Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(8) Interés. Arrebato. Desastre

Faltaba una semana para que se cumpliera un mes desde que llego al hospital. ¿Debería sentirse orgulloso? En un principio, si, ya que cuando recién había llegado, no esperaba durar demasiado en este lugar, ni tener un par de buenos amigos, ni disfrutar de la compañía de ciertos pequeños pacientes.

Por otro lado, este hospital hacia uso de varias prácticas cuestionables de las que Lust, por suerte, aún no era participe, pero en algún momento le ordenarían que lo hiciera, ya no podría estar al margen, ¿cómo le haría sentir eso?

Lust llamaba "cuestionables" a estos tratamientos modernos implementados por el nuevo director, Gaster, con el fin de ayudar y curar el mal que existía en los pacientes. Esta locura, o esta especie de maldición, como algunos la llamaban, era lo que los hacía inadecuados, malvados, desviados.

Lust no pensaba igual. Después de hablar con Geno y Blue, sabía que no era el único que veía estos tratamientos como más una tortura medieval que otra cosa. Pero, ¿qué podía hacer?

Según se sabía, realmente funcionaban, la gente dejaba de tener malos comportamientos, dejaban de ser violentos, o indecorosos, pero también...

Dejaban de ser todo lo demás.

¿Podía un ser sin emociones ni respuestas seguir considerándose "alguien"?

Pronto, muy pronto, Nightmare sería sometido a este nuevo tratamiento que, se decía, iba a cumplir con todo lo que se esperaba, iba a convertir a Nightmare en un joven correcto, adecuado para la sociedad, y podría pagar sus delitos en otro lugar, si es que lo hacía, porque el dinero de su familia, de su gemelo, tenía bastante poder.

Lust suspiro, realmente quería evitar que Nightmare fuera el primero en probar el tratamiento, pero no había nada que pudiera hacer.

Un nuevo día había comenzado. Ayer se encontró con el gemelo de Nightmare, ¡y que gemelo! Era bastante peculiar, como no podía ser de otra manera. Sin duda Nightmare y Dream tenían un parecido, y eran opuestos, tal como sus nombres lo indicaban. Uno era la noche y otro el día, uno estaba atrapado y otro estaba libre.

Lust se guardo el libro, que había escogido especialmente para Nightmare, dentro de su uniforme mientras que repartía el resto de lecturas a los demás pacientes. Cada uno mostraba una expresión similar, alegría o alivio, porque al fin podrían dejar de lado las aburridas revistas que estaban allí.

Otros no se sentían contentos con lo que habían recibido, pero nadie era un adivino y si no podías decir el nombre específico de lo que deseabas leer, entonces te traerán lo que sea parecido.

Por suerte para Lust, Dust estaba entre los pacientes que estaban muy contentos con lo que habían recibido.

—¡No puedo creer que tuvieran esto aquí! —dijo el chico, un poco agitado, quizás por la emoción.

Lust observo su reacción con diversión.

—Pues nunca te portaste lo suficientemente bien para que te dejaran leer, cariño, y ahora lo has hecho muy bien, hay más de donde vino este, ¿así que prometes seguir siendo un buen chico?

—Si.

Dust ni siquiera miro al enfermero, pero a este no se molesto. Continuó observando con cariño como Dust pasaba las páginas del libro de física y biología que había encontrado en la biblioteca. Una verdadera joya.

Parecía que Dust todavía no se creía la suerte que había tenido, ¡y Lust no admitiría lo difícil que fue que el bibliotecario lo dejara sacar ese libro de allí! ¡Vaya pesado!

Pero nada que amenazar con llamar a Geno no hubiera arreglado. Bendito sea ese esqueleto aterrador.

—Gracias.

—¿Mh? —Lust enfocó su vista. Había estado pensando en otra cosa y la voz de Dust lo desconecto. —¿Qué pasa?

Dust tenía un adorable rubor morado en sus mejillas mientras que trataba de ocultarse detrás de su nueva adquisición.

—Gracias por esto...

Lust solo pudo sonreír.

—¡Oh, no hay de que! ¡Uh!

De manera inesperada Dust le tomo la mano. Lust se estremeció por la sorpresa, ¡era su primer contacto! ¡Casi se sentía como un abrazo! ¡Y se lo estaba dando este chico gruñón! Sus falanges se sentían tan frías contra las suyas, pero eso no le importó. Incluso hizo un esfuerzo extra para que no se le notarán los nervios y continuó sonriendo, tranquilizando a su querido paciente. 

Suavemente le apretó la mano, al mismo tiempo que Dust se estremecía, ¿temeroso de ser rechazado? No por Lust. Apretó un poco más.

—De nada, cariño —dijo. —Que disfrutes tu lectura.

Dust sonrió tan levemente que fue un milagro que lo notara, ¡oh, era tan lindo cuando sonreía! Desearía guardar ese momento especial para siempre. Desearía que Dust no dejara de sonreír.

Daría su mejor esfuerzo para cumplir ese deseo.

—¡Lust!

Su momento se vio interrumpido por un grito que Lust reconoció como la voz de Ink. Lentamente se giro para ver que necesitaba su jefe.

Ink no estaba cerca, pero lo miraba atentamente.

—¡Ya llego Cross! —gritó.

Lust miro hacia la puerta y efectivamente, ahí se encontraba el esqueleto monocromático.

Pronto sintió como Dust alejo su mano y lamentó la perdida de sus delgadas falanges frías entre las suyas. Sus dedos todavía trataron de cerrar su agarre, pero solo quedaba un fantasma de su toque. Miro a su paciente con pena, pero no había nada que pudiera hacer. Que Dust hubiera iniciado el contacto ya era sorprendente por si mismo. Algo extraordinario.

—Ya me tengo que ir —dijo. — ¿Me prometes ser bueno?

Le dio una última sonrisa, y Dust asintió. Sintió un buen presentimiento ante esto. Dust no había sido más que bueno desde que lo conoció, así que confiaba en él.

Se alejo del chico para ir con su escolta, quien había llegado a la hora correcta, pero sin querer había interrumpido un lindo momento.

Se saludaron como cada día y fueron juntos a su cita con Nightmare.

—¿Sucede algo? —preguntó Cross, apenas iniciando el recorrido.

—No, no, no es nada —aseguró Lust amablemente. —Estaba hablando con un paciente y fue lindo, me enterneció, es todo.

—Veo, ¿no interrumpí?

Si.

—No, esta bien.

Cross asintió y Lust lo miro atentamente, recién notando un cambio notorio en el guardia. Llevaba una especie de cajita negra en el cinturón, de la que salía una... ¿Antena?

—¿Qué es eso? —preguntó.

—¿Huh? Oh, es un walkie talkie, es de último modelo, papá... Quiero decir, el director Gaster los consiguió para los guardias. Ahora atender las emergencias es más rápido y sencillo que esperar a que alguien avise por el altavoz.

Cross saco el aparato de su cinturón. Ahora Lust pudo mirarlo mejor, ¡y que bonito! ¡Se veía nuevo y perfecto!

—¿Pueden servir para esto? Había escuchado que eran para niños...

—Su señal no llega más allá del hospital, no es como un teléfono, pero es realmente útil para el trabajo.

Como si fuera una demostración, una voz se escucho a través del aparato, sorprendiendo a Lust.

Cross rio.

—Si, así se escucha. Ahora llamaron a alguien más, pero todos pueden escucharlo, así que jugar con estas cosas no es una opción —comentó. —Me gusta eso.

Lust asintió, entre sorprendido y complacido. No le sorprendió que Cross se sintiera cómodo con algo que no se pudiera usar para jugar, ya había notado hace un tiempo que el guardia disfrutaba cumpliendo con las reglas y las formalidades. Ya sin más contratiempos ni sorpresas, juntos llegaron frente a la habitación de Nightmare.

Se sentía un aura extraña saliendo de la habitación. Cuando Lust trato de entrar, se dio cuenta de que la manilla de la puerta estaba totalmente fría, como si la hubieran congelado, pero la temperatura del hospital fue agradable durante todo su recorrido.

En lo primero que pensó fue en Nightmare, así que abrió la puerta y entró en el cuarto.

El esqueleto oscuro estaba sentado en su cama como siempre, con la cabeza hacia abajo. El líquido sobre sus huesos caía sobre las sábanas y se movía de forma antinatural, sin seguir ningún movimiento especifico. Lust corrió hacia Nightmare para comprobar si estaba bien, ¿estaba herido? ¿Algo le ocurrió?

—¿Nightmare?

Acerco su mano al chico, pero la apartó de inmediato apenas lo rozo. Había sido como tocar un cubo de hielo extremadamente frío que ardía al tacto.

Su mano comenzó a temblar. Estaba asustado. Se la sujeto con la otra. 

¿Y si Nightmare lo lastimaba? No parecía estar en control de sus facultades, ni siquiera había reaccionado.

Y si...

Pero no, ignoro esos pensamientos tan rápido como llegaron y abrazo al chico.

Nightmare se estremeció bajo su toque y se comenzó a agitar.

—¡¿Qué haces?! ¡No me toques!

—¡¿Estas herido?! —pregunto Lust.

—¡No!

—¡¿Estas bien?!

—¡NO! ¡SUÉLTAME!

Lust pensó en la estabilidad del chico y negó. Sus huesos dolían por el frío extremo al que los estaba sometiendo.

—No.

Lo abrazo con más fuerza, y tratando de compartir su calor, decidió convocar su ecto. Este relleno su uniforme, sobre todo en la parte delantera. Ignoro esto y coloco la cabeza de Nightmare en su pecho suave para que estuviera más cómodo.

Porque estaba preocupado por ese niño.

Nightmare lucho un poco más, pero pronto se rindió, y lo que parecía un sollozo escapó de sus labios, haciendo que Lust se sintiera peor.

Oh, este pequeño niño.

—¿Por qué haces esto? —preguntó Nightmare.

—Porque me importas. Porque te quiero ver bien.

Lust comenzó a acariciar su cráneo una vez el frío comenzó a disminuir, ¿o se estaba acostumbrando a él? Un poco de vapor estaba saliendo de su boca.

Pronto la puerta de la habitación se abrió, ¿cuándo se había cerrado? Cross estaba agitado.

—¡La puerta se atranco de repente y yo-! —Hizo una expresión de horror al ver a Lust y Nightmare tan juntos. —¡¿Estas bien?! ¡No puedes tocarlo!

Lust negó con su cabeza y Cross solo pudo cerrar sus dientes, finalmente notando que Lust no estaba herido. No como debería estarlo.

Lust continuó acariciando el cráneo del pequeño esqueleto oscuro, ya sin más interrupciones.

—¿Nightmare? ¿Podrías decirme que sucede? Solo así podré ayudarte, solo así...

Nightmare se aferro más a su cuerpo, arañando su uniforme, ensuciándolo, Lust ignoro todo esto para centrarse en el otro, ¿qué lo había puesto tan mal? Si no estaba herido, ¿qué le sucedía?

—Yo... Mañana... —tartamudeo Nightmare. —Mañana me harán el tratamiento...

—¡¿Qué?! ¡¿Tan pronto?! —Lust se alteró. —¡Pero aún...! ¡¿Quién te lo dijo?! Quizás solo estaban tratando de molestarte...

—Fue Gaster.

Se calló. Por poco no se muerde la lengua, la cual creo junto a su ecto.

Lentamente ambos se separaron y Lust pudo ver el rostro afligido de Nightmare. Él debía tener una expresión similar hacia el chico. No podía creer lo que estaba pasando, ¿tan pronto se les acabó el tiempo? A Lust le costaba creerlo, todavía quería pensar que era una broma cruel de alguien como Red.

Pero no era así. El mismo Director había venido a informarlo, así que no había dudas. A no ser que Nightmare le estuviera mintiendo, pero no tenía motivos para hacer algo así.

Cuanto lo sentía. Y lo único que podía hacer era dar su apoyo.

—¿Te gustaría que estuviera ahí contigo? Puedo pedir... Un permiso especial, algo así, para que me dejen ser parte del personal, para acompañarte...

Nightmare negó suavemente.

—No te dejaran. Mientras menos cómodo sea para mi, más feliz estará...

—No, Nightmare, solo es un médico haciendo su trabajo, sé que tienes miedo, pero...

—¿Miedo? —interrumpió. —Oh, no, es ira lo que siento. Pura y absoluta ira.

—¿Ira?

Los tentáculos de Nightmare comenzaron a alterarse detrás de su espalda. La pared comenzó a mancharse con el líquido que estos dejaban al azotarla. Nightmare apretó las sábanas debajo de sus puños.

Lust solo pudo imaginar que la ira era la forma que Nightmare tenía de sacar sus emociones, de ejercer una especie de control. Esa había sido la razón por la que quemo la iglesia y a ese gente, porque creyó que era un acto que ellos merecían.

Ahora mismo Nightmare no estaba triste, como Lust creyó, estaba enojado, tan enojado que las lágrimas caían incontrolablemente de sus ojos. Aún así, Lust lo había abrazado, y lo volvería hacer.

Extendió su mano para tocar su hombro.

—Cuéntame que sientes.

—¡¿Qué es lo que siento?! ¡¿Acaso no es evidente?!

Cross estaba a punto de moverse de donde estaba junto a la puerta. Lust lo miro, pidiéndole que no lo hiciera.

Regreso su atención a Nightmare.

—No es evidente, dímelo, por favor.

Nightmare tiro tanto de sus sábanas que las costuras se separaron y estas quedaron arruinadas debajo de sus manos y sobre la parte inferior de su cuerpo.

—¡NO SOY UN MALDITO CONEJILLO DE INDIAS! ¡NO SOY EL MALDITO JUGUETE DE NADIE! —Nightmare tomo aire. —¡Quiero quemar este maldito lugar hasta reducirlo a cenizas y asesinare con mis propias manos a todos estos malditos doctores! ¡Retorceré sus cuellos en mis manos! ¡Haré crujir sus huesos con todas mis extremidades! ¡Los azotare!

—¿Si? —dijo Lust. —¿Qué más? ¿Qué harás cuando todo termine?

—Yo... Yo buscaré a Dream y lo asesinare, no... Si, eso haré.

—¿Y cuando tu hermano ya no esté?

—Buscaré una casa para vivir en el bosque, ¡lejos de todos!

—Eso suena genial, ¿cómo sería tu casa?

—¿Pequeña? Supongo... ¿Por qué preguntas?

—Solo quiero saber.

Uno de los tentáculos de Nightmare se acercó a Lust y este lo acarició. El esqueleto oscuro se estremeció y miro enfadado el apéndice, como si se hubiera movido en contra de su voluntad.

—¿No te asustan? —preguntó Nightmare.

—¿Tus tentáculos? No en realidad, son bastante lindos.

—¿Lindos? —dijo Nightmare, incrédulo.

—Si, es como si fueras un lindo púlpito.

Un enorme sonrojo invadió todo el cráneo de Nightmare. Era curioso que se viera a través del líquido que lo cubría, pero así era Nightmare; estaba lleno de sorpresas. Lust lo había aceptado desde hace un tiempo.

—¡Me avergüenza que digas cosas así!

—¿Qué pareces un púlpito? Lo siento~ O quizás no, en todo caso, ahora tienes vergüenza y no enfado, ¿estoy equivocado?

Lust miro como Nightmare comenzaba a apretar nerviosamente las sábanas.

—¿Cómo hiciste eso?

—¿Qué cosa?

—Ya... No estoy tan enfadado.

—Se conoce como apoyo emocional —soltó el tentáculo que volvió a retorcerse junto a los demás en la espalda de Nightmare. —Es normal que nos desbordemos cuando sentimos que cosas injustas nos ocurren, y deseamos que cosas malas o dolorosas les sucedan a quienes nos provocan estas emociones. 

Nightmare gruño y Lust continuo:

—Simplemente hay que dejar que la ira fluya, eventualmente habrá cumplido su propósito y se ira, dejando paso a nuestras verdaderas emociones. Eres un chico tranquilo, Nightmare, alguien serio y muy inteligente para su edad. No dejas que la ira te controle, pero es inevitable que suceda porque aún eres muy joven y porque nadie te ha enseñado a manejarlo.

Cross jadeo desde la puerta. Incluso Lust se sorprendió de que Nightmare realmente se estuviera tranquilizando, después de todo, era un criminal homicida, pero también, al mismo tiempo, un niño.

—Respira profundamente —pidió Lust. —Por favor.

Nightmare le hizo caso, respirando y moviendo el flujo de su magia por todo su cuerpo. Lust lo ánimo a continuar así por unos minutos, hasta que Night se veía mejor. Incluso el frio de la habitación había disminuido. Eso era tan bueno como todo.

Pronto recordó el libro que había traído.

—Mira, ¿por qué no buscamos sentirnos mejor? Hay muchas cosas que no podemos controlar, ¿sabes? Inevitablemente, y pensar en todo lo malo solo duplica o triplica nuestra ansiedad. Quiero enseñarte algo.

Lust comenzó a sacar de su uniforme el libro que había estado oculto allí todo este tiempo. La expresión de Nightmare cambio a una de asombro. Suavemente lo tomó entre sus falanges.

—Me pareció bastante romántico, incluso pregunte a algunos de mis compañeros y dijeron que era bastante bueno.

—¿Esto es para mi?

—Si, Night, todo tuyo. Lo he... Robado, si te soy sincero, así que trata de mantenerlo oculto hasta que lo acabes. Entonces podré buscarte alguno más.

Nightmare volvió a sonrojarse. Su único ojo observaba atentamente su nuevo y único tesoro, el cual solo le pertenecería por un tiempo, pero eso no parecía importarle.

—Gracias.

—De nada. ¿Por qué no lees mientras yo te busco una nueva sábana? Diré que yo rompí esta por accidente.

—También deberías cambiarte tu ropa.

Lust se miro su uniforme blanco ahora manchado de negro en la parte delantera, ¿saldría con un poco de detergente? En sus huesos también había manchas, pero no le importo. 

—Esta bien, cariño. Yo me ocupo de eso, tu lee.

Nightmare dudó, pero finalmente abrió el libro, mientras que Lust le quitaba la sabana que había roto. De pronto Cross estaba a su lado.

—Diré que la rompí yo.

—No es necesario... —Lust trato de decir.

—Déjalo. Las sábanas de repuesto deben estar por allá.

Lust suspiro e hizo caso, yendo hacia el gabinete delgado y alto contra la pared que Cross señalo. Allí se encontró desde batas de repuesto hasta la sábana que necesitaba. Probablemente Nightmare arruinaba muchas cosas gracias al líquido que lo cubría. Esto debía estar aquí para todas esas situaciones. Lo agradeció.

Cubrió las piernas de Nightmare con la nueva sábana, que estaba limpia y suave.

Nightmare estaba más que concentrado en el libro, devorando las palabras rápidamente a juzgar por como su única pupila se movía de lado a lado. Lust sonrió. Quería decirle que dejara algo más tarde, pero una mente tan hábil como la de Night debía añorar demasiado algo más que tontas revistas y cuatro paredes blancas.

Lo dejo disfrutar de su momento de paz y fue con Cross.

—Gracias por no intervenir —dijo.

—Fue difícil —Cross admitió. —No quería que te hiciera daño.

—Por eso, gracias. Es obvio que Night nunca recibió apoyo o ayuda —Lust suspiro. —No soy un psiquiatra, pero tengo experiencia. Muchos pacientes reaccionan mal, por el dolor o por la ansiedad. Nightmare cometió un crimen terrible y por eso se le juzgará toda su vida. Solo quiero ser alguien que le brinde un poco de normalidad. Apenas tiene 18 años.

Lust se lamentaba para sus adentros cuando escucho a Cross responderle.

—Eres único.

—¿Eh? 

—Y valiente. Estar frente a un criminal no te doblega.

Lust negó.

—No es así, claro que me da miedo, no quiero que nadie me haga daño, no soy masoquista, pero hay una diferencia entre... Un violento abusador y un niño alterado.

Cross frunció el ceño.

—¿Y tu los conoces a ambos, no?

Lust sonrió, cómplice, revelando apenas un poco de sus propios secretos.

—Muy bien.

"Radio. Atención a todo el personal. Tenemos un problema. Sector naranja. Código 14".

Tanto Lust como Cross miraron al pequeño aparato en su cintura que pronto comenzó a hacer ruido. Cross lo sujeto de inmediato.

—Habla Cross, ¿qué parte?

"Zona de esparcimiento. Dust esta involucrado. Necesitamos a todos. ¡Ahora!"

—¿Dust? —Lust miro a Cross. —¿Es Dust?

—Solo hay alguien conocido como Dust en este hospital. Código 14 es una pelea, y sería. Vamos.

Lust miro a su espalda. Nightmare lo estaba mirando atentamente, con el libro estirado sobre sus piernas.

—Ayúdalo —dijo.

Lust no necesitaba que se lo dijera, pero lo tomo como una despedida. Cross abrió la puerta y juntos corrieron por los pasillos.

El guardia era mucho más rápido que Lust. Ya sentía sus piernas arder y estaban a mitad de camino. Cross había lanzado la sábana a un carrito y se movía velozmente.

Realmente no quería quedarse atrás, ¡tenía que proteger a Dust! Lust aceleró como pudo.

Cuanto más cerca estaban, más se podía escuchar los gritos. Al llegar, Lust vio a través de toda la multitud para encontrarse a Dust acorralado contra una pared. En sus manos había un chico, sangrando por todos los orificios de su rostro. Era humano. Dust parecía sujetarlo como una amenaza.

Se acercaban a él, y el humano lo sufriría.

¿Por qué se había desatado esta pelea? ¡Dust había estado bien cuando Lust lo dejo!

Incluso le había prometido que...

—¡Dust! ¡Suéltalo ahora! —grito Ink, que estaba junto a los guardias. —Todo esto solo te afectará a ti.

—No den un paso —amenazó Dust. —Porque voy a matarlo.

Dust miraba atentamente a la multitud de guardias, tan concentrado que hasta podría notar una aguja cayendo al suelo. Aún así, fue incapaz de notar a Lust entre la multitud de pacientes y enfermeros que habían llegado.

Lust no sabía como avanzar, ¡no sabía que hacer!

Esto se parecía a su primer encuentro, pero a peor escala. Trato de ver entre los pacientes y se encontró a Geno. Fue rápidamente con él.

—¿Sabes que sucedió?

Geno negó.

—Se alteró de repente, cuando mire ya estaba peleando. No se si ese chico resistirá más. Los guardias van a entrar.

Lust se agitó más ante las palabras de su amigo, quien miraba todo con ojo crítico. Para él esto no debía ser algo nuevo.

—No había pasado desde que llegaste —susurró Geno. —Se había estado portado bien, pensamos que eran los medicamentos...

—¿Crees que si me acerco a hablar con él haya una diferencia? —preguntó Lust.

Geno lo miro de pies a cabeza. Todas las heridas que Lust había tenido ya habían sanado, así que no había nada que juzgar. Solo que habían estado ahí. Él mayor suspiro.

—Ve con Ink. Pregúntale a él.

Lust no perdió tiempo y fue con su jefe. Ink no lo noto en un principio, hasta que estuvo prácticamente detrás suyo.

—¡Lust! Ya regresaste...

—¿Hay algo en lo que pueda ayudar? —interrumpió Lust rápidamente.

—Bueno... —Ink miro la situación que tenían y no lo pensó demasiado. —¿Te crees capaz? ¿De detener a Dust pacíficamente?

No.

—Si.

Ink asintió, convencido.

—Te he visto con él. Quizás ayudes más que nosotros. Ve.

Después de dudar un momento, esperando el asentimiento de Ink, salió detrás de su espalda, mirando atentamente a Dust.

El chico lo noto enseguida. En su mirada paso un leve rastro de arrepentimiento, pero no se alejo del humano, de hecho, apretó su cuello con más fuerza, haciéndolo gemir de dolor.

Lust pudo notar algo que había pasado desapercibido, y es que Dust también estaba cubierto de heridas. Esta pelea no había sido unilateral, si Dust o el humano la habían comenzando, eso no lo sabía. Solo quería detener esto, que nadie saliera más herido.

Estaba seguro de que Dust sufriría en aislamiento por esto, pero ojalá no fuera peor.

—Dust, por favor...

Dust negó ante sus palabras. No dijo nada. Lust insistió.

—Esto solo puede empeorar. Sea lo que sea que haya pasado, no lo vale.

Los pacientes, los guardias y el resto de trabajadores miraban entre Dust y Lust. La habitación estaba en completo silencio, o eso parecía para el enfermero. Ahora su concentración estaba totalmente puesta en su paciente.

—Te lo pido. Después de matarlo, ¿qué harás?

—Escuchaste esa parte... —gruñó Dust. —Él me molesto.

—Y ya parece bastante lastimado. Y tú también.

Dust lo miraba atentamente. El enfermero sabía, Lust sabía, que algo tuvo que pasar, algo grave, al menos para Dust. Porque todo este tiempo, todos estos días, se había mantenido tranquilo. Si bien su informe decía que era impaciente, impulsivo y además descontrolado, un coctel de actitudes para un pirómano, siempre debía haber algo. Por más pequeño que fuera. ¿Quizás se miraron mal?

Había cosas que Lust podía manejar, como la ira en alguien naturalmente lógico como Nightmare, pero la ira de Dust... Estaba a otro nivel, era esporádica. Esta vez no trataría de guiarlo, porque ni la situación ni el ambiente se prestaban para ello. No había calma o compresión, solo tensión y ansiedad.

Tampoco iba a culparlo. Tenía que centrarse en calmarlo.

—Mírame, sabes que te has pasado. Has llegado a un punto sin retorno, no lo extiendas más. Puedes matar a ese chico, ¿pero valdría la pena? Estarías encerrado... No tendrías más libros, no podrías estudiar. Irías a máxima seguridad.

Dust parecía estar pensando. No decía nada, ni siquiera se movía. El humano jadeaba cada vez más lastimeramente.

Finalmente Dust lo dejo ir, no sin antes levantar su pie y golpear dolorosamente el tobillo del humano. Toda la sala pudo escuchar el crujir del hueso al romperse.

Los pacientes comenzaron a gritar, otros a chillar. Los guardias fueron directamente hacia Dust, pasando junto a Lust como si fueran una marea.

Atraparon al chico y lo tiraron contra el suelo. Mas huesos sonaron. Lust se cubrió la boca y fue con Dust.

—¡No lo toques! —grito alguien.

—¡Déjalo! —grito Cross.

Lust le agradeció suavemente que interviniera, aunque no lo había visto y no sabía que estaba haciendo. Lust solo estaba pendiente de Dust.

Una lagrima silenciosa salió de una de las cuencas del chico. Era morada. La magia de Dust era muy similar a la suya. Lust lo tomo de ambas mejillas. 

—Todo saldrá bien, te prometo que todo saldrá bien.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro