Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 03

Al ver la carta rota en mis manos, sentí un nudo en la garganta. ¿Por qué Gaeul había hecho eso? Sabía que la sociedad era cruel, pero nunca pensé que mi propia hermana llegaría a serlo conmigo. ¿Tan mal estaba lo que sentía?

Recogí los pedazos de la carta mientras veía a Gaeul alejarse con paso firme. Me acerqué a mi bicicleta y la seguí, Cuando estuve lo suficientemente cerca, no pude contener más mis pensamientos y le pregunté — ¿Por qué lo hiciste? — Mis palabras salieron más desesperadas de lo que había planeado.

Gaeul se detuvo un momento y me miró de reojo, con su expresión dura. — Jisung, sabes que eso está mal. Un hombre no puede gustar de otro, es asqueroso. — Su mirada se oscureció, y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. — No me digas que te gusta...

El pánico se apoderó de mí. Solo imaginar su reacción, o peor aún, la de nuestra madre, me aterraba. Me apresuré a responder, mi voz temblando ligeramente.

— No, claro que no... solo pensé que tal vez era algo importante, un dato o... no sé.

Gaeul me observó, pero no dijo nada más. El resto del camino hacia casa lo recorrimos en silencio, con la incomodidad colgando entre nosotros como una nube oscura.

Al llegar, mamá nos recibió con una sonrisa cálida, ajena a todo lo que acababa de pasar. Nos esperaba un almuerzo que debía haber sido un espacio de tranquilidad después del primer día de clases, pero, como era costumbre, Gaeul no tardó en llenar la mesa con sus comentarios cargados de odio. Y, como siempre, mamá asentía, compartiendo la misma mentalidad que el resto de la sociedad.

Cuando Gaeul mencionó la carta rota, mamá me lanzó una mirada que nunca olvidaría.

— Mamá, solo fue una carta. Ya está rota. Sabes que adoro a las mujeres. Jamás me fijaría en un hombre. — Mentí, tragando el nudo que se formaba en mi garganta.

La mentira salió de mis labios antes de que pudiera detenerla, pero era una mentira que sabía que debía decir. El miedo de ser comparado con alguien más, de ser visto como "diferente", me impulsaba.

— Más te vale, Han Jisung. No quiero que me vengas con estas mariconadas como tu padre. Mejor que ese hombre ya no esté en casa. — El veneno en las palabras de mamá me golpeó como un puñetazo en el estómago. Apreté los puños bajo la mesa, recordando la ausencia de mi padre, el hombre del que apenas se hablaba en casa.

El resto de la cena transcurrió en un silencio incómodo. El sonido de los cubiertos chocando contra los platos era lo único que rompía la tensión. Pero dentro de mí, algo no estaba bien. No podía dejar que esa carta se quedara en el olvido, rota entre pedazos de papel y miedo. Tenía que saber lo que decía.

Esa noche, me encerré en mi habitación. Intenté pegar los pedazos de la carta, pero los fragmentos eran demasiado pequeños para unir algo coherente. Solo podía distinguir algunas palabras como "gracias" y "especial", pero ninguna me decía claramente lo que Minho había escrito.

Al día siguiente, en clase, no podía dejar de pensar en la carta rota. Apenas me senté en mi banca, Minho me buscó con la mirada. Evité su mirada al principio, pero sabía que eventualmente tendría que decirle lo que había pasado. La tensión en mi estómago crecía con cada segundo que pasaba.

Durante el descanso, Minho se acercó a mí, justo cuando yo intentaba escapar de sus ojos penetrantes. Su rostro mostraba cierta curiosidad mezclada con una leve preocupación.

— Oye, Jisung... — comenzó, hablando en voz baja para que nadie más escuchara —. ¿Pudiste leer la carta?

Tragué saliva, mis manos comenzaban a sudar. — Lo siento, Minho... — murmuré —. Mi hermana la rompió antes de que pudiera leerla.

Minho parpadeó, sorprendido, pero no parecía molesto. — ¿Por qué la rompió? — preguntó, como si no pudiera comprender la razón detrás de algo así.

Bajé la mirada, sabiendo que no podía ser completamente honesto sin arriesgarme a algo más grande. — Ella... ella pensó que era inapropiado — respondí, mi voz apenas audible. Era difícil explicar en palabras lo que pasaba en la mente de mi hermana sin decirle que, en su cabeza, no estaba bien que dos chicos tuvieran una conexión cercana.

Minho asintió lentamente, su expresión tornándose más seria. Parecía entender, al menos en parte, lo que estaba sucediendo. — Lo siento, Jisung. No quería causarte problemas — murmuró.

— No, no fue tu culpa — respondí rápidamente, sintiéndome mal por la situación —. De verdad quería leerla, ¿Que decía?

Minho frunció el ceño, pero no parecía enfadado. — Bueno, no te preocupes. — Sonrió con esa calidez que me desconcertaba tanto. — No era nada importante, solo quería decirte que me pareces alguien especial... y, bueno, que mi número está ahí por si quieres llamarme.

Minho, en realidad, no me estaba diciendo toda la verdad, eso era notorio. Sabía que la carta contenía algo más. Pero no lo presioné. Quizá, en el fondo, ambos teníamos miedo de lo que podrían haber llegado significar esas palabras.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro