Cap 3: Así como en mis sueños
Comenzó a tener sueños extraños. Se veía a sí misma caminando entre las nubes, y el bosque bajo sus pies. Una figura desconocida le ofrecía la mano, ella hacía una reverencia, y luego comenzaban a bailar juntos, rodeados de las estrellas. Terminado el último sueño, despertó en la cueva, aún abrazada a la capa de vampiro. Se dió cuenta de que estaba sola, lo cual le extrañó. Salió de allí, viendo la noche extenderse ante sus ojos. Afuera estaba Ranma danzando con nadie, lo cual hizo reír a Akane. Aquel, al oír la risa se detuvo. Confesó que había estado cierto rato esperando a que Akane se despertara para continuar el viaje, pero se había aburrido, y le habían dado las ganas por bailar.
La joven humana comentó que aquello se le hacía curioso, pues hace unos momentos había soñado con un baile.
- ¿Quieres bailar? - preguntó Ranma, ofreciéndole la mano con una sonrisa pícara.
- No, debo buscar a mi padre. Puede estar en peligro.
- Vamos, tenemos tiempo. - insistió el vampiro, agarrándola de la cintura y elevándose del suelo.
Ella no pudo evitar gritar, lo cual casi los hace caer. Él comenzó a hablar en voz baja, para tranquilizarla.
- Todo está bien, ¿Vamos?
Akane suspiró profundo, y asintió con la cabeza. Ambos comenzaron a moverse en el aire. A ella le parecía extraño bailar sobre la nada, pero divertido a la vez. Mientras se movían con gracia, Ranma la miraba fijamente.
- No solo eres muy valiente, también bailas a la perfección.
- Me enseñó mi hermana Kasumi, antes lo hacía pésimo. - confesó la joven, riéndose. - Y tú eres un vampiro algo raro.
- ¿Raro?, querrás decir que soy un caballero. Te presté mi capa.
- Tienes razón. - respondió, aún riéndose. - Gracias por eso, y también por ayudarme.
Continuaron con su danza sin música, con su baile al compaz del viento nocturno. Parecía un sueño.
Bajaron del aire, con ganas de más, pero concientes de que debían continuar el viaje.
Luego de un par de horas de camino, entre más árboles y arbustos sin fin, a Akane se le antojó conocer un poco más sobre el vampiro que se había llevado a su padre.
- ¿Mi amo?, es un completo mimado. - respondió Ranma. - Se llama Kuno.
- ¿Por qué trabajas para él?
- Mi padre me vendió. No tuve más opción. Aunque debo admitirlo, trabajar para Kuno es divertido, y reírse de todas las tonterías que hace. - dijo, luego sacó una carcajada. - Por ejemplo, ayer cuando salimos de caza, vió a tu padre y comenzó a presumir, a decir cosas como "Mira bien, Ranma, así es como se caza a un humano", "Yo soy un experto en esto", "¿Sabías de mis grandes habilidades como cazador?". Tu padre aprovechó la distracción, e hizo un montón de técnicas marciales que lo dejaron en el suelo.
- Ah, por eso la sangre que ví en ese árbol.
Ranma asintió.
- Mi amo ganó porque a última hora apareció el maestro Happosai y lo ayudó. - continuó contando la historia. - Querían comerce a tu padre, pero el maestro mencionó que sentía un olor a humanas que lo rodeaba. Me ordenaron que me quedara allí, a esperar si aparecía alguna.
Akane se paró en seco, frunció el ceño, y lo miró a los ojos.
- Así que es eso. Me estás ayudando a propósito, solo quieres cumplir con las órdenes de tu amo.
- No, Akane, no es lo que pueda parecer. Lo hago porque me intimidaste.
- Yo solo soy una humana, no le veo sentido.
- Yo tampoco se lo veía, pero tienes un carácter que impresiona incluso al más fuerte. - el vampiro se detuvo, y suspiró profundo. - Aunque, a medida que te comienzo a conocer tengo menos miedo, pero más ganas de ver de lo que eres capaz. También pareces ser alguien amable.
Akane no pudo evitar sonrojarse.
- No lo parezco, lo soy. - respondió, en broma. Ambos se rieron.
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