tardé mucho, a pesar que el capítulo no es largo, sin embargo, trato de adecuar mis horarios.

Simplemente disfruten de este capítulo y nos volvemos a encontrar en el siguiente.

Recuerden, la vida es una, aprendan del pasado, y disfruten del presente, pero jamás se olviden de lo bueno, de lo divertido y de lo eterno de la vida.

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