4
- Aquí el teniente Matt informando de la situación. El imperio Galra ha caído, junto a eso el planeta de Altea ha resurgido tras su derrota. Reunirse en el planeta, hay mucho que planear para la era de paz que Voltron ha logrado traer consigo. - Ese era el mensaje que se había enviado a cada parte del universo, desde la espada de malmora, miembros de la coalición, planetas aliados, hasta otros Galra. En fin, luego de años de silencio el planeta de Altea sería testigo de una cantidad de ciudadanos muy exagerada.
Verónica por su parte volvía a escuchar el mensaje un poco insatisfecha. Más bien decepcionada. Pensándolo a cabeza fría los chicos le tenían muchos puntos en su contra, pero la sola idea le seguía siendo muy indignante.
- Ya nada se puede hacer. - Se dijo a ella misma de manera bien pesimista. Estirando los brazos antes de proseguir a teclear cierta información, buscando comunicarse con la tierra.
- ¿Cómo te sientes? - La voz de Krolina se escuchó tras de ella, dejándo la computadora, prestándole su atención a la mujer Galra.
- Hola, creo que debería preguntar eso yo. Serás abuela. ¿Ya lograste hablar con Keith?
- No. Aún no, tuve que conversar con los Alteanos que estaban con Onerva y ponerlos al tanto de toda la situación una vez despertaron. Regresarán a su planeta dentro de 15 horas terrestres.
- Deben estar felices. - Apoyando su cabeza en su mano su vista no se separó de la mujer mientras se parada a su labo.
Tratando de ponerse en el lugar de los Alteanos, Verónica encontraba una imagen de satisfacción luego de sentirse molestos por su realidad de ser utilizados bajo un figura que imponía lealtad.
- Bastante a decir verdad. Con los que hable casi lloraba de ver su planeta de origen igual que muchas leyendas decían.
- Pasaron de vivir en un centro de tecnología a un prado casi salido del jardín del Edén.
- ¿Jarbin del Edén?
- Un lugar relatado como parte importante en las figuras de la religión humano. - Explica. Ella como tal nunca fue la más católica, tenía su fe pero no totalmente devota a dios. Ya habiendo salido de la tierra, esas cuestiones estaban ya en su línea de escepticismo.
- Ya veo. Sobre tu primera pregunta, quisiera darle un poco de espacio a mi hijo para que termine de asimilar lo de hace un momento. Shiro... Con él hablaré después. Cómo se notaba preocupado por mi hijo lo deje tranquilo, después de una batalla el estrés no es lo mejor.
- Se nota la experiencia. La verdad no tengo interés en ser tachada de la villana en el romance de esos 2, no estoy de acuerdo en absoluto y si por mí fuera ya le hubiera pateado las pelotas a Shiro, pero como dijiste lo hecho, hecho de queda, por lo tanto muy probablemente vuelva a la tierra para explicar mejor varios sucesos en la tierra e infórmale a los padres de cada uno de los chicos su mayor tiempo de estancia en el espacio.
- Comprendo. Si te voy a ser honesta ya me veía venir que si algún día me encontraba con Keith otra vez, este ya estaría en alguna relación. Tal vez con hijos, ya sería un hombre hecho y derecho en fin de cuentas.
- Lo encontraste más joven qué eso. Keith siempre fue complicado, no era un mal chico pero tampoco un ángel. - La mujer Galra rio ligero de imaginarlo.
- Con el carácter que tiene ahora no se si sorprenderme.
- Ha madurado mucho. Es otra de mis razones del porque no me agrada la noticia, Shiro aporto mucho en eso. Fue quien supo barle un rumbo a ese adolescente rebelde. - Y para bien o para mal, se podía notar bastante al ser la desaparición de Shiro un punto importante en Keith, terminando de desobecer antes de ser expulsado.
- Interesante. - Esa información la tendría en mente. - Si mal no recuerdo me llegó a comentar sobre eso cuando estábamos atrapados en el espacio.
- Que buena forma de reencontrarse con tu hijo. - Irónizo.
- Nos dió el tiempo para ponernos al corriente. El Palabin de Voltron y quién encontró el león azul, mi hijo. - Verónica solo pensaba en lo feliz y orgullosa que ella debería estar, aunque en su rostro solo adornada una sutil sonrisa, las emociones de Krolina no eran difíciles de leer. - Me hubiera gustado quedarme más a su lado de pequeño. Pero no me arrepiento ahora.
- Podré Keith, ocultando a su madre alienígena con apariencia de Lince. - Krolina soltó una carcajada. No podía negarse lo extravagante de esa situación. - ¿Cómo era tu marido? Sin detalles de como procrearon a Keith por favor.
- Descuida. Yo nací en la era de Zarcol por lo tanto se me crío con la idea de que lo mejor era el imperio y su prosperidad. - Hombres a pelear, mujeres a tener hijos. Entendía sin muchos problemas a lo que quería llegar. Aunque viendo a algunas se podría decir que al menos Zarcol era flexible en el género de sus guerreros. - Ya me había planteado tener hijos algún día, conocer al padre de Keith fue una sorpresa para los 2, en un primer momento solo lo convivimos porque nuestros destinos se cruzaron y no me dejó sola, pero estar con él me gustaba mucho. Casi siempre eran muy cotidianos nuestros días lo que hacía preguntarme si así sería la vida de los Galra si no hubiera un imperio, de cierta forma esos recuerdos siempre me han motivado, quería volver con ellos.
- Debe ser doloroso.
- Algo. Los Galra somos una especie apasionada, somos capaces de lo que sea por cuidar a nuestras parejas. Tenemos un instinto que nos unen a ellos.
- En la tierra le llamamos amor. También media naranja, otra mitad, hilo rojo. Muchas interpretaciones. - La mujer Galra agradeció por su señalamiento, también por su conversación bastante satisfecha. Separandose la una de la otra a su propio camino.
Verónica por su parte se apoyo en el espaldar de la silla. Cerrando los ojos mientras su mente buscaba perderse. Analizando todo lo que le deparada. Unos minutos después volvió a teclear, no tardaría en informar a todos sus compañeros de su regreso a la tierra. Por lo menos de forma temporal.
---
Arreglándose la camisa Shiro salió del cuarto dejando a Keith sólo por un momento ya que se le olvidó que este no había comido aún como ellos sí lo hicieron al despertar. Le buscaría algo de comer.
Ahora que caía en cuenta tal vez debería buscar barle más de lo normal porque iba a tener un hijo.
Lo que nunca creyó vivir en su larga vida homosexual. (Ni que larga, desde los 16) Un embarazo. Buscaría a Hunk.
- Krolina. - Trago nervioso. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando la mujer apareció frente a él. ¿Asustado? Un poco. Esa mujer podía entrar en la definición de "armas tomar" y sus encuentros con los Galra no habían Sido los mejores.
- No esperada verte. Pero no desaprovecharé ya que estás.
- Ah... Iba a buscarle algo de comer a Keith. Tras toda esa batalla...
- Te ayudaré entonces. - Y dicho esto paso por su lado, solo necesitando verlo para decirle que le siguiera.
- Dijiste que ibas a hablar conmigo. ¿No?
- En efecto. Luego lo haré con mi hijo.
- ¿No estás enojada?
- No usaría la palabra enojada. Más bien, sorprendida.
-"no lo parece" - Pensó, torciendo la miraba al suelo sin que ella se ve cuenta. Dios no sabía que decir. - Si yo... Si yo fuera un Galra ¿Tendría que pedir permiso para estar con Keith?
- No. No tenemos ese tipo de costumbres. En el peor de los casos tendrían que pelear y tener su relación en secreto.
- "¿En el espacio también son así?" - Esperada que no lo fuera y solo este malintepretando porque qué horror. Ni un sin fin de especies podía estar con Keith. - ¿No está permitido?
- No es eso. Lo digo por el ejército. Muchos prefieren no mezclar sentimientos con el trabajo. Los Galra somos muy devotos a nuestras parejas.
- Ya veo.
- No tengo que decir o hacer en contra de los 2, se que eres un buen y honorable hombre, así que solo espero que seas igual de Devoto a mi hijo y nieto como espero. - Apesar que la mujer lo estaba amenazando, Shiro reaccionó alegré con sus declaraciónes.
- Lo haré. - Era un promesa. - ¿Puedo decirle suegra entonces?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro