Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"Complicaciones"


–Narradora:

Los primeros meses fueron, no mas que extraños. Él padre del bebé en el vientre de Cheetara habían comenzado a sentir los efectos del embarazo. tenía una parte que sanar. Cheetara se convertía en un mar de lágrimas, por lo que León-O acudía en su ayuda y la mimaba durante largas horas,. Si salía algún imprevisto, no le quedaba otra que dejarla y salir a cumplir con su deber, claro que ella se salía con la suya y se iba con él y los demás Thundercats. Y finalmente el "desafortunado" cocinero de media noche, puesto que los poco a poco crecientes antojos de su amada, le despertaban en la noche. Pero su recompensa era Observar y participar en los cambios de Cheetara, el lento crecimiento del vientre de ella. No había aumentado mas que unos seis centímetros o ocho, de seguro, pero disfrutaba observándola frente al espejo, semi desnuda intentando imaginar como luciría después de un tiempo. Además de escuchar sus sueños de madre y la forma en que le hacía partícipe de ellos. Sin embargo, las cosas no podían ir bien siempre. Contando con tres meses y un par de semanas de embarazo, cuando la paz y la felicidad estaban mas allá de lo que se habían imaginado. Algo sucedió....






Cheetara se encontraba sentada debajo de un enorme árbol. Sostenía en sus manos un libro, y de vez en cuando desviaba su mirada para observar a su amado Thundercat entrenar,. Normalmente, su relación era de amor puro, tranquilos, con mucha dinámica, pero entre ellos, algo había cambiado. Compartían muchas cosas, eran muy amigos, y poco a poco su amor había crecido grandemente. Cheetara comenzó a sentir algo de hambre, por lo que dejó su libro al lado y se apoyó en el árbol, acción que no pasó desapercibida por leon-o, el apareciendo, y corriendo hacia Cheetara.

—¿Te ayudo?—




—No hay problema.—



—Oh vamos, te ayudo a que te levantes.— él león insistió.

Cheetara sonrió.



Sin embargo, todos sus movimientos habían sido seguidos muy de cerca por su peor enemigo... Mum-Ra....





—Así que... esa es la razón por la que la Thundercat no ha aparecido...—


—¿Qué tanto murmuras, Mum-Ra?—




—Reptilio, tengo una misión para ti, y tus mutantes...—




—Tras decirlo, una sonrisa adornó con crueldad el rostro de Mum-Ra.—




Minutos mas tarde, en el Cubil felino, Cheetara se encontraba sentada comiendo algo de fruta con azúcar en un plato, mientras que Leon-o volvió a entrenar. En ese instante, comenzó a brillar el ojo de Thundera.






—Un momento... Espada del Augurio, quiero ver mas allá de lo evidente.—Ante los ojos de León-O, se presentó un ataque masivo al tercer planeta por parte de los mutantes. Los pueblos de los Berbils, los cuidadores de unicornios, las amazonas... muchos pueblos estaban siendo atacados cruelmente. —Por jaga, esto no puede estar sucediendo—




—¿Qué sucede?— Cheetara se acercó a su amado con mirada preocupada.






—Son los mutantes, están atacando a los pueblos del tercer planeta. —los demás y yo tenemos que ir....—




—Yo voy con ustedes—






—No, Cheetara, esta vez que quedarás, es un ataque masivo.—



—me huele a trampa, leon-o—





—por favor Cheetara, quédate... no me perdonaré, si algo te pasa ó a nuestro bebé...—


Finalmente ella aceptó el hecho de quedarse en el cubil felino, mientras todos los Thundercats se preparaban para el combate.







—Snarf se quedará contigo Cheetara....— leon-o le calmo a su amada.





—¡Claro Cheetara,  soy es un excelente guardián!—



—No lo dudo.— Cheetara se acercó al Tanque felino y con ambas manos tomó la cabeza de leon-o. —Cuídense mucho.—





—No te preocupes Cheetara.— leon-o devolvió el beso.




Y haciendo su grito de batalla, el Tanque felino arrancó, perdiéndose a la distancia en cuestión de poco tiempo....






—Bien Cheetara, ahora vamos adentro para que te acuestes y tomes una larga siesta.—





—Gracias Snarf, pero creo que no la necesito.—



En ese instante, Cheetara escuchó una muy, muy débil voz, por lo que hizo lo que su sentido común le dictaba, volteó hacia abajo.


Ahí estaba, pidiendo ayuda a gritos, uno de los petalares.




—¿Qué sucede?— Cheetara se agachó y colocó su mano, el petalar saltó a ella y comenzó a gritar.




—¡Atacan nuestro pueblo, nos hemos refugiado pero ya destruyeron nuestras casas!—






—¿Quiénes? ¿Los mutantes?— cheetara dudo.





—¡Es solo uno, pero no podemos hacer nada contra él!—







—Iré a ayudar....—






—¡Pero Cheetara, leon-o dijo que te quedaras aquí!— snarf le recordó.





—¿No están los demás Thundercats?— pregunto el petalar.



—No, están combatiendo a otros mutantes.— cheetara contesto.






—¿Y por qué te dejaron?—






—¡Es que Cheetara está embarazada, meeow, y debe de cuidarse!—





—Eso ya lo se Snarf, pero debo seguir el código de Thundera y defender a estos petalares, además, solamente es un mutante, no sucederá nada—Cheetara sonrió y tomó entre sus manos al micro ser. —Cuidado, por que iremos muy rápido....— Tras decirlo, Cheetara comenzó a correr, no a su velocidad máxima, pero si bastante rápido.



Sin embargo, al llegar a la aldea de los petalares, esta se encontraba en perfecto estado....






—Pero, qué es lo que sucede, petalar, qué es lo que...— Cheetara abrió sus manos esperando ver al pequeño petalar, pero en su lugar, se encontró con un muy pequeño y diminuto. —¡MUM-RA!— Lo aventó lejos e intentó correr, sin embargo, Mum-Ra ya se encontraba frente a ella, en su tamaño normal.





—Bella Thundercat, ha sido muy sencillo el que caigas en mi trampa, ¿No lo crees?—


—¡Aléjate de mi!—



—Tranquila, no queremos que nada le sucede a ese bebé que llevas en el vientre, ¿Cierto?—

Cheetara agrandó sus ojos e instintivamente se llevó las manos al vientre.



—Te aseguro, que esto no te dolerá... por ahora.— Un extraño humo comenzó rodear a la guepardo, a la cual no le sirvió de mucho resistirse, y cayó inconsciente.







En ese instante, el ojo de Thundera intentó darle aviso a leon-o; de lo que ocurría, sin embargo, él se encontraba demasiado ocupado venciendo mutantes para tener tiempo y ver que era lo que iba mal,. Unos minutos mas tarde, los Thundercats regresaban al cubil felino después de la extraña huída de todos los mutantes...









–Al llegar, Snarf les esperaba en la puerta.....




—¡Snarf!... Se tardaron mucho Thundercats—



—Vamos Snarf, todo salió bien.— Jane habló.



El grupo salió del tanque felino, haciendo brincar del susto a Snarf.





—¡¿Pero donde está Cheetara?!—





De inmediato todos se miraron los unos a los otros.

—¿Cómo que donde está?— tigro hablo.


—¡La dejamos a tu cuidado!— leon-o se alertó. —Snarf, ¿Dónde está Cheetara?—








—Bu-bueno, vino un petalar, meow, y le pidió ayuda a Cheetara, ella se fue poco después de que ustedes se marcharon.—




La preocupación fue general, se apresuraron a subir al tanque felino y se dirigieron a la aldea de los petalares, sin embargo, no había rastro de Cheetara.






—¡León-O, león-O!—



El señor de los Thundercats miró a uno de los micro seres, era su buen amigo Pier petaler que se acercaba a él corriendo.





—¡Vimos a la mujer! A Cheetara, se la llevó Mum-Ra.—



—¿Mum-Ra...?— leon-o pregunto con algo de irá y miedo.





—Pero por qué llevarse a Cheetara.— pumara inquirió.




—No lo se, pero mi esposa y mi hijo están en problemas.— dijo leon-o




Dicho esto los Thundercats se dirigieron a toda prisa a la pirámide de Mum-Ra, ignorando lo que en ese momento sucedía....






—Hasta que despiertas, gatita.—




—¡Suéltame!— Cheetara intentó luchar contra las sogas que le mantenían atada a una mesa ceremonial de roca, sin embargo, le era imposible. —¡¿Qué es lo que quieres de mi?!—





—De ti, nada mi bella Thundercat, lo que deseo, es lo normal... el ojo de Thundera.—




—Jamás lo obtendrás, aunque lo tuvieras, nunca podrías utilizarlo.—




—Tal vez no, pero tu me has dado una idea...—


Mum-Ra se acercó y colocó una de sus manos sobre el vientre de Cheetara, la cual gruñó enfadada ante el toque. —Este ser en tu vientre, es un Thundercat... le despojaré de su alma y se la entregaré a los espíritus del mal.—






—No te dejaré que le hagas daño...—


—Pero no te debes de preocupar, tu hijo si tendrá un alma...— Una sonrisa cruel apareció en la boca de Mum-Ra. —La mía...—



—¡¿Qué?!— vociferó ella.




—Mi alma entrará al cuerpo de este bello ser, creceré fingiendo ser un Thundercat, y cuando llegue el momento, el ojo de Thundera será todo mío.—




—No te lo permitiré.—





—¿Y qué harás? ¿Acabar con la vida de tu propio hijo, el hijo de tú leon-o?
... No te preocupes, no tendrás que preocuparte. Durante tu inconsciencia los espíritus del mal utilizaron su magia en ti, y tu no recordarás nada de lo que ha sucedido,. Cuando tu bebé nazca, ignorarás por completo que tu hijo, en realidad, es Mum-Ra.— Tras decirlo, Mum-Ra comenzó a reír triunfante, mientras Cheetara rogaba por todos los medios que le rescataran.





—Es hora de comenzar...— Mum-Ra colocó ambas manos sobre el vientre de Cheetara, iniciando un ritual en un lenguaje desconocido.






Los ojos de la guepardo se abrieron al máximo al sentir como si le arrancaran partes de su cuerpo. Tras pensarlo un segundo, se dio cuenta de que así era... le estaban arrancando el alma de su niño. —¡DÉJALO!— Las lágrimas de Cheetara comenzaron a emerger de sus ojos. El dolor era horrible, verdaderamente insoportable, y en sus oídos, ella podía escuchar el llanto desesperado de su hijo, el cual se aferraba a su madre. —¡¡Basta... basta...!!—





Sin embargo, Mum-Ra se encontraba demasiado concentrado en el ritual y en sacar el alma del pequeño, por lo que no estaba poniendo atención a las súplicas de Cheetara, y de haberlo echo, se abría burlado de ella.







—¡NO TE ATREVAS A CONTINUAR CON ESO, MUM-RA!—

Cheetara volteó hacia la voz y sonrió al reconocer a su amado, mientras sus lágrimas aún surcaban sus mejillas.



No se había dado cuenta del momento en el que habían llegado, pero ahí estaban los Thundercats, con León-O al frente, él cuál tenía cara de estar listo para matar a Mum-Ra.




Mum-Ra apenas y salió un poco de su concentración y gruñó. Debía apresurarse, por lo que empezó a hablar mas rápido y a presionar sus manos contra el vientre de Cheetara, la cual lanzó un desgarrados grito de dolor.





—¡Te he dicho que la dejes en paz!— grito más fuerte leon-o.




Tigro lanzó su látigo contra Mum-Ra, sin embargo, este rebotó en una barrera invisible que protegía al inmortal —¡¿Pero que?!—





—¡Yo me encargo!— Leon-o levantó la espada del augurio y gritó, lanzando un rayo contra la barrera invisible, pero esta no cedió. —No es posible...—





Un grito de Cheetara les sacó del trance de no haber vencido la barrera con la espada, por lo que Pantro se acercó a león-O.


—Si la espada no puede, nada podrá.—



—No se que le esté haciendo a Cheetara, pero tiene que ver con el bebé que lleva en su vientre.— Jane con desespero habló.


—¡No podemos dejar que le haga daño!— habló leon-o.




Una luz comenzó a surgir del cuerpo de Cheetara, sorprendiendo a todos.



—Sea lo que sea lo que está haciendo Mum-Ra, lo está logrando.— pumara habló.






La luz que apareció al principio, comenzó a ser opacada por la oscuridad, la cual comenzó a surgir de Mum-Ra e introducirse en el cuerpo de Cheetara.

Sin embargo, la barrera era sostenida por la energía de Mum-Ra, y al irse quedando lentamente sin alma, comenzó a debilitarse.



—La barrera se debilita.— felino les dijo.




—¡Hazlo de nuevo, leon-o!— Jane grito.




—¡HOOOOO!— Esta vez, el rayo atravesó con éxito la barrera, pegando después directamente a Mum-Ra.



—¡AARGG!— Mum-Ra cayó de espaldas al suelo, y toda la negrura dentro de Cheetara salió de golpe y entró de nuevo al cuerpo del inmortal. —¡Como te atreves, Thundercat!—

—¡Ni siquiera lo intentes Mum-Ra!—León-O, y los otros se acercaron y rodearon a Mum-Ra, el cual lucía derrotado, pero tenía una estúpida sonrisa de victoria en el rostro. —Me han vencido Thundercats, pero no he perdido del todo, ahora el niño que nazca de la bella Cheetara carecerá de alma, y no será nada mas que un cascarón vacío. ¡Jajaja A JA, jajaja JA JA JA!— Aprovechando el shock de los Thundercats, Mum-Ra cambió y corrió a su sarcófago, escapando de los Thundercats.





—Por jaga, ¡Cheetara!—






El grupo rodeó a la mujer, la cual tenía los ojos llenos de lágrimas y completamente en blanco.



—Cheetara, vamos, reacciona.— leon-o le rogó.





Sin embargo, Cheetara se encontraba en otro lugar.

Todo era blanco y luminoso, y ella caminaba por un largo sendero de luz en el suelo.

—¿Mamá?—


Cheetara volteó bastante sorprendida. Llevó sus manos tapando sus labios intentando ahogar el grito de sorpresa, y sus ojos se llenaron de lágrimas.


Ahí estaba, abrazándose a si misma una tierna figura sentada en el suelo, con sus ojitos llenos de lágrimas. —Mami... tengo miedo.—



Cheetara se acercó, pero la figura retrocedió. —No te haré daño.—




—No fui yo quien se alejó, este lugar no te dejará quedarme contigo, mamá.— La pequeña figura comenzó a llorar desconsolada, haciendo estremecer a Cheetara. De repente, la oscuridad comenzó a envolver aquél pequeño cuerpo. —Son los espíritus de Mum-Ra... no me dejarán volver—

Todo comenzó a oscurecerse, y las tinieblas envolvieron al ser en el vientre de la guepardo.



—Adiós mamita.—




—¡No lo permitiré!— Cheetara se lanzó para tomar a su bebé en brazos, logrando de alguna manera sostener aquél cuerpecito de unos cuatro años entre sus brazos.



—Ya se hizo un ritual, debe entregarse un alma.—



—Entonces será la mía.—




—Pero...—



—Shhh.— cheetara miró unos segundos a la tierna figura en sus brazos y acarició suavemente sus cabellos. —Te pareces mucho... a él.—





—A mi papi.—


—Lo se...—



Ambos compartieron una sonrisa, y la inocente criatura desapareció convertida en luces, mientras las tinieblas tragaban a Cheetara.


—Todo estará bien, te lo prometo...—Fue lo último que alcanzó a decir antes de desaparecer en la negrura.


En ese instante, el cuerpo de Cheetara emitió un brillo cegador, y finalmente, en sus labios se dibujó una sonrisa...


—Lo logró, Salvó el alma del bebé— Jane respiro con calma.


—Si, eso fue lo que hizo. Vámonos de aquí, tenemos que revisarla, tal vez y le sucedió algo mas grave.— pumara habló.







Todos aceptaron y se llevaron a Cheetara de la pirámide de Mum-Ra, sin siquiera imaginar lo que realmente había sucedido....









Fin del capitulo.....

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro