9. Momento
Camilo
Nunca en mi vida había estado más nervioso como lo estoy ahora. Sabía que este momento llegaría y de verdad estaba listo, solo que no sabía bien por donde empezar a pesar de haber recibido un montón de consejos no tenía idea de que hacer.
Isabela notó mi nerviosismo y besó mi frente - Solo déjate llevar
- Si, dejarse llevar es lo difícil - Respiré profundo - ¿Cómo puedes estar tan tranquila?
- Yo también estoy muy nerviosa
- Pues no se nota, eh
- Pues si lo estoy, pero todo estará bien - Guío mi mano hasta su pecho derecho - Tócame, déjate llevar y verás que poco a poco los nervios se iran y lo vamos a disfrutar mucho
- Las consecuencias son...
- Olvidemnos de las consecuencias, dejemos de lado los miedos, las dudas y más, solo somos tu y yo ahora. Yo quiero entregarte lo más valioso para mí y voy a ser tan feliz a tu lado
- El resto de lo que me queda de vida, aunque sea poco
- No morirás, te lo he dicho muchas veces, no pasará - Besó mi mejilla - Por ahora olvidemonos de eso ¿Ok?
No pude con su sonrisa pícara y su mirada llena de deseo. En verdad me quería unir en cuerpo y alma con ella, hacerla sentir especial y bien consigo misma. Para ambos esto era nuevo y deseábamos disfrutar de esto lo más que se pudiera.
Me quitó la camisa y acarició mi pecho con sensualidad para después pedirme que le quitara el camisón a lo cual obedecí y debo de decir que al verla semi desnuda frente a mi despertó mucho más de lo que he estado sintiendo estas 2 semanas en que nos hemos tocado, estábamos a punto de arrevasar otro límite, otra nueva experiencia que para la sociedad era sucio y enfermo, pero para nosotros era simplemente bello.
Acaricié y besé cada centímetro de su piel tersa y dulce, su sabor y sus jadeos me enloquecían. Ella también hizo lo mismo conmigo, me ví envuelto en un gran placer del cual me generó un poco de miedo, miedo a lo que venía e Isa estaba sintiendo lo mismo.
- Todo estará bien - Dije mientras la tomaba de la cintura y guiaba mi miembro a su entrada - Si quieres que en algún momento pare házmelo saber ¿Ok?
Asintió y cuidadosamente entré, ella obviamente hizo una nueva de dolor, reparti besitos por todo su rostro para tranquilizarla, minutos después se movió ligeramente indicándome que podía moverme. Empecé lento, acostumbrandome a la sensación y poco después aumenté mi ritmo y con ello los gemidos, jadeos y súplicas por más, más velocidad y más dureza.
Me sentía en la jodida gloria, todo de ella me facina y me enamora cada vez más y no solo hablo de lo físico, Isabela se ha convertido en mi todo, en lo que por tantos años anhele tener y que ahora mismo estoy viviendo.
Llegó a su culminación y segundos después yo a la mía, salí rápidamente y mi "semilla" salió manchando un poco las sábanas y su torso. Lo hicimos una vez más y al terminar cayó a los brazos del Morfeo seguido a de mi. La mejor noche de nuestras vidas.
[...]
A la mañana siguiente, apenas volví a la habitación noté que ya se encontraba despierta. Su hermoso y deleitante cuerpo cubierto en una sábana.
- Buen día, mi florecilla - Dije mientras me acercaba con una bandeja la cual se la entregué - Tu desayuno
- Gracias, espera ¿Qué hora es?
- Las 9
- Mierda, nos vamos a meter en problemas
- Descuida, todos se fueron al pueblo muy temprano, decidieron dejarnos dormir y nos dieron el día libre. Que suerte
- Si, mucha suerte - Me dió un corto beso en los labios - Me lo pasé de maravilla anoche
- Yo también, ame oírte gemir contra mi oído - Besé su cuello
- Eh... Harás que se me caiga la comida
- Más tarde me voy a desquitar de nuevo - Le dí un último besito en la zona
- Camilo... ¿Qué pasará ahora?
- ¿A qué te refieres?
- A que después de esto lo nuestro se haya formalizado más al punto de que... Digamos la verdad pronto
Aquello me hizo estremecer, no era la primera vez que hablaba en esa posibilidad así que de nuevo nos encontrábamos entre la espada y la pared.
- ¿Quieres que lo digamos?
- Si, si se llegan a oponer podemos defendernos con lo de la visión, al ver que estamos destinados no podrán hacer nada al respecto. Solo es una sugerencia, no tendremos que hacerlo sino quieres
- Es solo que ahora no lo conocidero correcto y...
En ese momento se escucharon gritos así que rápidamente salimos del cuarto para ver de que se trataba. En el patio vimos como mi tío Agustín golpeó a Bruno con tanta fuerza que hasta lo hizo caer al suelo y que le sangrara el labio.
- ¡ERES UN MALDITO INFELIZ! - Gritaba totalmente furioso - ¿¡CÓMO PUDISTE INVOLUCRARTE DE ESA FORMA CON MIRABEL!?
Oh no ya descubrió su relación y si supiera que yo estoy con Isabela también yo sería golpeado y despreciado por él y por los demás.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro