Su familia nunca había sido una normal, eso estaba más que claro, pero la tensión había subido en su hogar después de que Karai había mutado en serpiente por la culpa del mismo destructor

Splinter que siempre estaba tan tranquilo la mayor parte del tiempo ahora estaba irritable, ya no se podía sostener una conversación sana con él ni por un minuto porque empezaba a gritar con todos

Para colmo de la tortuga temperamental Leonardo estaba del mismo modo que su sensei, apenas y podía entender el estado de su padre, después de todo se trataba de su hija biológica, pero el estado de su hermano, mayor no le veía justificación, sabía que estaba enamorado de la chica, pero no tenía por qué ponerse igual de gruñón que Splinter

Su líder exigía lo máximo por parte de todos sus hermanos, al que más había explotado era a Donatello, quería inmediatamente un lote de retro mutágeno para poder ayudar a Karai

Habían descubierto que el tanque en el que había caído la chica había sido modificado por Baxter, por lo que el retro mutágeno normal no iba a ser de utilidad, el científico ya había probado con muchas formulas, pero ninguna daba resultado

-Donne tienes que hacer algo más, prueba otra cosa-

-Ya lo intenté todo Leo, desde que muto Baxter es listo, no sé qué cosas uso para modificar el mutágeno, no puedo hacer un retro mutágeno-

-Tienes que hacerlo!- en su nuevo arranque de furia tiro todos los papeles y tubos sobre el escritorio de su hermano al suelo

-Claro y con mis cosas rotas voy a poder encontrarla más rápido- hablo con sarcasmo sin esperarse recibir un puñetazo

-¡¿Qué te sucede Leonardo?!- el de banda roja había entrado al laboratorio cuando escucho romperse objetos, confronto a su líder viéndolo muy molesto -No tienes por qué golpear a Donatello, hace todo lo que puede, igual que el resto de nosotros-

-¡¿A si?! Yo no he visto que tu hagas algo útil, ¡Lo único que hiciste fue ser secuestrado y dejar que te lavaran el cerebro con un estúpido gusano!-

-¿De verdad sigues con eso? Como si eso hubiera sido por mi voluntad genio-

-Eres de verdad imposible Raphael- se dio media vuelta y salió del laboratorio

El de banda roja se acercó hasta su hermano y le reviso el golpe que abarcaba toda su mejilla izquierda, y sin decir nada tomo sus utensilios médicos y se dio a la tarea de curar el golpe de su segundo hermano mayor

Desde que su padre y líder habían cambiado su carácter con ellos, habían tomado la decisión de protegerse entre ellos dos, fue un instinto el cuidar del otro, y no habían hablado acerca de ello gracias a la naturalidad con la que sucedió ese instinto

Cuando termino de ponerle un parche en su mejilla y guardo sus cosas medicas Raphael se recargo en el escritorio esperando alguna reacción por parte del de banda morada, pero este solo se levantó de forma robótica y empezó a recoger los matraces y tubos rotos para que después de tirarlos a la basura levanto sus papeles donde fue detenido por una mano verde oscuro perteneciente al de banda roja

Levanto la mirada y pudo encontrar un rostro serio, pero los ojos le decían tantas cosas que sin darse cuenta comenzó a llorar abrazando con fuerza el cuerpo de Raphael, quien se quedó hay consolando a su hermano

Cuando estuvo más tranquilo separo su rostro del hombro de su hermano y se tocó el parche de su cara -Que bien lo curaste- ese comentario le saco una pequeña sonrisa al de ojos toxico

-No eres el único de aquí que sabe curar heridas, muchas veces he tenido que curarme yo solo- le ayudó a ponerse de pie -Necesitamos salir de aquí-

-¿Y para qué quieres salir?- se volvió a sentar frente a su computadora y observo a su hermano tomar una mochila que estaba en un rincón del laboratorio

-Bueno, si Bobonardo te sigue presionando a conseguir una cura necesitas utensilios nuevos, y algo de aire te vendría muy bien, para despejarte del infierno que se ha vuelto este lugar- se colgó la mochila al hombro y espero a que el esbelto se pusiera a su lado en la puerta por donde solían meter el tortumovil

-¿Por qué salimos por aquí?- le cuestiono mientras aseguraba su arma en la espalda

-Para que no nos vean, ahora no hagas ruido y vámonos-

Corrieron en silencio hasta llegar a una tapa de alcantarilla para salir por ella y correr por los tejados que estaban envueltos en la oscuridad de la noche