Capítulo 59 - Revelación - Parte 3
Royal Woods Michigan - Residencia Loud - 1:00 p.m.
Podemos ver a nuestro protagonista, el cual se encontraba en su cama. Su cara estaba un poco roja, se encontraba algo pálido, y la frente del albino, seguía con algo de fiebre. Pero cuando intentaba levantarse, sus brazos no podían moverse bien.
Lincoln: Hmm... me siento con pocas fuerzas. Apenas me puedo mover. Pero... ¿En donde están todos?. ¿Dónde esta mi mamá?. ¿Y mis hermanas?. - dice el peliblanco con pocas fuerzas, mientras miraba a todos lados. Pero al mirar su reloj, este deja salir un suspiro. - Apenas están regresando de la escuela.
De pronto, la puerta de la habitación se abre. Y se muestra a una joven pelinegra, la cual rápidamente se acerca a él, para luego darle un fuerte abrazo. Al mismo tiempo que otra pelinegra, entraba al lado de Elizabeth.
Zoe: Hermanito. Mi pequeño copo de nieve. No sabes la alegría que siento al verte bien. Cuando Elizabeth me comentó sobre lo que te había pasado, me asusté mucho. Cómo pudimos, Rachel y yo vinimos hasta acá, para verte. Pero dime cómo te sientes. - dice la pelinegra bastante preocupada, mientras tomaba las manos de Lincoln, el cual sonríe algo débil.
Lincoln: Hermana. Tran... Tranquila, estoy bien. Solo tengo algo de fiebre y dolores de cabeza, pero... Creo que es algo común, luego de la operación que me hizo Lisa. - dice el albino con una leve sonrisa, dejando a ambas pelinegras algo confundidas.
Rachel: Operación, de que estás hablando, Lincoln. No entiendo nada de lo que dices. - dice la pelinegra algo confundida, mientras que Lincoln desviaba un poco su mirada. - Lincoln, por favor dinos que sucede.
Lincoln: Todo lo sabrán, cuando reúnan a todos. Necesito decirles toda la verdad, a mi familia. Ya es tiempo de que sepan, de una vez por todas... Mi pasado. - dice el peliblanco con seriedad, dejando a las 3 chicas, muy sorprendidas.
Elizabeth: Hijo, de que pasado hablas. Ahora soy yo, la que no entiende que de estás hablando. Chicas, ustedes saben a lo que se refiere mi hijo. - dice la peliblanca algo confundida, mientras veía como Zoe bajaba un poco su mirada. Para luego comenzar a derramar un par de lágrimas.
Zoe: Es algo bastante doloroso, señora Elizabeth. Pero tanto usted cómo la familia Loud, merecen saberlo. Así que no se preocupe, pronto sabrá la verdad, de todo por lo que Lincoln ha pasado en este tiempo. Una verdad... Que me duele hasta el alma. - dice la pelinegra en un tono de tristeza, mientras sentía como Lincoln tomaba su mano. Para luego limpiar sus lágrimas.
Lincoln: No llores hermanita. Tu misma sabías, que esto algún día, debía pasar. Y ahora... Es tiempo, de decir la verdad. Pero eso será hasta que llegué mi familia. - dice el peliblanco en un tono bajo, al mismo tiempo que Zoe, comenzaba a sollozar en el pecho del peliblanco. El cual acaricia un poco su cabeza, mientras miraba a su madre. La cual se encontraba algo preocupada.
Mientras tanto en un lugar desconocido. Podemos ver a El Jefe, el cual se encontraba jugando billar, en una mesa. Mientras miraba el noticiero. Hasta que de pronto, alguien entra a la habitación, con algunos papeles en mano.
Mujer: Disculpe la tardanza, señor. Estaba organizando un par de cosas, que tiene que saber. Nuevas noticias de los Rochester, para ser más exactos. - dice la mujer en un tono serio, mientras veía como su jefe metía una bola en un hoyo.
El jefe: Bien, adelante. ¿Qué es lo que tienes que decirme?, sobre esos idiotas. Y más te vale, que sea información útil. - dice el jefe en un tono serio, mientras tomaba una pipa, para luego empezar a fumar.
Mujer: Bueno, ya eh descubierto la ubicación de la casa, de la familia, en dónde viven Lincoln y Elizabeth. La casa se ubica en la avenida Franklin, en el 1216. Mejor conocida, como la casa Loud. - dice la mujer en un tono serio, mientras veía como aquel sujeto sonreía con maldad.
El Jefe: Jeje, esas son buenas noticias. Quizás le podamos hacer una visita a esa familia y a ese mocoso. Pero por tu cara, puedo ver qué hay una mala noticia, no. - dice el jefe en un tono serio, mientras seguía jugando billar.
Mujer: Así es señor. Y es que esa casa, está protegida por Lucas Harriet. Y si hacemos un movimiento mal, para atacarlos y somos descubiertos por él. Pueden tirar a la basura, todo nuestro plan - dice la mujer en un tono de preocupación, haciendo que el Jefe se moleste un poco y desvíe una bola a otro lugar.
El Jefe: Aaaaaah, ya me estoy hartando, de ese maldito mercenario loco. Hmm... Jejeje, ya tengo un plan. No podemos ir por ellos, para traerlos aquí. Pero si podemos hacer, que vengan hasta aquí. Y yo sé cómo hacerlo. Solo necesitamos sustraer a ese pequeño enano peliblanco. De los brazos de su querida madre, así ella irá por el. Y yo podré completar mi venganza. Mataré a 2 pájaros de un solo tiro. - dice el jefe con una sonrisa, mientras comenzaba a jugar nuevamente.
Mujer: Pero... Cómo lo hará. Prácticamente todas las personas que usted ha mandado, ya han fracasado y casi todas murieron a manos de usted. A excepción de 2, que seguramente murieron por culpa de Elizabeth. - dice en un tono serio, mientras se cruzaba de brazos.
El Jefe: Bueno, si nuestro amigo F, falla en su última oportunidad, yo mismo haré el trabajo sucio. Cómo dicen, si quieres que algo te salga bien, debes hacerlo por ti mismo. - dice el jefe en un tono serio, mientras metía la bola 8, ganando el juego.
Un rato después. En la casa Loud, casi toda la familia Loud, a excepción de Lori, se encontraban reunidos, en la sala. Junto con Zoe, Rachel y Elizabeth, las cuales estaban en el sillón. Y afuera de la casa, un auto de color verde se estaciona y de este se baja Lucas, el cual comienza a caminar un poco confundido.
Rita: Bueno, chicas por favor guarden silencio, que la reunión está por comenzar. Nada más falta mi hermano y estaremos completos. - dice la rubia en un tono serio, mientras veía como Lucas entraba por la puerta. - Oh Lucas, que bueno que llegas, ya estamos todos.
Lucas: Ajá, pero... Para que es, está reunión. Lemy me llamó y me dijo que viniera lo más pronto posible. Espero que sea algo importante. - dice el pelinegro con seriedad, mientras cerraba la puerta, para luego recargarse en una pared. Al mismo tiempo que se cruza de brazos.
De pronto, en las escaleras. Nuestro protagonista se encontraba bajando, con ayuda de Lynn Padre. El cual lo sostenía de la mano, para que no se cayera. Al mismo tiempo, que era visto por todos. Los cuales tenían una mirada de preocupación.
Lincoln: Bueno... Ya están todos reunidos. - dice el peliblanco en un tono bajo, mientras caminaba hacia la sala, para luego ser ayudado por su madre, la cual lo sienta en una silla. Al mismo tiempo que esté deja salir un gran suspiro de alivio.
Lemy: Bien Lincoln, estamos todos reunidos. Pero ahora, aquí viene mi pregunta. ¿Estás seguro de esto?, digo... Sabes lo que pasaría si... Revelas eso. - dice el castaño en un tono serio, dejando a algunas hermanas algo confundidas, mientras que otros que ya lo sabían, desvían la mirada.
Lincoln: No te preocupes, Lemy. Estoy completamente seguro. Ya es tiempo de hablar... Sinceramente. - dice el peliblanco en un tono bajo, mientras se acomodaba en su silla. Para luego dejar salir un suspiro. - Mamá... Tú sabes, cuales son las familias que me adoptaron... Verdad.
Rita: Así es. Lucas me pasó un poco de información, cuando estaba en Miami. Sobre las familias que te habían adoptado, pero eso que tiene que ver, con todo esto. - dice la rubia en un tono de confusión, mientras veía como Lincoln baja un poco su mirada, mientras jugaba con sus dedos.
Lincoln: De esas familias, surgió algo muy fuerte. Las 4 familias que me adoptaron. Fueron... Las principales razones, por las cuales eh estado sufriendo en silencio. Y también... El por qué yo, les ocultaba mi secreto. - dice el albino en un tono serio, dejando a todos bastante confundidos. A excepción de los que ya lo saben. - Bueno... Ahora es momento de que lo sepan.
El peliblanco poco a poco, comenzó a desabrochar su pijama, dejando algo confundidos a algunos de los presentes. Los cuales miran con atención lo que estaba haciendo el albino. Pero sus miradas de atención, cambian a una de terror, al ver las feas marcas y cicatrices, que el peliblanco tenía en todo su cuerpo, al mismo tiempo que esté dejaba caer su camisa. Mostrando también las vendas que llevaba en su brazo.
Elizabeth: Ay por dios. Que... Que... Cómo es que... Hijo... ¿Qué fue lo que te paso?, ¿¡Cómo es que tienes todas esas cicatrices!?... ¡Dime por favor!. - dice la peliblanca bastante exaltada, mientras veía como el peliblanco se volteaba a un lado, dejando ver las cicatrices de su espalda. - Ay dios, no puede ser.
Rita: Hijo... Por favor, se muy sincero cuando hables. Y dinos... Fueron esas familias, que te adoptaron. Las cuales te hicieron todo esto. - dice la rubia en un tono serio, mientras veía como el albino asiente con la cabeza. - Y... Y... Por... Por qué no dijiste nada de lo que sentías... ¿Por qué?.
El peliblanco al escuchar como la voz de Rita, comenzaba a quebrarse. Haría que esté baje, algo su mirada. Mientras juntaba sus manos, para luego mirar a todos. Los cuales tenían algunas miradas de tristeza y otros estaban en shock.
Lincoln: La razón, por la que nunca les dije nada. Fue por qué no quería que me vieran, como lo que soy. Un niño, con el cuerpo de un monstruo. - dice el peliblanco en un tono de tristeza, mientras agachaba su mirada, al mismo tiempo que apretaba sus puños con fuerza. Mientras sentía como las lágrimas, querían salir de sus ojos. - Pero ahora, les contaré todo, desde el principio.
Pov Narra Lincoln
Todo esto había comenzando, el día que fui mandado al orfanato, luego de que mi abuelito falleciera. Yo fui recibido, por la señora Brisa, la misma señora que te atendió a ti mamá, el día que me fuiste a adoptar. Pero bueno... Cuando llegué al orfanato. No tenía a nadie con quien estar. Estuve solo, nunca hice amigos allí, hasta que llegó ella.
Una niña con el cabello café, ojos verdes, tenía más o menos mi edad, y llevaba un oso de peluche con ella. Su nombre era Sofía, ella fue la primer y única amiga, que hice allí. Y cuando nos conocimos, nos hicimos inseparables. Siempre nos apoyamos en todo y nos quisimos mucho. Ella es la persona, que me manda esas cartas que vienen de Europa. Y es la razón, por la que me ponía tan feliz, cuando las leía.
Pero ese no es mi punto. Al paso de un tiempo, ella fue adoptada por una familia que no pude conocer. Y solo me pude despedir de ella. Con un abrazo y... Ehm... Algo más. Ejem... Luego de que ella, fuera adoptada yo me quedé solo. Otra vez... Y tuve que aprender a estar allí, sin compañía de nadie. Hasta que llegaron 2 personas, las cuales no conocía. Una de ellas, era un señor de cabello oscuro y la señora que iba con el, tenía el cabello rubio.
Ambos se hacían llamar los Williams. Ellos 2, dijeron que eran recién casados. Pero que no podían tener hijos, por un problema que tenía la señora Williams. Así que por eso, decidieron adoptar, para que tuvieran un hijo. Y... Bueno, al final me fui con ellos.
Cuando llegué a sus vidas. Todo comenzó bien. Me trataban muy bien, me daban de comer, me dieron una habitación y me trataban como si fuera de su familia. Pero todo lo malo, comenzó cuando un día accidentalmente encontré unos papeles, a los cuales no le entendí nada. Pero para los señores Williams, fue como si yo estuviera espiando sus cosas.
El señor Williams, me tomó del brazo y con mucha fuerza, me aventó hacia un lado. Y rápidamente agarró esos papeles, los cuales se llevó a su cuarto. Mientras que la señora Williams, bastante molesta. Me agarró del pelo y me grito que no estuviera espiando otra vez o me iba a ir muy mal. Desde allí, comenzaron a mis problemas con ellos.
Con el pasar de los días. Comenzaron a tratarme mal, me daban fuertes regaños si no hacía las cosas bien. Y me mantenían castigado en la pared, sin moverme por horas. Incluso la señora Williams, rompió varios de mis dibujos y me insultaba de varias formas posibles. Para que según ellos, "aprendiera mi lección", pero la gota que colmó el vaso, fue cuando un día. La señora Williams enfureció conmigo. Ya que supuestamente le había tirado un jarrón muy valioso, que en realidad el señor Williams, tiró cuando llegaba tomado.
Ella muy enojada, me agarró de mi camisa. Y comenzó a darme de fuertes golpes, sin ninguna piedad. Mientras me gritaba que yo era un error. Y que por mi culpa, ella no podía tener hijos. Parecía estar fuera de control. Y de pronto... Ella tomo un fierro y me dio un par de golpes en las piernas, y luego de eso... Mientras yo me intentaba ir, ella me golpeó con fuerza en la cabeza. Y terminé desmayado.
Rápidamente, me mandaron al hospital. Y esos doctores, me pusieron una válvula que fue la misma, que Lisa me había quitado, cuando me hizo esa operación. Ellos fueron los causantes, de que yo tuviera está cosa en mi cabeza. Y después de eso, me regresaron al orfanatorio. Con tal de que nunca me volvieran a ver. Luego de eso, desaparecieron y jamás supe nada de ellos.
Después de ellos. Viví un poco más tranquilo. Pero a veces, tenía algunos dolores de cabeza. A veces me mareaba y otras veces, me salía sangre de mi nariz. Muchos decían, que era por el calor, pero yo no sentía lo mismo. Yo sabía que era algo más. Y al final resultó ser la válvula, que descubrió Lisa.
Luego de un tiempo, una nueva familia llegó. Se hacían llamar los Baker. El señor Baker, era un señor con barba y gorra, mientras que la señora Baker. Parecía una bruja del cuento. Se veía muy fea y parecía tener una gran verruga en su nariz.
Cuando me adoptaron. Ellos no me trataron para nada bien. Desde que salimos del orfanatorio. Me obligaron a que llevará un par de cosas pesadas, que ellos tenían allí. Y como pude los arrastre hasta el auto. Y luego de allí, nos fuimos.
Ya al llegar a casa. Las cosas empeoraron. El señor Baker, comenzó a asignarme tareas y trabajos pesados. Yo solo tenía 4 años y apenas podía mover bien mis manos. La cabeza me seguía doliendo y me sentía con mucho sueño.
Tuve que limpiar la cocina, pintar su cerca, podar el jardín, cambiar bombillas, entre otras tareas, que se me complicaron mucho. Hasta que empecé a cocinar, al principio fue difícil, por qué no alcanzaba bien la estufa. Pero pude aprender usando otras cosas, como un banquito y también pude aguantarme las quemaduras, que me quedaban, cuando me chispeaba el aceite o cuando encendía un cerillo.
Pero nada de esto se comparaba. Con la cantidad de insultos y fuertes castigos, que ellos me daban. Pues a pesar de que casi no me golpearon. Ellos me encerraban en el sótano, me hacían dormir en el jardín o en el ático. Y lo peor de todo, era como decían cosas horribles de mi mamá o de mi abuelito. Ellos fueron realmente crueles conmigo. Hasta que un día, se cansaron de mi.
Dijeron que era un completo inútil y que no servía para nada. Ni siquiera para pedir dinero en la calle. Así que me regresaron al orfanato y se fueron, para nunca más volver. Pero al menos, me quedé tranquilo de que jamás los vería de nuevo. Hasta que llegó mi penúltima familia. Los Owens.
Siendo sincero, me dio algo de miedo, cuando vi al señor Rick Owens, enfrente de mi. Se veía intimidante. Tenía ojeras bajo sus ojos, era algo alto y tenía una cara de enojado todo el tiempo. Y la señora Martha Owens, bueno... Ella a pesar de que parecía menos mala que el señor Rick. También me daba miedo.
Cuando me adoptaron. Ellos me llevaron a su casa. Yo pensaba que está vez, las cosas podrían cambiar. Pero estaba muy equivocado, respecto a eso. Pues la señora Owens, de inmediato me exigió que les comenzará a cocinar. Por qué ellos no habían adoptado a un niño, para tenerlo como su hijo, si no como su sirviente.
Yo tuve que hacer todas las tareas del hogar. Barrer, trapear, limpiar los objetos de valor, recoger todo, cocinar, incluso me obligaron a tirar a mi conejito Bun Bun, el cual de milagro rescaté y guardé para que nunca lo encontrarán.
Pero mientras la señora Owens, me obligaba a hacer tareas, con el señor Owens, las cosas fueron peor. El realmente es el causante de que yo tenga todas estas cicatrices en mi cuerpo. Pues el me golpeaba de una forma realmente fea. No le importaba como quedará. Y solo me dijo... Que yo era un inútil estorbo, que no merecía piedad de los demás.
Con el tiempo. Tuve que aprender a aguantar los golpes que el señor Owens me daba. Y en las noches, yo solo me intentaba limpiar las heridas de mi cuerpo. Aunque no funcionó muy bien, pues en una ocasión me descubrieron y me dieron peores golpes, como por ejemplo, el que tengo aquí en el pecho. El señor Owens, me golpeó con un tronco que usaba para la leña de la chimenea y me dejó está marca.
Ya casi al final de mi horrible experiencia. Llegó mi cumpleaños número 5. Y en vez de felicitarme, me obligaron a trabajar durante todo el día en su casa. Y en la noche, me terminaron arrojando al jardín y me dijeron que durmiera allí, al menos hasta la mañana. Dónde me regresaron al orfanatorio, con la excusa de que seguía siendo un inútil, a pesar de haber hecho mucho por ellos.
Y bueno... al final paso lo que paso. Me terminaron devolviendo al orfanato y le dijeron a la señora Brisa, que yo era un completo inútil y que no servía para nada. Pero gracias a dios, la señora Brisa no les creyó nada y los echo de allí. Aunque cuando se fueron, se me quedaron viendo bien feo.
Después de otro tiempo. Comencé a anotar varias de mis experiencias, en mi libreta. Allí anoté todas las cosas necesarias, para poder estar bien, por si otra familia me llegaba a adoptar. Y bueno, al final terminé siendo adoptado, por mi última familia. La última antes de que... Mi mamá Loud, me haya adoptado.
El apellido de esta familia, es... El Crochet. La última familia que me adoptó y... Quienes fueron los causantes de esto. - dijo el peliblanco en un tono serio, mientras mostraba sus vendajes, en su brazo izquierdo.
Fin del Pov.
Elizabeth: ¿De que son... Esos vendajes hijo?. Por qué los llevas y por qué tienen algo de sangre. ¿Qué fue lo que te hizo, esa última familia?. - dice la peliblanca con el rimel completamente corrido en sus ojos, mientras tenía un pañuelo en sus manos.
Lincoln: Ellos... Fueron los que más me hicieron daño. Aparte de los Owens. El señor Crochet, me obligó a ser un músico, igual que el. Y por eso... Cuando fallaba en sus ensayos, él... Me golpeaba con una regla, con su cinturón, o con cualquier cosa que encontrará y... Me dejó estás marcas. - dice el peliblanco en un tono de tristeza, mientras se quitaba los vendajes, dejando ver unas horrendas cicatrices, las cuales le pertenecían al albino. El cual se encontraba con ganas de llorar. - Y además... Siempre me decía que me callara... Por eso... Por eso es que... Yo era tan callado... Yo... Tenía miedo de hablar...
Luna: Dios... Entonces, cuando estabas tocando y esos mareos te llegaron. Tú recordabas los maltratos de ese señor, cuando te obligaba a tocar con algún instrumento. - dice la castaña en un tono de sorpresa, mientras veía como el albino asiente con la cabeza. - Bro, yo... Eh, yo no sabía que tú...
Lincoln: No te preocupes, Luna. No pasa nada. Tú no lo sabías, así que no te sientas culpable. Yo accedí... por qué quería ayudarte, eso es todo. - dice el albino en un tono bajo, mientras se coloca de nuevos los vendajes, para luego mirar a otro lado. - Hmm, con la señora Crochet. Ella me obligaba a actuar como modelo, pero casi no dure nada. Por qué según ella, no servía para eso. Y a decir verdad, no se que responder ante eso. Recordar esto... Hacia que me doliera mucho mi cabeza. Por eso... Prefería mantenerlo en secreto. Así para que también... Que mi familia no me vea como lo que soy... Un monstruo.
Lucas: Entonces, todos los dolores, golpes, maltratos, miedos, humillaciones y demás, los ocultaste como un gran secreto. Que te tuviste que guardar por mucho tiempo, cargando con algo que te carcomía por completo. - dice el pelinegro con seriedad, mientras veía como Lincoln comenzaba a derramar un par de lágrimas. - Entonces... Ya no pudiste más con esa carga. Con ese dolor... Y con ese miedo.
Lincoln: Sniff... No... Sniff... Ya no pude más... Yo ah... Yo... - la voz del peliblanco comienza a quebrarse. - Ya no podía más... Ya no puedo más... ¡Con este dolor!... Con este miedo, con esta tristeza, ya no puedo más... Ya no... - dijo el peliblanco mientras se quebraba por completo, para luego romper en llanto. Al mismo tiempo que varios miembros de la familia se acercan a él, para abrazarlo y consolarlo, mientras que esté lloraba a mares, por todo el dolor que sentía. - Familia... Lo siento mucho. Ya no pude ocultarlo más... Lo siento... Lo siento.
El peliblanco con bastante tristeza, abraza con mucha fuerza a Elizabeth. La cual sentía un gran dolor en su corazón. Al haber escuchado los secretos, que su hijo, tuvo que guardar por tanto tiempo. Luego de su ausencia. Ella sentía una gran culpa, pero a la vez... Sentía una gran irá, hacia las personas que le habían hecho esto a su hijo.
Por otro lado. Rita, sentía una gran tristeza, respecto a lo que su hijo había dicho. Pero esto a ella, también la había hecho reflexionar al respecto. Pues el peliblanco se había abierto ante ellos con aquella carga. Y ella también podía hacerlo... Solo que eso, ya era un dolor completamente distinto.
Con las hermanas, todas sentían una gran punzada en su corazón. Pues estás sabían, que Lincoln a pesar de ser alguien tierno, amable y de un corazón noble. También tenía oculto, sus sentimientos más grandes. Y entre ellos, estaban sus secretos, los cuales fueron completamente inesperados para todas las hermanas, incluso para Leni. La cual a pesar de saber todo, ella sentía una gran tristeza, dentro de su corazón. Y una gran rabia consigo misma, por la forma en la que actuó con el albino, el día que el protocolo comenzó.
Por último, con Lucas, los primos Loud y Lynn Padre. Ellos sentían una gran sorpresa y algo de tristeza, por nuestro protagonista. Pero quién sentía una gran frustración, era Lucas. Pues este sabía del secreto del peliblanco. Pero sabía, que ya no había mucho por hacer. Debido a que los culpables se habían marchado. Aunque eso no significaba... Que se daría por vencido.
Un rato más tarde. En la habitación de nuestro protagonista, el peliblanco se encontraba acostado en su cama. Mientras dormía tranquilamente. Al mismo tiempo, que Elizabeth se encontraba acariciando su suave cabello blanco, para luego darle un beso en la frente. El cual haría que el albino, sonriera un poco.
Elizabeth: Estás segura de que los vendajes nuevos y esa crema especial, harán que las cicatrices de mi hijo, sanen más rápido. - dice la peliblanca en un tono serio, mientras observaba la crema en sus manos. La cual deja a un lado, de la cama.
Lisa.: Por supuesto que si. Solo apliquela 2 veces por día, y en cuestión de un par de semanas. El brazo de Lincoln, podrá sanarse por completo. Aunque eso sí, tiene que llevarlo a un hospital, para hacerle una revisión. En caso de que la crema no funcione por completo. - dice la castaña en un tono neutro, mientras acomodaba sus lentes. - Ya luego buscaré la forma, de que las cicatrices del cuerpo de Lincoln, se puedan cerrar y sanar de una mejor forma.
Elizabeth: De acuerdo, de todas formas. Muchas gracias, por tu ayuda Lisa. En verdad te lo agradezco mucho. Gracias por estar allí, para mi hijo. - dice la peliblanca con una sonrisa, mientras abrazaba a su hijo. El cual se acurruca un poco, en los brazos de su madre.
Rita: ¿Cómo se encuentra Lincoln?, ya está mejor. - dice la rubia en un tono de preocupación, mientras se acercaba al peliblanco, el cual se voltea un poco. - Ah, vaya... Al menos está dormido. Es bueno que descanse, estuvo muy alterado, cuando nos contó todo eso. Es mejor dejarlo dormir.
Elizabeth: Lo mismo opino. Solo déjenme arroparlo y luego me salgo de aquí. - dice la peliblanca en un tono bajo, mientras comenzaba a ponerle una manta al peliblanco. Para luego darle su conejo de peluche. El cual este abraza con fuerza, mientras dormía tranquilamente. - Descansa mi pequeño. Te lo mereces.
Pero justo cuando Elizabeth, estaba por salir del cuarto. Está se topa con Lucas. El cual se encontraba recargado en una pared, mientras jugaba con una moneda. Para luego mirar a la albina, la cual se pone un poco nerviosa.
Lucas: Como está el muchacho. Ya se siente mejor. - dice el pelinegro en un tono serio, mientras metía sus manos a los bolsillos, para luego acercarse a la peliblanca.
Elizabeth: Si... Ya está durmiendo. El pobre de mi hijo, estuvo muy alterado y no paraba de llorar, cuando nos terminó de decir lo que le había pasado. En verdad me siento, como una mala madre. Jamás debí de haberme marchado. Tenía que haberlo llevado conmigo y ahora... Estás son las consecuencias, de mis estupideces. - dice la peliblanca en un tono de tristeza, mientras bajaba su mirada. Hasta que Lucas se acerca a ella y toma sus manos.
Lucas: Todos cometemos errores, Elizabeth. Y tú solo quisiste salvar a tu hijo. No te debes de sentir culpable por eso. Tú lo amas y el te adora demasiado. No sabes lo mucho que te extrañó y ahora que está contigo. No debes dejarlo solo, nunca más. El necesita del apoyo, de todos nosotros. - dice el pelinegro con seriedad, mientras veía como Elizabeth se sonroja levemente. - Y siendo sincero. No eres la única que cometió errores tontos. Yo también eh cometido estupideces. Demasiadas, en serio.
Elizabeth: Hmm. Gracias por tu apoyo, Lucas. Necesitaba de alguien, para decirle cómo me sentía. Y ahora me siento un poco más aliviada. Gracias. - dice la peliblanca con una sonrisa, mientras se marchaba de allí. Al mismo tiempo, que el pelinegro baja su mirada. Para luego tomar sus placas, las cuales llevaba en el cuello, en forma de collar.
Lucas: Hmm... Supongo que hay errores, que ya no puedes borrar. Pero si puedes aprender de ellos. Y luego de eso, ya puedes ser feliz. Ufff... Ojalá hubiera aprendido eso, cuándo era un inmaduro. - dice el pelinegro con seriedad, mientras volteaba de reojo a la habitación del peliblanco. Para luego marcharse de allí.
Horas después... Ya era de noche. Y toda la familia Loud, se encontraba cenando al lado de Zoe y Rachel. Las cuales hablaban sobre algunos temas triviales, con la familia.
Rita: Ah, es una lastima que mi hermano, no nos acompañará a cenar. Pero bueno, solo falta que Lincoln baje y así podremos comer todos juntos. - dice la rubia con una sonrisa, hasta que de pronto, Franklin se levanta de la mesa.
Franklin: Disculpen, tengo que hacer una llamada. No me tardo nada. - dice el pelinegro con una sonrisa, mientras se marcha de la mesa. Para luego ir a la sala, al mismo tiempo que marcaba a un número. - Hola... Señorita Phillips. Si soy yo Frank... Poco a poco, me estaré ganando la confianza de mi hija. Si... La muy tonta no se a dado cuenta de nada. En poco tiempo, vaciare sus cuentas de banco y me quedaré con todo. Creo que ha caído con el cuento de mi esposa enferma. Solo falta hacerle creer, a la otra mocosa de Japón. Y en cuanto a ese mocoso... Ja... El Jefe se hará cargo de él. No sé preocupe, todo saldrá de acuerdo al plan. Nos vemos luego, adiós.
El pelinegro con una gran sonrisa de avaricia, comenzó a volver a la mesa. Sin saber que Lincoln se encontraba parado en las escaleras, mientras abrazaba a su conejito, habiendo escuchado completamente toda su conversación.
Lincoln: Quién... ¿Quién será ese Jefe?. ¿Qué tiene pensado hacer ese señor con Rachel. Les hará daño... No... No puedo permitir que eso pasé. No dejare que ese señor, lastime a mi hermana y a mi prima. Yo las protegeré. Solo necesito... Pensar en un plan. - dice el peliblanco en un tono bajo, mientras caminaba hacia el comedor.
¿Qué pasará?, ¿Acaso Lincoln podrá desenmascarar a Frank?, ¿Acaso el Jefe logrará encontrar a Lincoln?, ¿Qué tipo de errores habrá cometido Lucas en el pasado?, descubranlo pronto.
Continuará... Fin del capítulo 59, si les gustó, dejen su voto, comenten y síganme para más y antes de irme, les mando un abrazo muy fuerte y un saludo muy especial a:
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Bueno hasta aquí los saludos, yo me despido por ahora, mi nombre es PinBlack97 y esto es todo por hoy, les mando un abrazo muy fuerte, chao chao.
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