Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4- Ardiendo de amor.

Habían conducido tan rápido como Chad no recordaba haberlo hecho en años, de regreso a esa época desesperada en que habían vuelto a estar juntos después de tres años separados y lo único que sus jóvenes adultos cuerpos podían pensar era en recuperar el tiempo perdido, borrando las marcas de los amantes furtivos que habían tenido en un desesperado intento de olvidar al otro.

Lo que Chad sí sabía era que nada de su amor y deseo de aquellos días había disminuido con los años. Seguía mirando a Ryan con la misma hambre del primer día y amándolo con la misma intensidad desaforada. El cuerpo flexible y delgado, con músculos bien definidos, que se restregaba contra el suyo, seguía siendo el objeto de todos los deseos, fantasías, sueños húmedos y pérdidas total de control de Chad.

Bajaron del auto con pasos torpes que los llevaron de forma apresurada a entrar en el ascensor. Considerando lo tarde que era en la noche, era poco probable que nadie lo detuviese y tropezase con ellos, algo favorable si tomaban en cuenta que apenas las puertas del ascensor se habían cerrado, Ryan había estampado a Chad contra la pared del fondo, dibujando una sonrisa antes de besarlo profundamente, con sus manos aferrándose al cuello del moreno mientras este afianzaba su agarre en las caderas de Ryan.

Se reían por instantes como si fueran adolescentes, interrumpiendo un beso salvaje que llevaba a la lengua de Chad a competir contra la de Ryan por el control del momento, donde sus cuerpos estaban pegados sin dejar un espacio de por medio y Ryan había terminado semiflexionado contra la pierna de Chad, que la había colado entre las suyas y luego se había apoyado totalmente en la pared del fondo, pudiendo sostener el peso de Ryan mientras lo sentía mover las caderas de esa forma que solo Ryan Evans podía, restregando su dura erección contra el muslo de Chad.

Chad gruñó contra los labios rosados de Ryan por el placer, antes de descender en una línea de besos por toda la mandíbula, siguiendo el camino marcado del cuello, sintiendo el pulso de Ryan contra sus labios correr veloz ante el calor del momento. Una sonrisa arrogante, en la misma medida que sincera, adornó los carnosos labios de Chad, saberse capaz de hacer a Ryan perderse de esa forma era el mayor de sus orgullos y logros, aunque no compartiera esa felicidad con nadie más.

El sonido de la puerta abriéndose les hizo conscientes de que el ascensor de había detenido. A regañadientes se apartaron, tomándose un segundo para agradecer que habían hecho el recorrido hasta el ático sin interrupciones, aunque Chad ya no tenía motivos para esconderse, tampoco deseaba que hubiese un escándalo público por indecencia.

Chad abrazó a Ryan por la espalda cuando este se giró para introducir la clave de la casa en el panel, besando su cuello y haciendo que su piel se erizara mientras los labios de Ryan se entreabrían de forma provocadora, dejando escapar un suspiro silencioso ante la eléctrica corriente que recorrió su cuerpo por ese simple beso.

La puerta cedió y la pareja entró a tropezones, sin dejar de besarse mientras iban dejando caer piezas de ropas a su paso. El sombrero de Ryan había sido lo primero en desaparecer cuando Chad lo besó efusivamente al abrir la puerta, seguido de las bufandas, Ryan fue el primero en deshacerse de los zapatos dando saltos en el lugar mientras los pateaba lejos, seguido de Chad, que imitó su acción, sintiendo las manos de Ryan tirar de la chaqueta de su traje junto con su abrigo y dejarlos tirados en el pasillo.

Chad apresó a Ryan contra una de las mesas de adornos que sostenía un florero y Ryan había insistido que decorase el corredor. Chad no entendía nada del tema y a Ryan parecía importarle poco, pues ni siquiera hizo ademán de detenerse cuando el florero estalló en el suelo en un estrepitoso sonido, esparciendo sus fragmentos por todas partes. Chad logró que Ryan se subiera a la pequeña mesa, usando sus fuertes manos para tirar de los botones de la camisa de Ryan, deslizándola fuera de su cuerpo junto con la parte superior del traje.

El rubio se negaba a dejarse hacer y ahogando un gemido de forma inefectiva al sentir la fuerza de su esposo reventando los botones, Ryan desató el cinturón de Chad, repasando con sus manos la gruesa forma que se adivinaba dura debajo de la tela y todo era por él. Ese poder, ese deseo que quemaba en carne viva, Chad dejando escapar gruñidos entrecortados, Ryan amaba todo eso más que al escenario o la música.

Chad gimió en la boca de Ryan cuando sintió la mano de este deslizándose sobre su miembro por encima de la tela, haciéndolo apretar con fuerza los muslos de Ryan mientras los repasaba con las manos, sonriendo ante la idea de que los espectáculos habían acabado por el resto del año, lo que significaba que podía dejarse llevar y marcar a su esposo cuanto quisiera sin que este lo regañara con la excusa de que lo verían cuando se cambiara para los vestuarios.

Sin esperar más, Chad dio un tirón al cuerpo de Ryan, haciéndolo abrir sus piernas y envolverlas alrededor de las caderas del moreno mientras sus erecciones de friccionaban por encima de la ropa. Ryan deslizó sus uñas por el pecho y abdomen de Chad, llegando al final de la camisa y abriendo los botones en gestos desesperados, finalmente sintiendo el pecho firme de Chad rozarse contra el suyo y el calor de sus cuerpos invadiéndose sin barreras de por medio.

El moreno gruñó afianzando su agarre en Ryan cuando sintió las delicadas uñas con brillo dorado deslizarse por su espalda, dejando un rastro que no se vería fácilmente, pero que enviaba escalofríos placenteros por toda la columna de Chad.

En un movimiento rápido, Chad levantó a Ryan, quien se adaptó a sus caderas, repartiendo su peso entre sus piernas y sus brazos, apoyados en los hombros de Chad, como todo un bailarín experto mientras Chad caminaba los metros restantes, entrando estruendosamente a la habitación sin dejar de besarse en ningún momento. La espalda de Ryan chocó contra el suave colchón de golpe, pero no le dio tiempo a protestar cuando rápidamente tenía a Chad encima, recorriendo todo su cuerpo con sus toscas manos de basquetbolista que lo marcaban com fuerza al presionar sus dedos y lo llevaban al cielo y al infierno entre punzadas de placer.

— Oh...Ch...Chad— gimió Ryan al sentir las manos de su esposo abrir el cierre de su pantalón, deslizando los dedos por toda la longitud del duro miembro de Ryan que se marcaba en su bóxer.

Chad sonrió contra la piel del torso de Ryan, que estaba perlada por el sudor, para luego deslizar su caliente lengua por la salada piel, sintiendo los temblores de Ryan contra él y el empujón de sus pies contra la parte baja de la espalda de Chad cuando Ryan enredó sus piernas alrededor de su cuerpo. Chad fue dejando un camino de besos por el pecho de Ryan, disfrutando de la forma en que este se retorcía de placer debajo de él, su lengua perfilando desde una cadera hasta la otra, haciendo al rubio aferrarse al cabello de Chad y gemir.

— Alguien está ansioso— comentó Chad en tono burlón.

Ryan le miró desde abajo, adoptando una expresión enfadada poco convincente ante la bruma de deseo que mostraban sus azules ojos. Iba a protestarle a Chad, pero sus palabras murieron en su boca y en cambio lanzó un jadeo impresionado cuando Chad se incorporó de rodillas en la cama frente a él, enganchando sus pantalones y ropa interior con sus dedos y tirando de ellos fuera de su cuerpo con un brusco movimiento, dejando a Ryan esplendorosamente desnudo, dándole una imagen erótica a Chad que apenas si podía contenerse.

— Eres hermoso— murmuró el pelinegro con sus ojos vistiendo de lujuria el cuerpo de Ryan.

Ryan siempre había sido la criatura más hermosa que Chad conocía, incluso desde antes de llegar a sentir algo por él, Chad ya se perdía en los movimientos de sus caderas en aquellos apretados pantalones de teatro cuando Ryan caminaba por East High y que tuviera la suerte en la vida de haber podido llegar a amarlo era más de lo que Chad podía agradecer.

Sus manos abrieron las piernas de Ryan, quien alzó una de ellas hasta el hombro de Chad, donde el moreno aprovechó para dejar un camino de mordidas pequeñas que se iban intensificando cuando ascendió hasta los muslos, provocando gemidos agudos de placer en Ryan, que no se molestaba por eso aun sabiendo que se volverían marcas oscuras al día siguiente.

En algún punto de sus primeros encuentros adolescentes Ryan desarrolló un gusto culposo por tener marcados en su cuerpo los besos, las mordidas, los agarres de los dedos de Chad, aunque le causaban más problemas que beneficios, siempre añoraba la temporada sin presentaciones porque significaba que Chad no tenía que contenerse.

Una de las manos de Chad subió hasta tener entre sus dedos el rosado pezón derecho de Ryan, mientras la otra acunaba los testículos del menor y la lengua de Chad se deslizaba húmeda por toda la longitud de Ryan, haciéndolo crisparse absolutamente contra las sábanas ante la sensación de presión de la lengua junto con el aliento de Chad que suavemente lo golpeaba.

— Ch...Chaaaaaad.

Iba a llamarlo, la intención era solo esa, pero cuando Ryan sintió la succión profunda que lo llevó a estar totalmente alojado en la boca de su esposo no pudo contener el gemido que alargó el nombre de Chad en sus labios mientras su cuerpo se crispaba y sus caderas golpeaban hacia adelante, buscando mayor profundidad y contacto con la cálida cavidad.

Luego de eso la cabeza de Ryan dejó de ser consciente de muchas cosas, pasando directamente a solo sentir las múltiples sensaciones de su cuerpo, con la caliente y húmeda boca de Chad succionándolo sin descanso mientras su mano torturaba sus pezones y un travieso dedo untado en vaselina y saliva se adentraba en él. Todo era demasiado para el rubio, que se limitaba a sostener a Chad por el cabello y aferrar su mano libre a las almohadas y sábanas que aparecieran en su camino mientras incontrolables espasmos lo manejaban a su antojo y gemidos inentendibles escapaban de su boca.

Otro dedo se adentró en él y otro más y pronto estuvo retorciéndose, moviendo sus caderas de forma frenética sin saber si quería hundirse más dentro en la boca de Chad o dejarse caer más profundo contra los cuatro dedos de este en su interior, habían aprendido desde hacía muchos años que Chad tenía que preparar bien a Ryan antes de penetrarlo sino quería hacerle daño, su tamaño no era algo fácil de soportar en un inicio, pero Ryan se había adaptado como si su cuerpo hubiese nacido para intimar hasta destrozar la cama con Chad Danforth.

De repente, todas las sensaciones pararon a la vez y Ryan se vio teniendo un descanso, allí, desplomado en la cama y viendo a Chad quitarse sus propios pantalones y dejar libre una imponente erección oscura que a Ryan le hacía temblar las piernas y salivar de más. Vio el deseo en los oscuros ojos cafés y la manera en que el líquido preseminal goteaba del duro miembro, haciéndolo temblar de expectación. Para Ryan, lo más erótico que había visto en la vida era Chad Danforth erecto, goteante y ansioso por el deseo hacia él.

— Vamos lince, ven— le llamó, abriendo más las piernas para darle una atrevida vista de su rosado agujero dilatado, que se contraía añorándolo dentro.

Chad perdió la cordura ante la imagen, pegando su pelvis a la de Ryan y dirigiendo con su mano su miembro hasta la entrada, observando a Ryan atentamente a los ojos cuando entró totalmente de una embestida profunda que hizo al rubio arquearse más allá de lo que Chad consideraba humanamente posible y soltar un gemido a medio camino de un grito en el que Chad pudo distinguir el placer.

Sabía que había embestido directamente hacía ese punto, cúmulo de terminaciones nerviosas que llevaban a Ryan a la locura. A partir de ese momento, todo se deshizo en estocadas frenéticas con ritmo y fuerza que hacían a Ryan gritar de placer mientras sus extremidades recorrían el cuerpo de Chad, enredando sus piernas alrededor de sus caderas y arañando sus brazos, pecho y espalda ante la pérdida total del control.

Chad entrelazó su mano derecha con la izquierda de Ryan, inclinándose totalmente sobre su cuerpo mientras elevaba sus manos sobre la cabeza de Ryan, pasando su otra mano por debajo de la espalda de su esposo para sostenerlo en el lugar mientras lo embestia con mayor fuerza, haciendo que este mordiera su hombro y enterrase sus uñas en la espalda baja de Chad hasta levantarle ligeramente la piel. Chad admitía adorar la sensación de ardor cuando las uñas de Ryan rastrillaban su espalda y el escozor que lo marcaba durante los días siguientes mientras se curaban.

Sus cuerpos eran un conjunto sin definición de blanco y negro mezclándose perfectamente de forma salvaje entre gemidos, gruñidos y el inconfundible sonido de piel chocando contra la piel, haciendo que se les acumulara una tensión fuerte en el abdomen bajo, percibiendo los temblores de sus cuerpos y la forma en que Ryan apretaba más a Chad en su interior, quien aceleraba las embestidas descontroladamente.

Ryan fue el primero en correrse, gimiendo el nombre de Chad contra su boca en un beso ahogado y apretando a Chad con las paredes de su interior mientras su cuerpo convulsionaba en espasmos de placer y temblores marcados. Al sentirse el doble de apretado y percibir todos los movimientos involuntarios de Ryan, Chad tardó tres embestidas en dejarse ir, inundando totalmente el interior de Ryan del caliente y espeso líquido que lo hacía sentir tibio por dentro.

Chad se desplomó sobre Ryan, apoyándose en sus antebrazos en búsqueda de no ahogarlo con su peso y temblando por el esfuerzo. Le tomó unos minutos registrar los alrededores, para finalmente salir del interior de Ryan, observando una mueca de dolor por parte del rubio que lo preocupó. Recordó momentáneamente sus primeros encuentros, donde la inexperiencia los llevó a lastimar a Ryan sin tener nociónde lo que hacía, no soportaba la idea de lastimarlo ni aunque fuera un accidente.

— ¿Te hice daño?— preguntó alarmado, a lo que Ryan contestó con una sonrisa sarcástica.

— Nada que no pueda manejar, si es que logro ponerme de pie— respondió con ese tono arrogante que los Evans, haciendo a Chad reír de la confesión.

— Entonces supongo que cederás a la idea de Sharpay de ir en primera clase en el vuelo— comentó Chad, acomodándose para que Ryan se apoyase en su pecho, porque sabía que el rubio adoraba deslizar su dedo haciendo giros sin forma por todo su torso después del sexo. Una maña adorable, si le preguntaban a Chad.

— Definitivamente— aseguró Ryan, acomodándose al lado de Chad y trazando círculos en su piel. El moreno lo observó por unos segundos mientras veía la risa boba que se iba formando en su pecho hasta que finalmente Ryan empezó a reír sin control— No puedo creer que hayas hecho eso.

— ¿Te molestó?— preguntó Chad, repentinamente preocupado ante la idea de que no había consultado con Ryan antes de sacar su relación a la luz.

— Chad, de haberme molestado no hubiésemos terminado así— repuso Ryan, controlando la risa nerviosa— Pero me preocupa. ¿Qué hay de tu trabajo?

— Ry— Chad se incorporó apoyándose en su antebrazo y llevando su mano libre a la cadera de Ryan, haciendo círculos suaves sobre la piel de la ingle derecha— Mi carrera ha sido importante en mi vida y honestamente,  quiero creer que el mundo ha avanzado lo suficiente como para que no la pierda, pero no es más importante que tú. He llegado a un consenso conmigo mismo, me niego a tener que contenerme de tomar tu mano o salir contigo, de besarte cuando deseo o asistir a sus espectáculos por mucho más. Sé que hicimos esto así para que yo pudiese llegar hasta donde estoy y te lo agradezco por toda la paciencia y el amor que has mostrado, ahora es mi turno de elegir y te elijo a ti. Pase lo que pase mañana, no voy a esconderte más.

— Te amo, mi lince— susurró Ryan, sabiendo que su voz, marcada por el llanto que intentaba contener, no permitiría que hablase más alto. Llevó una de sus manos a la mejilla de Chad, deslizando el pulgar por todo el pómulo.

— Te amo, mi chico del Drama— sonrío Chad antes de besar dulcemente a Ryan, repasando con sus dedos el tatuaje en la cadera del rubio, donde un aro de básquetbol se mostraba con un par de zapatos de jazz pasando a través de este en lugar de un balón y un haz de letras musicales lo envolvía todo.

Ryan se lo había hecho cuando llevaban un año de relación al regresar juntos y Chad recordaba haber pasado la noche besándolo por todas partes para demostrarle lo mucho que le gustaba el detalle. Años después, Chad tenía la costumbre de repasar el tatuaje con los dedos cuando estaban juntos y Ryan no lo admitía, pero vivía enamorado de la sensación de su cuerpo cuando Chad hacía eso, porque así eran ellos, dos locos enamorados con tontas actitudes de amor.

**********
Holaaaa, intenté subir este capítulo unas 4 veces ayer, pero mi internet había decidido que no tenía permitido actualizar nada, así que recién lo intento y mira, funciona😁🤣.

Ya sé, el capítulo vino con sorpresa y sin aviso 😈 espero que les haya gustado por cierto.
Luego me dejan saber con una estrellita y algún comentario por favor, saben que amo eso y me ayuda a saber qué estoy escribiendo. Un beso a todos💖🥰💖

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro