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Capítulo 2

Capítulo 2


Hoy es domingo por lo que hoy están mi papá y mi mamá conmigo todo el día, por lo general acostumbramos salir a desayunar a la calle y pasear un poco, después visitamos a mis abuelos, los papás de mi papá o a mi abuela, la mamá de mi mamá. Aunque este domingo es un domingo diferente porque es el primer domingo del mes lo que quiere decir que antes de ir a desayunar iremos a misa a la iglesia que está cerca de la casa.

–Isabel, es hora de levantarse, ve a bañarte y vístete, debemos ir a misa. –me despierta mi mamá y yo me estiro sobre mi cama.

–Voy mami, buenos días. –le contesto con voz adormecida.

–Buenos días, cielo. Ya es hora de levantarse. –yo me levanto y voy caminando arrastrando los pies hasta el baño, orino, me lavo los dientes y me doy una ducha.

Salgo del baño envuelta en mi bata rosa de Barbie y voy hasta mi armario para buscar mi ropa, me visto y salgo a la sala de estar donde veo a mi papá leyendo el periódico y tiene la televisión encendida en el canal 2, es una costumbre entre él y yo el ver el programa de concursos familiares matutinos que pasa solo los domingos por la mañana. –Buenos días papi. –me acerco a él y le doy un beso en la mejilla, el deja a un lado su periódico y me carga para colocarme sobre sus piernas.

– ¿Cómo durmió mi princesa? –me pregunta cómo cada domingo.

–Muy bien papi. ¿A dónde vamos a ir hoy? –esa es nuestra rutina de los domingos por la mañana.

–Primero iremos a misa, después desayunaremos en Café y Sol y de ahí nos vamos a ver a mis papás. –yo doy un grito de júbilo porque me encanta ir a casa de mis abuelos, los amo y adoro con todo mi corazón y ellos me aman y consciente como nadie más lo hace. –Tú mamá no debe tardar ya en bajar, faltan 15 minutos para la misa. –justo en ese momento se escucha como empiezan a sonar las campanas de la iglesia avisando que la misa está por comenzar. Y se escucha a mi mamá salir de su habitación.

–Vámonos, ya están llamando a misa. –nos dice, papá apaga la televisión y yo me pongo de pie de un salto, tomo su mano y salimos de la casa, atravesamos la calle y el pequeño parque frente a la casa y llegamos a la iglesia, entramos y vamos hasta las primeras bancas, es ahí cuando los veo, ahí están Alexander sentado con sus papás y su hermano, mi mamá también los ve porque empieza a caminar hacia la misma banca donde están ellos ya sentados. –Hola Violeta. –saluda mi mamá a la mamá de Alex, se dan un beso en la mejilla y después mi papá y el papá de Alex estrechan sus manos para saludarse, yo me quedo medio escondida detrás de mi papá y miro a Alexander que mira hacia el frente parece que mira la enorme cruz dorada que está en el atrio.

–Hola Isa. –me dice la madre de Alex.

–Buenos días señora y señor Rivero. –le digo y me siento cerca de mí papá junto al pasillo, mi mamá y la señora Violeta se enfrascan en una conversación en voz baja hasta que son interrumpidas por el repique de las campanas de la iglesia que anuncian que la misa está por comenzar.

La ceremonia dura cerca de una hora, yo trato de entender lo que él sacerdote dice, que hablaba de la lealtad y la amistad sincera. Cuando la ceremonia termina salimos de la iglesia y mis papás y los papás de Alexander intercambian palabras mientras yo miro hacia el interior de la iglesia, en ella he visto algunas bodas y ceremonias de quince años, me imagino en algunos años entrando para mis quince años y después para casarme, cuando pienso en casarme no puedo evitar buscar con la mirada a Alexander que está sentado junto a su hermano en una banca cercana. Aunque nunca se lo he dicho a nadie creo que Alexander es bonito, creo que él podría ser el príncipe de mi cuento, mis papás siempre me han dicho que soy una princesa, así que necesito de un príncipe que me defienda y cuide de mí, y ese podría ser Alexander, él me ha defendido a veces de David y una vez él y David golpearon a Dalton, un niño de nuestra escuela porque Dalton levantó mi falda porque quería ver mis calzones, me molesté mucho, grite y entonces David y Alexander llegaron corriendo y golpearon a Dalton, aunque los suspendieron de la escuela a los dos por una semana me sentí bien porque mi hermano y mi príncipe acudieron a mi rescate, desde ese día empecé a ver a Alex como mi caballero, solo que nadie lo sabe.

–Vamos cariño, se hace tarde. –me dice mi papá.

Tomo la mano de mi papá y caminamos hasta el sitio de taxis, mi mamá se despide de la madre de Alex y nos subimos al taxi que nos lleva al restaurante donde desayunamos muy rico, después nos vamos a casa de mis abuelos donde ya me están esperando mis abuelos, todo el día me consciente con mis comidas favoritas, me compran todo lo que quiero y me dejan escoger lo que quiera ver en la televisión.

Ir a visitar a mis abuelos siempre es agotador pero me hace realmente feliz, los amo mucho y ellos me aman mucho a mi porque soy su única nieta.

Cuando regresamos de visitar a mis. Abuelos yo estoy llena de energía por toda la azúcar que comí, y feliz con mis nuevas muñecas que me regaló mi abuelita.

–Mami, ¿puedo jugar aquí en el jardín? –hago un puchero a mi papá para que me apoye y él mira a mi mamá.

–De acuerdo pero un ratito nada más. Nosotros estaremos en la sala, cualquier cosa y gritas. –me dice mi mamá y yo afirmo feliz, ellos entran a la casa y escucho como mamá abre las ventanas que dan al jardín.

Yo tomo mis muñecas nuevas y me dirijo a un área verde del jardín, me pongo a jugar cuando me sobresalto al ver un par de piernas en tenis y jeans.

–Hola Isa. –levanto mi mirada y encuentro los ojos color miel de Alex.

– ¡Alex! Me asustaste. –le digo y vuelvo mis ojos a mis muñecas.

–Perdón, te vi jugando sola y quise venir a jugar contigo. –me dice y yo lo vuelvo a mirar.

– ¿Estás solo aquí? –le digo y el niega y señala hacia el otro lado de la calle donde está el parque, justo en la reja que rodea el parque veo a la mamá de Alexander, ella me sonríe y me saluda sacudiendo su mano, yo hago lo mismo. – ¿Estabas en el parque?

–Sí, mi papá se fue a trabajar y mi mamá nos trajo al parque. Ella se quedó en el parque con Toño. ¿Entonces jugamos o qué?

– ¿Quieres jugar a las muñecas conmigo? –él se encoge de hombros y yo sonrío. –Iré por otros juguetes.

Tomo mis muñecas y entró corriendo a mi casa directo a mi habitación, mientras yo busco mis juguetes de zoológico escucho que alguien viene en el pasillo. – ¿Qué haces princesa?

–Solo vine a guardar mis muñecas y sacar mi zoológico para jugar con Alexander en el jardín.

– ¿Alexander está en el jardín? –me pregunta mi papá mientras me ayuda a alcanzar mi caja de juguetes de Playmobile del zoológico.

–Si, estaba en el parque con su mamá y su hermano y me vio jugando y vino. –tomo la caja de sus manos y salgo corriendo hacia el jardín donde deje a Alex sentado en el pasto.

Bajando el pequeño escalón de la entrada de la casa, me caigo. – ¡Isa! –escucho que grita mi nombre Alexander, yo solo aprieto mis ojos para no llorar, escucho pasos de dentro de la casa. – ¿Estás bien?

Me ayuda a levantarme del camino de piedra y me siento en el escalón justo cuando mis papás salen de la casa. –Cariño, te volviste a caer. –dice mi mamá y yo solo afirmó con mi cabeza, abro mis ojos y veo que tengo un nuevo raspón en mis rodillas. –Iré por el alcohol, el algodón y los curitas. –dice mi mamá y se mete de nuevo a la casa, mi papá se acerca a la llave de agua junto a la casa y regresa con la manguera de agua, me enjuago mis manos y deja caer agua en mis rodillas para limpiar un poco mis raspones, Alex se sienta junto a mí en el escalón mientras mi papá sigue limpiando mis rodillas.

–Ya te hemos dicho que no corras, princesa. –me dice justo cuando mi mamá sale con las cosas para terminar de limpiar mis heridas, se pone frente a mí y remoja una bolita de algodón con alcohol y empieza a limpiar mis raspones, yo aprieta mis dientes para no gritar y Alexander toma mi mano, la sorpresa de que haga eso me hace olvidar momentáneamente el ardor en mis rodillas, después siento como pone mi mamá las tiritas con figuras de princesas en las heridas de mis rodillas.

–Listo, ya quedaste. –yo dobló mis rodillas para ponerme de pie. – ¿Y tus papás Alex?

–Oh, hola señores Montero, mi mamá está en el parque con Toño.

Mis padres voltean hacia el otro lado de la calle y ven a la mamá de Ale.

–Iré a invitarla a cenar. Ya vayan a jugar, con cuidado Isabel. –nos dice mi mamá, Alex toma la caja que salió volando cuando me caí y caminamos a donde estaba sentada antes.

– ¿Estas segura que estas bien? –me pregunta mientras sacamos los juguetes de la caja.

–Sí, me he caído peor, ya no me duele. –le digo mientras acomodo a los pequeños tigres en su jaula con su mamá. – ¿Alex?

– ¿Dime?

– ¿Somos amigos o solo me hablas porque eres amigo de mi hermano?

–Creí que éramos amigos. –me dice y yo afirmo.

–Solo quería confirmarlo. –le digo mientras acomodo a los monos en su jaula.

– ¿Isa?

– ¿Mande?

– ¿Podemos no decirle a David que estuve jugando aquí contigo hoy? –yo lo miro pero el a mí no, está mirando a las cebras que está alineando junto a la jirafa.

–Está bien, sino pensara que le quiero robar a su mejor amigo y yo ya tengo mejores amigas.

– ¿Quién es tu mejor amiga? ¿Fabiola? –me dice y yo afirmo.

–Y también Támara Gisel. –le digo y él se queda callado.

– ¿Sabías qué Támara Lilian le dio un beso a David afuera de los baños la semana pasada? –miró a Alex sorprendida por esa información.

– ¿Un beso dónde? –le pregunto y él sonríe y me mira.

–En la boca. –yo hago cara de asco. Támara Lilian nunca me ha caído bien, ella se cree que ya es mucho más lista que nosotras, pero ni siquiera puede leer el primer cuento del libro de lectura.

– ¿Por qué no me dijeron antes? –le digo y él se ríe.

–Porque David sabe que vas a reclamarle a Támara Lilian que lo hiciera y él no quería decirte, pero creo que merecías saberlo.

–Gracias por decirme Alex.

–Para eso somos los amigos. –me dice y empezamos a jugar con los animales y cuidadores de zoológico hasta que anochece y somos llamados a entrar a cenar.

Entre mi mamá y la mamá de Alex hicieron Hot cakes para todos y licuado de chocolate. Cenamos mientras nos reímos de mi caída de la tarde.

– ¿Quieres leer un poco conmigo? –le digo a Alex mientras termino mi licuado. –Mi abuelita me dio un nuevo libro, es más grande que todo lo que me han dado pero dijo que es un buen reto que puedo hacer.

–Claro, aunque yo todavía no puedo leer como tú o como David.

–Yo te ayudo. –le digo sonriendo y él me sonríe de vuelta. –Mamá vamos a leer un poco del libro que me regaló hoy mamá Sofi.

–Lo dejé en la mesita de la sala. –me dice mi mamá mientras ella sigue hablando con la mamá de Alex.

Vamos hacia la sala de estar donde mi papá se quedó dormido viendo la televisión, le bajó el volumen a la televisión y tomó el libro, nos sentamos sobre la alfombra junto a la mesita donde está una lámpara. Nos sentamos uno junto al otro y empiezo a leer yo primero.

–Harry Potter y la Piedra Filolo... sofal, filosofal. –poco a poco fui leyendo, terminé una página y la siguiente se la dejé a Alex, tuvo más dificultades que yo pero le daba los consejos que me da a mí mi tía Juli y eso parece ayudarle también, pronto terminamos el primer capítulo. – ¿Qué harías si vieras a gente vestida así en la calle Alex?

–Probablemente correría lejos. –me contesta y empezamos a reír.

–Alex, es hora de irnos. –escuchamos a su mamá y nos ponemos de pie.

–Isa –me detiene antes de llegar a dónde nuestras mamás siguen hablando. – ¿Podemos seguir leyendo juntos el libro, sin David?

–Sí, pero ¿cuándo? –le digo.

Él me mira y frunce su ceño. –Mamá. –miramos a nuestras madres. – ¿puedo venir los sábados para leer con Isabel su libro nuevo?

Su mamá se nota un poco confundida al inicio y después sonríe. –Claro, Ale, si Marina no tiene inconveniente. –le dice la mamá de Alex a mi mamá.

–Por supuesto que no hay problema Violeta, ¿van a invitar a David?

–No. –dice Alex. –Es que David se ríe de cómo leo e Isabel no, ella me ayuda.

–Bueno, entonces tenemos citas de lectura. –dice mi mamá y la mamá de Alex empieza a reírse.

Nosotros nos quedamos confundidos porque no sabemos de qué se ríen nuestras mamás. –Bueno, vámonos Ale, que Toño ya se quedó dormido y hay que llevarlo cargando.

Los acompañamos hasta la salida del jardín y vemos cómo se van caminando hacia su casa, que está a tan solo una calle de distancia. –No fuercen a qué pase. –escuchamos a mi papá detrás de nosotras y mi mamá voltea a mirarlo.

–Solo está pasando. –le contesta mi mamá y yo no sé de qué hablan, caminamos al interior de la casa y directo a bañarme y dormir.

¿Qué les parece? Acepto sugerencias y críticas constructivas, ya saben todo con respeto.
Karly 💗

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