Capítulo 1. Ethan.
En la boda de Brandon y Penélope...
♣️
Cuando Luke me llamó y dijo que tenía una sorpresa para mí, no esperaba ver a mi ex.
Es decir, esperaba volver a verla algún día, pero no estaba preparado para esto. Ella lleva de nuevo su cabello corto y rubio, de la única forma que le gusta porque es más fácil de peinar.
O eso dijo hace años.
—Hey. —saludo.
—Hola —levanta los ojos para mirarme y los baja de nuevo—. Hola.
Ambos giramos hacia el jardín para mirar a Luke con su hijo en brazos y las dos niñas pelirrojas dando vueltas a su alrededor.
Lo logró. Se comprometió con la madre de su hijo y es una de las cosas más maduras que le he visto hacer en los últimos 5 años.
Vuelvo mi atención a la rubia.
—¿Cómo estás?
—Bien, gracias —cruza los brazos pero sigue sin mirarme—. ¿Y tú?
—Bien. —meto las manos a los bolsillos, feliz de no volver a usar el maldito bastón nunca más—. No sabía que estarías aquí.
—Si, bueno —ella habla bajito, como si estuviera avergonzada—. Becca me invitó, y Brandon también es mi amigo, así que me alegra mucho que encontrara a una chica que lo ame como él deseaba.
Genial.
—Bien por él. —me estoy quedando sin temas de conversación—. ¿Cómo está el pequeño Mike?
Cuando menciono a su amado sobrino, ella por fin me mira.
—¡Grande! Ya aprendió a caminar, así que va por todos lados rompiendo cosas y volviendo loca a Lidia.
Le sonrío de nuevo, pero vuelve a mirar en dirección a Luke y su amiga. No sé si es por todo el tiempo que pasé sin verla, pero luce pequeña y frágil. Y la Leila que yo conocí odiaba sentirse de esa forma.
—Creo que voy a rescatar a Jamie antes de que Luke decida que no lo ha restregado suficiente en la cara de Christian.
Asiento, sabiendo que necesita espacio para lidiar con la tensión. Supongo que eso es lo malo de conocer a una persona; puedes leerla como un libro abierto y darte cuenta cuando quiere huir de ti.
La veo tomar al bebé de brazos de Luke para que él pueda cargar a una de las niñas mientras la otra brinca sobre su espalda, luego gira con ambas.
Lay se dirige a otra puerta para salir del jardín, evitándome. Creí que dejaría de hacerlo después de todo este tiempo.
—Mierda.
—¡Mi espalda! —escucho gritar a Luke, atrayendo mi atención—. ¡Algo importante tronó ahí, mamita!
Rebecca pone los ojos en blanco.
—Seguramente fue la tela del saco, o del pantalón cuando levantaste a Maddie. Además, dije que se comportaran.
Ella toma las manos de las niñas y pasa por mi lado para volver al salón donde se está llevando a cabo la fiesta. Espero a que Sawyer se acerque, pasándose las manos por el cabello ahora despeinado.
—Juro que esas niñas están tratando de matarme —sus cejas gruesas se fruncen—. No son todo amor y dulzura como aparentan.
—Se llama crecimiento, Luke. Tienen 7 años, obviamente no es lo mismo que antes. —se quita el saco del traje para mirar ambas mangas desgarradas de los hombros—. Si lo que necesitan es gastar energía, deberías llevarlas a correr, o a tomar clases de algo. Las niñas aman la gimnasia.
—Si... Intentaré buscar algo esta semana antes de que terminen por matarme. —se queja, lanzando el saco roto sobre su hombro—. ¿Y bien? ¿Qué pasó?
—¿Con qué?
—No seas idiota, Et, ¡Con Lay!
Sobre eso...
—Bueno, apreciaría mucho que me hubieras avisado que ella estaba aquí, y no decir solo: “date una vuelta por el hotel, tengo algo qué mostrarte.”
—Estaba hablando en clave, viejo. Tenía que ser una sorpresa —palmea mi hombro y señala el pasillo detrás de nosotros—. ¿Dónde están tus jodidos instintos de detective?
Lo sigo de vuelta al salón, la música sonando más fuerte con cada paso que damos.
—Es la oficina, porque solo trabajo de lunes a viernes.
Los camareros ya están sirviendo la comida cuando entramos, algunas parejas bailan al centro de la pista y algunos niños corren entre las mesas.
—Ven, Et, siéntate con nosotros.
—Eh, yo no estoy vestido para la ocasión —señalo mi pantalón de mezclilla y la chaqueta de cuero marrón—. Debería irme ahora.
—¿Y no piensas hablar con ella? Está aquí, hermano. Deberías hacer un movimiento.
Resoplo pasando la mano por mi cuello. Ni siquiera sé por qué sigo aquí, pero no quiero irme.
—Ojos de cachorro —dice Sawyer de pronto—. Siempre que estás cerca de Lay tienes esos ojos de cachorro.
—Pero no quiere hablar conmigo, ¿Cuál es el caso de solo mirarla?
Luke pasa su brazo por mis hombros y me empuja con el dentro del salón hacia su mesa. Christian y su esposa Ana están tomando su cena.
—Mi amigo, no quería decirlo pero lo haré —me empuja a una silla libre y apoya la mano en mi hombro—. Ustedes dos son unos cobardes, huyendo de esas pequeñas cositas inofensivas.
Christian nos mira inmediatamente con el ceño fruncido, Ana luce sorprendida por las palabras de Luke mientras él nos señala a ambos.
—Tenían qué haber tomado a sus chicas, decirles quién mandaba y arreglar las malditas cosas de una sola vez... —se acomoda la corbata mientras habla—. Cómo yo, que fui ahí y le dije a Becca lo que iba a pasar con nosotros, porque es lo que quería.
La señora Grey frunce las cejas igual que su esposo, pero sus brazos se cruzan por encima de su abultado vientre.
—No es así como te recuerdo, Luke. Y no me hagas contarle a Becca sobre ese estúpido calendario que tenías.
—¡Shh! ¡Shh! —Sawyer la calla, mirando a ambos lados buscando a su prometida—. Tú sigue ignorándome como lo haz hecho los últimos meses y todos seremos felices.
Ana pone los ojos en blanco, ignorando la locura de mi amigo y mirando hacia la pista de baile.
—Las cosas se arreglaron para Christian, pero tú —me señala—. Aprende de mi y pelea por lo que quieres.
Sigo la mirada de la señora Grey hasta las personas que bailan y ahí, en medio de algunas parejas, está Leila con Jamie aún en sus brazos.
Tengo miedo. Por primera vez en cinco años tengo miedo porque no sé dónde estamos parados.
¿Y si es demasiado tarde?
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