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Capítulo 08: Game over

❀ Kuroka Hanako.

Caí de espaldas al concreto y sobre mí cayó Kirishima. Todo el aire dejó mis pulmones, sintiendo su cuerpo aplastando el mío. Bakugou aterrizó de pie a nuestro lado. 

—¡¿Kuroka?!

Alarmado, Kirishima se paró y quedé en el suelo casi viendo estrellitas.

Todo había sido demasiado rápido y brusco para mí. En un momento estaba de pie frente al enemigo junto a mis demás compañeros de clase y Trece, y al segundo siguiente fui absorbida por un portal junto a... Kirishima y Bakugou.

¿Por qué siempre quedo emparejada con gente que me cae mal?

Y para rematar Kirishima había caído justo encima de mí. No pude quedarme en el suelo tratando de recuperarme, porque noté que estábamos rodeados de villanos. Bakugou ya estaba preparado para pelear, en su rostro se notaba hasta entusiasmo por hacerlo. Kirishima me miraba asustado y tenía su quirk activado. 

Me puse de pie, con mi espalda resintiéndose. Era muy mala para soportar golpes.

—¿Qué haremos ahora? —murmuré, viendo la cantidad de enemigos que nos acorralaban.

Los tres estábamos en un círculo dándonos la espalda para no tener ningún punto ciego.

—¿No es obvio? —dijo Bakugou—. Aplastarlos y ganar.

Bakugou fue el primero en ir hacia el enemigo, Kirishima lo siguió, rompiendo la formación que improvisadamente habíamos armado antes. Ya no tenía a mis compañeros protegiéndome la espalda.

El corazón se me subió a la garganta, bombeando sangre con desespero. De un segundo a otro me había puesto a sudar, porque yo no sabía pelear con grandes cantidades de enemigos.

Un tipo con aspecto flacucho y desaliñado se lanzó contra mí, lo esquivé, pero no conté con que su quirk fuera uno de elasticidad corporal. Alargó su brazo hacia mí y me rodeó con él como si fuera una serpiente. Inconscientemente hice fuerza con mis propios brazos para deshacerme de su agarre, pero no funcionó, era mucho más fuerte que yo. 

Serpientes, serpientes, serpientes...

Por cada una de mis manos, dos hilos de fuego se fueron formando, que tomaron forma de serpientes. No eran muy grandes, pero eso no me importaba. Para una persona como yo, que no tenía mucha capacidad de producir fuego, la cantidad no era lo importante, sino la calidad. Eran serpientes de fuego con colmillos. Si conseguía enterrar esos colmillos de fuego en el enemigo, el dolor que sentiría no sería poco y eso me daría la oportunidad de darle algún golpe.

Mi corazón seguía bombeando sangre tan rápido y con tanta fuerza que sentí mis latidos en las sienes, casi me desconcentraba de mi tarea. Intentaba respirar, pero el brazo del enemigo me apretaba cada vez más, y todavía no había logrado recomponerme de cuando Kirishima había caído sobre mí hace unos momentos atrás. Mis pulmones se estaban resintiendo.

Me estaba mareando por la falta de oxígeno cuando por fin mis serpientes mordieron el brazo del villano, que me soltó de inmediato. Eran serpientes pequeñas, el villano intentó apagarlas dándoles un manotón, pero solo consiguió quemarse. El fuego no mermó.

Por el rabillo del ojo pude ver que Bakugou y Kirishima estaban luchando en distintos puntos del lugar, y que cada uno ya llevaba varios villanos vencidos.

Y yo todavía sigo atascada tratando de ganarle a este...

Sintiéndome patética, logré que mis serpientes se enroscaran alrededor del tipo y lo hicieron chillar del dolor. Cayó al suelo retorciéndose hacia todos lados. 

—A mí tampoco me gusta esta situación —dije, inclinándome sobre él y dándole un puñetazo en la sien.

Me dolieron los nudillos, pero él dejó de moverse.

Shisui-nii tenía razón, este golpe noquea enseguida...

Tendría que darle las gracias a mi hermano.

Me estaba poniendo de pie cuando me agarraron de la cadera y me lanzaron al aire.

—¡¿Qué...?!

No pude seguir hablando porque me llegó un puñetazo en la boca del estómago que me lanzó aún más arriba. Se me borró todo pensamiento sintiendo cómo mis jugos gástricos subían por mi garganta. Pude divisar a un hombre vestido por completo de negro, no muy alto pero sí muy musculoso. Tenía picos de roca en su espalda y nudillos.

Choqué de espaldas contra el techo y luego caí frente a él, apenas alcanzando a poner mis manos para no romperme la cara al caer. Quedé inmóvil, sintiendo súbitamente que no tenía energías para casi cada. Moví un poco mis manos, y supe que mis serpientes se dirigían silenciosamente hacia el enemigo. 

Pude haberle pedido ayuda a Bakugou o Kirishima para que me ayudaran en combate, que era algo en lo que definitivamente no era buena, pero había un sentimiento (orgullo) que me lo impedía.

Me hice bolita en el suelo, juntando mis manos a la altura de mi pecho. Sentí un pie apoyarse en mi espalda.

—Mocosa, por tu tono de piel y tu cabello puedo ver que eres del clan Kuroka —movió su pie, lo que me obligó a deshacer mi postura y verlo desde el suelo. Mantuve mis manos juntas a mi pecho. Vio mi rostro y frunció el ceño en una mueca extraña, casi como riéndose—. No me digas... ¿eres la hija de Marina y eres así de débil?

Separé mis manos y un murciélago de fuego salió disparado a su rostro. Las serpientes se fueron enrollando por sus piernas, abrazándose con fuerza a las extremidades del villano. Comencé a sentir olor a quemado al mismo tiempo que el sujeto comenzó a gritar. Me puse de pie apenas, con mis manos en mi estómago y me posicioné detrás de él. Le di una patada en la parte trasera de sus rodillas, y él cayó. Le di otra patada en la nuca y se dejó de mover.

El murciélago voló a mis hombros y se paró ahí. Las serpientes se arrastraron por el suelo y se enroscaron en mis piernas. 

—¿Ya eran todos? 

Volteé al escuchar la voz de Kirishima.

—Eran una bola de inútiles.

Bakugou y Kirishima ya habían vencido a todos los demás villanos. Me quise ahorcar. Si hubiera caído sola en ese lugar, me hubieran aplastado como a una hormiga.

Me dolía la espalda, la cabeza y el estómago, ni siquiera tenía ánimos de caminar. En cambio, Kirishima tenía algún que otro rasguño y estaba muy sudado, mientras que Bakugou se veía sin heridas y solamente estaba sudando bastante.

—¡Tenemos que ir a salvar a los demás! —dijo Kirishima limpiándose el sudor de la frente— Si estamos aquí, significa que nuestros demás compañeros también siguen en USJ. Además, estoy preocupado por aquellos que no tengan tantos movimientos de pelea...

Bakugou sonrió con burla y me apuntó. Me puse rígida de inmediato.

—¿De qué hablas? Si la que no tiene movimientos de pelea está con nosotros.

El murciégalo que reposaba en mis hombros voló como una flecha hacia Bakugou, sin siquiera yo tener que pensar en que quería atacarlo. Bakugou trató de explotarlo, pero extrañamente, el murciélago solo se hizo más grande. Fue una explosión fuerte.

Me concentré en hacer que el murciélago volviera a mí, y así fue. Se posó sobre mi cabeza, como si mi cabello fuera una especie de nido.

—Oye, solamente es un murciélago, ¿por qué hiciste una explosión tan grande? —le dije, casi como ofendida.

—No quise hacer una explosión así de grande —dijo Bakugou, mirándose las manos—. Fue la nitroglicerina reaccionando al fuego.

—¡Ah! ¡Los quirks de ustedes dos se potencian mutuamente! —sonrió Kirishima.

Era cierto. El murciélago se había hecho más grande y parecía flamear con más fuerza que antes... también olía un poco dulce. Igual a ese olor que había sentido que provenía de Bakugou en nuestro primer Entrenamiento de Combate.

—¡Como si necesitara que alguien potenciara mi quirk! —gruñó Bakugou.

—¡Como si yo quisiera potenciar el quirk de alguien como tú! —le gruñí de vuelta.

—¡¿Alguien como yo?! ¡¿A quién crees que estás mirando en menos?! ¡A mí no me patearon el culo unos villanos penosamente débiles! 

—¡A ti te estoy mirando en menos porque no eres capaz de ser ni un poquito amable! ¡Es más! ¡Eres lo contrario de ser amable! ¡Y no eres capaz de preocuparte por nadie más que no seas tú mismo! ¡No creas que como los profesores pasaron por alto lo que le hiciste a Midoriya en el Entrenamiento de Combato, los demás también lo haremos! ¡Y sí! —proseguí, sintiendo que me faltaba el aire por tanto gritonear— ¡Preferí a que me patearan el culo a pedir tu ayuda! ¡Y lo mismo va para ti! —apunté a Kirishima— ¡Porque tú eres un idiota también! —chillé. Había perdido por completo la calma— ¡Preferiría morir a que unos tarados como ustedes me ayudaran!

Al instante, sentí que me enroscaban un brazo alrededor de mi cuerpo y luego ponían una cuchilla enorme en mi cuello.

—Apaga tu maldito fuego —me dijeron en el oído—. Y ustedes dos no se muevan ni un solo centímetro, o le corto el cuello a la urraca esta.

Pero en ese momento, incluso si hubiese querido apagar mi fuego, era imposible, no cuando me ardía hasta la sangre dentro de las venas.

Sentí el calor crecer en mi nuca. Cerré los ojos y apreté mi garganta, asumiendo las consecuencias de mis actos.

Mi pelo se hizo fuego puro de un segundo a otro, y alcancé a alejar la cuchilla de mi cuello antes de que me hiciera alguna herida, pues el enemigo ya había empezado a hacer fuerza para cortarme la cabeza. Me deshice de su agarre, las serpientes se lanzaron hacia él y entraron en su boca. El villano apenas pudo gritar del dolor y cayó de espaldas al suelo, con sus manos moviéndose hacia todas partes con desespero. Hasta había soltado su cuchilla.

El corazón nuevamente me había empezado a latir demasiado rápido, pero ya no era de miedo como hace un rato.

—No, no quiero eso —susurré.

Apagué las serpientes, el murciélago y mi cabello volvió a caer sobre mis hombros y espalda en su estado natural.

—Sí eres una Kuroka después de todo... —escuché murmurar a Kirishima.

Me aplané el pelo con mis manos, como si con eso pudiera asegurarme de que no se me volviera a prender fuego.

Bakugou me estaba mirando el rostro, así que agaché la cabeza. Mi corazón volvía a su ritmo normal y yo comenzaba a sentirme un poco descompuesta.

—Tengo que ir a matar al tipo de los portales —dijo Bakugou de golpe, caminando en la dirección opuesta a dónde estábamos.

En mi interior, agradecí que cambiara de tema.

—¡Espera, Bakugou! —gritó Kirishima corriendo detrás de él. Los seguí. —¡Por nuestra culpa Trece no pudo succionar al sujeto-portal ese! ¡Debemos hacernos cargo de nuestros errores como los hombres que somos!

Quise alegar por su dicho, pero no quería volver a enojarme ni perder el control, así que solamente me quedé en silencio mordiéndome la lengua.

—¡Ve tú si quieres! —le gritó Bakugou— Yo iré a asesinar a ese tipo. Él es la entrada y salida de los villanos, así que hay que aplastarlo. Debe haber alguna forma de atacarlo.

—¡Pero nuestros compañeros...!

—¡Ya te lo dije! —vociferó Bakugou— Hasta la debilucha esta pudo vencer al enemigo, los demás no tendrán problema.

Nuevamente me quedé en silencio a pesar de que me llamara "la debilucha esta".

—De hecho... ¡tienes razón! ¡Confías mucho en tus camaradas, Bakugou, eso es muy varonil! ¡Kuroka! —Kirishima volteó hacia mí con una sonrisa en el rostro— ¿También vendrás con nosotros?

—No, porque yo no soy varonil, de hecho, las cosas varoniles me dan asco —mascullé—. Iré a la zona de fuego a ver si puedo ser de utilidad.

Salimos de la zona de derrumbes, dónde habíamos sido lanzados por el sujeto de los portales.

—Oye, con varonil no me refiero a ese tipo de cosas... —murmuró Kirishima, sin dejar de trotar persiguiendo a Bakugou, pero tampoco dejándome atrás. Se veía incómodo y nervioso. —Las chicas femeninas pueden ser varoniles, ¡y los chicos femeninos también! —lo miré con una ceja alzada.

—No entiendo lo que dices y ahora no es momento de que te pongas a explicar cosas raras —gruñí—. Iré a la zona de fuego y ustedes irán de vuelta con el tipo del portal, así que aquí nos separamos. Buena suerte, supongo.

—Oye. —Apenas tuve tiempo de atrapar en el aire la granada que Bakugou me había lanzado. —Tiene mi sudor de nitroglicerina —fue todo lo que dijo, antes de seguir su camino.

—¡No lances cosas como esta como si no fuese nada! —chillé, viendo la granada en mis manos, temiendo que explotase en cualquier momento.

Pero Bakugou me ignoró y siguió avanzando.

—¡Buena suerte, Kuroka! —dijo Kirishima yendo detrás de Bakugou— ¡Eres varonil, así que me agradas a pesar de que yo no te caiga bien! ¡Nos vemos luego, cuando hayamos vencido a todos los villanos!

Me quedé viendo sus figuras alejarse de mí por unos momentos mientras creaba un halcón de fuego (me quedó del tamaño de un cuervo), para luego reaccionar y seguir con lo mío. Esos dos no eran malas personas.

Quizás solo tuvimos un mal comienzo.

Pero a mi mente comenzaron a venir las imágenes de Bakugou prácticamente torturando a Midoriya durante el Entrenamiento de Combate.

No, no, él sí que es detestable.

Miré la granada que me había dado y no supe qué pensar de Bakugou.

De todas formas, no tengo que estar pensando en estas cosas ahora mismo. Tengo que ir a ayudar a mis compañeros.

La zona en ruinas quedaba bastante lejos de la zona en llamas, puesto que debía atravesar la zona de derrumbe y la de montaña primero. En la zona de derrumbe no había nada más que tierra, hielo y enemigos derrotados. 

¿Así que Todoroki ya terminó aquí...?

De la zona de montaña, Yaomomo, Jiro, Kozlov y Kaminari iban saliendo. Kaminari tenía un rostro extraño y Jiro junto con Kozlov venían riéndose de él mientras Yaomomo las reñía.

—Kuroka-san —dijo Yaomomo al verme—, ¿está bien? ¿Hacia dónde se dirige?

Jiro y Kozlov dejaron de reír y me miraron.

—Voy a la zona de fuego para ver si hay alguien a quién ayudar. Estaba con Bakugou y Kirishima, pero ellos fueron a pelear con el villano de los portales.

—¡¿Fueron para allá?! —chilló Kozlov. Empujó a Kaminari hacia Jiro y comenzó a trotar lejos de nosotras— ¡Les encargo al tontito!

—¡Pero Kozlov-san, usted está herida! —le gritó Yaomomo, pero Kozlov no le hizo caso y siguió trotando.

—¿Qué le pasó a Kaminari? —pregunté, viéndolo.

Tenía la mirada perdida, una sonrisa extraña y un hilito de baba corría por su barbilla.

—Usó mucho de su poder y pfff —Jiro reprimió una carcajada— quedó de esta forma. 

—Kuroka-san, ¿piensa ir sola a la zona de fuego? —me preguntó Yaomomo con rostro preocupado.

—No estoy sola —dije apuntando mi cabeza, dónde reposaba el halcón de fuego— y Bakugou me dio esto —les mostré la granada—, además, el fuego es mi elemento, estaré bien ahí. —Reanudé mi paso. —Nos vemos luego, chicas, pongan al pobre Kaminari a salvo.

—Lleve esto de mi parte —dijo Yaomomo, dándome unas vendas de uso médico—. Las vengo creando desde que salimos de la zona de montaña, son para nuestros compañeros que puedan estar heridos.

—Muchas gracias, Yaomomo.

—Suerte —me desearon ambas chicas.

—Weee, weee —dijo Kaminari, elevando sus dos dedos pulgares.

Jiro volvió a reírse, y los tres emprendieron rumbo al lugar contrario hacia dónde yo me dirigía.

Con la granada en una mano, las vendas en la otra y mi halcón en mi cabeza, entré a la zona de fuego sigilosamente. Escuchaba unos leves ruidos de pelea, la batalla estaba lejos de mi locación. Avancé con mis sentidos en alerta y a lo lejos vi a un grupo de villanos lanzando bolas de fuego hacia un edificio mientras se reían.

—¡Sal de ahí, intento de héroe!

—¡No eres más que un mocoso cagado!

—¡No podrás escapar! ¡Ven y terminemos esto de una vez!

Me escondí detrás de un escombro con marcas de incendio. Por lo que veía, todos o casi todos esos villanos tenían un quirk relacionado al fuego.

Y si están acá, es porque el fuego les favorece... igual que a mí.

Posé mi halcón entre mis manos y miré sus garras. Eso era lo que me interesaba. Eran pequeñas pero afiladas. Con tan solo meter una de esas garras en los ojos de esos villanos...

Fruncí el ceño con asco y terror al solo imaginarme el dolor que eso podría producir.

Pero tengo que salvar a mi compañero, sea quién sea que se esté escudando dentro de ese edificio...

Tomé la granada con mis manos temblando. Suspiré hondo, repitiéndome una y otra vez que debía hacerlo si quería salvar a alguien. Jalé la palanca de la granada y le entregué mis pensamientos a mi sentido del combate. Lancé la granada hacia los villanos y mi halcón salió volando justo detrás del arma explosiva.

—¿Qué es es-?

La granada detonó y entre el humo pude ver que, con la explosión, mi halcón había triplicado su tamaño. 

—¡¿Qué demonios fue eso?!

De los villanos que habían, solamente tres no habían caído inconscientes. Una bola oscura saltó desde las ventanas del edificio y aterrizó sobre uno de los villanos.

—¡Ojiro!

Con su cola, Ojiro noqueó con un solo golpe a un villano. Un enemigo quiso atacarlo por la espalda, pero mi halcón enterró sus garras en sus hombros y lo hizo gritar. Ojiro pateó al villano que quedaba. Caminé hacia mi compañero, que sonrió al verme.

—Kuroka, gracias.

—No es nada, a esto vine. ¿Estás herido? ¿Estás solo?

—Estoy solo y... consiguieron hacerme esto...

Me mostró su brazo, que sangraba desde su codo hasta su mano.

—Yaomomo me dio esto —dije, acercándome con las vendas—. Te vendaré la herida y nos iremos de aquí.

Mi halcón siguió sobrevolando el lugar.

—En serio, gracias por venir, el calor comenzaba a marearme —me dijo Ojiro una vez que estábamos saliendo de la zona de fuego—. ¿Cómo lograste causar una explosión así?

—Con una granada que fue cortesía de Bakugou —confesé—, pero a él no le des las gracias por nada.

Ojiro rio por lo bajo.

De un momento a otro se escuchó un fuerte golpe, se sintió un ligero temblor y una onda expansiva arrasó con el lugar. Ojiro debió agarrarme por los hombros y protegerme con su cuerpo entero para que yo no saliera volando. Mi halcón fue borrado con tal ráfaga de viento.

—¡¿Qué fue eso?!

—No sé, pero... —me soltó—, no me gusta el ambiente...

Avanzamos más rápido hacia la plaza central, que fue el lugar dónde inició todo con la aparición de los villanos.

Ya no estaba Aizawa ni ese grupo innumerable de villanos. Ahora solamente había dos enemigos, Bakugou, Kirishima, Midoriya, Kozlov, Todoroki y All Might.

—All Might...

Tenía marcas de pelea y su camiseta blanca estaba manchada con sangre. Lo rodeaba una nube de polvo y humo. No se movía de su lugar y estaba sonriendo, pero no era la misma sonrisa de siempre, lo conocía. Lo conocía desde que tenía memoria, desde que mamá lo invitaba a cenar con nosotros después de alguna misión larga que tuvieran juntos. Y esa no era su sonrisa de siempre, algo había cambiado en All Might.

Kozlov era la que peor se veía. Sus brazos estaban manchados de sangre y sus muñecas parecían haber sufrido un grave ataque. Todoroki y Bakugou estaban a su lado, defendiéndola del enemigo que rondaba cerca.

—¿Uh? ¿Y mi Nomu? ¡¿Dónde está mi Nomu?! —Uno de los villanos se estaba rascando el cuello con las dos manos, con movimientos temblorosos. Estaba vestido completamente de negro, era delgado y de pelo grisáseo. Lo que más me llamó la atención de él, eran las numerosas manos que se aferraban a su cuerpo. 

—All Might lo derrotó mientras esta perdedora peleaba con ustedes. Villanos patéticos —le respondió Bakugou. 

—¿...qué...? ¿Cómo... es...? Él... All Might no es para nada débil... venció a mi Nomu... ¡¿Acaso ese tipo me mintió?! —se rascó fuertemente el cuello, con sus uñas dejando marca en la piel de su cuello, que ya se veía bastante rasguñado.

—¿Qué pasa? —le preguntó All Might. Seguía sin moverse, pero sus ojos resplandecían— ¿No ibas a venir a por mí? Hace rato estabas fanfarroneando con matar al Símbolo de la Paz. Pues aquí estoy, ¿no vendrás? ¿O prefieres quedarte peleando con estudiantes como el vil cobarde que eres?

La situación parecía bajo control, pero el nudo que se había instalado en mi estómago no aflojaba. All Might estaba increpando con valentía al tipo de los portales y al que tenía manos en todo su cuerpo. El hombre más fuerte del mundo estaba ahí, ¿entonces por qué no me sentía tranquila?

Te recuerda al asesinato de tu mamá, ¿crees que All Might morirá en la línea del deber como ella?

No es solamente All Might para ti, es casi tu tío, es el padrino de tu hermano mayor, no es solamente el Símbolo de la Paz que debe proteger a los demás, es alguien querido. Y aunque ese sujeto querido sea extremadamente fuerte...

No lo quería ver sufrir.

—¡Aghh! —el villano siguió rascándose el cuello violentamente— ¡Si tan solo tuviera a mi Nomu...! ¡Ese bastardo me mintió!

El villano de los portales se inclinó hacia su compañero y le comenzó a hablar, parecía estar tranquilizándolo, y funcionó, puesto que el otro dejó de rascarse el cuello.

—Sí... tienes razón, tenemos que hacerlo. Ya tenemos al jefe final frente a nosotros, así que no podemos retroceder...

A pesar de la distancia considerable que había entre los villanos y All Might, gracias a la habilidad del sujeto de los portales, pudieron llegar en un segundo hacia él, quién no se movió.

—¡Midoriya! —gritó Kozlov cuando el chico se lanzó en defensa de All Might.

—¡Ni creas que te lo voy a permitir, maldito mocoso! —gruñó uno de los villanos, extendiendo su mano hacia Midoriya, directo a su cara.

Fue cosa de un segundo. Ni siquiera tuve tiempo de hilar más de dos pensamientos. Se escucharon disparos, Midoriya cayó al suelo y la sangre del villano se regó por el piso.

—¿Llegaron los refuerzos...?

Por fin pude respirar tranquila.

—¡Lo siento, chicos! —Se escuchaba una voz desde la entrada. —Lamentamos llegar tan tarde. Reuní a todos los que estaban disponibles en el momento.

Una hilera de héroes se dejó ver por la entrada de la USJ. Iida venía con ellos. Los villanos intentaron seguir peleando, pero no tuvo caso. Los héroes profesionales eran fuertes, mucho.

—Diablos, ya llegaron —murmuró el villano de las manos—. Esto sí que es game over, deberíamos volver a casa e intentarlo otro día, Kurogiri.

Le llegaron más balazos a los brazos y piernas. Trece intentó absorberlos con su quirk, pero lograron escapar gracias al tipo de los portales.

—No... ¿qué demonios? —sentí que el suelo desaparecía bajo mis pies y la tranquilidad que había sentido con la llegada de los profesionales se esfumó por completo— ¿Lo escuchaste, Ojiro? ¿Escuchaste cómo lo dijo...? Game over... intentarlo otro día... Para ellos... esto es un juego.

Incluso cuando ya estuvimos todos reunidos con los héroes profesionales contando los heridos por la batalla, las palabras de ese villano no podían salir de mi cabeza.

Intentarlo otro día...


☠ Kozlov Ayami, minutos atrás.

En cuanto había escuchado que Bakugou (y Kirishima) había ido en busca del sujeto de los portales, no pude evitar ir también.

Sabía que mis vendas seguían llenándose de sangre, pero había algo en el aire que me impedía detenerme. Debía llegar hasta allá y ver con mi propio ojo lo que estaba sucediendo.

En la plaza central estaban casi todos los villanos derrotados, la gran mayoría de ellos tirados en el suelo. De pie estaban Bakugou, Midoriya, Kirishima, Todoroki, tres enemigos y All Might.

All Might no se veía nada bien. Tenía una herida sangrante en su costado igual que yo y se la agarraba con una mano temblorosa.

Bakugou tenía apresado al enemigo de los portales con una de sus manos. Los otros dos enemigos eran desconocidos para mí: uno tenía manos grises por todo el cuerpo y el otro era una masa oscura deforme, con el cerebro a la vista y ojos saltones.

—Tenemos que recuperar nuestro portal —dijo el de las manos—. Ve, Nomu.

El tal Nomu se movió con una rapidez que me sorprendió. Se dirigía hacia Bakugou y el sujeto del portal.

Por primera vez en la jornada, activé mi quirk. Todo pasó en una fracción de segundo. All Might se ocupó de poner a salvo a mis compañeros mientras ese Nomu intentó agarrar al sujeto-portal.

—¿Quieres esto? —dije, agarrando ese pedazo de chatarra que Bakugou había estado sujetando antes y que aparentemente era el cuerpo físico del enemigo de los portales—. Pues tendrás que venir a por mí, y yo no soy tan lenta como para dejar que me lo quites.

Di varios saltos hacia atrás, logrando hacer una distancia considerable con el enemigo. Sujeté el pedazo de metal con una mano y con la otra lo golpeé. Era duro, pero aún así logré hacerle una melladura.

—¡Aggghhh! ¡Kurogiri, ¿cómo permitiste que unos mocosos te hicieran eso?! —gritó el enemigo de las manos, rascándose el cuello a dos manos con violencia.

—¡Jovencita Kozlov!

—¡Noooomu! —volvió a gritar el que al parecer era el líder— ¡Recupera nuestro portal!

Nomu se lanzó contra mí, lo esquivé dando un potente salto, pero de todas formas All Might se puso en el camino del enemigo, frenándolo.

—¡¿Qué haces?! —le grité, aterrizando en el suelo. —¡Sigues sangrando y yo puedo esquivar a esa bestia!

Frente a mí, todo lo que podía ver era la enorme y musculosa espalda de All Might conteniendo con toda su fuerza a Nomu, que luchaba por llegar hacia mí. Me dio una puntada de dolor en la cabeza.

—¡Soy el Símbolo de la Paz! —gruñó All Might. —¡¿Qué tipo de Símbolo de la Paz no puede proteger a sus propios estudiantes?!

—¡¿Uh?! ¡No eres mi Símbolo de la Paz! —grité, arrodillándome. Levanté en alto al pedazo de chatarra que era Kurogiri y lo estrellé con fuerza contra el suelo— ¡Así que no me debes nada! ¡Me importa una mierda tu título y todas las personas que hayas salvado antes! —volví a levantar a Kurogiri y estrellarlo en el suelo con todas mis fuerzas.

—¡Kurogiri...! —gritó el enemigo que quedaba, seguía rascándose el cuello como un enfermo. —¡Estos mocosos de mierda...! ¡MÁTALOS, NOMU! ¡QUE SEA GAME OVER PARA ELLOS!

Con una de mis rodillas en el suelo, puse mi pie sobre Kurogiri y comencé a darle puñetazos al metal, que se fue llenando de melladuras. 

Seguía sin poder regular mi respiración, me latía la cabeza y era cosa de tiempo que mis movimientos comenzaran a ser torpes (si es que no lo eran ya). Lo único que me mantenía peleando con tantas ganas eran mis instintos violentos y la adrenalina que me volvía loca.

—¡Será game over para ustedes! —vociferé, dándole otro puñetazo a Kurogiri.

—¡MATA A LOS ESTUDIANTES, NOMU! —gritó, señalando a Midoriya y los demás, que estaban donde All Might los había dejado hace un rato.

Nomu dejó de forcejear con All Might y fue directo hacia los chicos.

—¡Midoriya! —grité, sintiendo que se me apretaba la garganta.

¡¿Todavía siento culpa por lo que pasó en la secundaria?!

—¡Tú, mocosa de mierda!

Alcancé a esquivar al sujeto de las manos. Debido a que estaba de rodillas en el suelo, me fue más rápido rodar con Kurogiri bien apretado a mi pecho, asegurándome de que nadie me lo quitara. El tipo de los portales era bien inútil si alguien estaba tocando su cuerpo físico.

Me puse de pie y quedé frente a frente con el enemigo.

—Shigaraki Tomura, si las cosas salen mal —masculló apenas Kurogiri— buscaré la forma de hacerlo huir.

—¿Por qué le hablas de usted a ese idiota? —pregunté— Shigaraki, ¿uh? ¿Eres el líder de esta panda de tarados? ¿Piensas que estás llegando lejos? Somos niños de primer año de preparatoria y les estamos pateando el culo, deberías ponerte a llorar de vergüenza. 

—¡Cállate! —vociferó Shigaraki, casi enterrándose las uñas en el cuello— ¡Voy a matar al Símbolo de la Paz y todo lo que eso representa!

—¿Matar al hombre más fuerte del mundo? Suerte con eso, idiota. Realmente tienes mierda en la cabeza, ¿no? Estás delirando. Mira la situación en la que te pusiste a ti y a los putos imbéciles que te siguen, ¿y aún así afirmas que matarás a All Might?

—¡Te arrancaré la lengua! ¡De esa forma será más divertido escucharte hablar! —gritó él, abalanzándose sobre mí con sus manos extendidas hacia adelante.

No tenía ni idea de cuál era su habilidad, así que no sabía si atacaba de esa forma porque quería hacerme daño con su quirk, o porque estaba desesperado por quitarme a su compañero de las manos.

Retrocedí dando un salto y sosteniendo a Kurogiri en lo alto. Nos estábamos alejando de los demás, Shigaraki me estaba obligando a retroceder. Tenía mis dos manos ocupadas sosteniendo a Kurogiri, a quién no debía soltar por nada del mundo. De esa forma, solamente podía esquivar sus ataques y tratar de asestar una que otra patada, pero Shigaraki era más ágil de lo que había supuesto. Al igual que Aizawa, tenía un cuerpo delgado y sin mucha masa muscular, pero era rápido y tenía buenos movimientos.

No podía utilizar mi quirk, pues eso solamente cansaría más a mis músculos, que ya estaban agarrotados por la falta de oxígeno, y ni hablar del dolor agudo que sentía en mis articulaciones cada vez que usaba mucho mi quirk. Me dolía mi herida, cada respiración era un dolor punzante. De no ser por mi buena resistencia al dolor, ya habría perdido contra Shigaraki.

—Eres escurridiza —me dijo Shigaraki, quedándose quieto luego de que intentase agarrarme una rodilla y yo lo esquivase. —Kurogiri, ¿puedes hacerlo?

—Sí, Shigaraki Tomura.

—¿Hacer qué?

Del pedazo de chatarra comenzó a salir mucha niebla morada muy oscura, que se condensó frente a mí a la altura de mi rostro. Solamente era niebla espesa, no era el portal. El enemigo estaba intentando nublar mi vista. Para desgracia de ellos, justo en ese momento se levantó una ráfaga de viento tan fuerte que nos mandó a volar (literalmente) y que por supuesto disipó la niebla. De la sorpresa casi solté a Kurogiri.

All Might y Nomu estaban intercambiando golpes con tanta fuerza y rapidez que cada puñetazo era como una bomba detonando.

—¡Te tengo!

Todavía estábamos en el aire cuando Shigaraki se aproximó hacia mí, pero antes de que pudiera ponerme una mano encima, puse a Kurogiri entre nosotros. Pensé que Shigaraki agarraría a su compañero, pero en cambio, me agarró las muñecas con una fuerza feroz y empezó a reír.

Entonces, pude ver el quirk de Shigaraki en acción: la piel de mis muñecas comenzó a descascararse y caer. Mi sangre bañó mis propias manos, las de Shigaraki y a Kurogiri.

—¡Hijo de puta! —gruñí.

Comenzamos a caer en el aire. Al menos tenía algo a mí favor: yo estaba en una posición superior respecto a ellos. Aproveché que Kurogiri estaba entre nosotros y con mis piernas lo empujé con fuerza hacia el estómago de Shigaraki.

—¡Si tanto quieres a este pedazo'mierda, entonces te lo devuelvo!

Shigaraki seguía presionando mis muñecas y comenzaba a sentir que mis huesos se desmoronaban. Pateé a Kurogiri contra Shigaraki y comenzamos a descender. Si Shigaraki no me soltaba, aterrizaría sobre él.

No me soltó. Mi piel ya estaba trisada hasta mis codos y se caía como papel reseco y hecho jirones.

Tal y como lo había predicho, caí sobre Shigaraki, con Kurogiri de por medio. Mis pies seguían apoyados en Kurogiri y perdí el equilibrio, desplomándome de rodillas sobre el enemigo.

Shigaraki todavía no me soltaba, así que no me quedaba de otra que convertir esa situación a mi favor. Me puse de pie, llevando a Shigaraki conmigo, eché mis manos hacia atrás, tirando el cuerpo de Shigaraki hacia mí y le di un rodillazo en el pecho. Finalmente me soltó. Él había caído de espaldas desde tanta altura, por supuesto que no iba a estar en buenas condiciones.

De un segundo a otro fui rodeada por hielo.

—¿Uh?

Escuché una explosión, pero no podía ver que sucedía porque las paredes de hielo me lo impedían.

—¡¿Qué mierda?! ¡Todoroki, si eres tú juro que te voy a matar! ¡Voy ganando, no necesito a nadie más!

El hielo se deshizo y pude ver a Todoroki, un poco más allá estaba Bakugou, que seguramente había hecho retroceder al enemigo con explosiones.

—La herida que te hice el otro día no te ha dejado pelear bien, ¿verdad? —dijo Todoroki. —Me extraña que no hayas sanado aún.

Quise ahorcarlo, pero mis muñecas apenas me respondían.

—Es porque la estúpida no se quedó el tiempo suficiente en la enfermería y ahora anda corriendo de un lado para otro sin medir sus movimientos —gruñó Bakugou, tomando una distancia prudente del enemigo, que se estaba recomponiendo.

—Shigaraki Tomura, no sigamos perdiendo tiempo con los niños y vamos a nuestro objetivo.

—¿Uh? ¿Y Nomu...? —preguntó Shigaraki— ¡¿Dónde está Nomu?!

Ciertamente, ese monstruo no se veía por ninguna parte.

—All Might lo derrotó mientras esta perdedora peleaba con ustedes —dijo Bakugou—. Villanos patéticos.

—¿...qué...? ¿Cómo... es...? —Shigaraki volvió a rascarse el cuello con fuerza— Él... All Might no es para nada débil... venció a mi Nomu... ¡¿Acaso ese tipo me mintió?! 

—¿Qué pasa? —preguntó All Might— ¿No ibas a venir por mí? Hace rato estabas fanfarroneando con matar al Símbolo de la Paz. Pues aquí estoy, ¿no vendrás? ¿O prefieres quedarte peleando con estudiantes como el vil cobarde que eres?

—¡Aghh! —Shigaraki se rascó aún más fuerte el cuello— ¡Si tan solo tuviera a mi Nomu...! ¡Ese bastardo me mintió!

—Shigaraki Tomura... —susurró Kurogiri, inclinándose hacia su compañero. Le siguió susurrando cosas que no fui capaz de escuchar. Poco a poco, los dedos de Shigaraki se detuvieron y él retomó la compostura.

—Sí... tienes razón, tenemos que hacerlo. Ya tenemos al jefe final frente a nosotros, así que no podemos retroceder...

Para estar tan herido, Kurogiri actuó con rapidez, con sus portales desplazó a Shigaraki hasta que éste quedase justo frente a All Might, que no se movió ni un centímetro.

—¡All Might...!

Midoriya saltó en el rescate de All Might con tanta desesperación que no midió su fuerza. Usó su quirk con mucha potencia y sus piernas se quebraron.

—¡Midoriya! —grité, inútilmente dando un paso hacia ellos.

No serviría de nada: no podía utilizar mis manos, ya había perdido bastante sangre, seguía sin poder respirar bien y para más remate el efecto de la adrenalina se estaba acabando. No podía ser de ayuda en ese momento. 

—¡Ni creas que te lo voy a permitir, maldito mocoso!

Antes de que Shigaraki pudiera poner su mano sobre Midoriya, se escuchó un disparo.

—Por fin llegaron los refuerzos... —dijo Todoroki.

—¡Lo siento, chicos! —escuché una voz provenir desde la entrada de USJ. —Lamentamos llegar tan tarde. Reuní a todos los que estaban disponibles en el momento.

Decenas de héroes se hicieron ver, y fue cosa de segundos que demostraran la diferencia abismal que había entre héroes profesionales y esos villanos que Shigaraki y Kurogiri habían llevado consigo.

—Diablos, ya llegaron. —Shigaraki retrocedió, alejándose de Midoriya y All Might. Le sangraba una de las manos, dónde le había llegado el disparo. —Esto sí que es game over, deberíamos volver a casa e intentarlo otro día, Kurogiri.

Antes de que Kurogiri pudiera alcanzar a Shigaraki con su portal, se escucharon más disparos y la sangre de Shigaraki se regó por el lugar. Trece trató de detenerlos con su quirk, pero de todas formas aquellos dos lograron huir.

—Intentarlo otro día —reí, mirándome las muñecas. —Ni siquiera pudo vencerme a mí y planea vencer a All Might... Cuando vuelvas, será game over para ti.




n/a:

de nuevo me tardé casi un mes en actualizar este fanfic??? y solo porque se me olvida su existencia (y eso que me encanta como lo escribí!!)


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