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Capítulo 13- Violencia.

— Mamá, no sé qué tan buena idea fue dejarlos a los dos solos enfrentarse a ese reencuentro tan importante para Chad— comentó Sharpay, quien desayunaba con sus padres en la mesa del comedor más pequeño de la mansión, el que usaban exclusivamente cuando solo era la familia quien comería en la casa.

— Es un asunto de familia que necesita tratar solo— respondió Darby con seguridad— bueno, con Ryan, que es su esposo— rectificó, haciendo a Sharpay suspirar cansada y a Vance sujetar dulcemente la mano de su princesa para que no se deprimiera— ¿Has pensado ya en qué regalarle a Ryan y Chad por Navidad?— preguntó su madre, cambiando totalmente de tema.

— No tengo ni idea— lamentó Sharpay, recordando que hacía años que era tradición regalarle algo a ellos dos juntos en lugar de un regalo para cada uno de forma individual.

El celular de Sharpay sonó en ese instante y la chica observó ilusionada la pantalla, le había dado su número a Zeke la noche anterior y llevaba desde entonces esperando mensaje, pero la notificación que le entró no era de quien esperaba.

— ¿Me disculpan? Tengo que atender esto— se excusó, levantándose de la mesa y dirigiéndose al despacho de su padre mientras marcaba el número desconocido— ¿Taylor?— preguntó cuando contestaron.

— Sharpay, lamento molestarte— se disculpó Taylor desde el otro lado de la línea— Le pedí tu número a Troy, espero que no te moleste— explicó la mujer.

— Un poco acosador, pero está bien— aseguró Sharpay, intrigada por lo que fuera que Taylor quisiera hablar con ella.

— ¿Tienes tiempo hoy? Hay un tema sobre Ryan y Chad que quiero hablar contigo— preguntó ella, Sharpay alcanzó a escuchar como una caja chocaba contra lo que se oía como la parte de carga de una camioneta.

— Eh, sí, claro— afirmó, insegura sobre qué estaba pasando, pero si Chad y Ryan estaban involucrados de alguna manera, ella no se echaría a atrás.

— Estupendo, te enviaré la dirección de una cafetería que queda cerca de mi casa y puedes encontrarme allí dentro de media hora— declaró Taylor, a lo que Sharpay respondió con un audible ok— Nos vemos— colgó la morena, enviándole a los pocos segundos una dirección a la rubia.

— Mami, papi, voy a salir— indicó Sharpay, dirigiéndose a su habitación a cambiarse de ropa, todavía ligeramente preguntándose por qué Zeke no le había escrito.

                               👑

Chad seguía mirando al hombre y la mujer delante de él sin poder creer que fueran verdaderamente sus hermanos menores. ¿Hacía cuánto no los veía? Más de ocho años, más de ocho años lejos de su familia, de las personas a las que amaba, de esos pequeños con los que jugaba todo el tiempo, de la niña que aprendió a bailar en las veces en que Ryan visitaba la casa como un amigo cuando sus padres no estaban, de los gemelos que querían ser basquetbolistas como él cuando crecieran, del chico que siempre estaba bravo porque él quería haber sido el mayor, pero Chad le ganaba por cinco años.

— Hola— el primero en hablar fue Ryan, que sentía la tensión que se acumulaba por cada segundo en que las miradas prevalecían y las palabras faltaban— Soy Ryan, no sé si me recuerden— comentó, acercándose a ellos para llamar su atención y permitirle a Chad unos segundos para reaccionar.

— Eres el que me enseñó a bailar y siempre traía…trae sombreros raros— habló Lisa, corrigiéndose y sonriendo en dirección a Ryan.

— Efectivamente— confirmó él con aire jovial— Tú eres uno de los gemelos, creo— agregó luego, mirando dubitativamente al joven.

— Soy Brad— respondió el chico, asintiendo con la cabeza. Esa afirmación llegó profundo dentro de Chad, ni siquiera era capaz de diferenciar qué gemelo tenía delante.

— Deberíamos sentarnos, el café se enfría— indicó Ryan, poniendo una mano en la espalda de Brad para que girase y mirando a Chad por encima del hombro con una expresión que le brindaba valentía— Yo estoy contigo— gesticuló sin sonido hacia Chad mientras más nadie le veía y eso bastó para que el hombre se aventurara hacia los sillones, sentándose delante de sus hermanos, al lado de Ryan, quien le ofreció una taza de café para que tuviera algo que hacer con sus manos, pues sabía que Chad se sentía más en confianza de esa forma.

— Hola— saludó finalmente Chad, todavía buscando la fortaleza en su voz— No esperaba esto— admitió, mostrándose todavía desvirtuado de todo.

— Ya, nosotros no esperábamos volver a verte tampoco— respondió Lisa mientras miraba el contenido de su taza.

— Eh, ¿cómo…cómo han estado?— preguntó Chad, pasando su lengua por sus labios y sintiendo el toque relajante de Ryan, quien había pasado un brazo por el espaldar del sofá y colocaba la palma en la espalda de Chad, haciendo círculos relajantes con su pulgar.

— Bien, yo estoy cursando literatura moderna, y paso los jueves y domingos en un estudio de baile fuera de Albuquerque, aunque eso solo Brad lo sabe— contó Lisa, mirando a Brad para que este hablase, el joven carraspeó un instante antes de hablar.

— Yo estudio informática, estamos en el último año ya, Bran decidió estudiar lo mismo— contó Brad, mirando a Chad y asintiendo con la cabeza en un gesto nervioso.

— Nosotros— inició nuevamente Lisa— vimos el video…los videos en internet, están causando furor en las redes— Chad asintió levemente con la cabeza, permitiéndoles hablar— Decidimos venir porque queríamos verte, ahora que finalmente comprendemos tantas cosas que en su momento se nos pasaron y también…— Lisa suspiró suavemente, sin saber con exactitud cómo continuar.

— Queríamos que supieras que no somos como papá— intervino Brad, dejando los nervios de lado y mirando a Chad de hombre a hombre— No tenemos sus prejuicios idiotas, no pensamos de ti de la manera en que él habló aquella noche y no queremos permanecer lejos de ti nunca más. Queremos formar parte de la vida de nuestro hermano mayor, y eso significa que queremos formar parte de la vida de su esposo, si es lo que ustedes quieren, claro está.

Brad hablaba con franqueza, mostrando un lado suyo que escasas veces salía, pues casi siempre Bran era quien daba la cara y Brad simplemente permanecía callado, pero en esas circunstancias su voluntad y amor eran mayores que sus costumbres.

Chad lo supo, estaba llorando y no le importaba mostrarse así, Lisa dejó salir un suspiro por lo bajo y se incorporó, caminando el espacio que los separaba y arrodillándose delante de Chad como hacía cuando era pequeña y quería que él la peinara. Chad sollozó, soltando la taza que Ryan capturó afortunadamente y tirándose al suelo con su hermana, envolviéndola en un abrazo mientras Brad también se unía.

Ryan observaba la escena con una sonrisa, no era la familia entera de Chad, pero al menos ya su esposo no viviría con la carga de haberlos perdido a todos y no volverles a ver, de sentir que toda su familia lo repudiaba y verse incapaz de cambiar eso.

Lisa miró en dirección a Ryan con los ojos llorosos, apartándose un poco de Chad y estirando una mano en dirección al rubio, quien no entendía totalmente lo que ella quería sino hasta que ella se impulsó adelante, agarrando la muñeca de Ryan y tirando de él hacia el abrazo grupal en el suelo, haciendo reír a Chad mientras los cuatro fundían sus extremidades. Ryan no se quejó el calor, de la presión o los sollozos que resonaban en sus oídos, Ryan estaba feliz por Chad y disfrutó cada momento junto a su esposo, que acaba de recuperar una parte importante de su familia.

                             👑

Sharpay detuvo su auto en una de las plazas de parqueo libres que habían, las cuales no eran muchas, algo que ella tenía que admitir era bueno, pues indicaba que muchas personas tenían un gusto por las ofertas del lugar. Bajó del auto e hizo sus tacones repiquetear camino a la mesa donde podía ver a Taylor con un suéter azul que para gusto de Sharpay le iba horrible, esperándola.

— Bueno, ya llegué— anunció mientras se sentaba delante de Taylor, como si su suéter fucsia no pudiese verse desde un kilómetro a distancia.

— Me alegra que vinieras— comentó Taylor, tragándose para sí misma el comentario sobre lo obvio que era la llegada de Sharpay.

— ¿Para qué me llamaste?— preguntó de entrada, Sharpay nunca había sido el tipo de mujer de andarse por las ramas.

— Es un tema bastante delicado de hablar, por lo que primero quiero saber si tienes conocimientos de los planes, o más bien deseos, de Chad y Ryan como esposos y familia— inquirió Taylor mientras la mesera depositaba dos cafés delante de ellas— Ordené por ti, es la especialidad de la casa— aseguró ante la mirada confundida de Sharpay, que aun así mantenía un rastro de desagrado en su mirar.

— Por lo que sé no es un tema que hayan hablado a menudo, creo que debido a lo oculto que tenía que permanecer su relación, Ryan no quería hacerse ilusiones de hijos y demás— contestó Sharpay, dándole un sorbo al café que Taylor había pedido y descubriéndose extrañamente satisfecha.

— La noche en que Chad se emborrachó conmigo estuvo farfullando durante más de una hora sobre un futuro con Ryan, la idea de la casa y los hijos, con un perro grande y un gato molesto— explicó Taylor, sintiendo la mirada intensa de Sharpay sobre sí misma.

— ¿Qué quieres decir con esto?— preguntó Sharpay, sospechando algo.

— Estoy interesada en el mundo político, creo que puedo ayudar a grandes cambios en el aspecto social— comentó de repente, haciendo a la rubia sentirse descolocada por el cambio repentino de tema— Quiero mostrar que mi apoyo va más allá de solo palabras, y creo que la mejor forma es que se vea que apoyo verdaderamente a mis más cercanos amigos.

— ¿Quieres hacer una campaña política basada en tu apoyo a la relación de mi hermano?— inquirió Sharpay, incrédula.

— Ellos han cerrado las redes, pero tú también has visto las reacciones— puntualizó Taylor con firmeza, Sharpay tragó en seco ante el recuerdo de los miles de comentarios que en internet circulaban— Los fans de Chad y de los otros jugadores de basquetbol están haciendo un ataque masivo sobre este, hay grandes figuras deportivas que lo están juzgando mientras los fans del teatro apoyan en su mayoría, pero también se encuentran aquellos que critican a Ryan por casarse con el típico jugador que siempre fingió ser heterosexual y que probablemente hacía bullying en la escuela.

— Eso no es verdad— intervino Sharpay, afirmando vehemente lo dulce y respetuoso que era Chad.

— Nosotros lo sabemos, pero el mundo no— alegó Taylor— Son figuras públicas, estaban expuestos al ojo ajeno sobre sus vidas, necesitan más que nunca mostrar la veracidad de su relación y la naturaleza amorosa que los rodean.

— Asumo que tienes un plan— añadió Sharpay, bebiendo más del café y apreciando la mirada maquiavélica de Taylor.

— Creo tener la solución para que todos obtengan lo que desean— declaró Taylor, mirando profundamente a los ojos de Sharpay— Voy a tener un hijo para ellos— Sharpay escupió su último sorbo de café.

                             👑

Brad estaba nervioso, su hermano gemelo lo esperaba sentado en el cuarto que compartían, con una mirada seria preocupante que dejaba ver que no estaba jugando. Encima de la cama de Brad estaba abierta su laptop, donde se veían los cientos de artículos que había buscado durante todo ese tiempo sobre Chad, especialmente los más recientes donde se le veía besándose con Ryan y en la pantalla seguían entrando mensajes de las personas con sus diversas opiniones al respecto.

— ¿Se puede saber qué es todo esto?— preguntó Bran con la voz ronca, el mismo tono que su padre usaba.

— Nada que te importe— rebatió Brad, aferrándose a que su laptop era privada y su hermano no tenía que tocarla.

— No te hagas el idiota conmigo, Brad— bramó Bran, poniéndose de pie y sujetando a Brad por el brazo— Sabes que su imagen en esta casa está prohibida, que él no forma parte de nuestra familia porque nos deshonró, que es una escoria…— Bran no pudo continuar, un puñetazo en su mandíbula de parte de Brad lo hizo callar, soltándolo y trastabillando algunos pasos hacia atrás.

— ¡Cállate!— exclamó Brad, sintiendo su cuerpo temblar ligeramente— Tú no sabes una mierda. ¿Qué fue lo malo que Chad hizo? ¿Enamorarse de un hombre? Eso no merece el exilio total.

— ¡Eso es antinatural!— bramó Bran, pegándole un puñetazo a la pared y haciendo que dos figuras de cristal cayeran de la estantería, estrellándose en el suelo en pedazos.

— Eso es amor, Bran, sea cual sea— repuso Brad, viendo la ira surgir y dominar en Bran.

— ¿A dónde fueron Lisa y tú esta mañana?— preguntó Bran, haciendo a su hermano sentir miedo por primera vez en mucho tiempo.

— Ya sabes a dónde fuimos— contestó Brad, pero Bran cruzó la distancia entre ellos, tomándolo por los hombros y empotrándolo contra la pared.

— ¿A dónde fueron?— preguntó en un tono que parecía casi un grito, haciendo que Lisa entrase en la habitación seguida de su madre.

— ¿Qué está pasando aquí?— preguntó la mujer, viendo a sus hijos queridos llegar hasta la violencia física.

— Estos dos fueron a ver a Chad— expuso Bran, que no necesitaba que su gemelo contestara para saber que eso era lo que había pasado.

— ¿Es eso verdad?— preguntó la madre con horror, dirigiéndose a su hija más pequeña.

— Mamá, es nuestro hermano, es tu hijo— intentó razonar Lisa, pero Laura le dio una cachetada para callarla mientras miraba entre Lisa y Brad.

— No volveréis a salir, ni a hablar con nadie, y sobre todo, no diréis eso delante de vuestro padre— ordenó, con una expresión de terror en su rostro que superó cualquier otra fuerza en Brad, quien se giró hasta su armario y bajó las dos maletas que habían encima, tirándole una a Lisa a los pies.

— Recoge que nos vamos— ordenó, ante la atónita mirada de Laura y Bran.

— ¿Qué mierda dices?— preguntó su hermano, acercándosele amenazadoramente, pero Brad ya estaba preparado, por lo que empujó a Bran hasta que este chocó con la pared.

— Que nos vamos de esta casa de locos— afirmó, su frustración corriendo por sus venas— Papá es un puto monstruo que no duda en pegarle a mamá hasta el cansancio, pero ella lo sigue perdonando porque Dios la castigaría si se divorcia, y cuando yo puse la denuncia anónima hace dos años cuando le fracturó la clavícula, ella negó todo y fingió que nada pasaba. Dan literalmente salió huyendo de casa tan pronto como consiguió un trabajo, nunca ha regresado y no lo culpo. ¿Qué debemos de esperar? ¿El momento en que me pegue a mí? O peor aún, ¿el momento en que le pegue a Lisa? No, el único imbécil capaz de vivir aquí eres tú, Bran, pero Lisa y yo ya no más.

— ¿Y de qué vais a vivir? Pretendes alimentarte del cielo, ¿es eso?— espetó Bran, poniéndose de pie y desafiando a Brad, quien volvía a meter cosas en la maleta sin orden ninguno.

— Lisa te dije que recojas— repitió mirando a su hermana, quien finalmente reaccionó y corrió a su habitación a recoger lo imprescindible— No, no pienso vivir del cielo, eso es más tu trabajo— rebatió Brad— pero mi carrera está a meses de terminarse y tengo todo pago, con mis notas no me costará nada conseguir un dormitorio, mi trabajo de medio tiempo y el de Lisa cubren algunos gastos y de cualquier manera, a diferencia vuestra, nosotros tenemos a Chad de nuestro lado— explicó, mirando a su madre fijamente.

— No me hagas esto, por favor— suplicó Laura, arrodillándose delante de su hijo. Brad caminó hasta donde estaba su madre, colocando su mano gentilmente en la mejilla de ella y acunando su rostro mientras el maletín colgaba del hombro contrario.

— Hace quince años yo te supliqué lo mismo, te pedí que no permitieras que papá volviera a la casa, nos ignoraste a todos— habló Brad suavemente, sintiendo como las lágrimas de Laura corrían por su rostro sin control— Lo siento madre, pero es hora de que nos cuidemos a nosotros mismos.

Se inclinó hacia adelante, depositando un beso en la frente de Laura y limpiando las lágrimas con el pulgar en una caricia suave, luego de incorporó y salió de la habitación, encontrándose a Lisa en el pasillo con la maleta lista. Brad la tomó de la mano y bajaron las escaleras antes de que Bran tuviera tiempo de procesar lo que pasaba o de que Charlie regresara a casa.

El aire frío golpeó sus cuerpos, la adrenalina corriendo por sus venas los hacía temblar y sentían que cada respiración podía ser la última, pero no podían estar allí un segundo más. Cuando sintieron la seguridad de estar lo bastante lejos, corrieron hacia la casa que les era tan familiar de vuelta a su infancia, tocando la puerta hasta que un señor Bolton muy sorprendido abrió.

— ¿Lisa? ¿Brad?— preguntó el entrenador de East High sin comprender qué pasaba.

— ¿Podemos quedarnos aquí un momento? Necesito llamar a Chad— habló Brad, sintiendo como Lisa se hallaba más allá de ser capaz de actuar en ningún aspecto.

— Pasen rápido— indicó el señor Bolton, mirando en todas direcciones a ver si alguien los había visto antes de cerrar la puerta.

— Les traeré un chocolate caliente— anunció la señora Bolton, consciente de que si habían llegado a ese límite, las cosas tenían que haberse salido de control en la casa de los Danforth y eso solo significaba problemas.

*************
Bueno, aquí también he regresado.

¿Qué opinan del capítulo? Tanto del desarrollo de personajes como de la idea de Taylor, me gustaría saber vuestras opiniones.

Fuera de eso, aclarar que ahora entramos en el arco final del fanfic. Nunca tuve como objetivo hacerlo muy largo y pues, la verdad se extendió más de lo pensado, pero igual me alegra.

Me dejan saber en comentarios qué piensan y nos leemos, sino en este, en otro libro😌❤

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