Capitulo 4
Los dos caminaron hasta llegar a aquel rio, en este Bruno acomodo el costal en la montura del caballo, para que así Mirabel no tuviera que cargarlo.
Mirabel- Gracias por la ayuda señor- exclamo con una sonrisa mientras se subía al caballo
Bruno- de nada, supongo que te veré más veces,
Mirabel- así es, a partir de ahora seré la que recoja los ingredientes
Bruno- bueno, te estaré esperando aquí
Mirabel- fue un gusto conocerlo, hasta luego
Bruno- hasta luego
Mirabel se fue con el caballo dejando a Bruno solo.
El por su parte volvió a su tienda y acomodo un poco los papeles que tenía en la mesa.
Él se sentía feliz de haber vuelto a ver a su sobrina, le hubiera gustado mucho poder abrazarla, después de tanto tiempo sin verla, pero sabía que si hubiera echo eso, ella se daría cuenta que era su tío.
Talvez lo mejor por ahora era que ella no sepa quién es él.
Por otro lado, Bruno no pudo evitar sentir mucha nostalgia, su sobrina había crecido tanto, ella ya era toda una mujer.
Pensar que cuando él se fue era una niña pequeña.
El tiempo había pasado bastante rápido para ambos.
Mirabel volvió al pueblo y le entrego el costal de harina al señor de la panadería.
Señor- ¿Cómo te fue? - pregunto mientras acomodaba el costal
Mirabel- bastante bien, el señor Hernando es una persona muy generosa, me ayudo a llevar el costal hasta el rio
Señor- me alegro, él es una persona algo fría, pero en el fondo tiene un gran corazón
Mirabel- ¿fría?, vaya que raro él se comportó muy bien
Señor- talvez le caíste bien, uno nunca sabe
Mirabel- posiblemente
Señor- bueno eso es todo lo que necesito por ahora, mañana ven a la panadería, te daré otro encargo, algo me dice que pronto me quedare sin ingredientes, por el gran pedido que tengo
Mirabel- claro no se preocupe, yo estaré aquí mañana
Señor- hasta luego que tengas un buen día.
Mirabel- hasta luego- exclamo mientras se retiraba del lugar.
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