Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 09: Enemigos y declaraciones de guerra

❀ Kuroka Hanako.

Salimos de la USJ siendo escoltados por algunos profesores y policías. Fuera del edificio nos agruparon y contaron, también nos revisaron preguntando si teníamos heridas. Al final, solamente Trece, Aizawa, Kozlov y Midoriya habían resultado heridos y fueron trasladados al hospital.

De regreso a UA, también fuimos escoltados por numerosos autos policiales. Casi todo el camino fue silencioso, cada uno de nosotros parecía estar muy inmerso en sus propios pensamientos. Iba sentada entre Kirishima y Ojiro, frente a mí iban Tsuyu-chan, Mina y Aoyama. Ver a mis compañeros tan callados me sentaba mal, nunca había sido buena soportando el silencio, muchos menos si había caras largas.

—Fue duro, ¿no? —suspiré—. Pero lo logramos... de alguna forma.

—Espero que Aizawa-sensei esté bien —dijo Tsuyu-chan—. Terminó bastante mal luego de la pelea.

—¿En serio? No pude verlo...

—Me salvó de que ese villano me trizara la cara... —Las facciones de Tsuyu-chan se contrajeron en una mueca de tristeza y ella tembló un poco.

—Aizawa-sensei es genial, ¿verdad? Pudo mantenernos a salvo hasta que llegaron los refuerzos —dijo Mina, sin mostrar su rostro alegre de siempre.

—Fuimos un estorbo para ellos —gruñó Bakugou. Él iba sentado al otro lado de Kirishima—. Cuando ese Nomu vino hacia mí... no fui capaz de hacer nada, All Might tuvo que salvarme. Ni siquiera pude ver qué ocurrió.

—Ya, hombre, es que el Nomu estaba casi al mismo nivel que All Might, no puedes reprocharte nada —lo consoló Kirishima.

Escuchar a Bakugou admitiendo que no había tenido la capacidad para hacer algo me sorprendió un poco.

—Esa perra tuerta sí pudo seguirle el ritmo, al menos con la velocidad de reacción —insistió Bakugou.

—¿Perra tuerta...? ¿Te refieres a Kozlov? Su quirk se basa en ser rápida, Bakugou, no tiene sentido que hagas esa comparación...

Pero Bakugou no quedó contento con lo dicho por Kirishima, porque siguió con sus manos apretadas en puños y su mandíbula se notaba tensa. Ese chico estaba obsesionado con ser el mejor en todo. A pesar de que no me agradaba, no pude evitar sentirme mal al ver su cara de desgano.

—Todos hicimos lo que pudimos con lo que tuvimos, Bakugou —le dije suavemente—. Tu granada me ayudó muchísimo para salvar a Ojiro. Sin esa granada, quizás no lo hubiera logrado. Tienes un quirk genial y sabes sacarle todo el provecho posible, así que deja de comportarte como un idiota.

—Estamos en nuestro primer año y fuimos atacados de sorpresa por unos villanos en un lugar donde se suponía que estábamos seguros, no hay por qué seguir martirizándose por estos resultados —aportó Yaomomo desde su asiento.

—Para la próxima lo haremos mejor —concluí.

—¡¿La próxima?! —saltó Mineta al borde del llanto— ¡¿Cómo que una próxima?! 

—Todos lo vimos, ellos pudieron escapar —dije—. Y ese villano... el de las manos... dijo que volverían de nuevo. Así que tenemos que estar preparados.

—No la sacarán tan barata la próxima vez...

Bakugou ya no tenía una cara lamentable, sino una decidida. Sonreí de lado y suspiré más tranquila en mi asiento.

—Exactamente.

De vuelta en UA, luego de que nos hubimos aseado y cambiado de ropa, nos informaron que el próximo día la escuela permanecería cerrada y que habían llamado a nuestros apoderados para que nos fueran a buscar para llevarnos de vuelta a nuestros hogares.

Pensé en papá y en Shisui-nii. Apenas empezaba mi primer año en la preparatoria y ya estaba corriendo riesgos.

Había decidido salir al recibidor de la UA para esperar a mi papá. Estaba sola, sosteniendo mi mochila y viendo la puerta, preguntándome cómo sería su reacción al ver que estaba bien, sin más heridas que un par de rasguños y moretones.

Por fin pude ver su figura delgada atravesar la puerta. Iba solo.

—Hanako-chan —dijo con voz ahogada.

—Estoy bien, no me pasó nada —alcancé a decir antes de que me abrazara. Solté mi mochila y lo abracé de vuelta, repitiendo una y otra vez que estaba bien—. Incluso pude noquear a unos pocos villanos de un solo golpe, tal y como me enseñó Shisui-nii. Todo está bien...

—No —me detuvo, apoyando sus manos en mis hombros. Me separó de él y me miró directo a los ojos—, no todo está bien. Dos profesores y dos alumnos resultaron heridos de gravedad, ¿verdad? Los cuatro fueron a parar al hospital.

—Sí, pero porque ellos estuvieron en la primera línea del combate, sabes que a mí no me gusta meterme en esas cosas, lo mío es rescatar —me defendí como pude, pero papá no se veía convencido. 

Me volvió a abrazar, acariciando mi pelo. Quería llorar pensando en la reacción que debió tener mi papá al momento en que lo llamaron desde la escuela para contarle lo sucedido. El día en que me había involucrado en el incendio para salvar a esa mujer y su hijo, papá también había reaccionado de una forma parecida. Y no podía olvidar los meses luego a la muerte de mamá, cuando papá estaba obsesionado con saber todo lo que nos podía pasar a Shisui-nii y a mí y nos regañaba por hacer cualquier actividad que pudiera causarnos el mínimo de daño, o cómo nos llevaba corriendo al hospital a que nos hicieran exámenes si presentábamos cualquier síntoma de alguna enfermedad.

Abracé más fuerte a mi papá. —De verdad que estoy bien, así que por favor... tranquilízate.

Papá asintió varias veces y suspirando se separó de mí y tomó mi mochila.

—Vamos a casa, me pedí la tarde libre en el trabajo...

—¿Ya le dijiste a Shisui-nii? —pregunté, comenzando a caminar a la par de él.

—Le mandé un mensaje diciéndole que yo me iba a hacer cargo y que se quedara en su trabajo, pero no sé si me haga caso.

Cuando llegamos a casa, Shisui-nii ya estaba ahí.

—¡Hanako-chan! 

Shisui-nii era mucho más alto y musculoso que papá. Casi me reventó al momento de abrazarme tan fuerte.

—¡En serio que estoy bien!

Prieto saltaba hacia nosotros moviendo su colita y ladrando.

Cuando por fin pude librarme de mi hermano mayor, fui a mi habitación a sacarme el uniforme, y en la soledad y tranquilidad de mi cuarto, recordé las palabras del enemigo.

"—...deberíamos volver a casa e intentarlo otro día, Kurogiri."

Intentarlo otro día...

Eso significaba que existían altas probabilidades de que volviera a estar en peligro, yo volvería a preocupar a papá y a Shisui-nii.

Comenzaba a creer que haber ido a UA no había sido mi mejor decisión.

Lo ocurrido en USJ causó revuelo por un par de días. Nuestras fotos aparecían en los noticieros y en internet. Aizawa-sensei volvió a su trabajo como profesor en cuanto se reanudaron las clases.

—¿Y cómo está Kozlov? —preguntó Kaminari a Aizawa-sensei.

Ciertamente, su asiento estaba vacío.

—Sus muñecas resultaron muy dañadas... y ella personalmente necesita tomar un buen descanso —dijo Aizawa-sensei. Entre tantos vendajes cubriendo su rostro, pude ver que sus párpados cayeron un poco, como en un gesto de pena, pero se recompuso al instante—. Kozlov estará bien, los profesionales ya declararon que no obtuvo lesiones irreparables y pronto volverá a reincorporarse a clases. Tengo un anuncio importante que hacer, así que escuchen bien: pronto celebraremos el festival deportivo.

—¿Está bien realizar un festival deportivo después de que los villanos se infiltraran en la escuela? —preguntó Jiro.

—Al parecer, al celebrar este evento se demostrará que la gestión de crisis de UA es excepcional. Fortificarán la seguridad cinco veces más comparado a años anteriores. Y porque por sobre todo, el festival cultural es una de las más grandes oportunidades para toda la escuela. Este no es un evento que pueda ser cancelado por miedo a unos villanos.

—No no no no, ¡es una buena razón para cancelarlo! —Mineta era el único que se mostraba en contra de realizar el evento. Se veía realmente asustado.

—Hace falta Kozlov para que lo calle —escuché que suspiraba Sero. Se veía decaído.

—¡Es solo un festival deportivo, ¿por qué no lo podríamos cancelar?! ¡Son villanos de los que estamos hablando! —siguió reclamando Mineta.

—¿Acaso nunca haz visto el festival deportivo de la UA, Mineta-kun? —le preguntó Midoriya

—¡Claro que lo he visto! ¡Pero...!

—Nuestro festival deportivo es uno de los más grandes eventos de Japón —retomó la palabra Aizawa-sensei con bastante dureza, callando a los demás—. Actualmente, en nuestro país, se le toma más importancia al festival deportivo de la UA que a las Olimpiadas.

—Y por supuesto, los héroes más fuertes del país lo estarán viendo para reclutar jóvenes promesas —sumó Yaomomo.

—¡Ya lo sé! —chilló Mineta echándose en su mesa.

—Ingresar a una agencia de héroes prestigiosa les dará más experiencia y popularidad. Si desean convertirse en profesionales, el camino hacia su futuro se abrirá en este evento. Entienden lo que eso significa, ¿no?

—No debemos cometer ningún error de ahora en adelante... —dijo Midoriya.

—Correcto. Si son realmente conscientes de esto, deben prepararse desde ya. Se están jugando su futuro.

Para la hora del almuerzo, seguía nerviosa a pesar de que la gran mayoría de mis compañeros estaba más que animado pensando en el festival cultural.

Sabía lo que se me venía. Cuando Shisui-nii era estudiante y participó en los festivales culturales, lo único que hacía la prensa del momento era compararlo con mamá. Y en mi caso, naturalmente, no solamente me compararían con mi mamá, también con mi hermano... que ambos fueron los ganadores de todos los festivales en los que participaron. Siempre había estado orgullosa y feliz por lo talentosa que era mi familia, pero en esos momentos, me pesaba demasiado en los hombros lo grandiosos que eran mamá y Shisui-nii.

—¿Se siente bien, Kuroka-san? —me preguntó Yaomomo cuando estábamos en la fila del almuerzo para comprar comida— Está pálida.

Jiro y Tsuyu-chan venían con nosotras, y se me quedaron viendo.

—No es nada... solo estoy nerviosa por lo del festival... No me gusta pelear ni enfrentarme a los demás.

—A mí tampoco me gusta —reconoció Yaomomo—, pero es lo que debemos hacer si queremos ser heroínas. Es parte del trabajo.

—Sí... lo sé.

Compré un budín de verduras junto a una porción de arroz y un flan con caramelo. Una vez que todas hubimos comprado nuestra comida, nos sentamos a comer. El comedor ya estaba casi lleno.

—Hanako-chan, ya sabes que soy honesta y digo todo lo que tengo en mente, así que espero no estar tocando una fibra sensible, pero, ¿te sientes mal por miedo a no cumplir con las expectativas de los demás? —preguntó Tsuyu-chan en cuanto nos sentamos a comer.

—¿Cumplir las expectativas de los demás...?

—Ya sabes, porque eres del clan Kuroka, pero no tienes las mismas habilidades que ellos. O porque no eres tan fuerte como tu madre o tu hermano.

Miré a Tsuyu-chan directamente al rostro. Sus grandes ojos parecían haber visto a través de mí. Eché un vistazo a la mesa: Yaomomo y Jiro me estaban mirando con atención. Me relamí los labios un par de veces y decidí ser honesta.

—La verdad es que sí temo ser comparada con mi mamá y mi hermano, porque obviamente no soy tan buena como ellos... La prensa probablemente hablará mal de mi... —murmuré, enterrando los palillos en mi budín de verduras— Mi cuerpo no es muy resistente, no puedo producir mucho fuego... y ni siquiera tengo el sello de los Kuroka, que es producir fuego negro...

—Pero te estás midiendo con la misma vara con la que se mide al resto de tu clan —me dijo Yaomomo—, y tú no eres como ellos. No veas esto como algo malo, ellos no pueden manipular su fuego como tú. Incluso puedes hacer cosas pequeñas y delicadas como mariposas, ¿no? Eso demuestra que te has pasado mucho tiempo perfeccionando la manipulación de tu quirk.

—Además, tu quirk es muy bonito —comentó Jiro con una pequeña sonrisa—. Cuando vi tu pelea contra Tsuyu-chan y Hagakure en el Entrenamiento de Combate e hiciste todas esas mariposas de fuego para resguardar la bomba nuclear, me recordó mucho a las luces móviles de los conciertos.

—Tienes un quirk muy bonito e interesante, Hanako-chan, el que no seas como las demás personas de tu clan o como tu madre o hermano no significa que seas peor.

Con mi mano libre que tenía sobre la mesa, formé una pequeña mariposa que aleteó sobre la mesa. Miré las alas finas pero definidas, de la criatura.

—Gracias, chicas, me hicieron sentir mej-

Una mano se apoyó con fuerza contra la mariposa, aplastándola contra la mesa y apagándola de golpe.

—¿Qué era esa mierda?

El pecho se me apretó al distinguir la voz de Hogoko. Subí la mirada desde su mano hasta sus brazos gruesos, su cuello y finalmente su rostro. Sus ojos parecían estar echando chispas mientras me observaba fijamente.

Me quedé muda. Había aparecido tan de sorpresa que mi cerebro quedó en blanco, tratando de procesar lo que acababa de suceder. Yaomomo, Jiro y Tsuyu-chan también habían quedado casi en estado de shock. Ellas no conocían a Hogoko, no sabían que era un familiar cercano —en sangre—, o quizás sí podían inferirlo, porque Hogoko era todo lo que el clan Kuroka representaba, tanto física como psicológicamente. Alto, fuerte, de piel oscura, cabello negro y crespo, de actitud pedante, violenta y orgullosa.

—Era una mariposa de fuego —respondí con voz ausente. No quería hablar con él, mucho menos cuando estaba con mis amigas y ellas estaban tratando de hacerme sentir mejor respecto a mis habilidades.

—¿De fuego? —inquirió él, inclinándose hacia mí.

Suspiré fuerte y no moví mi rostro ni un centímetro. Desde siempre él me había intimidado y ya no quería seguir permitiéndoselo. Siempre era yo la que huía de los lugares para no toparme con él, siempre era yo la que bajaba la cabeza e ignoraba sus palabras con tal de no hacer escándalo.

Pero en ese momento estábamos en la escuela, yo me había ganado mi derecho de estar ahí igual que él, y ese pensamiento horrible que siempre había cargado sobre mí "Eres inferior a los demás miembros de tu clan" por fin estaba perdiendo fuerza dentro de mi cabeza.

—Sí, Hogoko, de fuego, ¿por qué crees que salió olor a quemado cuando la aplastaste contra la mesa de madera?

—Es que no estoy acostumbrado a ver fuegos tan débiles. —Golpeó la mesa con su mano, y desde el dorso de esta comenzaron a salir llamaradas negras. Incluso si mi rostro no estaba cerca de ese fuego, me llegaba su calor. —Y estoy seguro de que tú no estás acostumbrada a ver fuegos tan fuertes.

—Quizás estés en lo correcto, quizás no. —Tragué saliva sonoramente, siendo consciente de que mi mandíbula estaba temblando, dejando en evidencia lo nerviosa y temerosa que estaba. —Pero hay una cosa que es segura: desde que entré a UA que he visto a idiotas fanfarroneando sobre su quirk, así que tú ya no eres ninguna sorpresa.

De un segundo a otro me agarró de la corbata y me jaló hacia arriba, obligándome a ponerme de pie. Puse mis dos manos sobre la suya, pero eso no hizo ningún cambio.

Estábamos llamando la atención de la gente en el comedor, pero a Hogoko parecía no importarle, porque no despegaba su vista de mi rostro y tampoco aflojaba su agarre en mi corbata. Me miraba con ojos iracundos y una parte de mí se preguntó qué cosa le había hecho yo como para que me mirara así.

—¡¿Qué estás haciendo?! —gritó Yaomomo, parándose de su asiento.

—Cállate y no te metas —le gruñó Hogoko sin mirarla ni por un instante. Me sacudió un poco, aún tomándome desde la corbata, por supuesto, mi cuerpo también se sacudió. Nuestras fuerzas simplemente no eran comparables. Sabía que él podía romperme el cuello sin siquiera esforzarse—. Eres muy maleable —me dijo, volviendo a sacudirme—, no tienes fuerza, ni tu cuerpo ni tu quirk tienen un ápice de fuerza.

—¡Oye, oye! ¡¿Qué es esto?!

Escuché la voz de Kirishima. Por el rabillo del ojo vi que se acercaba corriendo a nosotros. Detrás de él venían Kaminari, Sero, Mina y Bakugou.

—Te voy a aplastar en el festival deportivo —dijo Hogoko, soltándome hacia atrás.

De no ser porque Yaomomo se había puesto detrás de mí y me sujetó, me hubiese caído.

—Si me ves tan débil, ¿por qué te tomaste la molestia de venir hacia mí y hacer todo este escándalo?

Kirishima se puso a mi lado y me apoyó una mano en el hombro.

—Es una advertencia, si no quieres que te mate como a una mosca, mejor vete. De seguro serás como tu hermano, vendrás aquí y harás perder el tiempo y los recursos de todo el mundo para al final decir "Ah, perdón pero me retiro". Tu familia está llena de inútiles buenos para nada.

—¿Y qué tiene que ver contigo?

—Kuroka-san, no tiene sentido seguir respondiéndole a un tipo así... —me susurró Yaomomo, tirando ligeramente de mi manga.

—¿Por qué siempre tienes que venir hacia mí y decirme cosas así? —seguí increpando a Hogoko, dando un paso hacia él— Para ser una inútil buena para nada, me prestas demasiada atención. Si eres tan fuerte como dices, pues sigue tu camino que nadie va a detenerte. Pero sigues viniendo hacia mí y diciendo cosas hirientes sobre mí y mi familia. Hogoko, ¿quieres que te recuerde que ahora perteneces a la rama principal del clan solamente porque mi mamá fue injustamente desheredada? Si no fuera por eso, el jefe del clan ahora sería mi hermano mayor del que tanto reniegas, y no tu estúpido padre.

Hogoko volvió a agarrarme, pero no de la corbata, sino del cuello. Sus dedos se aferraron a mi piel y Kirishima intentó ponerse entre nosotros dos, pero Hokogo tenía demasiada fuerza.

Una mano se posicionó firme y tranquila sobre una de las muñecas de Hogoko.

—Suéltala. —Bakugou no se mostraba tenso ni enojado, como estaban mis demás compañeros y amigas presentes. Estaba calmado y serio. —Si tienes algo que demostrar, tienes tu oportunidad en el festival deportivo. Ahora solo estás dando un show lamentable, así que suéltala.

—Ni siquiera la estaba ahorcando y se asustaron tanto. —Hogoko me soltó y me di cuenta de que mis piernas estaban endebles como hilo.

—Hombre, solo vete —dijo Sero—, sigues demostrando que eres detestable, ándate.

—Nos preocupamos porque es nuestra amiga y compañera, pero te veo solo, así que asumo que no sabes lo que esas palabras significan —murmuró Kaminari, llegando a mi lado igual que Kirishima.

Ciertamente, nadie estaba acompañando a Hogoko, pero él no se vio afectado por eso. En cambio, sonrió de lado y se dio la media vuelta.

—Fíjense bien de qué lado están —dijo antes de irse.

Cuando vi que ya estuvo lejos, me desplomé sobre mi asiento, de dónde Hogoko me había puesto de pie hace un rato.

—¡¿Quién era ese tipo?! —chilló Kaminari, perdiendo de inmediato la actitud cool que había mostrado hace solo unos segundos atrás.

—Se llama Kuroka Hogoko... nuestros abuelos son hermanos... ¿podría decirse que somos primos? —dije, sobándome el cuello, que si bien no me lo había apretado, sí lo había tomado con la suficiente fuerza como para que me asustara y doliera un poco.

—Lastimar de esa forma a una familiar y comportarse así... ¡no es nada varonil! —dijo Kirishima, chocando sus puños.

Vi que Bakugou dejó una caja de jugo en la mesa, justo al lado de mi bandeja de comida. Tenía un rostro pensativo y casi triste. Mientras los demás chicos reclamaban lo imbécil que les había parecido Hogoko, Bakugou se fue sin decir ni una sola palabra.

Por la tarde, al finalizar las clases, hubo otra declaración de guerra. Estaba cansada, sintiendo mi cerebro frito luego de haberme esforzado en matemática y química, solamente quería irme a casa a descansar, pero fuera de la puerta estaba llena de gente que no conocía.

—¿Necesitan algo con la clase 1-A? —preguntó Iida muy formalmente. Él nunca abandonaba su papel como presidente de la clase.

—Obviamente vienen a observar al enemigo. Después de todo, somos los que soportaron el ataque de los villanos en USJ —dijo Bakugou, caminando directamente hacia la puerta y todas las personas que estaban bloqueando la entrada—. Pero no tiene sentido que lo hagan, ¡salgan de mi camino, extras!

—¡No vayas por ahí llamando "extra" a toda persona que no conozcas! ¡Es de mala educación! —lo reprendió Iida.

—Solo vine a conocer a la famosa clase 1-A, tal parece que son muy arrogantes —habló una voz entre todo el gentío. Poco a poco, el propietario de la voz se hizo ver y quedó frente a Bakugou—. ¿Acaso todos los del curso de héroes son de esa forma? Ver esto me decepciona. —Era un chico de cabello desordenado y ojeras oscuras. —Hay muchas personas que se inscribieron a estudios generales porque no pudieron ingresar al curso de héroes. ¿Sabías eso? Ahora la escuela nos está dando una oportunidad. Dependiendo de los resultados del festival deportivo, considerarán transferirnos al curso de héroes, y por supuesto que también se puede dar el caso contrario. Vine aquí para decirles que, por más que sean del curso de héroes, más les vale no confiarse mucho, porque cualquiera de nosotros podría sobrepasarlos. Vine a declararles la guerra —concluyó, mirándonos.

Se escucharon voces de apoyo al discurso que acababa de soltar ese tipo. Bakugou los miró y simplemente siguió con su camino.

—¡Espera, Bakugou! —lo llamó Kirishima— ¡Acabas de hacer que todos nos miren como si fuéramos arrogantes! ¡Nos odian! ¡¿Qué harás al respecto?!

—No me importa —dijo—. Nada de eso importa mientras estés en la cima.

Bakugou se fue sin más.

—¡Tan varonil y simple! —se emocionó Kirishima.

—¡¿De qué hablas?! —saltó Kaminari— ¡Solamente aumentó nuestros enemigos para el festival deportivo!

Agarré mis cosas, me despedí rápidamente de las chicas y salí corriendo detrás de Bakugou, sorteando la muchedumbre que aún estaba en la puerta del salón.

—¡Con permiso, perdón, voy rápido!

No recibí buenas miradas pero seguí con lo mío.

—¡Bakugou! —lo llamé. Él estaba bajando las escaleras y no se detuvo— ¡Sé que me escuchaste!

—Si es para reclamarme porque te di más enemigos o alguna tontería así, entonces no voy a oírte.

—¡No es eso!

De todas formas no se detuvo. Bajé las escaleras saltándome varios escalones hasta sobrepasarlo, llegando al final de las escaleras. Él se quedó de pie en un escalón antes de que se acabaran las escaleras.

—Toma, no quiero sentir que te debo algo.

Le extendí una lata de jugo de uva.

—La agitaste de camino acá, así que no la quiero. Y de todas formas no me debes nada, no sé de lo que hablas.

—No eres tan tonto como para olvidar tu jugo en mi mesa. Eres idiota, no tonto.

—¡¿Cuál es la diferencia?! —gritó, levantando una de sus manos y formando pequeñas explosiones.

—Por ejemplo, Kaminari es tonto, pero no un idiota, tú eres un idiota, pero no tonto, ¿si me entiendes?

—Y tú eres ambas —dijo, empujándome para hacerme a un lado y seguir su camino.

Me reí y me puse detrás de él, agarrando su mochila. Abrí un poco el cierre y eché la lata, para luego volver a cerrar la mochila.

—Es un jugo, no una gaseosa, no importa que lo haya agitado. Eso sí, mi temperatura corporal es muy alta así que de seguro lo entibié mientras lo sostenía, deberías meterlo al refri antes de tomártelo.

—No me metas cosas en la mochila —gruñó él.

—Ya lo hice.

Llegamos a la entrada de la UA, y con eso, el lugar dónde estaban los casilleros con nuestros zapatos.

—Que llegues bien a casa, nos vemos mañana —le dije a Bakugou una vez que me hube cambiado de zapatos.

—¡Cállate, no me hables! —ladró, terminando de acomodarse los zapatos.

Su rostro era divertido cuando se enojaba, y para mi felicidad, casi siempre estaba enojado.

Ya no creo que sea un tipo horrible, quizás hasta le pregunte por consejos para pelear, después de todo, él es muy bueno con eso.

Yaomomo tiene razón, pelear es parte de este trabajo. Y aunque no lo fuera, estoy segura de que en algún momento me tocará enfrentarme a Hogoko... tengo que estar preparada para cuando eso suceda.


☠ Kozlov Ayami, el día anterior.

—¡LLEGARÉ TARDE AL TRABAJO! Ugh... mierda.

Tenía mi torso casi inmovilizado gracias a la cantidad de vendas que me habían puesto, y mis muñecas estaban enyesadas. La luz blanca que iluminaba toda la habitación me hizo aterrizar en que estaba en un hospital, y no que me había quedado dormida en el dormitorio común del orfanato como había pensado entre sueños justo antes de despertar.

—Con razón Aizawa pidió que te hincháramos con anestésicos... 

Recovery Girl me miraba desde la entrada de mi habitación con gesto severo. Conocía muy bien esa mirada que me estaba dando, era la misma que me daba Dai-san cuando me pillaba cometiendo alguna imprudencia respecto a mi bienestar (lo cual hacía bastante a menudo).

—Pareces tener mucha energía, pero es necesario descansar de vez en cuando, sobre todo cuando tienes alguna lesión que debe sanar. Ya nos contactamos con tu trabajo e hicimos llegar tu licencia médica a tu jefe, así que no te preocupes por eso. Tus muñecas ya están bien, solo necesitan reposo, pero te mantendremos de esta forma hasta mañana para asegurarnos de que REALMENTE tomes reposo —dijo, recalcando mucho aquella palabra.

Iba a preguntar cómo es que conocían dónde trabajaba, pero pensé que de seguro Aizawa había sido el encargado de hacérselos saber.

Ese fue uno de los días más tortuosos de mi existencia. Teniendo mis muñecas enyesadas, apenas podía hacer cosas por mí misma, dejándome inútil y completamente dependiente de terceros. Las enfermeras se tuvieron que aguantar todos mis gruñidos y malas caras. Lo bueno es que el quirk de Recovery Girl tomaba de mi propia energía para sanarme, así que me pasé casi todo el día durmiendo siestas. Y así, matando el tiempo entre mal humor y siestas, llegó la tarde.

Al final del día, cuando afuera ya estaba oscuro, Aizawa se apareció por mi habitación. Caminaba lento y tenía vendado todo el rostro de manera exagerada. También llevaba un cabestrillo y tenía sus brazos vendados.

—Tengo noticias para ti.

—No habrás ido a trabajar en ese estado, ¿o sí? —pregunté.

—Mira quién habla de ir a trabajar en mal estado —suspiró, parándose al frente de mi camilla dónde yo estaba sentada—. La escuela estuvo cerrada hoy, mañana se reanudan las clases y les daré un anuncio importante a los chicos, quiero que tú también lo sepas, para que te tomes en serio tu recuperación y no andes haciendo tonterías.

—Solo suelta ya lo que tengas para decirme —bufé.

—Se aproxima el festival deportivo de la UA. Sabes lo que es, ¿no?

—Por supuesto —dije, abriendo mi ojo bien en grande, analizando en un segundo todo lo que conllevaba participar en el festival deportivo—. Esta será mi primera oportunidad para tener una buena vida laboral a futuro.

—Qué bueno que lo entiendas tan bien. Entonces, doy por hecho que sabes lo importante que es que te recuperes bien para que puedas darlo todo de ti en el festival.

—Sí, esta vez sí dejaré que mis heridas sanen antes de ponerme a hacer cosas.

Aizawa se me quedó viendo. Casi no podía ver sus ojos entre tanto vendaje que tenía puesto en el rostro, pero pude adivinar una mueca de disgusto en su cara.

—¿Por qué te intentaste escapar ese día? Si no querías ir a clases, simplemente te pudiste haber quedado en la enfermería.

—¿Qué importa? —dije, echándome hacia atrás en la camilla— Ya pasó.

Él suspiró y comenzó a retirarse de mi habitación. 

—Nos vemos en clases, Kozlov.

El festival deportivo es súper famoso, y de seguro que ellos lo estarán viendo... Tengo que asegurarme de que se den cuenta del error que cometieron conmigo... se los haré saber muy bien... esto es apenas el comienzo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro