Capítulo 2: Into The Box
Narradora.
Bonnie llegó a su departamento junto a Foxy, ambos estaban cansados por el trabajo, aunque este último no lo estaba tanto. Ambos se sentaron en el sofá, y Jeremy se recostó ahí para descansar un rato, eran las diez de la noche. El de ojos ámbar fue a preparar algo para comer mientras el que el de ojos rubí permanecía acostado en el sillón. Tras unos minutos, el sueño de Bonnie fue interrumpido por Foxy, con una ligera sacudida.
\- Bonnie... ¿No se te hace rara la caja que encontró Golden? -preguntó el de ojos ámbar mientras se sentaba en el sillón, obligando a Bonnie a sentarse. Jeremy se veía adormilado aún, se talló los ojos y se estiró un poco mientras bostezaba, para luego responderle.
\- Algo, pero ¿sólo me despertaste para eso? -dijo con cierta indignación mientras miraba al contrario, entrecerró lo ojos con algo de recelo. El de ojos amarillos tragó en seco, dándole a entender que tenía razón-. No importa, a decir verdad si se me hace medio extraño, pero antes tendríamos que preguntarle a Golden en dónde la encontró. No saquemos conclusiones apresuradas -sugirió ya más despierto, sentado junto a Fritz y con una de sus manos en su mentón, analizando todo. El de ojos carmesí tardó un poco, pero logró recordar lo que pasó cuando sólo tenía 8 años.
Fritz se le quedó mirando unos segundos esperando que continuara, pues él notó que el contrario quería decir algo más.
\- ¿Pasó algo? -cuestionó con cierta preocupación, y para tratar de que el contrario dijera algo. El de ojos carmesí mantuvo su misma pose un rato, pero no tardó en reaccionar con una clara expresión de pena por haberse distraído, otra vez.
\- Nada en realidad, sólo pensaba -explicó con algo de nostalgia. Fritz entrecerró los ojos mirándolo, no dijo nada por un rato, sólo se quedó en silencio esperando a que se decidiera por continuar. Al ver que no lo haría, decidió levantarse del sillón y sacudirse un poco las manos. Al rato cada quien se fue a dormir a su habitación, pero ninguno se había percatado de que eran las 12pm cuando se durmieron.
Al día siguiente, y como era habitual en ellos, ambos se despertaron a las 5:43am, otra vez se les hizo tarde para el trabajo. Cuando notaron la hora tuvieron que activar el modo Sonic para arreglarse rápido, se pusieron su uniforme y se arreglaron el cabello para después salir corriendo en dirección a la pizzería. Durante el trayecto, el de ojos rojos dejó de ver al frente por unos instantes. Instantes en los que una piedra lo hizo tropezar y darse la cara con el suelo.
El de ojos ámbar, sin poder evitarlo, se empezó a reír del golpe de su amigo, mientras lo ayudaba a levantarse.
\- Que boluda la piedra, ¿eh? -dijo el de ojos amarillos y cabello rojo en cuanto el contrario ya estaba de pie. Bonnie rodó los ojos y sólo agarró la muñeca de Foxy y siguió corriendo a toda velocidad al trabajo, no puede ser que vuelvan a llegar tarde, ojalá no se les haga costumbre.
El karma sí que actuó rápido, pues mientras Bonnie arrastraba a Foxy este último se golpeaba con los postes y con las paredes que había en la calle.
Una vez llegaron a la pizzería, Freddy estaba cruzado de brazos en la entrada, con una mirada seria y fría. El local ya estaba próximo a ser abierto. Tanto Bonnie como Foxy se apenaron por la situación, aunque más el de ojos rubíes.
\- Really? -preguntó Freddy alzando una ceja con seriedad, las caras nerviosas de ambos chicos le respondieron por ellos. El oso los dejó entrar y luego él hizo lo mismo, Chica estaba acomodando los últimos detalles en las mesas de fiesta con un sutil tarareo. Foxy inmediatamente fue a ayudarla, pues ese era su trabajo después de todo. Bonnie quedó algo nervioso y apenado, tenía miedo recibir un regaño muy feo, como siempre.
La presencia de Freddy no se hizo esperar, y en un instante estaba detrás de Bonnie, posando una de sus manos en el hombro del de ojos rubíes. Un escalofrío recorrió al de cabello negro, lo que rápidamente lo hizo voltear, encontrándose con el castaño.
\- Bonnie, ¿por qué tú y Foxy estuvieron llegando tarde estos días? ¿Pasa algo? -preguntó el de ojos azules naturales, ahora su mirada llena de preocupación. Era obvio que el castaño iba a preocuparse por sus amigos, pues esa situación ya no era normal para ellos. El de ojos azules comenzó a sospechar.
Bonnie se empezó a poner súper nervioso, o sea, tal vez Freddy pensaba que los dos estaban en una relación más allá de la amistad y que hacían alguna cosa rara las noches para no dormir lo suficiente. Por obvias razones, eso no era cierto, pues siempre se desvelaban hablando o arreglando la pared que siempre rompe Foxy.
\- Pues... Bueno, n-no es lo que estás pensando. Yo sólo... Ehm... Él sólo -comenzó a decir Jeremy entre nervios. No quería que Freddy malinterpretara todo.
Fazbear lo miró con seriedad, esperando a que el conejo terminara su explicación. Bonnie soltó un suspiro pesado.
\- Sólo nos desvelamos, no pasa nada raro... -finalizó el de ojos rubíes, más calmado, pero aún con algo de miedo.
Freddy lo examinó y suavizó su expresión, se fue sin decir más hacia su oficina. En los ojos del castaño se pudo ver cierta molestia, como si no estuviera del todo contento de Foxy y Bonnie vivan juntos y, por ende, convivan mucho.
Jeremy no notó eso en primera instancia, ya que sólo lo vio irse de espaldas a su posición. El de ojos rojos se sintió extraño. Sentía que había cometido un error del que debía disculparse pronto con el castaño. Sentía que ese podría ser el fin de su amistad. Pero, sobre todo, sentía pánico.
Fue tras el de ojos azules y lo abrazó con fuerza, susurrándole que lamentaba molestarlo y que no quería que se enojara con él. El contrario sólo sonrió y correspondió el abrazo, ese era un buen principio para algo más grande entre ellos.
[...]
Mientras esa renconciliación ocurría, y después de haber cerrado el local, Golden entró en la sala de fiestas en donde estaban todos. Traía la caja que habían guardado en el sótano, lista para ser abierta.
Foxy fue el elegido para esa tarea, pues por algo tenía el garfio a lo pendejo. Dentro de la caja, había una oreja recién cortada del dueño, con unas importantes de manchas de sangre en ella. También, habían algunos dedos y mechones de cabello azul oscuro.
Todos los presentes se horrorizaron por el contenido de la caja, más el conejo de ojos rubíes, pues él sabía lo que significaba ese mensaje. Su peor miedo comenzaba a hacerse realidad sin que pudiera hacer algo al respecto, sin que pudiera prevenir lo que estaba por suceder, y eso sólo era el comienzo de algo mucho peor que aguardaba, tras la pared, el momento preciso para salir y atacar.
Ahora, sería cosa del destino si las cosas salían bien o no, si todo iba por el buen camino o si deberían rendirse de una vez antes de que sea tarde. ¿Verdad?
Continuará...
¡Hellouder, Wolves! ¿Cómo están? Después de 15 siglos he actualizado esta historia que espero que su nueva versión sea de su agrado. Hay cosas que mantuve y otras que no, como pudieron notar.
Quería aclarar que la razón de mi tardanza fue mayormente la escuela y mi falta de inspiración para continuar con esta historia en particular, recuerden votar, comentar y compartir.
¿Quién creen ustedes que envió esa caja? Los leo.
Eso era todo lo que tenía que decir por ahora, ahora sí, sin más que decir, ¡adiós!
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