Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

VI

Aquel día Gerard no se aguantaba ni a sí mismo. Estaba tan enfadado que la sangre le quemaba dentro de las venas, tan enfadado que nadie en el vestuario se atrevía a decirle nada.

Terminó de cambiarse y guardó sus cosas en la mochila, golpeó la taquilla al cerrarla y salió al pasillo.

El atardecer con Cesc había sido un sueño, pisar el puto paraíso, subir al cielo. Y el problema de eso, es que cuanto más subes, más alta es la caída. La caída para Gerard había sido demoledora; había pasado de tener al centrocampista más cerca que nunca, al bofetón de realidad que era volver al día a día, a oírlo hablar de sus citas, a tener que fingir que todo estaba bien.

Joder, estaba harto.

—Geri— Puyol salió del vestuario ya duchado y cambiado, mirándolo con preocupación —¿Qué pasa?—.

—Nada.

—Eso se lo creerá el que no te conozca.

Gerard se pasó las manos por la cara, bufando.

—Va, vamos— empezó a caminar haciendo que lo siguiera —vente a casa y te tomas un café—.

Gerard asintió tragando saliva, abrió el coche y ambos subieron.

—Cuéntame qué ha pasado.

—Estoy cansado— dijo y se le entrecortó la voz.

—¿De qué?— preguntó intentando entenderlo.

—No le gusto, Puyi, no voy a gustarle nunca.

Carles supuso entonces que no hablaban de Sergi —te refieres a... ¿tu persona?—.

Gerard sonrió un poco al oír el apelativo.

—Sí— respondió.

—¿Y por qué piensas eso?

—Porque no me ve así, Puyi, no me ve como yo quiero que me vea.

—No lo sabes, Geri.

—Ayer estuve con...— dudó —con él— acabó diciendo.

Carles asintió para darle confianza y que siguiera hablando.

—Estuvimos en la playa, lo llevé a mi sitio favorito— contó —le puse mi abrigo para que no pasara frío y vimos el atardecer— suspiró —juntos— aparcó el coche y recostó la cabeza en el asiento, se le escapó una sonrisa al recordarlo.

—Pero... eso es muy romántico ¿no?

—No para él.

—Gerard, eso es romántico para cualquiera— suspiró —no puede no verlo—.

—Pues no lo ve, Puyi, para él es algo normal, una cosa más.

El Capitán hizo un gesto pensativo y volvió a mirarlo —¿Siempre habéis tenido esa relación?— preguntó —tan cariñosa, me refiero—.

Gerard asintió.

—Pues va a ser difícil saber si le gustas o no.

—Ya sé si le gusto o no— lo miró suspirando dolido —no le gusto, es así—.

—Pero ¿por qué lo tienes tan claro?

El más joven suspiró —solo le gustan las chicas—.

—¿Te lo ha dicho?

—No, pero...

—Tampoco sabías que a Sergi le gustaban los chicos, Gerard.

El chico se pasó las manos por la cara y el pelo —lo conozco desde hace tiempo, Puyi, y solo queda con chicas—.

—¿Él sabe que tú eres bisexual?

—No.

—Entonces tú tampoco tienes por qué saber si él es hetero o no.

Gerard guardó silencio.

—¿Has salido con chicos conociéndolo?

—Sí.

—¿Sí?— lo miró Puyol sorprendido —¿los conozco?—.

Piqué se rio tranquilo por primera vez en todo el día.

—Conoces a un par— acabó diciendo.

—¿A un par?— sonrió Puyi viendo que la conversación divertía al chico.

Gerard asintió mirándolo.

—¿No vas a decirme quién son?

—¿Quieres adivinarlo?

—Va, dame pistas.

Ambos aprovecharon la distensión del momento para bajar del coche y entrar a casa de Carles.

—Temporada dos mil nueve, dos mil diez— dijo el más joven.

—¿Hablas por temporadas?— lo miró Puyol —¿es un futbolista?—.

—Los dos son futbolistas.

Carles se rio dejándose caer en el sofá —joder Geri, no has perdido el tiempo, eh— sonrió —¿jugó con nosotros en el Barça?—.

—Sí— dijo sentándose también en el sofá.

—¿Estabas tirándote a alguien del vestuario y no me di cuenta?

—No— se rio mirándolo —estaba tirándome a alguien en el vestuario— corrige —y no te diste cuenta, con lo que piensas que eres tú para esas cosas—.

—¿No engañarías a Marc o a Busi?— lo miró sonriendo —eran muy jóvenes entonces—.

—Era mayor que yo.

—Mayor que tú...— pensaba en alto.

—Y con lo que te crees, casi se entera antes la prensa, que tú.

—¿La prensa?— dudó un momento —¡joder Geri! ¿Ibra?—.

Gerard rio asintiendo —nos jodieron todo lo que quisieron con esa foto—.

—¡Nos engañasteis a todos!

—Os dejasteis engañar, Puyi, por favor, viste esa foto, nadie se creía que ahí no hubiera nada.

Carles rio mirándolo mientras negaba con la cabeza —llevas razón, llevas razón...— suspiró conteniendo la risa —¿y el otro?­—.

—El otro es de la selección.

—¿De la selección?— lo miró —joder, Gerard, ya aprovechabas bien las concentraciones—.

El más joven se rio con él.

—¿De qué equipo?— preguntó el Capitán.

—Del Madrid.

Los ojos de Carles se abrieron más de la cuenta —¿del Real Madrid?—.

Piqué asintió.

—Pero si los odias— se quejó Puyol.

—Fue justo por eso— apuntó —siempre empezábamos discutiendo y... bueno— sonrió —llegó un momento que empezábamos las discusiones por gusto—.

—No necesito los detalles— levantó la mano riendo.

—Va, ¿quién crees que es?

—Dame otra pista, cuándo fue o algo.

—En el mundial.

—Cómo no— bufó el mayor —no tiene pinta de que te hayas liado con Chori, la verdad— pensó en alto —y si hubieras tocado a Iker, Xavi se hubiera encargado de dejarte sin piernas— reflexionó —joder, Geri, ¿es Sergio?—.

—Claro que es Sergio— dijo, recostándose, con las manos en la nuca.

—¿Cómo no me enteré de nada?

—Pues es una pregunta buenísima, porque no creo recordar que fuésemos especialmente discretos.

—Cada día me sorprendes más, Gerard.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro