(17) Promesa. Infierno. Salida
—¿Entonces vienes a sacarme de aquí? —Cross asintió ante la pregunta de Lust—. ¿Cómo?
Cross le explico su plan, que consistía en usar las llaves de repuesto para ayudarlo a abrir las puertas en medio de la noche, mientras que Cross causaba una gran distracción. Lust se negó.
—¿Hay algún problema? —preguntó Cross.
—No me ire solo.
—¿Qué?
—No abandonare a mis pacientes.
Cross miro a Lust como si le hubiera crecido una segunda cabeza de la nada. —¿Estas demente?
—Quizás un poco, sí. Es todo tu culpa.
Cross ignoro la acusación subyacente. —¿Cómo piensas que vamos a sacar a Dust y a Nightmare de aquí?
—A Error, Killer y Horror incluidos —añadió Lust.
Cross se golpeó la cara con una mano. Se veía notablemente frustrado. Lust no se sintió culpable por eso.
—¿Entiendes que, si te quedas, lo más probable es que termines siendo operado por mi padre? —cuestiono Cross.
—Lo sé —admitió Lust—. Si es así como debe pasar, lo aceptó.
—¡Es ilógico!
—¡Ilógico fue traicionar la amistad que habíamos cultivado tú y yo!
Cross guardo silencio y Lust se sostuvo su cráneo, repentinamente siendo atacado por una punzada de dolor.
Sabía que no estaba bien, que no estaba pensando con claridad y que seguramente estaba siendo un idiota. Salvarse solo ya sería algo complicado, ¿sacarlos a todos de allí? Es suicidio, pero Lust no podía irse sin ellos. No lo hizo cuando era su enfermero, no lo haría ahora que era su compañero. Cross tendría que entender eso, incluso Geno, que había hecho lo posible para tratar de sacarlo de allí.
—Supongo que tendremos que pensar en algo —murmuró finalmente Cross y le extendió las llaves—. Mientras tanto, quiero que te guardes esto. Es importante que las tengas tú.
Lust las rechazó. —Podrían encontrarlas. Como esqueletos, no tenemos muchos lugares para esconder cosas.
—¿Olvidas tu cráneo?
—¿Quieres que esconda esto dentro de mi cráneo? ¡Moriré de irritación!
—Las guardare yo.
Tanto Cross como Lust saltaron ante la inesperada voz que salió de repente de una esquina de la habitación. Cross giro su cráneo para observar lo que pudo parecer un intruso, quizás alguien que los había descubierto, pero en cambio solo pudo observar una sombra.
—¡Nightmare! —Lust soltó.
No esperaba que hubiera escuchado toda la conversación, pero tratándose de ese chico y sus habilidades, no lo dudaba.
—Las guardare yo —volvió a repetir. Cross se mostró cauteloso.
—¿Qué demonios? —soltó.
—¿Crees que te estas volviendo loco? Bienvenido al club —dijo Lust, riéndose suavemente.
La sombra de Nightmare extendió una extremidad, pidiendo las llaves. Lust se puso de pie y arrebato los objetos de Cross, entregándoselos a la sombra, que pronto se los trago.
Lust miro a Cross tratar de masajear sus cuencas, sin creer lo que acababa de ver. Si Nightmare estaba confiando en Cross como para mostrarse, entonces significaba que él estaba verdaderamente arrepentido. Lust podía confiar en Nightmare.
—Es bueno ver que por fin has dejado de ser un idiota —dijo la sombra, claramente dirigiéndose a Cross. Lust no podía estar más de acuerdo.
Cross los miro a ambos. —¿En qué momento perdí la cabeza?
—¿Cómo creías que Nightmare se comunicaba con Killer y Dust? Ustedes sabían que lo hacía, por eso atacaron a Killer —contestó Lust.
—Yo no he atacado a Killer —se defendió Cross—. Pensamos en lo lógico, notas o quizás un enfermero que estaba siendo sobornado, ¿esto? Esta fuera de lo límites.
—Con tu ayuda tenemos más posibilidades —dijo Nightmare—. No imagine que sería Lust quien te haría cambiar de bando.
Cross se vio ciertamente consternado. Lust no lo culpo.
—¿Quieres tratar de escapar, Nightmare? —preguntó el ex enfermero a la sombra.
Nightmare se mantuvo callado. Nadie podía saber que pensamientos estaban cruzando por su mente ahora, ni siquiera podrían juzgarlo por una expresión, porque no había.
—Tú y los demás —finalizo Night.
Lust quiso protestar, ¿cómo que él y los demás? ¿Y dónde quedaba Nightmare en todo el asunto? Pero la sombra se fue antes de que pudiera abrir su boca, dejándolo solo junto a Cross.
—Así que en verdad él puede malograr el generador —murmuró Cross.
Lust permitió que Cross organizara sus pensamientos. Después de lo que se sintieron como unos minutos, Cross pareció recuperar la compostura. Lust no desaprovecho de oportunidad.
—Ayúdame a salvar a Nightmare y a todos —pidió. Cross lo miró con evidente lastima.
—Salvar todo el hospital es...—trato de decir.
—No —interrumpió Lust—. No a todos. Solo a mis pacientes.
(...)
Nightmare miro las credenciales y las llaves que ahora tenía en su poder. Esta era la mayor oportunidad que había tenido para escapar, y podría hacerlo, si solo era él, pero, ¿cómo abandonar a todos sus secuaces aquí? Incluido Cross, que hasta el momento había descartado, considerando que jamás dejaría el bando de su padre o al menos no lo hacía en sus sueños.
Cross era uno de los pocos que sobrevivía al incendio de Dream e incluso terminaba trabajando para él. Ahora todo parecía indicar que no tendrían el mismo destino.
Lust estaba logrando demasiados cambios. A este ritmo, Nightmare temía que pudiera causar que su sueño cambiara a uno que lo incluyera y que su destino se viera envuelto en algo mucho peor.
Aunque, ¿qué es peor que arder vivo? Esa se describía como una de las muertes más dolorosas que podría sufrir el ser humano, para un monstruo no debería ser distinto.
Nightmare no moriría así. Sabía que antes de que eso pasara, Gaster lo operaría, mataría todas sus emociones y su capacidad de sentir y Dream lo sacaría de aquí, para reducir este lugar a cenizas.
Tenía que pensar. Sostuvo su libro que Lust le había regalado contra su pecho y cerró su única cuenca.
¿Cómo los sacaba a todos de aquí?
(...)
Nightmare miro a su gemelo que estaba sentado a su lado. Lo que estuvo pensando toda la noche daba vueltas en su cabeza.
—¿Dream?
—¿Si, Nightmare? —contesto el gemelo de preciosos ojos como dos soles. Debía ser la primera vez que Nightmare iniciaba una conversación con Dream desde que estaba encerrado aquí—. ¿Necesitas algo de mí?
—¿De verdad necesitas matarme para continuar con tu vida?
—¿Matarte? —Dream llevo una mano a su pecho—. ¡Yo no quiero matarte!
—No, porque si lo haces te mueres, pero sabes a que me refiero.
Dream sonrió dulcemente. —Oh, querido hermano. Mi intención siempre ha sido vivir pacíficamente a tu lado, pero tú lo haces bastante difícil.
—¿Crees que la maldición siga en pie incluso si ya no nos queda familia?
Su gemelo pensó en sus palabras detenidamente. —La verdad, no lo sé, ¿supongo? ¿Por qué?
—Si yo prometo no causarte problemas, ¿me sacarías de aquí?
—¡Por supuesto! —Dream se levantó de su asiento y se acercó a Nightmare. Las luces de sus ojos brillaban como Nightmare nunca lo había visto antes—. ¿Estás dispuesto a hacer esa promesa?
—Solo si me prometes no quemar este lugar cuando nos vayamos.
Dream comenzó a reír. A Night no le causo ni un poco de gracia y tuvo que esperar a que su gemelo dejara de carcajearse en su cara.
—Claro que no —respondió Dream—. Matare a todos aquí una vez nos vayamos. Quieras o no.
Nightmare respiro profundamente, expandiendo su caja torácica.
—Vale. Entonces vámonos. No quiero terminar sin alma.
Dream se levantó de su asiento de un salto, como un conejo. Asintió varias veces con su cráneo.
—¡Vamos a ser tan felices, Nighty! ¡Solos tú y yo, por fin!
Dream salió de su habitación a la velocidad de un rayo. Probablemente corriendo a la oficina del director, o eso esperaba Night. Con el paso del tiempo, una creciente ansiedad se instaló en su metafórico estómago.
¿Qué era lo que había comenzado?
Todo comenzó con unos gritos. Nightmare pudo escuchar a gente correr afuera de su puerta. No entendía del todo lo que estaban diciendo, trato de concentrarse para aumentar su capacidad para oírlos, pero solo lograba captar cortas oraciones. Algunos gritaban "puertas", otros "pacientes" y por último escucho "corre".
¿Se supone que comenzaría tan pronto? ¿No iban a operarlo? ¿Solo por hablar con su hermano había logrado detener la mayor parte de su sueño? La ansiedad dentro de él no hizo más que crecer, así como el pánico, que se sentía en los sudores fríos de su columna, así como en su baba volviéndose más espesa, como un método de protección.
¿Dónde estaba Dream?
No tardo en percibir el olor a humo y el aumento de la temperatura en su habitación. Lo que antes fue un cielo nublado afuera de su ventana, no tardo en convertirse en algo oscuro cubierto de humo negro.
Entonces una explosión sacudió todo el hospital, con tal intensidad que logro tirarlo de la cama y pronto se escuchó un grito estremecedor, que parecía provenir de una enorme maquina en vez de un humano o cualquier monstruo. Un pitido ensordeció los oídos de Nightmare.
Alguien lo tomo en brazos en algún momento mientras trataba de recuperarse, cargándolo como a un niño y lo único que logro hacer fue aferrarse al extraño. Si no estaba siendo quemado, entonces era porque no quería hacerle daño. Podía confiar en eso.
Sentía como estaban corriendo y de no ser porque respiraba a través de su magia, tendría los pulmones llenos de humo como la gente que alcanzaba a ver en los pasillos. Todos en el suelo, tosiendo y ahogándose. Nightmare no sentía pena por ninguno de ellos.
Todavía no sabía quién lo llevaba, pero gracias a que no estaba esforzándose en correr y evitar todos los obstáculos y gente que había en el camino, podía ver todo lo que su visión oscurecida le dejaba. Los pasillos se encontraban llenos de humo, además de que la temperatura no dejaba de aumentar. Seguramente había gente gritando o pidiendo ayuda, pero Nightmare no podía escuchar a nadie.
Dream había causado todo esté desastre.
Había sido igual que aquella vez, en la iglesia. La gente debió haber gritaba mientras las llamas cubrían su cuerpo, mientras que el humo y el calor quemaban sus pulmones, cocinando su ser desde adentro y afuera al mismo tiempo.
—¡Lust!
Lo primero que Nightmare escucho fue ese nombre, gritando por aquel que lo llevaba en sus brazos.
—¡Sal de ahí!
—¡No puedo! —grito Lust.
(...)
[Media hora antes]
Lust pensaba que era hoy. Anoche, a él y a Cross no se les había ocurrido ninguna forma de escapar, llevándoselos a todos consigo. De todos modos, no hubiera servido de nada.
Ink lo miraba de esa forma. No le había dicho nada, pero Lust lo sabía. Iban a operarlo.
Sentía que le faltaba el aire, que le fallaban sus extremidades. Se había sentido tan bien anoche, gracias a las noticias de Geno. Tuvo esperanzas.
Ink desapareció un momento. Lust suspiro, aferrándose a Dust como si se tratara de un oso de peluche. Hoy era el día libre de Blue. Lamentaba no tener a su compañero cerca. Ink regreso, pero su ceño fruncido era evidente.
—No quiero que entren en pánico —comenzó a decir—. Vamos a realizar un pequeño simulacro de incendio. Nada está pasando. Mantengan la calma y todo terminara muy rápido.
Después de que dijo eso, fue como si un meteorito hubiera caído en el hospital. La explosión fue tal que lleno los pasillos de humo inmediatamente. Lust quedo momentáneamente ciego y sordo. Cuando recupero la conciencia, Error, él y Dust estaban en el suelo. Killer se encontraba a unos pocos metros.
Lust sentía que se encontraban en el infierno.
—¡Despierten! —trato de gritar, moviendo a Dust y a Error al mismo tiempo. ¡Tenían que salir de allí! Pero ninguno reaccionaba.
Entonces fue como si una luz cegadora pasara a su lado. Lust miro hacía el pasillo, sin poder apartar la vista. Allí, una especie de ángel... No, era un esqueleto, se paseaba con completa tranquilidad. Lust lo reconoció al cabo de unos segundos.
Era Dream. Desapareció por los pasillos, llevándose la luz con él. Detrás suyo las llamas parecían seguirlo.
...
Lust comenzó a toser y abrió sus cuencas. Cross le estaba haciendo RCP. A su lado se encontraban Error, Dust y Killer, este último en el suelo, sin reaccionar.
Se dio cuenta de que lo último había sido solo un sueño. No había llamas todavía, solo humo, y un insoportable calor.
—¡Lust! —grito Cross—. ¡El generador exploto! ¡Tenemos que salir!
Error se abrazaba a sí mismo y se balanceaba, mientras Dust parecía en un estado de shock. Lust se sentó en el suelo, sintiendo los mareos y la amenaza latente de que iba a desmayarse.
—¡¿Y los demás?! —alcanzó a gritar. Sentía que su garganta estaba ardiendo.
—¡Solo los encontré a ustedes, el resto está muerto o tratando de huir! —Cross paso un brazo por debajo de las axilas de Lust, tratando de ayudarlo a ponerse de pie—. ¡Tenemos que salir!
Las lágrimas escocían en las cuencas de Lust, o tal vez solo era el calor. Empujo a Cross con toda su fuerza y cayó de rodillas al suelo. El guardia lo miro sin entender.
—¡Ve a buscar a Nightmare! —grito Lust.
—¡¿Qué?! —Cross parecía tratar de escucharlo por encima de todos los gritos y sonidos de explosiones que estaban a su alrededor. Lust se levantó por su cuenta y agarro a Cross de su uniforme con una fuerza que no sabía que tenía.
—¡Ve a buscar a Nightmare AHORA!
Cross los miro detenidamente, seguramente preguntándose como iba a sacar a todo el mundo de allí, incluidos Nightmare. Y Lust no podía olvidarse de Horror.
—¡Yo los sacaré a ellos! ¡Corre!
Lust solo pudo sentir alivió cuando Cross le hizo caso y no discutió más. Agradeció a cualquier Dios que existiera porque Cross si escuchara órdenes. Entonces se puso en marcha.
Tomo a Error del suelo y lo zarandeo de atrás hacía adelante.
—¡Tienes que despertar! —gritó.
—¡Suéltame! —Error tenía las pupilas diminutas y en sus huesos aparecieron muchas marcas de errores—. ¡No!
—¡Error! ¡Escúchame! ¡No soy Ink, soy yo, Lust! —lo tomo de los costados de su cráneo—. Soy yo.
Muchos extraños errores estaban dentro de las cuencas de Error, pero no tardaron en desaparecer. Error parecía reaccionar.
—¡Tenemos que sacar a Dust y a Killer, pero no puedo solo, debes ayudarme!
Error asintió. Llevo sus manos a sus cuencas y los extraños hilos azules que parecían pegados a sus huesos comenzaron a sobresalir, creando impresionantes cuerdas del mismo color. Error las ato alrededor de Dust, que no reaccionaba. Lust aprovecho de sujetar a Killer en sus brazos.
Error terminó poniendo a Dust en su espalda, atándoselo gracias a la ayuda de sus cuerdas. Lust se sorprendería de su trabajo en otro momento, ya que ahora no podían perder más tiempo en escapar.
Corrieron por los pasillos, los cuales estaban llenos de vidrios rotos, pedazos de muro que se habían desprendido y cuerpos, en los que Lust no podía concentrarse ahora.
Gracias a las ventanas rotas el humo salía, pero los barrotes impedían que cualquiera intentara escapar por allí. La sangre en las paredes decía que de todos modos muchos trataron de intentarlo.
Lust iba primero, cargando a Killer en su espalda, con sus manos debajo de las rodillas de este. Error lo seguía con Dust también en su espalda, pero lo sostenía con ayuda de sus cuerdas, sin tocarlo directamente.
Lust no quería pensar en Ink quemando sus muñecos delante de su cara y compararlo con esta situación ahora mismo. No podía.
Pensó en que tenían dos opciones. O trataban de huir por la puerta principal, donde estarían todos y seguramente los atraparían una vez lograran salir, o salían por una de las puertas traseras, específicamente aquella donde siempre se habían escondido.
La primera opción era la más segura, pero si los atrapaban, sería volver a estar detrás de las rejas. Si elegía ir por la puerta de atrás, no sabía si estaba abierta, pero si era así, podrían huir hacia el bosque.
Si estaba cerrada, lo más seguro era que murieran.
Eligió la puerta de atrás, cargando con el peso, metafórico y literal de Killer, Error y Dust detrás de él. Error no dijo nada y solo lo siguió, sin entender el dilema al que Lust se había enfrentado.
Lust agradeció que la puerta no estuviera oculta tras de escombros. Dejo a Killer en el suelo un momento y trato de girar la manija. Aparte de estar ardiendo bajo su toque, la puerta no cedió.
Pudo ser el calor, así que Lust siguió intentando un par de veces, ignorando el dolor en sus huesos y el de su magia siendo carbonizada. Pateo la puerta cuando está definitivamente no cedió.
Los había condenado.
—¿No podemos salir? —la pregunta vino detrás suyo.
Lust se giró a mirar a Error. Las lágrimas nublaban su visión.
—Lo siento mucho.
—Está bien —Error se dejó caer al suelo, mientras tosía—. Prefiero la muerte a seguir en este lugar. Al menos lo intentamos.
—¡Lust!
Escucho su nombre y levantó su cabeza, logrando ver a Cross que cargaba con Nightmare.
—¡Sal de ahí!
—¡No puedo! —grito Lust—. ¡Está cerrado!
—¡Mira el techo!
Lust levanto su vista y de repente un mar de llamas estaban encima de su cráneo, quemando el techo. No sabía en qué momento habían llegado ahí, pero la madera no tardo en desprenderse con facilidad.
Falto poco para que les cayera encima, pero lograron salir a tiempo. La puerta quedo completamente bloqueada por los escombros carbonizados y otros aun ardiendo.
—¡Vamos por otro lado!
Cross estaba dando las ordenes ahora y Lust las hubiera seguido con gusto de no ser por el intenso dolor en su pierna. Miro hacia atrás y noto que parte de su hueso estaba astillado, del cual escapaba parte de su medula que ya estaba haciendo un charco en el piso. Las planchas de madera le habían caído encima y en su afán por sacar a Killer no quito su pierna a tiempo, su pantalón también estaba parcialmente quemado.
—No puedo caminar —sollozo.
Cross se acercó rápidamente, dejando a Nightmare de pie a un lado.
—Te llevare yo —dijo.
—¡No, tienes que llevar a Killer!
—¡Pero tú...!
—¡Llévatelos! —ordeno Lust—. ¡Sácalos y después ven a buscarme!
—¡Es una sentencia de muerte que te quedes aquí!
—Puedo llevarte yo, mientras utilizas el otro pie —dijo Nightmare—. Solo apóyate en mí.
Cross ayudo a Lust a ponerse de pie y apoyarse en Nightmare, después sujeto a Killer.
A paso lento, los seis atravesaron los pasillos que comenzaban a convertirse en trampas mortales. Lo peor fue cuando llegaron a máxima seguridad. Los gritos de los pacientes que aún estaban encerrados lograban congelar tu alma, a pesar del calor que hacía.
Cross, al igual que los demás, los ignoraba fácilmente, pero Lust se sentía de lo peor.
—Por aquí, todavía hay una salida de emergencia —dijo el guardia.
Faltaba Horror, Lust lo sabía, pero jamás lo encontrarían si se ponían a revisar todas las puertas una por una, ¿todavía estaba a salvo? ¿Seguiría vivo? Nunca lo fue a ver a su celda, ¡no sabía en cual de todas se encontraba!
Los enfermeros y el resto de guardias en el hospital habían dejado a los pacientes de máxima seguridad a su suerte. Los habían dejado morir aquí, así que Horror no podría haber salido.
¿Pero dónde? El tiempo no se detendría por ellos. El fuego y el calor no hacía más que aumentar.
Ante las cuencas de Lust, Nightmare afilo uno de sus tentáculos y lo utilizo para atravesar la chapa de metal que había en una de las puertas. Esta se abrió con facilidad y Lust quería llorar cuando vio al esqueleto del cráneo roto salir.
Lust no acusaría a Nightmare por no haber utilizado ese método para sacar al resto de pacientes que gritaban pidiendo ayuda. El olor a la piel humana carbonizada llenaba el lugar, además de que mucho de los restos de polvo no debían ser por los escombros.
El uniforme de Horror estaba quemado en algunos lados. Cross lo miro con sorpresa y cierto resentimiento, tal vez creyendo que los atacaría.
En vez de eso, Horror tomo a Lust y Nightmare con facilidad. El paso lento que llevaban debido a su herida dejo de ser un problema. Comenzaron a correr hacia la salida de emergencia, mientras parte de los muros se caían donde antes habían estado.
Lust esperaba que Cross la abriera con sus llaves, pero a diferencia de las demás, la puerta de emergencia no era de metal, aunque si estaba cerrada. Horror la atravesó fácilmente de una patada.
Al aire fresco los recibió. Aún se encontraban rodeados de altas vallas de contención, pero era un alivio respirar sin sentir que te consumías por dentro.
Cross corrió hacia las vallas. Seria imposibles que las escalaran.
—No podemos salir por la entrada principal —se quejó Lust, mientras tosía—. Volveremos a ser encerrados.
Fue entonces que Horror puso a Nightmare de pie en el suelo. El esqueleto oscuro se veía mejor que nunca. Todo el sufrimiento había aumentado su poder. Quizás Dream lo planeo así, o ni siquiera lo había pensado. Nightmare afilo sus tentáculos y los utilizo para cortas las vallas de metal. Estas cedieron como mantequilla derretida y todos atravesaron el agujero que quedo.
Eran libres.
(...)
Caminaron por lo que se sintió como varias horas. A Lust le habían hecho un torniquete sencillo en la pierna usando un pedazo de tela de sus uniformes. Error lo ató con fuerza usando sus cuerdas.
Lust no estaba dejando que caminaran en vano. Tenía un plan en mente, antes de que el cansancio se lo llevara. Dust se había despertado en el camino y ya andaba. Los únicos que eran cargados eran Lust y Killer.
Finalmente llegaron a la casita de Reaper y Geno.
—Las llaves —susurró Lust, ya demasiado agotado—. En las llaves que nos dejó Geno. Una de ellas es de su casa.
Si Geno no hubiera querido que usara su casa, no le hubiera dejado las llaves. Aunque estaba seguro que no se esperaba tantos invitados.
Lo que se encontraron a dentro eran muebles cubiertos por sábanas blancas. Eso fue lo que Lust alcanzo a ver, antes de que se desmayara.
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