Capítulo 5- Discordia.
Sharpay había ido a esperarlos al aeropuerto, ella había viajado desde el día anterior para Albuquerque y había visto el show de Ryan a través de las muchas cámaras que lo habían grabado mientras permanecía al teléfono con Chad, dándole ánimos para su gran salida y asegurándose de que todos los detalles estuvieran más que listos, porque si alguien tenía la fuerza para pedirle un favor a Sharpay, también debía de tener la resistencia de tenerla allí supervisando todo de una forma u otra. Sin embargo, en ese momento mientras su tacón golpeaba la superficie del suelo con desesperación a la espera de la feliz pareja, Sharpay estaba enojada.
— Shar— la dulce voz de su hermano la llamó y la rubia se volteó para luego correr con su elegante vestido hasta abrazar fuertemente a su gemelo con una hermosa sonrisa que ella rara vez mostraba, esa era genuina y Chad había aprendido a diferenciarlas rápidamente.
— Demasiado amor para la Reina de Hielo— bromeó Chad, recibiendo una mirada iracunda de la mujer antes de que ella lo abrazara a él también, haciéndolo sonreír a él y a Ryan. Sí, los años los habían cambiado a todos de alguna forma.
— Cállate, cabeza de balón— protestó Sharpay, sosteniendo el firme abrazo de Chad durante unos segundos. Era claro que Sharpay no había mejorado en sus insultos y sobrenombres para nada— ¿Cómo les fue el vuelo?— preguntó, soltando finalmente al moreno y empezando a caminar hacia afuera del aeropuerto, donde una limosina los esperaba a los tres, cortesía de la familia Evans, que no podía tener a sus estrellas rubias viajando con nada que no fuera lo mejor.
— Ryan se la pasó durmiendo todo el vuelo, fue buena idea lo de primera clase— respondió Chad, ganándose un manotazo de Ryan en protesta y haciendo a Sharpay reír. No es que ella no pudiera adivinar el motivo del cansancio de Ryan, había pasado ocasionales temporadas con la pareja y ciertamente había sido testigo una que otra vez de sus encuentros.
— Lo supuse— comentó arrogantemente, haciendo ver que ella había tenido razón mientras los tres se adentraban en el vehículo y el chofer arrancaba. Sharpay cerró la ventanilla que les daba privacidad y finalmente adoptó su expresión de: Estoy enojada nivel Sharpay Evans— Ahora, hablemos de cosas más importantes— afirmó en tono serio, haciendo a Chad y Ryan preguntarse qué pasaba cuando hacía unos segundos ella estaba bien— ¿Cómo es posible que hayan hecho un espectáculo como el de ayer, saliendo delante del elenco de Broadway, y que no haya noticias por ninguna parte?— preguntó de forma acusadora.
Se podía sentir la frustración emanando de su cuerpo, la idea de la gran salida en la mente de Sharpay incluía cientos de noticias al día siguiente al respecto.
— ¿De qué hablas?— repuso Chad, habían supuesto que la prensa iba a hacer una gran reacción masiva, por lo que ni él ni Ryan habían revisado internet ni ningún otro medio de comunicación, para eso tenían a la rubia.
— Lo que dije, no hay nada— aseguró Sharpay, irritándose— un par de blogs de cotilleos donde unos usuarios anónimos hicieron el comentario random sobre ustedes dos besándose luego de que Chad asistiera al espectáculo, lo que me lleva a pensar que formaban parte de los bailarines de anoche o del personal, pero los mismos fans de Chad lo “desmintieron” diciendo que era un basquetbolista muy famoso y no podían andar hablando así de las personas a sus espaldas— explicó, tan alterada que gesticulaba de más, hasta incluso usar sus dedos para señalar las comillas. Chad y Ryan decidieron sabiamente no comunicarle esto a ella, la tendrían encima como gata en tres segundos.
— Eso podría ser algo bueno— intervino Ryan suavemente, haciendo que Chad y Sharpay lo mirasen como si le hubiese salido un cuerno de unicornio en el medio de la frente— Es que estuve pensando y esto te da la oportunidad de fingir que nada pasó— se explicó rápidamente, mirando solo a Chad aunque podía sentir la mirada acusadora de Sharpay sobre él— Yo viví mi sueño por una noche y fue maravilloso, ahora gracias al silencio de la prensa podemos evitar el drama y salvar tu carre…
— Alto— lo interrumpió Chad con una expresión seria que mostraba el enojo bullendo dentro— Ni siquiera sigas por allí— espetó, llevándose una mano a la frente para deslizarla por su rostro, un gesto de frustración que los gemelos conocían bien— ¿Por qué siquiera dices eso ahora? Anoche dijiste que estabas bien con ello, pero ahora sales con estas cosas y yo no entiendo nada.
— Técnicamente no dije estar bien con ello— comentó Ryan firmemente, haciendo a Sharpay mirarlo atónita mientras Chad sentía un nudo crecer en la garganta y una sensación de náuseas apoderarse de él.
— Entiendo— afirmó el moreno en un tono casi neutro, soltando de la mano que hasta el momento había tenido entrelazada con la de Ryan y girándose hacia la ventana de su lado.
— Chad, no te pongas así— intentó hablarle Ryan, dulcificando su voz, alzó una mano en dirección a su esposo, pero este la apartó suavemente con cuidado de no hacerle daño, por más enojado o dolido que estuviese, Chad jamás le haría daño a Ryan.
— No tienes que explicarte ni preocuparte por mí— aseguró Chad con voz monótona, mirando a Ryan de frente— Sharpay, tú te mueves bien por redes sociales, si algo surge avísame, hablaré con mi agente para que lo arregle rápidamente— indicó Chad, volteando hacia afuera nuevamente al recibir un asentimiento silencioso de la rubia, que con los años había aprendido a ser más asertiva.
Ryan soltó un suspiro por lo bajo, mirando a su gemela que lo fulminaba con la mirada, para luego darle una negación a su hermano con la cabeza, indicándole que ya no dijera más nada y lo en contra que estaba de su actitud ahora mismo, algo que Ryan entendió por esa conexión extraña que los dos siempre habían tenido y que no había disminuido ni con la distancia. Ryan solo mostró su rostro decaído antes de girar en la dirección a su ventanilla y apreciar los pocos cambios que habían ocurrido en Albuquerque desde su última visita.
El resto del viaje fue incómodo y silencioso, ni siquiera Sharpay intentó llenar el silencio con habladurías de Hollywood porque sabía que solo haría sentir peor a Chad y ella sinceramente se preocupaba por él. Habían desarrollado una amistad muy linda después del día de la petición de matrimonio, siendo este la única persona que sabía sus verdaderos deseos de vida, ni siquiera Ryan llegaba a conocer tanto de ella, por lo que la rubia velaba por el bienestar del hombre tanto como si fuera su hermano, y en ocasiones como esta, el doble incluso.
Claro, esto se debía a que en una de las giras nacionales de Ryan, Sharpay se había aparecido borracha en el apartamento de su gemelo y Chad estaba allí. Ella no recordaba mucho de la noche, solo sabía que Chad había tenido que bañarla porque se había vomitado su ropa, la había vestido con uno de los pijamas de seda de Ryan y la había acostado en la habitación de invitados. A la mañana siguiente, cuando la rubia había despertado, todo le daba vueltas y estaba muy molesta.
—Buenos días, Reina del Hielo— saludó Chad desde la puerta del cuarto, apareciendo en la puerta con un café caliente y tostadas— Ryan me comentó antes que esto era algo que te gustaba, lamento si no está tan adornado y perfumado como si lo hiciera él— se disculpó Chad, entrando en la habitación y dejando la bandeja en la cama al lado de Sharpay.
— ¡Oh Dios mío! Le dijiste a Ryan las condiciones en las que llegué anoche y ahora tendré que lidiar con él todo burlesco, o lo que es peor, preocupado modo Ryan— Sharpay de repente se sentía muy enfocada, el mundo había dejado de girar acorde a su percepción visual y tenía una expresión de horror digna de una película de fantasmas.
— Tranquila dragona— dijo Chad en tono divertido, alzando las manos a modo de escudo para hacer relajar a la chica— solo le dije que llegaste mandando y diciendo que dormirías aquí, te habías encerrado en tu habitación y no habías vuelto a salir.
— Eso…— Sharpay frunció el ceño, relajándose visiblemente en comparación con hacía unos segundos. Chad apreció la capacidad de la chica de cambiar de emociones rápidamente— suena extrañamente a mí cuando estoy enojada.
— Ryan habla mucho sobre ti— fue la respuesta sincera que le dio Chad y Sharpay lo paso por alto la suavidad con la que el moreno hablaba de su hermano.
— ¿Por qué tan atento?— preguntó Sharpay desconfiada, no es que ellos dos se llevasen mal, pero nunca se habían llevado tan bien tampoco.
— He tenido resacas antes— puntualizó Chad con una sonrisa— y reconozco cuando alguien toma por despecho y dolor, yo lo hice mucho en el pasado— agregó, dándole una mirada comprensiva a Sharpay mientras recordaba su época de noches perdidas en clubes, prefería no pensar en ello muy a menudo.
— No necesito tu compasión— rebatió furiosamente la rubia, volviendo a ponerse a la defensiva. Chad dejó salir un suspiro por lo bajo, Sharpay y Ryan se parecían más de lo que a simple vista se veía.
— No estoy compadeciéndote, estoy dándote el apoyo que me dieron a mí cuando perdí el norte— explicó Chad, sin alterarse ante el arrebato de la actriz, lo que hizo que ella se calmara y lo mirase profundamente, tomando el café y bebiendo de él antes de suspirar— Si quieres hablar con Ryan, está desocupado en este horario— indicó Chad, caminando para fuera del cuarto. Si ella iba a seguir teniendo explosiones descontroladas de emociones, mejor que lidiara con quien podía seguirle el ritmo.
— Anoche se me propuso Brad— habló Sharpay repentinamente, haciendo a Chad detenerse y mirarla, volviendo dentro de la habitación y sentándose en la orilla de la cama, al lado de ella— y le dije que no.
Brad era el novio de Sharpay desde antes de que Chad volviera con Ryan, lo había conocido solo por fotos por cuestiones de seguridad, Ryan no confiaba en que su hermana sostuviera la relación mucho tiempo y si no era así, el hombre podía luego ir a contárselo a la prensa, por lo que nunca le dijeron quién era la pareja de Ryan. Lo que hizo que a Chad le extrañase la negativa de la rubia fue que ya de eso habían pasado más de seis años, indicando que sí era una relación seria,
— ¿Algún motivo en específico?— preguntó, sin juzgar la decisión de Sharpay de ninguna manera. La observó tragar nerviosa y darle una mordida a una tostada antes de decidir hablar.
— No es lo que quiero— respondió firmemente— Nunca he querido eso, la boda, el matrimonio de años, la casa hogareña, los dos niños, un perro y un gato, todo eso es Ryan, no yo. Nunca ha sido mi sueño, pero sí era el de Brad— Chad asintió comprensivo, haciéndole saber que podía seguir hablando— Se me propuso hablando de tantos planes del futuro, sobre como quería ese tipo de vida conmigo y lo encantado que estaba de pensar en tener tres hermosos hijos rubios como yo y lo único que yo escuchaba era mi mayor terror siendo profesado. No podía decirle que sí para luego explicarle que no tenía intenciones de llevar esa vida.
— Así que le dijiste que no y le explicaste los motivos— continuó Chad, sabiendo que Sharpay sí amaba a Brad lo suficiente como para no dejarlo con la duda sobre su negativa a casarse con él. Sharpay asintió con la cabeza y luego tomó más café para continuar hablando.
— Le expliqué los motivos y él solo dijo que teníamos 27 años, era muy pronto para pensar en eso, que estaba hablando de más adelante en el futuro— era obvio el dolor en la expresión de Sharpay y en su forma de hablar, Chad sinceramente se conmovió por ella— pero él seguía insistiendo en que yo cambiaría de opinión eventualmente con los años y cuando al fin entendió que eso no iba a pasar, porque llevo con el mismo pensamiento desde que tengo 10 años y nunca ha cambiado, me dijo que era una terrible mujer por no desear tener hijos y ser una familia, que estaba muy decepcionado de la verdadera persona que yo era y…— la voz de Sharpay se cortó mientras hablaba y Chad reconoció un sollozo ahogado.
— Sharpay— la llamó suavemente, colocando su mano en la mejilla de la rubia y haciéndola mirarlo con sus azules ojos tan similares a los del hombre que él amaba.
A veces le daban escalofríos con solo pensar en la cantidad de similitudes entre los gemelos, porque una cosa era estar enamorado de Ryan Evans y otra ver a su gemela en él, pero regularmente lograba pasar por alto esos detalles. En esos momentos, con una Sharpay vulnerable como nunca antes, Chad podía fácilmente ver a Ryan en ella.
— No eres una mala mujer por no querer la casita feliz que nos han vendido siempre como la vida perfecta, ni por hacer valer tus deseos en el camino que has elegido. Tu vida será lo que tú quieras que sea, sin lugar a dudas, no tienes que darle explicaciones al respecto a nadie y sé que te duele que alguien a quien amas te diga eso, pero te aseguro que esa explosión fue en un arrebato inmaduro de ira y frustración. Él está equivocado, sus planes son distintos a los tuyos y eso los hace una pareja disfuncional, tienen que seguir adelante, pero no significa que sus planes sean más válidos que los tuyos.
— ¿En serio?— por primera vez, Chad presenció a una Sharpay Evans insegura y débil y se sintió terriblemente mal por ella, la Reina de Hielo no encajaba con ese personaje, verla así era depresivo incluso para él.
— Algún día serás la mujer más sexy, exageradamente rica y famosa que el país entero haya visto, que no le debe nada a nadie y la más feliz de la tierra— aseguró Chad— y no necesitarás a un hombre ni a nadie para eso. Sharpay Evans es más que suficiente.
Ryan nunca lo comprendió, pero cuando dos días después llegó a su apartamento para encontrar a su hermana y a su prometido jugando videojuegos juntos y riendo, se limitó a disfrutar de la escena y no cuestionar nada.
A partir de ese día, Sharpay había hecho de Chad su mejor amigo, aun cuando lo cuestionaba sobre ciertas elecciones y criticaba su gusto y forma de vestir, alegando que no tenía estilo ninguno y que eso era ofensivo de alguien que estaba prometido con su hermano, lo cual llevaba a horas de Sharpay gritando en el teléfono las mil razones por las que Chad debería mejorar su imagen, pero a Chad sinceramente le agradaba esa mujer que defendía como fiera a los que amaba e imponía su posición por encima de los deseos de los demás en su vida. Había que tener mucha valentía y carácter para vivir así, y Chad la admiraba por ello.
Todo esto solo hacía entonces a Sharpay estar en una posición complicada, había alentado a Chad en su idea de salir porque sabía que Ryan siempre había querido eso, pero aparentemente los planes de su hermano habían cambiado en algún punto y ahora Chad estaba herido.
La limosina aparcó en la entrada de la mansión Evans, todos bajaron del auto mientras el chofer y otro empleado se encargaban del equipaje excesivo de los gemelos y la maleta sencilla de Chad, quien todavía no se acostumbraba a tener personas cargando con sus cosas.
Los señores Evans estaban en la puerta con dos grandes sonrisas esperando por sus adorables hijos, quienes de inmediato habían subido corriendo la escalinata hasta llegar a sus padres, cerrando un apretado abrazo entre grititos por parte de Sharpay y apodos cariñosos de Darby, la señora Evans.
— Chad, querido, me alegra verte— saludó la señora Evans con alegría, abrazando a Chad también como si fuera su hijo.
— Darby, me alegra verla también. Vance— saludó Chad. En algún punto de la relación de Chad y Ryan, los señores Evans le habían pedido a Chad que los llamaran por sus nombres.
— Hemos reservado para cenar en el mejor restaurante, vais a amarlo— informó Darby sonriente.
— Oh, mami, eso es maravilloso— aseguró Ryan abrazando a su madre, la relación de ellos dos había permanecido tan estrecha como siempre, algo que Chad siempre admiraba.
— Yo no iré— informó Chad repentinamente, haciendo que Ryan y sus padres lo miraran consternados mientras Sharpay le daba una mirada de consuelo, lo entendía perfectamente— Me lastimé en mi último partido, no dijimos nada a la prensa para que no hicieran problema, pero estoy de reposo. Entre eso y el cansancio de estos días, les pido me disculpen, pero prefiero darme un baño y dormir profundamente— se excusó, buscando no hacer sentir mal a Darby, quien siempre se había mostrado increíblemente atenta con él, aun con las circunstancias.
— Oh, querido— lamentó Darby, acercándose a Chad y colocando las manos en sus hombros— le pediré a Julia que te prepare algo ligero para la cena y puedas descansar, espero que mañana si decidas acompañarnos para un desayuno juntos, sabes que me encanta tenerte de compañía.
— Le prometo que así será— sonrío Chad, calmando a su suegra— Voy adentro entonces— dio una última mirada a Ryan, que lo observaba dolido y culpable, para luego adentrarse en la mansión sin mirar atrás.
— Maravilloso, hermano— susurró Sharpay detrás de Ryan, evitando que sus padres la escucharan.
Así, los Evans partieron en la limosina hacia una cena familiar afable en la que Sharpay habló hasta el cansancio de sus planes y trabajos como actriz famosa, quitándole la atención a un agradecido Ryan que se sumía en la culpa mientras en la mansión Evans, Chad se retorcía en la tristeza y el dolor, arrepintiéndose mil veces de su decisión unilateral de exponerse pensando que haría más feliz su matrimonio y recibiendo un mensaje de texto que lo hizo no dudar dos segundos sobre salir del lugar, tomando un taxi lejos de allí en silencio.
*******
Buenaaaas, por aquí también aparecí, ¿qué tal todos mis pequepinkypitufibolas?
Espero que les este gustando este fanfic y pues, me siento feliz de decir que logre subirlo a AO3 🥳🥳🥳finalmente me llegó la invitación.
En fin, son dos capítulos, así que sigan adelante🔜🔜🔜.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro