Camilo

Después del desayuno, me disponía a salir un rato cuando de repente noté a Isabela salir así que opté por seguirla, si, se que estaba mal, pero no pude evitarlo.

Ella caminó hasta el río que estaba detras de las montañas, aquel lugar importante para la familia. Me escondí tras un arbusto y esperé a ver que hacía, la sorpresa para mí es que en lugar de contemplar el río, lavar la ropa o lo que sea, Isabella se quitó su vestido multicolor quedando solo en ropa interior y esta casi de inmediato comenzó a ser quitada. Rápidamente desvíe la mirada a pesar de que estaba tan tentado en mirar.

«Rayos, no pensé que iba a comenzar el día... Asi«

La curiosidad me ganó un par de minutos después, ignorando por completo a la voz de mi cabeza que me decía «Si te nota te va a matar por espiarla en un momento PRIVADO« nuevamente la observé, la quijada casi se me va al suelo cuando ella se encontraba dentro del agua desnuda, aunque claro, eso lo supe debido a toda su ropa puesta a un lado.

Isa se sumergió unos instantes para un par de segundos después salir, se veía tan linda con el cabello mojado. La silueta de su cuerpo podía verse un poco gracias a lo claro del agua, era delgada, caderas amplías y sus pechos...

¡Por dios, Camilo, deja de verla, pervertido!

Pero no podía, simplemente no podía, y como era de esperarse me calenté y tenía la gran necesidad de estar a su lado. Así que aproveché su distracción para quitarme también la ropa y entrar, de nuevo se sumergió por unos segundos y cuando salió a la superficie fue que me notó, su grito hizo que algunos pájaros salieran volando.

- Tienes buen pulmón, espero que no le hayas hecho sangrar los oídos a mi hermana - Bromeé

- ¿Q-Qué haces aquí? No...

- Lo siento, te seguí y no pensé que tú... Quería nadar un rato contigo sinó te importa

- ¿¡Estás desnudo!?

- ¿Y cómo crees que iba a nadar? - Dije coquetamente - Tenía que quitarme TODA la ropa

Su sonrojó hizo acto de presencia, estuvo a punto de bajar su mirada hacía mi cuerpo, pero se resistió.

- ¿Qué, tienes curiosidad por saber lo que tengo?

- C-Callate

- Isa - La tomé de la barbilla para que pudiera verme directamente a los ojos - Te ves tan hermosa con el cabello mojado

- ¿Encerio lo crees? - Su voz salió en un susurro

La mía igual - Si... Muy hermosa

Y sucedió, rompí la barrera entre nosotros y la besé siendo correspondido de inmediato. Mi primer beso, si, mi primer beso y me alegra que ella haya sido la primera en dármelo.

«¿Y también será la primera en algo más?«

Aquel pensamiento no pudo faltar y la realidad era que si, quería experimentar mi primera vez con Isabella.

El beso se intensificó un poco, rodeó mi cuello con sus brazos y yo la sostuve de la cintura, mi erección rozando sus muslos haciéndola gemir aún nuestros labios pegados. El sonido más hermoso que he escuchado, como música para mis oídos.
Me atreví a besar su cuello y subir mis manos un poco.

Al separarnos pude notar en su mirada 3 cosas. Deseo, amor... Y miedo. Sin decir nada, se apartó y comenzó a nadar a la orilla.

- Isa, espera - Quise tomarla de la muñeca, pero no pude - ¡Isabella! - Salió del agua, voltee a otro lado para no verla, pero seguí llamándola - Por favor, no te vayas - Y cuando miré de nuevo ya estaba caminando lejos

También salí, me volví a vestir y la seguí, alcanzandola.

- Espera

- Tengo que irme

- ¿Hice algo malo?

Rió sarcásticamente - ¿Y todavía lo preguntas?

- No lo entiendo, si te hice algo malo solo dilo

- ¡No te importa esto, solo querías quitarte "el calor"! ¿O me equivoco?

Comprendí todo, me apresuré a hablar - ¿Piensas que yo... No lo haría

- ¿Entonces por qué me besaste si dices no amarme? No besas a alguien que no te gusta, al menos no de esa manera y que quieras... Ya me voy

- No, no te vas - Tomé su cintura y la apegue a mi cuerpo - No es lo que tu crees, si lo hice fue por algo... Creo que sí me gustas

- ¿Crees que te gusto o estás seguro de que te gusto encerio? Se más claro

Me quedé callado, tomó eso como una respuesta mala.

- Cuando sepas que es lo que sientes en realidad, buscame, hasta entonces alejate de mi y déjame en paz

Pero no la dejé irse, sinó que la besé y aunque trató de apartarme al final cedió.

Con ese beso le respondí: «Si, si me gustas encerio«